El cura que se hizo pasar por un traficante de ¨®rganos para salvar la vida de un ni?o
Ignacio Mar¨ªa Do?oro de los R¨ªos, nominado al Premio Princesa de Asturias de la Concordia, trabaja desde hace 25 a?os para dar una vida digna a j¨®venes en extrema pobreza y v¨ªctimas de trata
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Existen rincones en el mundo en los que la vida tiene el precio de una camiseta. Ignacio Mar¨ªa Do?oro de los R¨ªos (Bilbao, 57 a?os) no daba cr¨¦dito a que Manuel, un adolescente de 14 a?os que viv¨ªa en las monta?as de Panchimalco (El Salvador), pudiera costar 25 d¨®lares (21 euros). Este capell¨¢n militar, destinado all¨ª hace 25 a?os para una misi¨®n especial junto a la Polic¨ªa Nacional, pensaba que a la cifra le faltaban tres ceros. La familia del chaval, que padec¨ªa una par¨¢lisis parcial de su cuerpo, lo hab¨ªa vendido por ese dinero a un traficante de ¨®rganos para poder seguir alimentando a sus otras cuatro hijas. Como muchos otros habitantes de esa regi¨®n, no dispon¨ªan de recursos para comer a diario. ¡°Algo que aprendes con el tiempo es que no puedes juzgarlos: aquel ni?o iba a morir y lo vend¨ªan fruto de la desesperaci¨®n¡±, explica Do?oro, en una terraza del centro de Madrid.
La misma desesperaci¨®n que sinti¨® Do?oro al conocer la historia de Manuel es la que lo llev¨® a decidir que ten¨ªa que salvar la vida de aquel adolescente, aunque en el camino tuviera que dar la suya. Vestido con una camiseta sucia y barba de una semana, alquil¨® una camioneta para llegar hasta all¨ª y simular que tambi¨¦n era un traficante. Con esa guisa, y pagando un d¨®lar m¨¢s a la familia, agarr¨® al ni?o, lo meti¨® en el veh¨ªculo apresuradamente y lo rescat¨®. ¡°En unas d¨¦cimas de segundo me di cuenta de que aquello era el tren que pasa una vez por tu vida, que o lo tomas o lo dejas. Y que si lo tomas te va a llevar all¨¢ donde jam¨¢s pensaste que ir¨ªas¡±. El religioso, que confiesa que pas¨® ¡°todo el miedo del mundo¡±, asegura: ¡°Ah¨ª fui muy consciente de que aquel ni?o me iba a cambiar la vida¡±.
Una vida principalmente castrense, con expediciones en Bosnia y Kosovo, que ha llevado al padre Ignacio a otras misiones humanitarias en T¨¢nger, Colombia y Mozambique, en las que tambi¨¦n trabaj¨® con ni?os con problemas de exclusi¨®n y enfermedad, y que desde 2011 lo hizo recalar en Per¨². All¨ª hace 10 a?os, ya retirado de la vida militar, fund¨® Hogar Nazaret, una casa de acogida en el Amazonas peruano en la que tratan de dar una vida digna a ni?os hu¨¦rfanos o de familias vulnerables que sobreviven bajo la extrema pobreza, y a otros muchos que han sido v¨ªctimas de trata y prostituci¨®n. Una labor que en 2021 le ha valido estar nominado al Premio Princesa de Asturias de la Concordia, galard¨®n que se falla el 30 de junio. ¡°Uno de los lemas de esta casa es que si salvas a un ni?o, salvas a la humanidad¡±, explica Do?oro, haciendo alusi¨®n a una de las ense?anzas del Talmud.
La vida del padre Ignacio, principalmente castrense, lo ha llevado a Bosnia y Kosovo y a misiones humanitarias en T¨¢nger, Colombia y Mozambique, hasta que en 2011 recal¨® en Per¨²
A base de medicaci¨®n y de una dura rehabilitaci¨®n, Manuel se recuper¨® de aquella par¨¢lisis que hab¨ªa sido su sentencia de muerte. Do?oro supo de ¨¦l a?os despu¨¦s, cuando recibi¨® una carta del joven, ya un adulto, en el cuartel de Intxaurrondo (San Sebasti¨¢n), donde estaba destinado en los a?os m¨¢s duros de la banda terrorista ETA. En aquella misiva, Manuel le agradec¨ªa todo lo que hab¨ªa hecho y le recordaba que hab¨ªa sido para ¨¦l la persona ¡°m¨¢s importante¡±. ¡°Hoy otro ni?o de la casa, que ya est¨¢ terminando 4? de Psicolog¨ªa, me ha despertado con este mensaje: ¡®T¨² me has cambiado la vida, para m¨ª ha sido un nuevo renacer¡¯. Cuando trabajas con los m¨¢s pobres de los pobres no esperas nada, pero ellos son mi mayor recompensa¡±, dice sonriendo el religioso.
Por extra?o que parezca, otra de las personas ¡°clave¡± en la vida de Do?oro para dar el giro definitivo que lo llevar¨ªa a Per¨² fue Carme Chac¨®n. La ministra de Defensa visitaba Kosovo en 2009. All¨ª anunciar¨ªa la retirada de las tropas frente a los militares del contingente espa?ol, entre los que estaba Do?oro. Tras la rueda de prensa y el almuerzo, la pol¨ªtica y el religioso coincidieron en la cafeter¨ªa y entablaron una conversaci¨®n personal que les llevar¨ªa a ambos, entre otras cosas, a confesarse sus sue?os.
