Love Commandos, los guardianes del amor sin peros en India
Esta organizaci¨®n asi¨¢tica ha ayudado a 60.000 parejas que han sido linchadas y/o abandonadas por sus familias por mantener relaciones entre castas o religiones distintas o mostrar afecto en p¨²blico
Hace 20 a?os que la familia de Lata Singh no le dirige la palabra. ?La raz¨®n? Haberse enamorado de Brmhanand Gupta, un hombre de una casta diferente a la suya. Se criaron en el mismo barrio de Jaipur ¨Cal noroeste de la India¨C y su amistad nunca fue un problema para sus parientes. ¡°Pero cuando dije que me quer¨ªa casar con ¨¦l, me abandonaron. Dej¨¦ de existir¡±, cuenta por tel¨¦fono. Como si medio ¨¢rbol geneal¨®gico hubiese desaparecido, se casaron, se mudaron a otra ciudad de la provincia de Rajast¨¢n y tuvieron un hijo que hoy tiene 19 a?os y muy pocas esperanzas de conocer a sus abuelos maternos. El camino fue algo m¨¢s f¨¢cil, cuenta, gracias a Love Commandos, una organizaci¨®n presente en pr¨¢cticamente todo el pa¨ªs, adem¨¢s de en Nepal, Bangladesh y Pakist¨¢n. La misi¨®n de esta ONG es clara: ser la red de apoyo para los que dejaron de tener una en nombre del honor. En la d¨¦cada de historia de este grupo de guardianes del amor, m¨¢s de 60.000 parejas se han beneficiado de su asesor¨ªa jur¨ªdica y las terapias psicol¨®gicas y refugios que ofrecen.
Singh recuerda su boda con cierta amargura. A pesar de haber apostado por su amor, no ten¨ªa a nadie de los suyos con quien celebrarlo. No asisti¨® nadie. ¡°Me sent¨ª muy rara. Solo pensaba en nuestra situaci¨®n financiera, los l¨ªos con los abogados, c¨®mo ser¨ªa vivir en otro pueblo¡±, explica, ¡°No s¨¦ lo que es la ilusi¨®n de celebrar casarse con la pareja a la que amas¡±. Adem¨¢s de su empleo como trabajadora social, Singh es una reconocida activista de los derechos de los menores. Cuenta una y otra vez su caso para que la historia no se repita. ¡°La pena por asesinar a alguien en la vida son 14 a?os en una c¨¢rcel. A m¨ª, mi familia me ha castigado con dos d¨¦cadas de silencio por querer a mi marido¡±, narra.
Cuando dije que me quer¨ªa casar con ¨¦l, me abandonaron porque era de una casta diferente. Dej¨¦ de existir para mi familia
Casos como el de esta mujer de 40 a?os no son una excepci¨®n en la India. El gigante asi¨¢tico mantiene a¨²n una fuerte tradici¨®n conservadora en la que la uni¨®n entre castas o religiones diferentes es sin¨®nimo de ofensa o traici¨®n a las ra¨ªces familiares. ¡°En la India se mata en nombre del honor¡±, sentencia Sanjoy Sachdev, presidente y co-fundador de la entidad. ¡°El amor es la naturaleza y esta sociedad te ense?a a rechazarlo. Muchos son amenazados, agredidos abiertamente en la calle, ninguneados por sus familias¡ Enamorarse en la India es un peligro¡±. ?l se reconoce muy cr¨ªtico. Sabe que en el pa¨ªs las cosas est¨¢n cambiando ¨Cel adulterio ya no es un delito y est¨¢n permitidas las relaciones homosexuales desde hace poco m¨¢s de un a?o, entre varios logros de la t¨ªmida ola feminista que crece¨C pero le cuesta ser optimista: ¡°He visto tantas familias rotas y cuerpos apaleados de j¨®venes que no han cometido ning¨²n delito...¡±.
¡°El amor es la naturaleza y la sociedad india te ense?a a rechazarlo. Muchos ciudadanos son amenazados, agredidos abiertamente en la calle, ninguneados por sus familias¡ Enamorarse en la India es un peligro¡±
Hace diez a?os que la India aprob¨® una ley en la que se penaba las agresiones y el acoso a parejas como Gupta y Singh. Sin embargo, Sachdev asegura que ¡°no consta en el registro ning¨²n detenido¡± bajo estas acusaciones. Pero las denuncias extraoficiales no paran. ¡°Es horrible ver como siguen llegando casos y casos. Ning¨²n pol¨ªtico se quiere meter en estos temas porque desafiar el arraigo de las tradiciones es un terreno muy escurridizo. Pero deber¨ªan, Aunque solo fuera por los votos de los j¨®venes: est¨¢n perdiendo un electorado de m¨¢s del 50%...¡±, lamenta.
Love Commandos opera en funci¨®n de las necesidades de los demandantes de ayuda. La mayor¨ªa de casos se resuelven con asesor¨ªa jur¨ªdica o informaci¨®n general para que las v¨ªctimas conozcan sus derechos y c¨®mo denunciar ante las autoridades. Otros, que de la noche a la ma?ana se ven viviendo en la calle y sin ning¨²n familiar que responda por ellos, se alojan en los albergues que la organizaci¨®n tiene en decenas de ciudades. Tanzila (21) y Mohit (24) Eqbal vivieron en el refugio de Ranchi, Jharkhand ¨Cal este de la India¨C durante tres meses. Ella, Tanzila, es musulmana y Mohit es hind¨². ¡°Menos mal que dimos con esta organizaci¨®n¡±, exclama esta estudiante de Artes. La mudanza, los billetes de tren hacia la nueva ciudad, la humilde boda y la manutenci¨®n durante ese periodo corrieron a cargo de esta organizaci¨®n que se financia a base de la generosidad y las donaciones de particulares.
¡°Torturaron a mi mujer una semana, hasta hincharle la cara¡±
Cuando la familia de Suman, de 24 a?os, se enter¨® de que sal¨ªa con Rehan, de 25, fueron hasta su casa para agredirle: ¡°Nos hirieron a ambos f¨ªsicamente. No nos quer¨ªan juntos¡±. Ambos responden con ternura sobre c¨®mo se conocieron y se enredan en los detalles; se interrumpen para que prevalezca su propia visi¨®n de la historia; cuentan cu¨¢ndo se enamoraron, lo mucho que aman a su hijo... Pero ante la pregunta: ¡°?Qu¨¦ pas¨® con vuestras familias?¡± reina el silencio. Ninguno quiere ponerle palabras al recuerdo. De pronto el marido se atreve: ¡°A mi mujer la torturaron durante una semana. Su prima la sujet¨® de los brazos y sus t¨ªos le dieron tortazos hasta hincharle la cara. Sab¨ªamos que no nos iban a aceptar nunca¡±. Ella es musulmana y ¨¦l hind¨².
No contentos con la paliza, acusaron a Rehan de haber secuestrado a Suman y se inici¨® un proceso judicial en el que la defensa del joven indio corri¨® a cargo de los abogados de Love Commandos. ¡°Ahora solo me importa poder labrar un futuro para nuestro peque?o¡±, dice Suman. Rehan es artesano y se las apa?a con alg¨²n trabajo informal que encuentra. Ella tuvo que abandonar los estudios. Solo piensa en crear una familia que no se parezca en nada a la suya.
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