Los emigrantes repatriados no son bienvenidos en Gambia
El pa¨ªs africano, que trabaja en un acuerdo migratorio con Alemania, presenta un reto a los migrantes devueltos: el rechazo social a su ¡®fracaso¡¯
Mamadou Ndiaye, de 24 a?os, y Alou Jaeng, de 29 a?os, podr¨ªan haber estado en el barco que volc¨® frente a la costa mauritana en diciembre de 2019, dejando decenas de muertos. Los dos gambianos estuvieron a punto de ser engullidos por las olas del oc¨¦ano Atl¨¢ntico dos d¨ªas despu¨¦s, cuando su embarcaci¨®n, que parti¨® de Gambia rumbo a Canarias, se qued¨® sin gasolina y sin comida. Ellos eran pescadores y estaban acostumbrados, pero a muchos otros les entr¨® el p¨¢nico. Al igual que en el barco que naufrag¨®, a bordo hab¨ªa muchos hombres y mujeres j¨®venes, algunos con hijos. ¡°Si el otro barco no se hubiera hundido¡±, dice Nidaye, ¡°los guardacostas mauritanos nunca nos habr¨ªan encontrado. Se toparon con nosotros mientras buscaban supervivientes del naufragio que hab¨ªa tenido lugar dos d¨ªas antes¡±.
Los dos j¨®venes regresaron con el rabo entre las piernas a Albreda, un peque?o pueblo de la ribera norte del r¨ªo Gambia. Llevan cuatro a?os en su pa¨ªs, demasiado traumatizados para volver a partir hacia Europa.
El viento c¨¢lido no se lleva el penetrante hedor a pescado viejo. A la sombra de una gran higuera, los hombres comprueban que sus redes de pesca no tienen agujeros. Sentados en la ra¨ªz de un ¨¢rbol, miran hacia la playa, donde est¨¢n atracadas las barcas azules y rojas de los ancianos de la aldea. ¡°Tenemos que alquil¨¢rselas, nos endeudamos incluso antes de capturar un pez¡±, explica Jaeng. Eso, si pillan alguno, porque la pesca excesiva ya casi no deja peces en el mar.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, m¨¢s de 100.000 gambianos viajaron a Europa, 16.000 de los cuales acabaron en Alemania. Esto se debe en parte al atractivo econ¨®mico del pa¨ªs: Alemania tiene la mayor econom¨ªa de Europa y la tasa de desempleo m¨¢s baja
Aqu¨ª, en la regi¨®n de la ribera norte, no hay perspectivas de encontrar trabajo, ni siquiera para aquellos con estudios superiores. En ning¨²n lugar de Gambia hay tantos j¨®venes dispuestos a marcharse a Europa como aqu¨ª. ¡°Intentamos explicar lo peligroso que es, una misi¨®n imposible¡±, comenta Jaeng. ¡°A la mayor¨ªa no le importa. La semana pasada, un grupo de hombres parti¨® desde un pueblo cercano. No hemos vuelto a tener noticias de ellos¡±. Gambianos como Ndiaye y Jaeng intentan navegar desde el continente africano hasta Canarias por una de las rutas migratorias m¨¢s mort¨ªferas del mundo: al menos 559 personas murieron en el mar el a?o pasado, entre ellas 22 ni?os, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM).
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, m¨¢s de 100.000 gambianos viajaron a Europa, 16.000 de los cuales acabaron en Alemania. Esto se debe en parte al atractivo econ¨®mico del pa¨ªs, con la mayor econom¨ªa de Europa y la tasa de desempleo m¨¢s baja. Por ello, ambos pa¨ªses perfilan un posible acuerdo para llegar a un acuerdo: si Banjul (capital de Gambia) acoge a sus ciudadanos expulsados, Berl¨ªn expedir¨¢ un n¨²mero a¨²n por determinar de visados de trabajo. Adem¨¢s, los gambianos que sigan una formaci¨®n en un campo en el que Alemania tenga escasez de personal podr¨¢n obtener un permiso de residencia temporal. La econom¨ªa alemana necesita 400.000 profesionales cualificados cada a?o y, el a?o pasado, el pa¨ªs recibi¨® 244.000 nuevas solicitudes de asilo, tanto de trabajadores inmigrantes como de refugiados, de los que la mitad obtuvo un permiso de residencia. El anteproyecto es obra de Gerald Knaus, asesor del Gobierno alem¨¢n y art¨ªfice del pacto con Turqu¨ªa que puso fin al cruce de refugiados sirios a las islas griegas en 2016.
