A la mitad
Las normas sociales de g¨¦nero est¨¢n tan intrincadas en el sistema que es muy costoso navegarlas en solitario, y por esa misma raz¨®n, nuestros logros son casi siempre colectivos
Las mujeres compartimos el planeta con los hombres. En t¨¦rminos poblacionales, somos la mitad, pero en todo lo dem¨¢s vamos con siglos de retraso.
Tras la pandemia, todos los indicadores de igualdad han retrocedido, lo que est¨¢ perjudicando el presente y futuro de las mujeres y ni?as y est¨¢ profundizando la brecha de g¨¦nero. En marzo de 2023, en v¨ªsperas del D¨ªa Internacional de la Mujer, la ONU recalculaba cifras y alertaba de que ¡°al ritmo actual, se necesitar¨¢n 300 a?os para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres¡±.
?Qui¨¦n ha arrojado la maldici¨®n de S¨ªsifo sobre las mujeres? En la b¨²squeda de soluciones miramos la pol¨ªtica, los lugares de poder donde se toman las decisiones para que las cosas cambien y vemos una nutrida colecci¨®n de varones que marcan las reglas del juego y establecen las prioridades. Es entonces donde surge el debate acerca de la feminizaci¨®n de la pol¨ªtica.
Feminizar la pol¨ªtica no significa reforzar la imagen patriarcal de las mujeres como madres o cuidadoras, que nos encasilla en los ¨¢mbitos de salud, educaci¨®n o familia. Estos estereotipos hacen que a las mujeres nos cueste ser ministras de econom¨ªa, rectoras de universidades o dirigir empresas. Mucho m¨¢s ser presidentas de un pa¨ªs.
Lo que la pol¨ªtica, y la vida en general, necesitan, es m¨¢s feminismo para fortalecer el sistema democr¨¢tico. Precisamente, una medida de la calidad de la democracia es la igualdad entre mujeres y hombres. Por eso, insistimos, es necesario feminizar la pol¨ªtica. ?Y qu¨¦ es la ¡°feminizaci¨®n¡± de la pol¨ªtica? La paridad.
La paridad tiene que ver con el acceso de las mujeres a todos los espacios y fundamentalmente a aquellos donde se toman las decisiones, en el sector p¨²blico y en el privado.
La paridad tambi¨¦n tiene que ver con ejercer los cargos en las mismas condiciones, no con unas reglas distintas y m¨¢s exigentes para las mujeres. Tenemos que esforzarnos el doble para conseguir la mitad. Por eso, los hombres est¨¢n en pol¨ªtica y las mujeres solo pasan por ella.
La expresidenta de Chile Michelle Bachelet explicaba que, cuando estaba en el cargo, si hab¨ªa una tem¨¢tica compleja y consideraba que requer¨ªa tiempo para tomar una decisi¨®n, la acusaban de indecisa; pero si tomaba una decisi¨®n r¨¢pida frente a un tema que cre¨ªa claro, estaba improvisando o no hab¨ªa pensado suficientemente bien. Es aquello de mal si lo haces, mal si no lo haces.
Hace poco m¨¢s de un a?o, la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, sorprend¨ªa al mundo con su dimisi¨®n, argumentando que ya no ten¨ªa suficiente ¡°gasolina¡± en el tanque. No es casualidad que este acto, ins¨®lito en la historia, lo protagonizase una mujer.
Muchas veces, las mujeres ejercen liderazgos que rompen el molde. Es lo que la Comisi¨®n Interamericana de Mujeres de la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA) llama liderazgo disruptivo. No hay otra manera, porque el molde lo hicieron a medida de otros. Las normas sociales de g¨¦nero est¨¢n tan intrincadas en el sistema que es muy costoso navegarlas en solitario, y por esa misma raz¨®n, nuestros logros son casi siempre colectivos.
Por otra parte, venir de una situaci¨®n de exclusi¨®n y desigualdad hist¨®rica, como en el caso de las mujeres, nos da un punto de partida distinto y, a muchas de nosotras, una mirada diferente y m¨¢s amplia del mundo. De ah¨ª que la paridad signifique tambi¨¦n oportunidades para impulsar las pol¨ªticas para la igualdad de g¨¦nero, que son las que nos permiten avanzar, las que cambian nuestras vidas y mejoran la sociedad en su conjunto. Seguiremos trabajando, juntas, para acelerar la feminizaci¨®n de la pol¨ªtica y la democracia paritaria. Debemos lograrlo en bastante menos de 300 a?os.
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