El poblado de Tanzania que salvaguarda los arrecifes de la pesca con dinamita y del calentamiento global
Pescadores del norte del pa¨ªs fabrican bolas de hormig¨®n y las sumergen para regenerar los corales y proteger el modo de subsistencia de los habitantes de la zona, ahora amenazado
En el poblado de Subutuni, al norte de Tanzania, cuando la marea baja al final de la tarde, unas esferas de hormig¨®n agujereadas emergen entre los restos de algas y de salitre. Desde 2008, la comunidad de pescadores locales, junto a la Iniciativa Comunitaria Costera Mwambao, trabaja en la construcci¨®n y despliegue de estos arrecifes artificiales, fabricados a mano con cemento, piedra caliza y hormig¨®n, que se sumergen en una zona designada donde no se permite la pesca. ¡°El material que utilizamos est¨¢ compuesto por un pH neutro. Queremos crear una base para que el arrecife vuelva a crecer de forma natural¡±, cuenta Steve Atwell, encargado de la sumersi¨®n de los arrecifes artificiales y colaborador de Mwambao.
Ukasha Mlambo Kunema es una de las personas que ha dado forma a estos bloques de hormig¨®n. El hombre pasa la mano por el interior de los agujeros, mientras que da un par de golpes a la esfera de cemento para demostrar la rigidez de su construcci¨®n. En el futuro, los agujeros no estar¨¢n huecos, sino cubiertos de plantas de coral en el fondo del mar, contribuyendo a la salud marina de la zona. ¡°Hemos sumergido un total de 65 arrecifes artificiales y ahora estamos ultimando los 30 siguientes¡±, cuenta.
Mbwana Ishihaka lleva a?os trabajando como voluntario en la Unidad de Gesti¨®n de las playas en Subutuni, un poblado situado a unos 60 kil¨®metros de la frontera con Kenia. Junto a sus compa?eros, entre los que est¨¢ Kunema, cree que la conservaci¨®n de los arrecifes, uno de los ecosistemas m¨¢s amenazados por el cambio clim¨¢tico mundial, es esencial para la salud del planeta, pero tambi¨¦n para los negocios. ¡°Muchos de nosotros vivimos de la pesca. Si no cuidamos el mar, no hay peces y si no hay peces, no ganamos dinero¡±, se?ala. ¡°Debemos implicarnos en la conservaci¨®n por nuestro propio futuro¡±, insiste, con la vista fija en el mar.
A su lado, Nasser Katane Mbraza acaricia las heridas de las yemas de sus dedos, curtidas por el trabajo en el mar. ¡°Yo me he unido a los voluntarios porque me he dado cuenta de que este lugar est¨¢ siendo destruido por extranjeros y pescadores de otras partes del pa¨ªs¡±, explica. Ishihaka asiente. ¡°Hay muchos pescadores que vienen de la isla de Pemba y nosotros no obtenemos ning¨²n beneficio¡±, a?ade. Ambos coinciden en que el futuro ha de ser local y que su trabajo como voluntario es beneficioso y sostenible para la comunidad. ¡°Estamos orgullosos de lo que hacemos porque la comunidad entiende que es beneficioso para todos¡±, dice con orgullo Ishihaka.
Desde principios de los a?os 80, la sobrepesca y la pesca con dinamita se han convertido en uno de los principales enemigos de las barreras de coral en Tanzania.
El objetivo de las organizaciones locales es que los que vienen detr¨¢s aprendan a cuidar de sus aguas. Varias escuelas de Dar es Salaam y Arusha, como la Escuela Internacional de Moshi, colaboran con el proyecto. Adem¨¢s, Mwambao y la comunidad de pescadores organizan talleres educativos para la preservaci¨®n del coral. ¡°Salimos al arrecife y recogemos trozos de coral da?ados que, en su mayor¨ªa, pueden volver a crecer¡±, a?ade Atwell.
Un reto may¨²sculo
Seg¨²n el Centro de Investigaci¨®n y Desarrollo de los Oc¨¦anos Costeros del Oc¨¦ano ?ndico (CORDIO, por sus siglas en ingl¨¦s) los corales de la zona este de ?frica estar¨¢n en peligro de extinci¨®n dentro de 50 a?os. Desde principios de los a?os 80, la sobrepesca y la pesca con dinamita se han convertido en uno de los principales enemigos de los arrecifes en Tanzania. El Canal de Pemba, donde trabajan Mwambao y la comunidad de pescadores de Subutuni, es una de las zonas m¨¢s resistentes al cambio clim¨¢tico de la costa este africana debido a la profundidad de sus aguas, pero aun as¨ª los expertos apuntan que no hay que bajar la guardia.
En esta regi¨®n, las frecuentes explosiones con dinamita se realizan a trav¨¦s de bombas caseras creadas a partir de materiales disponibles localmente. Se llevan a cabo en aguas poco profundas y cerca de corales vivos y de manglares. El resultado es un da?o grave en los arrecifes, que inhibe el crecimiento de los corales nuevos, destruye habit¨¢culos, reduce los vol¨²menes de peces y rompe la cadena alimenticia y el equilibrio del ecosistema. ¡°La pesca con dinamita contin¨²a siendo una pr¨¢ctica com¨²n en la zona. No les importa lo que digan las autoridades¡±, apunta Imani Rulazigula, quien participa en las reuniones comunitarias que organiza la Sociedad de Conservaci¨®n de la Fauna (WCS, por sus siglas en ingl¨¦s) en Moa, a 14 kil¨®metros de Subutuni. Aun as¨ª, este treinta?ero no pierde la fe. ¡°No se puede forzar a la gente, el cambio est¨¢ dentro de cada uno. Hasta entonces, lo ¨²nico que podemos hacer es ejercer influencia en nuestras comunidades¡±, a?ade.
Subutuni se encuentra adem¨¢s en la zona del parque marino de Tanga, que alberga una de las especies marinas m¨¢s amenazadas, el celacanto, un pez que se cre¨ªa extinguido desde la ¨¦poca de los dinosaurios, hasta que hace unos 80 a?os aparecieron algunos ejemplares en costas africanas. Expertos creen que las caracter¨ªsticas ¨²nicas del celacanto muestran uno de los estados iniciales de la evoluci¨®n de los peces a animales terrestres de cuatro patas, como los anfibios, hace millones de a?os.
David Obura, director de CORDIO, alerta de que la situaci¨®n es l¨ªmite. ¡°Tenemos que cortar las emisiones completamente y manejar responsablemente la pesca.¡±, asegura el cient¨ªfico. ¡°Estamos ante una situaci¨®n alarmante. La degradaci¨®n de las aguas subterr¨¢neas a consecuencia del calentamiento clim¨¢tico es un reto may¨²sculo para la salud de los corales de la zona¡±, concluye.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.