Si de Knaus dependiera, quienes llegan a Alemania por la v¨ªa ilegal ser¨ªan devueltos inmediatamente. ¡°Si se les devuelve tras un breve tr¨¢mite¡±, asegura por tel¨¦fono, ¡°no intentar¨¢n una y otra vez volver a Europa¡±. Gambia tendr¨¢ que acoger y formar a los repatriados. ¡°La reintegraci¨®n es una parte crucial del acuerdo¡±, remacha.
El convenio se ajusta al principio de acuerdo alcanzado por los ministros de la UE en junio para poner coto a la inmigraci¨®n irregular. En Italia, Grecia y Espa?a deber¨¢n crearse ¡°centros fronterizos¡± cerrados. Tras un r¨¢pido procedimiento de asilo, debe permitirse a los migrantes proseguir el viaje hasta su destino final o devolverlos. Detener las embarcaciones y enviar a los emigrantes a sus pa¨ªses de origen es tambi¨¦n una parte importante del acuerdo migratorio que la Uni¨®n Europea quiere cerrar con T¨²nez.
Perseguidos por la sombra del fracaso
Sin embargo, los planes de retorno dependen de la voluntad de los pa¨ªses de acoger nuevamente a sus emigrantes. Y en lo que respecta a Gambia, es justamente ah¨ª donde reside el problema, como pudo comprobar Oumar Sowe, de 26 a?os, cuando intent¨® viajar a Europa. En dos ocasiones tuvo que interrumpir su viaje y regresar a su pueblo natal, donde siente que le miran por encima del hombro. Asegura que sus compatriotas le ven como un fracasado, incapaz de recuperar los miles de euros que su familia hab¨ªa invertido en su viaje a Europa.
Para huir del desprecio, Sowe se uni¨® a una peque?a comuna de repatriados en un antiguo alojamiento tur¨ªstico en ruinas oculto entre la maleza a las afueras de su aldea. Con la ayuda de una ONG local, dirigen una granja improvisada con la intenci¨®n de reinvertir todos los beneficios en nuevos cultivos y animales. Sin embargo, nadie parece preocuparse por el gallinero o los cultivos plantados en la ¨¢rida tierra: en el porche de madera, los repatriados se dedican principalmente a navegar ensimismados en sus tel¨¦fonos.
El m¨®vil de Sowe est¨¢ repleto de actualizaciones de amigos que han conseguido llegar a Europa. Llevan el mismo atuendo urbano que ¨¦l: camiseta, pantalones de ch¨¢ndal, zapatillas de marca y unos auriculares blancos alrededor del cuello. ?Siente celos? ¡°La verdad es que no¡±, asegura, guardando r¨¢pidamente el tel¨¦fono en el bolso que lleva en el hombro. ¡°Sus fotos no dicen toda la verdad. Nunca muestran en TikTok nada sobre su trabajo o sobre el lugar en que viven. Solo salen en sitios bonitos, o junto a coches caros aparcados en la calle¡±.
Sin embargo, el contraste entre las glamurosas fotos y v¨ªdeos del tel¨¦fono de Sowe y la destartalada granja no podr¨ªa ser m¨¢s claro. Lentamente se pone en pie; es hora de comprobar c¨®mo est¨¢n las gallinas. ¡°Espero que recuperemos nuestra inversi¨®n¡±, dice l¨¢nguidamente. ¡°Hasta ahora estos polluelos nos han costado mucho dinero¡±.
Los parientes y amigos de Sowe, como los de tantos otros j¨®venes de esta regi¨®n, le instan constantemente a marcharse a Europa. Sus padres son ya mayores y tiene que ganar dinero para mantener a la familia en un pa¨ªs con una gran dependencia de las remesas de la di¨¢spora.
