Racha Haffar, la activista que se hizo amiga de sus miedos para luchar contra la esclavitud
La feminista sirio-tunecina, una de las j¨®venes l¨ªderes en ONU Mujeres y fundadora de Not 4 Trade, vivi¨® desde ni?a el drama de la trata de mujeres. Ahora, convertida en una de las voces m¨¢s relevantes contra este delito, incide en que muy pocos estados ¨¢rabes lo abordan y faltan leyes contundentes
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Racha Haffar siente el peso de cada palabra que pronuncia: ¡°En los Emiratos, las mujeres somos ciudadanas de segunda, invisibles y muchas de nosotras, esclavas¡±. Esta joven de 31 a?os, hija de padre sirio y madre tunecina, naci¨® en Dub¨¢i (Emiratos ?rabes Unidos) y vivi¨® all¨ª con su familia hasta los 18 a?os, edad a la que termin¨® sus estudios de secundaria. La activista, feminista y periodista acumula varios recuerdos que marcaron su infancia, pero recurre solo a uno: un d¨ªa, mientras iba al supermercado, le llam¨® la atenci¨®n un grupo de personas, aglutinadas, que pegaban voces. ¡°Levant¨¦ la mirada, hab¨ªa una mujer en el balc¨®n, varios pisos m¨¢s arriba. Ella trabajaba para una familia que se hab¨ªa marchado de viaje y la hab¨ªan encerrado en casa. Se fueron de vacaciones, cay¨® al suelo mientras intentaba escapar. Muri¨® delante de mis ojos¡±.
Desde aquel d¨ªa comenz¨® a plantearse muchas preguntas: ¡°?Por qu¨¦ estaba encerrada? ?Por qu¨¦ las familias se adue?an de las trabajadoras inmigrantes? ?Con qu¨¦ derecho pueden retirarle el pasaporte a una persona?¡± No encontr¨® respuestas. Nadie en Emiratos pod¨ªa darle explicaciones. Desde peque?a le indignaba ver c¨®mo sus dos hermanos ten¨ªan m¨¢s derechos y m¨¢s libertad que ella para jugar o para entrar y salir de casa.
Se dio cuenta de que all¨ª no deb¨ªa ni siquiera preguntar y, por eso, decidi¨® marcharse a buscar respuestas en T¨²nez. ¡°Aquel d¨ªa le dije a mi familia que ten¨ªamos que luchar por la libertad de todos¡±. Ahora, de mayor, se resigna y separa su camino del de su familia: ¡°Me apoyan mis hermanos, pero la ¨²nica responsable de mis acciones soy yo¡±.
Se march¨® a T¨²nez para estudiar en la universidad, pero se encontr¨® con el escollo de que no hablaba un franc¨¦s fluido y entonces, comenz¨® a mirar opciones para estudiar en el Reino Unido. ¡°Para vivir all¨ª necesitaba encontrar un trabajo. As¨ª que mand¨¦ mi curr¨ªculum por Internet para buscar empleos de ni?era a trav¨¦s de programas de au pair (ni?era). Me contestaron, pero no me permitieron reunirme ni hablar con la familia anfitriona. Me di cuenta de que hab¨ªa algo que no funcionaba¡±. Hizo una investigaci¨®n en Google y encontr¨® informaci¨®n sobre muchos empleos sospechosos que, en realidad, eran una forma de atraer a mujeres y luego someterlas a la explotaci¨®n sexual. Renunci¨® a ese viaje y lo que comenz¨® siendo una b¨²squeda, la encamin¨® en su lucha. ¡°Como tuve el privilegio de tener acceso a la educaci¨®n e Internet, investigu¨¦ y encontr¨¦ historias terror¨ªficas sobre c¨®mo se traficaba en el extranjero con ni?as de todas las edades¡±.
Sustituy¨® el Reino Unido por Italia. Tuvo la oportunidad de hacer un m¨¢ster en Relaciones Internacionales, Desarrollo y Cooperaci¨®n Internacional en las Universidades de T¨²nez y Palermo. Durante su estancia all¨ª le puso nombre a su camino: luchar contra la trata de seres humanos. Comenz¨® a investigar, a revisar los datos y la legislaci¨®n internacional. En este proceso, sus recuerdos en Dub¨¢i fundamentaban su b¨²squeda: ¡°?Vi con mis propios ojos la esclavitud!¡±.
