?Eres joven? Que tus padres te mantengan
Espa?a ha encontrado un macabro equilibrio: lo que el Estado o la econom¨ªa no puedan proporcionar a la juventud actual, lo tapar¨¢ la familia con sus pensiones, propiedades o sueldos
Un amigo est¨¢ desesperado porque querr¨ªa irse de casa de sus padres, pero sabe que entonces no podr¨¢ ahorrar. ¡°Bienvenido a la treintena¡±, le respondo con sarcasmo, yo que llevo a?os emancipada y s¨¦ lo que vale un peine. Espa?a fabrica j¨®venes castrados de autonom¨ªa, esos que dependen de su familia aun cuando deber¨ªan ejercer de adultos plenos: due?os de su vida o de su vivienda. Pero si el quejido social no es todav¨ªa m¨¢s fuerte es por esa realidad, tan dura y evidente, de que las pensiones o los sueldos de sus padres a¨²n sirven para sostenerles.
Lo confirma un informe de la Fundaci¨®n BBVA recogido por el diario EL PA?S: ¡°M¨¢s de un tercio de los progenitores mayores de 60 a?os (37%) dice haber ayudado a sus hijos a llegar a fin de mes en el ¨²ltimo a?o, haci¨¦ndoles la compra, o pag¨¢ndoles la luz o el agua¡±. No es que aporte nada nuevo, pero estremece. Adi¨®s a tener una cierta intimidad sobre c¨®mo gestionar el propio dinero. Hola a una especie de ni?ez eterna, donde uno terminar¨¢ hasta justificando con 35 a?os en qu¨¦ invierte el sueldo porque tiene la nevera vac¨ªa.
As¨ª que el propio sistema ha encontrado una v¨ªa de escape: lo que el Estado o la econom¨ªa no puedan proporcionar a la juventud actual, lo tapar¨¢ la familia ¡ªes decir, las familias que puedan¡ª. Y eso es un drama para cualquier pa¨ªs. Recuerdo a una amiga moldava cuando me contaba que los pr¨¦stamos en su pa¨ªs antiguamente sol¨ªan pedirse entre parientes para evitar los altos tipos de inter¨¦s. Otra amiga sueca dice que all¨ª es raro irse de casa despu¨¦s de los 19 a?os porque los Estados n¨®rdicos s¨ª pueden fabricar j¨®venes independientes. Asusta pensar que, en eso, hoy estemos m¨¢s cerca de Moldavia que de Suecia.
Y nuestros padres ayudar¨¢n de coraz¨®n, si pueden. ?Qui¨¦n no iba a sostener a sus hijos? Sin embargo, nada podr¨ªa perpetuar m¨¢s la desigualdad que el hecho de que la familia siga siendo un peso decisivo para una vida digna. Es la diferencia entre tener parientes que puedan ofrecer la entrada de un piso y los que no puedan; o aquellos que dejen en herencia una casa, y los que no tengan esas propiedades. ¡°Solo el 36% de los menores de 35 a?os es propietario, frente al 70% de hace 20 a?os¡±, dice la Fundaci¨®n Afi Emilio Ontiveros en un estudio similar. La mayor¨ªa de mis amigos con hipoteca la tienen porque sus padres les facilitaron el pago inicial. Con su sueldo jam¨¢s podr¨ªan haber ahorrado tales cantidades. Lo saben bien quienes se han emancipado solos, ya sea en pisos diminutos, o teniendo que compartir vivienda con desconocidos. Hasta los que tienen un salario bueno saben que hoy vivir solo es un lujo, y que dividir entre dos los gastos ser¨ªa un gran alivio.
Y ello pasa factura a la dignidad personal. Una de las bases de la autoestima es la autosuficiencia: la capacidad de ser un individuo que no dependa de nadie, sino hacerlo solo de sus posibles. Esa autoestima tambi¨¦n ha sido arrebatada a la generaci¨®n llamada por los pol¨ªticos ¡°la m¨¢s preparada de la historia¡±. Tendr¨¢n estudios superiores, pero muchos no pueden poseer ni su techo, qu¨¦ decir sobre formar de forma temprana una familia, si ese es su anhelo. Del drama de los nini hemos pasado al de los sisi: s¨ª trabajan, s¨ª estudian, pero sus sueldos no son suficientes. A no ser que se vayan a vivir en pareja.
El ambiente est¨¢ caldeado, no hay m¨¢s que observar las redes. Titulares como que son ¡°hijof¨®bicos¡±, o que ellos son la generaci¨®n del bono cultural o del Erasmus recogen miles de respuestas por la indignaci¨®n latente. Como si el ocio o cuatro medidas est¨¦ticas pudieran suplir sus precarias estructuras vitales. Aunque ser¨ªa falso decir que no se est¨¢ haciendo nada: el salario m¨ªnimo ha subido en los ¨²ltimos a?os, o la reforma laboral busca revertir los aspectos m¨¢s lesivos de la temporalidad. El problema vendr¨¢ si muchos j¨®venes asumen que, pese a las medidas adoptadas, su vida no mejora sustancialmente porque el problema econ¨®mico en Espa?a se ha vuelto end¨¦mico. Es el drama de los j¨®venes, s¨ª, pero de fondo su drama es el mismo que el de la tan depauperada clase media: los salarios reales est¨¢n estancados desde hace, como m¨ªnimo, dos d¨¦cadas, por eso crece la desigualdad entre generaciones, porque no crece la riqueza.
Debajo de la noticia sobre los hijos hay otra: el gasto en pensiones sube. ¡°Son solo los tramos de edad superiores a 65 a?os los que han mejorado con claridad su nivel de riqueza en t¨¦rminos reales a lo largo de estas dos d¨¦cadas¡±, cita EL PA?S sobre el efecto de blindar de las pensiones. En cambio, parece que las promesas del Gobierno sobre vivienda poco han resuelto hasta la fecha.
Con todo, una llega a la conclusi¨®n de que el gasto en la revalorizaci¨®n pensiones conforme al IPC no solo es por solidaridad intergeneracional, pues esta se ha invertido ahora entre generaciones. Tambi¨¦n, porque muchos de esos jubilados no las usar¨¢n ni para s¨ª mismos, sino para mantener a sus v¨¢stagos o nietos ¡ªhete ah¨ª la verdad inc¨®moda¡ª. Pas¨® lo mismo tras la crisis de austeridad de 2010 y con la inflaci¨®n, en 2022. Las pensiones amagan con volverse una pol¨ªtica silenciosa de transferencia de rentas. Y a¨²n habr¨¢ progresistas a quienes eso le parezca un ¨¦xito pese a la brecha de clase ¡ªadem¨¢s de generacional¡ª evidente.
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