Los parientes y amigos de Sowe, como los de tantos otros j¨®venes de esta regi¨®n, le instan constantemente a marcharse a Europa. Sus padres son ya mayores y tiene que ganar dinero para mantener a la familia en un pa¨ªs con una gran dependencia de las remesas de la di¨¢spora
Los intereses financieros que crean esos pagos tambi¨¦n pesan en las decisiones de los pol¨ªticos gambianos, afirma Ismaila Danso, subsecretario de Estado del Ministerio del Interior de Gambia, sentado en un sof¨¢ de cuero blanco en su despacho de Banjul. Es un hombre corpulento con ojos que centellean tras la montura de sus gafas. ¡°Al igual que el Gobierno alem¨¢n est¨¢ bajo presi¨®n para deportar a los migrantes¡±, asevera, ¡°el nuestro est¨¢ bajo presi¨®n para evitar que sean devueltos¡±. Cuando en mayo de 2021 Alemania quiso por primera vez repatriar en avi¨®n a los gambianos que hab¨ªan agotado todos los recursos legales, muchos de sus compatriotas reaccionaron con furia. El presidente Adama Barrow, presionado por sus partidarios, se neg¨® a dejar entrar en el pa¨ªs a los emigrantes deportados. En represalia, la UE impuso fuertes sanciones, dificultando a¨²n m¨¢s a los gambianos la solicitud de visado para los pa¨ªses del espacio Schengen.
Danso celebra la posibilidad de un acuerdo migratorio con Alemania, pero no puede decir nada sobre la marcha de las conversaciones. Afirma que habr¨¢ que hacer m¨¢s para combatir la inmigraci¨®n irregular. ¡°Mientras nosotros, como Gobierno, no consigamos dar a la gente una vida mejor aqu¨ª, se ir¨¢n a Europa por el camino de atr¨¢s¡±, sentencia Danso. Y a?ade: ¡°El desempleo sigue aumentando, as¨ª que es dif¨ªcil frenar realmente la inmigraci¨®n ilegal. Por eso tenemos que seguir hablando con los pa¨ªses europeos¡±.
El dinero europeo no solo deber¨ªa gastarse en detener a los migrantes en el norte de ?frica, opina Danso, sino que tambi¨¦n deber¨ªa invertirse en la reintegraci¨®n de los repatriados. Esto ya est¨¢ ocurriendo en cierta medida: desde 2017, un total de 8.339 gambianos cuyo viaje a Europa se torci¨® y, por tanto, se ofrecieron como voluntarios, han recibido apoyo de la OIM. Los repatriados Omar Sowe y los pescadores Jaeng y Ndiaye tambi¨¦n recibieron 770 euros a su regreso. La OIM afirma que no cooperar¨¢ con las deportaciones forzosas.
Danso tambi¨¦n quiere hacer m¨¢s por los repatriados desde el Gobierno. ¡°Todav¨ªa estamos creando un programa de reintegraci¨®n para los migrantes que acaban de regresar¡±, explica el alto funcionario. ¡°Queremos apoyarles econ¨®micamente, pero tambi¨¦n formarles. Debemos asegurarnos de que cambien su forma de pensar. Europa no es el ¨²nico sitio donde se puede triunfar, tambi¨¦n hay oportunidades en Gambia¡±.
A Omar Sowe le da igual lo que se discute en el Gobierno. Este criador de pollos tiene quebraderos de cabeza de sobra con su nueva vida en Gambia. ¡°La vida aqu¨ª es muy dura¡±, afirma. Para poder seguir comprando pienso, Sowe tuvo que vender ayer la mitad de los animales. ¡°Si este proyecto fracasa volver¨¦ a intentar ir a Europa¡±, dice suspirando. ¡°No tengo otra opci¨®n¡±. Se r¨ªe amargamente. ¡°Esto es ?frica. Soy el hijo primog¨¦nito de mi padre y tengo que cuidar de mi familia. Muchos hombres preferir¨ªan una muerte honrada en el desierto a morir de verg¨¹enza en su aldea¡±.
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