El dinero pesa m¨¢s que la religi¨®n para unirse a grupos extremistas en ?frica subsahariana
Encontrar un empleo es la principal motivaci¨®n a la hora de sumarse a las filas de grupos violentos en el epicentro del terrorismo global, seg¨²n un informe de la ONU, que subraya la necesidad de invertir m¨¢s en prevenci¨®n y desarrollo y menos en respuestas militares
¡°Cuando mi padre perdi¨® su trabajo, quise ayudar financieramente a mi familia. Tambi¨¦n quer¨ªa tener poder y que las personas me respetaran¡±. El testimonio de Hasan, un somal¨ª de 18 a?os, resume el sentir de otros miles de j¨®venes del ?frica subsahariana, que se unen a grupos extremistas violentos sobre todo por lograr una m¨ªnima estabilidad econ¨®mica en una regi¨®n castigada por la pobreza, donde el Estado no da respuestas a los problemas m¨¢s acuciantes de los ciudadanos y el cambio clim¨¢tico comienza a hacer estragos. Este chico forma parte de las 2.200 personas (75% hombres y 25% mujeres) entrevistadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para su informe Viaje al extremismo, caminos de reclutamiento y desvinculaci¨®n, que analiza las diferentes maneras de poner freno a estos movimientos extremistas, que crecen de manera vertiginosa en los ocho pa¨ªses estudiados (Burkina Faso, Camer¨²n, Chad, Mal¨ª, N¨ªger, Nigeria, Somalia y Sud¨¢n) y se extienden poco a poco hacia otros como Mozambique, Togo o Ben¨ªn.
El estudio concluye que un 25% de las personas que se uni¨® voluntariamente a estos grupos lo hizo por las oportunidades de empleo que ofrec¨ªan estos movimientos. Un 22% por seguir a familiares o amigos y solo un 17% por motivos religiosos. Un estudio realizado en 2017 por el PNUD afirmaba que un 40% de los reclutas ten¨ªa razones religiosas. ¡°Estaba frustrado, ten¨ªa una familia de la que ocuparme y pens¨¦ que el grupo me dar¨ªa un estatus y en el peor de los casos una muerte como m¨¢rtir¡±, dice Mustaf¨¢, de N¨ªger, otro de los encuestados.
El ?frica subsahariana se ha convertido en el nuevo epicentro mundial del extremismo violento, con el 48% de las muertes por terrorismo en 2021Achim Steiner, administrador del PNUD
Las muertes por terrorismo en todo el mundo han disminuido en los ¨²ltimos cinco a?os, debido al declive del Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) en Irak y Siria, pero, seg¨²n el ?ndice Global de Terrorismo (GTI, por sus siglas en ingl¨¦s) del Instituto para la Econom¨ªa y la Paz (IEP), en el ?frica subsahariana se cometieron el 26% de los m¨¢s de 5.000 atentados perpetrados en 2021 en el mundo. Fue la ¨²nica regi¨®n en la que las cifras empeoraron. Cuatro de los 10 pa¨ªses m¨¢s afectados fueron Somalia, Burkina Faso, N¨ªger y Mal¨ª, que registraron un 34% de las muertes por terrorismo ese a?o. El informe subraya que el n¨²mero de v¨ªctimas mortales del terrorismo entre 2011 y 2020 ascendi¨® a 51.717 en toda ?frica.
¡°El ?frica subsahariana se ha convertido en el nuevo epicentro mundial del extremismo violento, con el 48% de las muertes por terrorismo en 2021 (...) No se debe caer en el error de pensar que se limita a este grupo de pa¨ªses, porque tiene efectos colaterales en otros Estados¡±, declar¨® Achim Steiner, administrador del PNUD. Estas cifras alarmantes se explican por un aumento de la presencia del Estado Isl¨¢mico y de grupos yihadistas vinculados a Al Qaeda, esencialmente Al-Shabab y JNIM (Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes).
El PNUD subraya que la vulnerabilidad ante el extremismo depende de factores muy diversos: cu¨¢ntos a?os ha pasado la persona en la escuela, si ha disfrutado de una estructura familiar estable o si tiene acceso a Internet. Por ejemplo, si vive en zonas perif¨¦ricas con menos contacto con personas de otras etnias y religiones correr¨ªa un mayor riesgo. Adem¨¢s, la mitad de los entrevistados que se unieron a estos grupos admite que hubo un punto de inflexi¨®n y la mayor¨ªa se?ala que se trat¨® de un abuso de parte de las fuerzas de seguridad del Estado, la muerte violenta de un familiar o el arresto de allegados. ¡°Comprender mejor qu¨¦ impulsa al extremismo violento en ?frica y qu¨¦ se puede hacer para prevenirlo, nunca ha sido tan urgente¡±, alerta el PNUD.
