Un cierto retorno al historicismo pol¨ªtico
Urkullu hace algunas propuestas nuevas que, m¨¢s all¨¢ de su discutible oportunidad, podr¨ªan caber en un modelo descentralizado no confederal. Otras, en cambio, no caben en nuestro modelo constitucional
I?igo Urkullu propon¨ªa este jueves iniciar, mediante lo que denomina imprecisamente ¡°convenciones¡±, la b¨²squeda de un nuevo pacto territorial con el Estado. Tras enumerar lo que considera defectos de nuestro modelo territorial, propone un nuevo modelo de Estado territorial del que no se precisa mucho sobre el contenido, aunque s¨ª algo m¨¢s sobre el m¨¦todo: el de pactos o convenciones bilaterales.
Dejando de lado su valoraci¨®n del alcance de nuestra descentralizaci¨®n ¡ªque algunas relevantes instituciones de fuera de nuestras fronteras han considerado, en contra de lo afirmado por el lehendakari, entre las m¨¢s profundas del mundo, aunque todo pueda perfeccionarse¡ª, el art¨ªculo firmado por Urkullu hace algunas propuestas nuevas que, m¨¢s all¨¢ de su discutible oportunidad, podr¨ªan caber dentro del marco de un modelo descentralizado no confederal. Es el caso del reproche a la falta de descentralizaci¨®n del poder judicial o la falta de representaci¨®n directa y real de las comunidades aut¨®nomas en el Tribunal Constitucional, nunca contempladas en la Constituci¨®n, por lo que exigir¨ªan su reforma. La de hacer del Senado una aut¨¦ntica C¨¢mara de representaci¨®n territorial coincide con otras fuerzas pol¨ªticas, aunque no haya suscitado demasiados entusiasmos entre las comunidades llamadas hist¨®ricas. No caben, en cambio, en nuestro modelo constitucional propuestas como la bilateralidad generalizada o la capacidad de decidir pactada sin poner en cuesti¨®n el titular de la soberan¨ªa.
Lo m¨¢s relevante es el m¨¦todo para pactar un nuevo modelo o pacto territorial que no solo parece referirse al Pa¨ªs Vasco, sino a las dem¨¢s comunidades hist¨®ricas, entre ellas Catalu?a, naturalmente. Llama, en efecto, la atenci¨®n el procedimiento que propone de ¡°convenciones¡±, que dice inspirado en la cultura anglosajona. Idea de convenci¨®n que, por s¨ª sola, sugiere pacto o acuerdo entre partes iguales o al mismo nivel y que reitera empleando la idea de bilateralidad, que sugiere el modelo de Estado confederal no ajustado al federal que ha inspirado nuestra Constituci¨®n y su desarrollo posterior.
Resulta notable que el fundamento para esas convenciones bilaterales sea la disposici¨®n adicional primera de la Constituci¨®n sobre los derechos hist¨®ricos de los territorios forales y su actualizaci¨®n en el marco de la Constituci¨®n y del Estatuto. En realidad, tal actualizaci¨®n de esos derechos hist¨®ricos se realiz¨® ya y se consum¨® en su momento con la aprobaci¨®n del Estatuto vasco. En el proceso de elaboraci¨®n y aprobaci¨®n de la Constituci¨®n no se sab¨ªa con seguridad cu¨¢les eran los derechos a actualizar en el futuro Estatuto. Por si acaso alguno no cab¨ªa, a ¨²ltima hora se a?adi¨® al texto constitucional la previsi¨®n del art¨ªculo 150.2, que permite al Estado transferir o delegar a las comunidades aut¨®nomas facultades correspondientes a materia de titularidad estatal.
Resulta llamativo que el nuevo pacto territorial que se propone busca incorporar al mismo a Catalu?a, pese a que uno de los graves problemas que tiene el nacionalismo catal¨¢n ¡ª desencadenante de las demandas del presidente Artur Mas a Mariano Rajoy y del proc¨¦s mismo¡ª es el de su diferencia con el r¨¦gimen de Concierto vasco, cuyo respeto al principio constitucional de solidaridad est¨¢ en discusi¨®n. No parece muy oportuno, en esas condiciones y desde el punto de vista del Pa¨ªs Vasco, su llamada a nuevo pacto que obligar¨¢ a debatir sobre el sistema de Concierto y el respeto al principio constitucional de solidaridad.
La propuesta evita hablar de reforma de la Constituci¨®n o de proceso constituyente, pero no tanto porque le parezca que no afecta a cuestiones del modelo territorial, sino porque para evitarlo sugiere la f¨®rmula historicista de los derechos hist¨®ricos, no solo agotada ya, sino inservible para el resto de las comunidades de r¨¦gimen com¨²n. Materias para todos como, entre otras, la bilateralidad, el sistema de garant¨ªas o la ¡°capacidad de decidir¡± pactada parecen m¨¢s bien constituyentes.
La complejidad del momento aumenta al hacerse tal propuesta precisamente ahora aprovechando las dificultades de este.
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