Asalto a las reservas rusas
Si Occidente alega que Rusia debe dinero a Ucrania por los cr¨ªmenes de guerra, tambi¨¦n se puede argumentar que Alemania debe dinero a Polonia o Jap¨®n a Corea del Sur
Usar el dinero de Rusia para pagar las entregas de armas occidentales a Ucrania parece una idea inteligente. ?O tal vez demasiado inteligente?
El Grupo de los Siete pa¨ªses industrializados tiene intenci¨®n de incautar las reservas de divisas de Rusia, que ascienden a unos 280.000 millones de d¨®lares. De ellos, 210.000 millones est¨¢n depositados en Euroclear, una entidad depositaria con sede en B¨¦lgica.
Despu¨¦s de que Rusia invadiera Ucrania, la respuesta inmediata de Occidente fue congelar el dinero para privar a Rusia de los medios financieros para financiar la guerra. Ahora los aliados occidentales quieren dar un paso m¨¢s y apoderarse de los activos.
Hay muchas maneras de hacerlo. Lo que propone Estados Unidos es un montaje financiero terriblemente complejo basado en la idea de utilizar los activos rusos como garant¨ªa de un bono. Cuando lo le¨ª por primera vez, me acord¨¦ de los bonos de alto riesgo de Estados Unidos que causaron la crisis financiera mundial de 2008.
Dos pa¨ªses del G-7 se resisten a las propuestas estadounidenses: Alemania y Jap¨®n. Lo que tienen en com¨²n es que ambos se enfrentan a reclamaciones de reparaciones de guerra. El anterior Gobierno polaco present¨® una reclamaci¨®n de 1,3 billones de euros contra Alemania porque, a diferencia de Rusia, Polonia nunca recibi¨® una indemnizaci¨®n por los cr¨ªmenes de guerra alemanes. Radoslaw Sikorski, actual ministro polaco de Asuntos Exteriores, reiter¨® esas reclamaciones como compensaci¨®n por la muerte de m¨¢s de 5,2 millones de ciudadanos polacos. Jap¨®n se enfrenta a las reclamaciones de indemnizaci¨®n por parte de Corea del Sur.
Existen sutiles vinculaciones jur¨ªdicas entre estas reclamaciones y las dirigidas contra Rusia. Si Occidente alega que Rusia debe dinero a Ucrania por los cr¨ªmenes de guerra que ha cometido, sin duda puede argumentar que Alemania debe dinero a Polonia o que Jap¨®n debe dinero a Corea del Sur.
Rusia tiene varias v¨ªas para defenderse de un atraco a sus activos de reserva. Podr¨ªa presentar una demanda. Parte del dinero no est¨¢ en Europa, sino en lugares como Hong Kong. Si Rusia emprendiera acciones legales en ese pa¨ªs y ganara, podr¨ªa crear un agujero en la cuenta de resultados de Euroclear (sistema de compensaciones y liquidaciones financieras), que entonces tendr¨ªa que ser recapitalizada por la Uni¨®n Europea. Rusia tambi¨¦n podr¨ªa salir bien parada en los tribunales europeos. Hay muchas opiniones jur¨ªdicas al respecto, pero nos encontramos en un territorio judicial inexplorado. Nadie ha intentado nunca exigir el pago de indemnizaciones por cr¨ªmenes de guerra mientras la guerra sigue en curso.
Otra respuesta rusa plausible son las represalias. Occidente tambi¨¦n tiene activos en Rusia. El n¨²mero de empresas occidentales en Rusia es dif¨ªcil de determinar. El Instituto de la Escuela de Econom¨ªa de Kiev calculaba el a?o pasado que 1.400 empresas occidentales segu¨ªan haciendo negocios en Rusia. Solo 300 se hab¨ªan marchado. He visto noticias seg¨²n las cuales, tras una oleada inicial de salidas en 2022, ¨²nicamente unas pocas empresas alemanas han abandonado Rusia desde entonces. Solo el volumen de negocios declarado de las empresas alemanas ascend¨ªa a 21.300 millones de euros. El pasado fin de semana, Vlad¨ªmir Putin decidi¨® embargar a dos empresas europeas de art¨ªculos para el hogar, la italiana Ariston y la alemana BSH Hausger?te. No somos los ¨²nicos con poder para confiscar.
En mi opini¨®n, la principal raz¨®n para ser cautos es la precaria posici¨®n de la zona euro tras la crisis de la deuda. China, Arabia Saud¨ª e Indonesia presionaron a la UE para que no manipulara los activos rusos alegando que crear¨ªa un precedente. Estos pa¨ªses tambi¨¦n tienen grandes propiedades en la UE. Seguramente se har¨¢n estas preguntas: ?Podr¨ªa pasarnos a nosotros? ?Por qu¨¦ correr el riesgo?
Me parece que hay mucha complacencia en la respuesta a esta pregunta. Oigo argumentos como: ¡°?A qu¨¦ otro sitio pueden ir?¡±. O, ¡°no tienen nada que temer, a menos que pretendan invadir a sus vecinos¡±. Si sentamos un precedente respecto a los activos rusos, ?no aplicar¨ªamos este precedente a China respecto a Taiw¨¢n? ?Acaso China no lo sabe?
Tampoco es cierto que no tengan ad¨®nde ir. El dinero es m¨¢s m¨®vil que las f¨¢bricas.
A pesar de mis dudas respecto a una incautaci¨®n de activos, creo que se producir¨¢. La raz¨®n es que es la ¨²nica forma de que Occidente pueda financiar su apoyo a Ucrania sin tener que subir los impuestos o incurrir en m¨¢s deuda. Tras la pandemia y la crisis econ¨®mica inicial despu¨¦s de la invasi¨®n rusa, los pa¨ªses occidentales apoyaron sus econom¨ªas mediante grandes d¨¦ficits. Ahora, todos est¨¢n consolidando sus finanzas p¨²blicas. Siempre sospech¨¦ que los europeos se cansar¨ªan de financiar la defensa de Ucrania contra Rusia si ten¨ªan que pagarla con su propio dinero. Los activos de reserva sin explotar de Rusia son sencillamente demasiado tentadores.
Pero una incautaci¨®n de patrimonio tendr¨ªa un precio. Uno de los activos m¨¢s formidables de Occidente es la confianza en nuestras monedas y nuestros sistemas financieros. Cuando utilizamos el sector financiero para imponer nuestra voluntad pol¨ªtica a otros mediante sanciones, les animamos a crear su propia infraestructura financiera. Esto es hoy m¨¢s f¨¢cil que antes. La tecnolog¨ªa de cadena de bloques que est¨¢ detr¨¢s de las criptomonedas lo hace al menos factible.
Pero esto nos lleva m¨¢s all¨¢ de los horizontes temporales de los l¨ªderes del G-7. Est¨¢n centrados en el siguiente movimiento, no en la estrategia general. Por eso creo que probablemente encontrar¨¢n la forma de aprobar una incautaci¨®n de activos en su cumbre de junio en Italia, o al menos de echar a rodar la pelota. No tienen otro plan.
Una de las lecciones de la crisis financiera es que los instrumentos financieros complejos siempre ocultan el riesgo. Por eso son opacos. En aquel entonces, el riesgo era un impago masivo de los compradores de viviendas estadounidenses. Lo que ahora tratamos de ocultar es nuestra incapacidad para pasar del dicho al hecho.
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