Una ventana de oportunidad para librarse de la tuberculosis en Somalilandia
La fuerte sequ¨ªa y la pobreza creciente en el pa¨ªs africano aumentan el riesgo de contraer esta enfermedad, cada vez m¨¢s resistente a los medicamentos. El acceso y la finalizaci¨®n satisfactoria de un largo tratamiento tambi¨¦n son importantes desaf¨ªos
Mohamed Muse es pastor en la regi¨®n semi-aut¨®noma de Somalilandia, al norte de Somalia, pero ahora no tiene reba?o. Este hombre, cuyo nombre ha sido cambiado para proteger su identidad por miedo al estigma, ya hab¨ªa sufrido tuberculosis dos veces, pero el tratamiento fall¨® y recientemente le diagnosticaron la variante multirresistente a los medicamentos (MDR, por sus siglas en ingl¨¦s) de esta enfermedad infecciosa. Ante esto, tom¨® la dif¨ªcil decisi¨®n de dejar sus animales atr¨¢s, diezmados por la inclemente sequ¨ªa que est¨¢ entrando en su cuarto a?o, para poder recibir el tratamiento de hasta 20 meses que le puede salvar la vida. As¨ª se lo cuenta al personal de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) en la cl¨ªnica especializada que gestionan en Hargesia, la capital regional. Su caso es uno de tantos otros que est¨¢n empezando a alarmar a quienes se encargan de lidiar con la tuberculosis en la regi¨®n.
La tuberculosis es la segunda enfermedad m¨¢s mort¨ªfera del mundo actualmente despu¨¦s de la covid-19. En 2020, 1,5 millones de personas murieron por su causa. En Somalia, a pesar de que entre 2015 y 2020 se registr¨® una disminuci¨®n del 5,5% en su incidencia ¨Caunque el objetivo era de 20%¨C, en el ¨²ltimo a?o la tasa de infecciones ha aumentado por primera vez en una d¨¦cada, en sinton¨ªa con el resto del mundo. Seg¨²n los ¨²ltimos registros, se situ¨® en 259 casos por 100.000 habitantes y 26 por cada 100.000 cuando se trata de la variedad resistente a los medicamentos. Asimismo, las muertes tambi¨¦n crecieron por primera vez en 10 a?os y se estima que en el pa¨ªs fallece una persona por tuberculosis cada 50 minutos.
Las razones de este crecimiento son varias y se complementan entre ellas. Por un lado, la pandemia de covid-19 ha trasladado el foco del sector, disminuyendo la inversi¨®n en prevenci¨®n y tratamiento, por lo cual la gente dispone de menos informaci¨®n sobre la enfermedad. Pero adem¨¢s, la pobreza extrema, recrudecida por la sequ¨ªa y los conflictos internos y externos que no dan tregua, aumenta el riesgo de contagio. Sin embargo, lo m¨¢s preocupante es el hecho de que en ese contexto de tal necesidad, la gente no puede permitirse detener su vida durante m¨¢s de a?o y medio para recibir la atenci¨®n m¨¦dica necesaria. Por lo tanto, cada vez m¨¢s personas abandonan el proceso, aumentando su probabilidad de morir o de desarrollar resistencia a los f¨¢rmacos m¨¢s comunes. Y esto fomenta la circulaci¨®n de la tuberculosis MDR.
Se estima que en Somalia fallece una persona por tuberculosis cada 50 minutos
Lo explica el doctor Ireneaus Sebit Sindani, l¨ªder del programa de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) contra esta enfermedad en Somalia. ¡°La tuberculosis MDR es causada por un tratamiento inadecuado de la tuberculosis ordinaria. En la mayor¨ªa de los casos, se desarrolla en pacientes que estuvieron previamente tratados, pero cuyo proceso fall¨® o fue abandonado antes de finalizar. A partir de ah¨ª, la principal causa de infecci¨®n es cuando esta bacteria resistente se transmite por la comunidad¡±.
Esto supone un reto porque los medicamentos para la tuberculosis MDR son m¨¢s caros que los ordinarios y la duraci¨®n del tratamiento es mayor. As¨ª, el dinero disponible para enfrentar la tuberculosis, que ya de por s¨ª era insuficiente, cunde menos. Seg¨²n estimaciones de la OMS, el coste medio de un tratamiento completo de tuberculosos actualmente es de 1.192 euros, pero se eleva hasta los 3.705 euros cuando se trata de cepa MDR.
La vasta mayor¨ªa del presupuesto lo aporta el Fondo Mundial, que canaliza casi todas las donaciones para tratar la tuberculosis, el sida y la malaria a nivel global. Los 29 millones de d¨®lares (27,7 millones de euros) que est¨¢ invirtiendo en Somalia entre 2021-2023 son utilizados para enfrentar la tuberculosis en diferentes escenarios, seg¨²n explican a este diario. Hay promoci¨®n y coordinaci¨®n de pol¨ªticas, programas de educaci¨®n y concienciaci¨®n, detecci¨®n y diagn¨®stico, recolecci¨®n de datos y tratamientos. ¡°A trav¨¦s de estas subvenciones, los hombres, mujeres y ni?os vulnerables pueden recibir los costosos diagn¨®sticos y f¨¢rmacos de forma gratuita. Los subsidios tambi¨¦n proporcionan apoyo nutricional a las personas vulnerables a la malnutrici¨®n, especialmente durante el tratamiento de la tuberculosis multirresistente, y adem¨¢s los pacientes reciben incentivos al finalizar el periodo de medicaci¨®n¡±, ahonda una portavoz del Fondo Mundial.
