Contra las bases rusas en Siria
La actitud de espera pasiva de la UE es pol¨ªticamente inane y estrat¨¦gicamente endeble
Las bases rusas en Siria son un peligro. Europa deber¨ªa aprovechar la oportunidad de que el Kremlin, matarife de los sucesivos dictadores El Asad, ha salido pol¨ªticamente derrotado con el cambio de r¨¦gimen. Y pugnar ya por eliminarlas, esterilizarlas o limitar su poder destructivo.
La actitud de espera pasiva formulada por la sucesora de Josep Borrell como Alta Representante de la Uni¨®n Europea para la pol¨ªtica exterior, Kaja Kallas (¡°despu¨¦s¡± de comprobar la normalizaci¨®n, ¡°veremos como nos involucramos¡±, declar¨® en entrevista a EL PAIS, 12/12), es intelectualmente ignara, pol¨ªticamente inane y estrat¨¦gicamente endeble.
Parece ignorar que el Kremlin, y sus bases exteriores, no solo representa un peligro para los b¨¢lticos a causa de la invasi¨®n de Ucrania, sino para toda la UE. Rusia ampli¨® gracias a Bachar el Asad el ¨²nico puerto que maneja en el Mediterr¨¢neo, Tart¨²s. Y la cercana base a¨¦rea de Jmeimim. Desde ah¨ª garantiz¨® el suministro y reparaci¨®n de sus buques de guerra, claves en sus operaciones de influencia en el Norte de ?frica, en apoyo de sucesivas autocracias. Algo log¨ªsticamente esencial, una vez obstaculizado por Turqu¨ªa el acceso directo desde el mar Negro. Tambi¨¦n para sus aventuras guerreras en el Sahel, mediante la brigada mercenaria Wagner o directamente, apoyando golpes antifranceses. Mientras influ¨ªa sobre el nudo de comunicaciones del mar Rojo o lo intentaba con pa¨ªses del Este africano, como Mozambique.
En suma, Vlad¨ªmir Putin consegu¨ªa desafiar desde Siria el flanco sur de la OTAN, y de la Uni¨®n Europea. Con perversos efectos estrat¨¦gicos, diplom¨¢ticos¡ y tambi¨¦n econ¨®micos. Toda ?frica es una gran reserva de minerales indispensables para las nuevas industrias tecnol¨®gicas: quiz¨¢ la ¨²nica alternativa potencial a China. Bater¨ªas de coches el¨¦ctricos, m¨®viles y otros productos punteros dependen de las ¡°tierras raras¡±.
Putin abandon¨® en su agon¨ªa a El Asad, para quien hab¨ªa bombardeado con sa?a recurrente a su poblaci¨®n. Habr¨¢ que certificar si el descuelgue se debi¨® a su incapacidad de luchar en dos frentes (ucranio y ¨¢rabe); a un pacto discreto con el emergente poder regional turco, para conservar Tartus a cambio de su inacci¨®n; a la mera falta de preparaci¨®n y diligencia militar, o a un c¨®ctel de los tres factores. Convendr¨¢ que la respuesta europea a la doble pinza rusa, desde el Donb¨¢s, y desde el Mediterr¨¢neo, calibre la importancia de cada uno. As¨ª como el papel exacto de agente duplicado que desempe?a Turqu¨ªa, a la vez socia de la OTAN y cercana a Mosc¨².
Pero eso exige mayor activismo de Bruselas. Siria es hoy un enjambre de equilibrios inestables. La l¨®gica de los vencedores apoyados por Ankara sugiere un serio correctivo a Putin. Pero la necesidad del nuevo poder aut¨®ctono de normalizar el pa¨ªs, y de contrarrestar la nueva (y menos estent¨®rea) invasi¨®n de Israel, condicionar¨ªan ese prop¨®sito. Lo ¨²nico seguro es que no participar en la fragua de la nueva mayonesa excluir¨¢ al ausente.
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