Contra la confusi¨®n, traducci¨®n
El multiling¨¹ismo es una de las se?as de identidad de la UE y quienes se oponen a ello en el Parlamento espa?ol ignoran la existencia de los int¨¦rpretes que permiten convertir el ruido en mensajes con sentido
Los l¨ªderes de la Uni¨®n Europea se re¨²nen en Granada los d¨ªas 5 y 6 de octubre para debatir, entre otros temas, su ampliaci¨®n. Bajo la presidencia semestral de Espa?a, el privilegiado club del que forman parte 27 pa¨ªses decidir¨¢ las reformas necesarias para dar la bienvenida a los candidatos del Este. Aspiran a entrar: Ucrania, Moldavia, Albania, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte, Serbia y Turqu¨ªa. Hay adem¨¢s otros dos aspirantes: Georgia y Kosovo. Su ingreso significar¨¢ ampliar las 24 lenguas oficiales de la UE, pues cada vez que se acepta un miembro se incorpora su lengua, a la que se traduce todo el acervo comunitario y los documentos que se generen a partir de ese momento.
El alban¨¦s, el bosnio, el macedonio, el moldavo, el montenegrino, el serbocroata, el ucranio¡ se sumar¨ªan as¨ª al alem¨¢n, el b¨²lgaro, el checo, el croata, el dan¨¦s, el eslovaco, el esloveno, el espa?ol, el estonio, el fin¨¦s, el franc¨¦s, el griego, el h¨²ngaro, el ingl¨¦s, el irland¨¦s, el italiano, el let¨®n, el lituano, el malt¨¦s, el neerland¨¦s, el polaco, el portugu¨¦s, el rumano y el sueco. El asombroso n¨²mero de lenguas es asumido con naturalidad por la UE, que ha hecho suya la certeza de que la traducci¨®n es la lengua de Europa, como afirmaba Umberto Eco. El multiling¨¹ismo es una de las orgullosas se?as de identidad de esta sofisticada torre de Babel dotada de un eficaz dispositivo de int¨¦rpretes y traductores. Ellos son la clave que permite que todo funcione. Ellos, sin embargo, han sido los grandes ausentes del debate que ha suscitado en Espa?a la aprobaci¨®n del uso del catal¨¢n, el euskera y el gallego en el Congreso.
Quienes se oponen al multiling¨¹ismo en nuestro Parlamento objetan que las sesiones ser¨¢n un guirigay. Ignoran as¨ª la existencia de los int¨¦rpretes y los traductores, cuyo trabajo consiste precisamente en convertir el ruido en mensajes con sentido. Argumentan entonces el coste de la traducci¨®n. Los que antes eran invisibles, ahora son tachados de onerosos, un gasto in¨²til, dinero tirado. Pero tenemos el espejo del Parlamento Europeo para gestionar la nueva situaci¨®n: los pasos ya han sido dados; los errores, enmendados y los aciertos, consolidados. Eso sin contar con que el gasto, que se calcula que ascender¨¢ a un 0,4% del presupuesto del Congreso, es peque?o en comparaci¨®n con los beneficios.
?Qu¨¦ beneficios? En primer lugar, hacer visible la realidad de un pa¨ªs donde se hablan distintos idiomas. Solo esa visibilidad har¨¢ evidente lo que se obvia en la pr¨¢ctica diaria y que genera actitudes tan cercanas al opresor ¡°?habla en cristiano!¡±. Si el Congreso se presenta como la casa de todos, es l¨®gico que cada uno hable su lengua con el apoyo del mejor equipo posible de int¨¦rpretes. Es cierto que algo se pierde siempre en toda traducci¨®n, eso que en ingl¨¦s se denomina lost in translation, pero Salman Rushdie asegura que algo puede asimismo ganarse. Dada su experiencia personal, merece la pena detenerse unos instantes a pensar su afirmaci¨®n, que insiste contra todo pron¨®stico en los beneficios.
La traducci¨®n, que da sentido al multiling¨¹ismo, implica el respeto a la diversidad, el reconocimiento del otro y la cercan¨ªa. Cercan¨ªa, s¨ª, porque en la aceptaci¨®n de la alteridad hay siempre un deseo de aproximaci¨®n, de reencuentro. Al prestar atenci¨®n a otras maneras de formular los problemas, y quiz¨¢ tambi¨¦n de encarar las soluciones, se abre el camino a una mejor comunicaci¨®n. Solo desde el respeto de lo diferente puede llegarse al reconocimiento de lo com¨²n. El camino inverso, reivindicar lo com¨²n como ¨²nica v¨ªa, cierra a menudo cualquier oportunidad de entendimiento. La traducci¨®n establece el puente entre nuestra identidad ¨²ltima y nuestras singularidades, entre nuestras semejanzas y nuestras diferencias, entre el reconocimiento y la extra?eza. Es un ant¨ªdoto contra el miedo, la desconfianza y la discordia que suscitan los cambios, cualquier cambio.
Siempre se habla de la maldici¨®n b¨ªblica que conden¨® a los hombres a no entenderse multiplicando sus lenguas. La palabra Babel deriva del verbo hebreo baib¨¢l, que significa confundir. Pero si Dios creo el problema, tambi¨¦n ingeni¨® la soluci¨®n por una cuesti¨®n pr¨¢ctica, ya que necesitaba propagar la nueva fe. Dot¨® a los ap¨®stoles del don de lenguas, convirti¨¦ndolos en los primeros int¨¦rpretes de la historia para que pudieran dialogar y negociar. ?Acaso no es eso la pol¨ªtica?
Y ya que todos estamos de acuerdo en reivindicar para el Congreso la mejor comunicaci¨®n posible y una ¨®ptima gesti¨®n del gasto, me van a permitir que, como ciudadana, proteste por el espect¨¢culo que dieron los diputados durante las sesiones para el debate de investidura del candidato Feij¨®o. En lugar de atender a quien hablaba desde el atril cuando no era de su partido, un n¨²mero considerable estaba enfrascado en la pantalla de su m¨®vil. M¨®viles nuevecitos, reci¨¦n renovados por 1,2 millones de euros, utilizados para distraerse por quienes deber¨ªan estar trabajando. ?Exigimos entendernos cuando no prestamos o¨ªdos a los dem¨¢s? El grave problema de nuestra pol¨ªtica no es el multiling¨¹ismo, sino la sordera.
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