La mayor¨ªa de las inversiones (70%) se dedica a intervenciones centradas en la seguridad, mientras que otras iniciativas preventivas est¨¢n infrafinanciadas
El extremismo violento tambi¨¦n se est¨¢ extendiendo en un contexto cada vez m¨¢s afectado por el cambio clim¨¢tico. Seg¨²n el IEP, seis de los diez pa¨ªses del Sahel se enfrentan a un riesgo extremadamente alto o alto de amenazas ecol¨®gicas, entre ellas la disminuci¨®n de los recursos h¨ªdricos y la escasez de alimentos.
?C¨®mo responder ante los extremismos?
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos ha predominado un enfoque centrado en la seguridad, pero la ONU ya avis¨® en 2016 que esta respuesta hab¨ªa sido insuficiente y a menudo hab¨ªa ¡°empeorado las cosas ¡°. El PNUD asegura que el extremismo se combate con enfoques basados en el desarrollo y centrados en la prevenci¨®n, pero la realidad en el terreno es otra y actualmente, la mayor¨ªa de las inversiones (70%) se dedica a intervenciones centradas en la seguridad mientras que otras iniciativas preventivas est¨¢n infrafinanciadas. Es decir, se responde al extremismo ¨²nicamente de forma reactiva. Un ejemplo claro es que el gasto militar mundial bati¨® un r¨¦cord y super¨® los dos billones de d¨®lares en 2021. En el ?frica subsahariana, ascendi¨® a 20.100 millones de d¨®lares, un 4,1% m¨¢s que en 2020.
El PNUD arroja un dato que habla por s¨ª solo: por cada d¨®lar invertido en actividades de prevenci¨®n y consolidaci¨®n de la paz puede reducir el coste del conflicto y el extremismo violento en 16 d¨®lares a largo plazo. ¡°M¨¢s de una d¨¦cada de enfoques orientados a la seguridad, con un importante apoyo militar de Estados Unidos y Europa, no ha servido para construir una seguridad y una estabilidad sostenidas en la regi¨®n¡±, asegura el informe, citando como ejemplos iniciativas militares multinacionales contra ISIS, como la Misi¨®n Multidimensional Integrada de Estabilizaci¨®n Multidimensional Integrada de las Naciones Unidas en Mal¨ª (MINUSMA) o las operaciones del gobierno franc¨¦s en el Sahel, como la Operaci¨®n Serval.
Paralelamente, el informe alerta del surgimiento de grupos civiles de vigilancia parapolicial y mercenarios extranjeros, como la organizaci¨®n rusa Grupo Wagner, para hacer frente a estos grupos extremistas en ?frica. Son iniciativas ba?adas en ¡°impunidad¡± y envueltas a menudo en ¡°graves violaciones de los derechos humanos de la poblaci¨®n civil¡±.
Decir basta
¡°Mis esperanzas eran tener una casa propia, dinero y un coche, pero no consegu¨ª nada¡±. ¡°Nos dijeron que tendr¨ªamos dinero y esposas¡±. ¡°Prometieron ser mejores que el gobierno pero era mentira¡±. Los testimonios recogidos por el PNUD reflejan la desilusi¨®n de los combatientes que se alejan de estos grupos voluntariamente o porque son arrestados. ?Por qu¨¦ las expectativas no se vieron cumplidas? Sobre todo porque las aspiraciones materiales y econ¨®micas no se concretaron. A ello se suman las t¨¢cticas usadas por el grupo, sobre todo la matanza de inocentes, y a la manera que los extremistas tienen de entender la religi¨®n.
Prometieron ser mejores que el gobierno, pero era mentiraExmiembro de grupos extremistas violentos
Los datos destacan el importante papel de los incentivos gubernamentales y las amnist¨ªas en la decisi¨®n de desvincularse o desmovilizarse voluntariamente. Adem¨¢s, tambi¨¦n se subraya que el alejamiento, al igual que la entrada en el grupo, suele ser en pandilla. Es decir, hay un efecto domin¨® y es muy probable que familiares, amigos y miembros de la comunidad salgan juntos. El PNUD alerta adem¨¢s de que la desvinculaci¨®n no implica necesariamente una desradicalizaci¨®n. ¡°Salir implica cambiar el comportamiento pero no necesariamente las creencias¡±, insisten los autores.