En Italia conoci¨® a Najya, una mujer nigeriana que fue atrapada con la promesa de un trabajo asegurado. Viaj¨® desde su pa¨ªs a Italia y estuvo 10 a?os condenada a la esclavitud sexual. Cuando le cont¨® su historia, Haffar se vio en sus ojos. ¡°Su historia se parec¨ªa mucho a la m¨ªa; solo que yo no llegu¨¦ a ser una v¨ªctima, pero podr¨ªa haberlo sido. Me sent¨ª responsable y, en ese momento, supe que mi misi¨®n iba a ser la de denunciar la mercantilizaci¨®n de mujeres y ni?as¡±.
En 2011, con el estallido de la Primavera ?rabe en T¨²nez, quiso hacer una investigaci¨®n sobre la trata en su pa¨ªs, comparando la situaci¨®n antes y despu¨¦s de la revoluci¨®n. En el clima de las protestas contra la dictadura de Zine El Abidine Ben Ali, encontr¨® una oportunidad para tratar aquellos temas que hasta entonces eran intocables. Pero, se vio enfrentada a sus fobias. ¡°Ten¨ªa mucho miedo a expresar mi opini¨®n, a compartir mis argumentos, miedo a que los dem¨¢s me rechazaran por mis ideas¡±. Por eso, explica, aprendi¨® a trabajar como periodista y se propuso coger una c¨¢mara para documentar ese momento hist¨®rico: el d¨ªa en que el esp¨ªritu de la juventud por el cambio derroc¨® a Ben Ali.
En esta etapa, ¡°los j¨®venes empezamos a organizarnos y a reunirnos¡±, cuenta con entusiasmo. Haffar puso el foco en los derechos de las mujeres y las ni?as. En paralelo, su misi¨®n segu¨ªa pendiente: descubri¨® que no hab¨ªa ninguna organizaci¨®n local especializada en la trata de personas.
En 2016, funda la primera organizaci¨®n contra la trata en T¨²nez, Not 4 Trade, despu¨¦s de comprender la dimensi¨®n del problema, la gravedad y el silencio que lo rodea. Sinti¨¦ndose apoyada por las leyes internacionales, recorri¨® sola hasta ocho provincias tunecinas para sensibilizar a la sociedad civil. Y, adem¨¢s, se ofreci¨® a formar a periodistas de radio y prensa escrita sobre el tratamiento informativo de la trata. Poco a poco, se hizo amiga de sus miedos, confiesa.
Millones de ni?as viven en la oscuridad, especialmente en las ¨¢reas rurales donde no hay acceso a Internet
¡°Ten¨ªa que prestar m¨¢s atenci¨®n a las mujeres refugiadas y migrantes. La mayor¨ªa de los pa¨ªses de la regi¨®n no tienen leyes que protegen a estas mujeres que huyen de la violencia. Millones de ni?as viven en la oscuridad, especialmente en las ¨¢reas rurales donde no hay acceso a Internet y ni siquiera conocen los riesgos. Las mismas supervivientes que he conocido sab¨ªan que les hab¨ªa pasado algo malo, pero no ten¨ªan un nombre para ello¡±, denuncia Haffar.
¡°Aunque hay millones de v¨ªctimas, no se ve un sentido de urgencia para prevenir este crimen¡±. Explica que ning¨²n pa¨ªs es inmune y, sin embargo, muy pocos estados ¨¢rabes est¨¢n abordando la trata de personas. Egipto tiene organizaciones que trabajan en el tema; L¨ªbano y Jordania est¨¢n en ello. T¨²nez s¨ª que tiene, ahora, una ley contra la trata y ha creado el Comit¨¦ Nacional contra la Trata de Personas.
