Europa s¨ª puede ser una gran potencia tecnol¨®gica
Podemos liderar la carrera hacia un ecosistema tecnol¨®gico sano, interdependiente, equilibrado y humanista
¡°Europa puede y debe aspirar a ser una de las grandes potencias tecnol¨®gicas¡±. Repito las palabras de Miriam Gonz¨¢lez Dur¨¢ntez porque hace falta repetirlas hasta que sean verdad. Es fabuloso que sigamos implementando pol¨ªticas rigurosas que protejan los derechos de los usuarios europeos pero, para construir un mercado digital europeo, no basta con regular.
No nos podemos permitir renunciar a desarrollar nuestras propias soluciones tecnol¨®gicas. No s¨®lo porque, como dice Miriam, ¡°un modelo basado en reglamentar tecnolog¨ªa que no creamos, o inteligencia artificial que no tenemos, no es algo atractivo¡±. Tambi¨¦n porque no podemos regular tecnolog¨ªas a las que no tenemos acceso y, por tanto, nunca entenderemos del todo ni podremos fiscalizar. Regular lo que ocurre en los servidores europeos de Meta, Microsoft o Amazon es querer garantizar la seguridad alimentaria de una lata de sardinas que no podemos abrir. La regulaci¨®n, para ser efectiva, requiere acceso, transparencia y comprensi¨®n de los mecanismos internos de las infraestructuras tecnol¨®gicas. Ni siquiera somos capaces de saber cu¨¢nta agua y energ¨ªa nos cuesta un centro de datos de Meta cuando se instala en nuestra regi¨®n. O cu¨¢nto le cuestan los magullados trabajadores de Amazon a la Seguridad Social.
Pero tambi¨¦n dice Miriam que ¡°ya imposible que Europa sea potencia n¨²mero uno o dos de tecnolog¨ªa¡±. Creo que no es as¨ª. No podemos competir con EE UU, China o Israel en plataformas extractivas dise?adas para crear adicci¨®n en beneficio de la industria de la vigilancia y manipulaci¨®n de masas. Llegamos 20 a?os tarde y contradice nuestra propia legislaci¨®n. Pero podemos liderar la carrera hacia un ecosistema tecnol¨®gico sano, interdependiente y humanista, optimizado para garantizar nuestros derechos, apoyar a nuestras comunidades y proyectar las soluciones europeas en un mundo dominado por la explotaci¨®n y la evasi¨®n fiscal. Tenemos dos ventajas competitivas: una comunidad de instituciones capaces y acceso universal a la educaci¨®n superior.
Contamos con una red de universidades p¨²blicas con instalaciones modernas, bibliotecas y centros de investigaci¨®n bien equipados y numerosas infraestructuras que respaldan las actividades acad¨¦micas y de investigaci¨®n, incluyendo becas y programas de intercambio. Tanto EE UU como China son grandes importadores de talento europeo. Qu¨¦ pasar¨ªa si consigui¨¦ramos que fuese al rev¨¦s.
Un ejemplo cercano. Las grandes tecnol¨®gicas como Google, Microsoft e IBM instalan sus sedes administrativas europeas en para¨ªsos fiscales como Irlanda, pero llevan a Z¨²rich sus centros de desarrollo e investigaci¨®n. El cant¨®n suizo tiene numerosos incentivos para atraer actividades de I+D, pero la raz¨®n principal es el prestigio de dos centros acad¨¦micos: la Universidad de Z¨²rich y el Instituto Federal Suizo de Tecnolog¨ªa de Z¨²rich (ETH Z¨²rich). Z¨²rich es uno de los epicentros mundiales de la computaci¨®n superior porque el talento es factor m¨¢s importante del ¨¦xito tecnol¨®gico. El camino hacia la potencia tecnol¨®gica es una inversi¨®n deliberada, ambiciosa y consecuente en nuestra red de infraestructuras acad¨¦micas, no imitar los modelos t¨®xicos del ciclo anterior.
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