¡°Pero los estudios demuestran que quienes deciden desvincularse del extremismo violento tienen menos probabilidades de volver a unirse y reclutar a otras personas. Por eso es tan importante invertir en incentivos que permitan la desvinculaci¨®n. Las comunidades locales desempe?an un papel fundamental a la hora de apoyar v¨ªas sostenibles para abandonar el extremismo violento¡±, afirm¨® Nirina Kiplagat, principal autora del informe y responsable t¨¦cnica de Prevenci¨®n del Extremismo Violento del PNUD en ?frica, que publica este informe en v¨ªsperas el primer D¨ªa Internacional para la Prevenci¨®n del Extremismo Violento que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 12 de febrero.
?Y qu¨¦ se puede hacer para interrumpir el viaje hacia estos movimientos violentos? El organismo de la ONU recomienda especialmente centrarse en las familias, los educadores, los l¨ªderes locales pol¨ªticos y religiosos con el fin de inculcar desde edades tempranas valores como la tolerancia religiosa, el respeto a la diversidad y la responsabilidad civil. Tambi¨¦n considera esencial invertir en la juventud que vive en zonas desfavorecidas, que son caldo de cultivo perfecto para una radicalizaci¨®n. Por ejemplo generando formaci¨®n y empleo, creando grupos de di¨¢logo sobre extremismo o prestando m¨¢s atenci¨®n a la salud mental. Igual de importante es que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones para que estos grupos no puedan suplantarlas. Para ello se propone activar las campa?as anticorrupci¨®n, aumentar los servicios concretos de reinserci¨®n y explorar la posibilidad de amnist¨ªas.
Las mujeres pueden desempe?ar una funci¨®n clave en la prevenci¨®n porque ha quedado claro que son mucho m¨¢s activas cuando son informadas de estas iniciativas. Hay que tenerlas en cuentaNirina Kiplagat, principal autora del informe
El peso de las mujeres
¡°Un avi¨®n militar atac¨® mi pueblo y mat¨® a mucha gente. Ah¨ª fue cuando decid¨ª unirme y seguir a mi marido para vengar la matanza¡±, resume Fatima, natural de Nigeria, una de las m¨¢s de 500 mujeres entrevistadas por el PNUD. A diferencia de estudios precedentes, el PNUD insiste en que hay matices de g¨¦nero importantes a la hora de trazar las pol¨ªticas de prevenci¨®n del extremismo violento. Las encuestas revelan que mientras los hombres se unen a estos grupos sobre todo buscando un trabajo, el 59% de las mujeres entra en ellos siguiendo a familiares y amigos y no recibe la misma presi¨®n social que los reclutas masculinos, convencidos de que deben demostrar su hombr¨ªa y dar sustento a su familia. ¡°Los grupos extremistas violentos juegan con estos estereotipos de g¨¦nero y expectativas sociales y culturales¡±, afirma el estudio, que concluye que las personas que se unen m¨¢s r¨¢pidamente a los movimientos radicales son hombres casados y con responsabilidades familiares que viven en un contexto de enorme pobreza.
Las mujeres tampoco se marchan solas de estos grupos y esperan a que sus familias o maridos decidan salir, lo cual puede suponer ¡°una barrera¡± para su desvinculaci¨®n, debido a estas normas que pesan sobre ellas por el hecho de ser mujeres y estar casadas. El PNUD tambi¨¦n ha constatado comportamientos que merecen ser analizados m¨¢s profundamente: por ejemplo las mujeres reaccionan muy positivamente ante los programas de prevenci¨®n y reinserci¨®n. Y para algunas de ellas, unirse a estos grupos representa una posibilidad de dejar atr¨¢s reglas opresoras y patriarcales.
¡°Su lugar en la sociedad es diferente al de los hombres y su nivel de compromiso en la adhesi¨®n, prevenci¨®n y alejamiento tambi¨¦n lo es. Las mujeres pueden desempe?ar una funci¨®n clave en la prevenci¨®n porque ha quedado claro que son mucho m¨¢s activas cuando son informadas de estas iniciativas. Hay que tenerlas en cuenta¡±, concluye Kiplagat.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.