Este pa¨ªs mediterr¨¢neo siempre ha sido calificado como un peque?o oasis en el norte de ?frica en materia de derechos humanos. Sin embargo, Haffar incide en que le sorprendi¨® encontrarse con tantas trabas y dificultades para que las instituciones y la sociedad civil condenasen ¡°estas nuevas formas de esclavitud¡±. ¡°La trata y la prostituci¨®n son temas tab¨² y cuando expresaba mi deseo de dedicarme a estos temas, me recomendaban investigar sobre Libia, no sobre T¨²nez¡±.
Crear Not 4 Trade le caus¨® muchos problemas que cristalizaron en una fuerte depresi¨®n. ¡°Muchas veces me sent¨ªa sola, organizaba eventos y no aparec¨ªa nadie, me desmotivaba, volv¨ªa a la carga, pero me encontr¨¦ con un muro inquebrantable: la falta de conciencia¡±. Se dec¨ªa a s¨ª misma que estaba comenzando, que era su misi¨®n brindar esta informaci¨®n a otras personas y que nada la iba a detener a mitad de camino, pero que sola no pod¨ªa m¨¢s.
El paso de la lucha local a la global
Haffar decidi¨® internacionalizar su lucha: ¡°Tuve la oportunidad de viajar a Estados Unidos y entr¨¦ en ONU Mujeres y en la Asociaci¨®n Estadounidense de Naciones Unidas (UNA-USA). Les ped¨ª ayuda, ya que era una activista joven en un contexto en que nadie quer¨ªa ayudarme. Sin apoyo, no pod¨ªa hacer frente a tantos silencios¡±.
¡°No quiero volver a trabajar y vivir en T¨²nez. All¨ª tengo compa?eras que trabajan sobre el terreno¡±. Ahora vive en Estados Unidos y est¨¢ impulsando el Movimiento de J¨®venes contra la Trata de Personas (YASM). ¡°No es un problema local. Todos los seres humanos merecen libertad, dignidad y respeto¡±, su lucha, a partir de ahora, se extiende a toda ?frica.
Ha sido alumna Fulbright de la Universidad de Kentucky; ha participado en varios paneles en Estados Unidos, Dinamarca y T¨²nez. Hoy, se ha convertido en una de las voces m¨¢s especializadas en la lucha contra la esclavitud moderna y la desigualdad. Su trabajo, poco a poco, ha sido cada vez m¨¢s reconocido a nivel internacional. Recibi¨® el recibi¨® el Premio a los Derechos de la Mujer de la UNA-USA, el Premio al Liderazgo de la Universidad de Kentucky y adem¨¢s, participa en el Programa de L¨ªderes de Obama.
¡°Quiero trabajar a nivel global, este problema nos toca a todas y todos. Todos somos responsables.¡± En ONU Mujeres, dentro del plan Beijing +25, Racha Haffar ha sido elegida como una de las 40 j¨®venes l¨ªderes que pertenecen a la Generaci¨®n Igualdad. Una red que trabaja en el impulso de la participaci¨®n de las m¨¢s j¨®venes para la igualdad a nivel mundial. Apoya y gu¨ªa los esfuerzos de ONU Mujeres para colocar a las nuevas generaciones en el centro del proceso.
Todos los d¨ªas te puedes cruzar con una v¨ªctima, pero no puedes identificarla porque no sabes c¨®mo leer sus se?ales
¡°He aprendido la importancia de trabajar global y transversalmente para erradicar la trata. Todo nuestro mundo est¨¢ conectado¡±, asegura convencida de que se quiere apoyar en las nuevas generaciones y trabajar localmente en cada comunidad. ¡°Sue?o con que este movimiento llegue desde el este hasta al oeste. Me encantar¨ªa que todos los pa¨ªses africanos ratificaran el Protocolo de Palermo e hicieran leyes locales contra la trata¡±.
¡°Todos los d¨ªas te puedes cruzar con una v¨ªctima, pero no puedes identificarla porque no sabes c¨®mo leer sus se?ales, necesitamos detectarlas. Debemos de hablar de estos temas en las escuelas y en las noticias¡±, concluye. ¡°Es imprescindible frenar uno de los delitos m¨¢s rentables a nivel mundial. Ya no tengo alternativa: seguir¨¦ caminando de la mano de otras j¨®venes de mi edad. Muchas mujeres africanas compartimos esta causa y el camino es muy largo¡±.
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