¡°A¨²n se me ponen los pelos de punta cuando recuerdo c¨®mo se me qued¨® mirando, y casi me grita: ¡®?Est¨¢s equivocado, est¨¢s equivocado! Y si te mueres ma?ana..., ?qu¨¦ pasa? Los sue?os hay que cumplirlos ahora¡±, recuerda que le dijo Chac¨®n. El capell¨¢n le acababa de contar su proyecto tras su jubilaci¨®n de la vida militar: una casa de acogida para ni?os en riesgo de exclusi¨®n social. ¡°¡®Si te mueres, vas a morir frustrado¡¯¡±, me dijo. Esas palabras dichas por una persona con su dolencia y que luego morir¨ªa tan joven recobran una fuerza incre¨ªble¡±, a?ade el misionero. Esta, junto a otras muchas, es una de las an¨¦cdotas que cuenta Do?oro de los R¨ªos en su libro El fuego de Mar¨ªa (Nueva Eva), una autobiograf¨ªa que va por su segunda edici¨®n.
Pero no hubo que esperar a la jubilaci¨®n. Chac¨®n intercedi¨®, antes de dejar el ministerio tras la victoria del PP en las elecciones de 2011, para que a Do?oro se le concediera una excedencia y pudiera cumplir su sue?o. Una misi¨®n que tambi¨¦n monse?or Robert Sarah le hab¨ªa encargado en una audiencia celebrada en Roma despu¨¦s de una expedici¨®n de Do?oro a Mozambique, donde cuidaba a ni?os con VIH: ¡°¡®Que no se pierda ninguno¡¯¡±, asegura que le pidi¨® el que fuera ordenado luego cardenal por Benedicto XVI.
Y en ese intento de no perder a nadie o de rescatar a todos los posibles, naci¨® el Hogar Nazaret, que de 2011 a 2015 se ubicar¨ªa en Puerto Maldonado, puerta de entrada a la selva amaz¨®nica de Per¨², para luego mudarse a sus actuales sedes, de ni?as y ni?os respectivamente, en Bellavista y Carhuapoma. ¡°Las comunidades de esas zonas conocen nuestra labor y cuando se enteran de que hay un ni?o que podr¨ªa ser portada de cualquier telediario, nos avisan y se viene a la casa¡±, explica Do?oro.
¡°Cada vez que llega una ni?a o un ni?o digo: ¡®Esto es lo m¨¢s bestia que me ha pasado en la vida¡¯, y luego llega otro y vuelve a ocurrirme¡±, asegura, mientras da un golpe a la mesa, haciendo memoria de lo peor que haya podido ver o presenciar en estos a?os. ¡°Ni?os que no parecen ni?os, que reptan porque tienen el cuerpo paralizado; con heridas que te dice el m¨¦dico que no tienen soluci¨®n. Muchos de ellos no saben hablar porque nadie les ha ense?ado y emiten gritos y golpes, que es su manera de comunicarse, o dan mordiscos y pu?etazos¡±, se lamenta.
Con un presupuesto de 8.000 euros al mes, al que hacen frente con donativos y sin ninguna financiaci¨®n oficial, en Hogar Nazaret tienen la salud, f¨ªsica y mental, junto a la educaci¨®n como dos de sus pilares b¨¢sicos. En esta casa, en la que trabajan 22 personas, no hay cabida para el racismo, asegura Do?oro, pero tampoco para ning¨²n comportamiento machista. ¡°Escuchas con frecuencia decir: ¡®Es mi hembrita¡¯, ¡®Yo con mi hembra hago lo que quiero¡¯. Y estos comentarios son motivo de expulsi¨®n de la casa. Y eso, como ya saben ellos, significa volver al infierno¡±, contextualiza el religioso.
Empoderamiento es una de las palabras que el padre Ignacio emplea mucho en su conversaci¨®n, a pesar de que sabe que es ¡°extra?o¡± que ese vocablo se cuele en el vocabulario de un sacerdote. ¡±El gran problema de la ni?ez es el de la mujer. Para m¨ª es una gozada ser agente de cambio y que la vida de estas ni?as no sea quedarse embarazadas y estar atadas a un hombre y puedan desarrollar sus propias habilidades¡±, asegura.
Sacar a los ni?os y las ni?as del basurero, los llamados ¡®entenados¡¯, para que puedan ser ingenieros, no te puedes imaginar lo que significa, no solo para ellos, sino para su familia, la comunidad y la sociedad. Esa es la verdadera revoluci¨®n social
El siguiente paso del Hogar Nazaret es comenzar a cultivar el terreno de 70 hect¨¢reas que posee en una de las fincas aleda?as al centro de acogida para poder ser autosuficientes. Y lo har¨¢n con ayuda de la sembradora de arroz que han podido comprar con el primer premio Solidaridad 2021 que le ha otorgado la revista Telva al padre Do?oro por su labor, dotado de 17.000 euros. Su otro gran proyecto es el de poner en marcha una escuela de ingenier¨ªa, que ya han empezado a construir y esperan est¨¦ lista en dos a?os: ¡°Sacar a los ni?os y las ni?as del basurero, los llamados entenados, para que puedan ser ingenieros, no te puedes imaginar lo que significa, no solo para ellos, sino para su familia, la comunidad y la sociedad. Esa es la verdadera revoluci¨®n social¡±, concluye.
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