Si bien existe este amplio aparato en marcha, las dificultades externas torpedean su eficacia. Para asegurar la efectividad del tratamiento es ideal la terapia monitoreada, donde el paciente recibe su dosis diaria directamente de profesionales sanitarios que trazan su evoluci¨®n. Sin embargo, en muchas ocasiones, es imposible para los enfermos ir todos los d¨ªas a recibirla. De hecho, desde un principio, acceder a los centros especializados, coordinados por diferentes organizaciones internacionales en ciertos puntos del pa¨ªs, ya es dif¨ªcil para quienes deben recorrer distancias enormes, muchas veces en muy mal estado de salud, para llegar a ellos. Luego, cuando lo logran, reciben un golpe econ¨®mico doble: sus ingresos se congelan, pues suelen verse obligados a dejar de trabajar varios meses por los efectos secundarios que, a su vez, implican un gasto importante en otros medicamentos, pues estos ya no est¨¢n cubiertos.
C¨®mo aumentar la accesibilidad
Ante estos retos, la OMS ha ¡°promovido el tratamiento ambulatorio de pacientes para aumentar la accesibilidad¡± y ¡°se ha asegurado de que el pa¨ªs adopte el tratamiento oral para la tuberculosis MDR para permitir que los pacientes tomen los medicamentos en casa observados por trabajadores sanitarios comunitarios¡±, asegura MSF en un comunicado. La organizaci¨®n tambi¨¦n indica que este r¨¦gimen tambi¨¦n es m¨¢s corto y barato: con menos de 960 euros por beneficiario se puede completar la terapia en apenas cuatro meses. As¨ª esperan que se mejoren los resultados y disminuyan las muertes y los abandonos. Sin embargo, menos de un 1% de los pacientes recibe este r¨¦gimen de medicamentos, pues estos no se encuentran siempre disponibles.
La estrategia de MSF para reducir la tasa de abandono y atajar el crecimiento de la incidencia de la tuberculosis MDR es diferente. Aunque tambi¨¦n promueve el r¨¦gimen corto y ambulatorio, en sus dos centros en Somalilandia el modelo es hol¨ªstico o integral. Ofrecen alojamiento y alimentaci¨®n diaria para los enfermos, as¨ª como una remuneraci¨®n mensual con la que pueden comprar m¨¢s comida nutritiva. Esto permite que la atenci¨®n sea constante e incluya un acompa?amiento psicol¨®gico para aquellos que se tienen que enfrentar a la p¨¦rdida de seres queridos, a la falta de empleo o a la exclusi¨®n social. Este apoyo es aportado por los profesionales, pero tambi¨¦n por la simple compa?¨ªa de los otros pacientes, y es ¡°important¨ªsimo para poder completar un tratamiento que resulta terriblemente largo y t¨®xico, y que adem¨¢s provoca graves efectos secundarios¡±, indica el comunicado de MSF.
De nuevo, la experiencia del pastor Mohamed Muse resulta ilustradora. ¡°Cuando me diagnosticaron por tercera vez sufr¨ª un golpe emocional muy fuerte. Pens¨¦ que esta vez no podr¨ªa superarlo. Me vine del todo abajo cuando me comunicaron la duraci¨®n del tratamiento. Durante las primeras semanas tomando la medicaci¨®n, ten¨ªa n¨¢useas, vomitaba cada vez que me tomaba una pastilla y me salieron eccemas en la piel. Ca¨ª en una depresi¨®n por estar alejado de mi familia y de tanto pensar c¨®mo sobrellevar¨ªan la sequ¨ªa¡±, explicaba a MSF tras 13 meses de medicaci¨®n en los que se est¨¢ recuperando adecuadamente. Su experiencia ha sido muy dura, pero por lo menos ha podido acceder al tratamiento.
Todas las personas de las diferentes organizaciones consultadas consideran que se tiene que aumentar el trabajo de sensibilizaci¨®n para fomentar que la gente se haga las pruebas y pueda tener acceso a los f¨¢rmacos, sobre todo en las zonas m¨¢s remotas y en los campos de refugiados que crecen a diario. Asimismo, todos se?alan que es necesario un aumento en el presupuesto global para la lucha contra las enfermedades infecciosas.
Las perspectivas que trazan no son alentadoras. Desde el Fondo Global advierten que de seguir la trayectoria actual, deber¨ªamos aceptar que estamos abandonando el objetivo de acabar con la enfermedad como amenaza p¨²blica para 2030, mientras que la OMS apunta a la pandemia de covid-19 como desestabilizador clave en la lucha contra la tuberculosis. En cualquier caso, la realidad sobre el terreno en Somalia muestra que mientras las crisis brotan en todo el mundo, son los mismos sitios ignorados los que parecen coleccionarlas.
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