Misiones m¨¦dicas y cr¨®nicas urbanas desde Nairobi
Igor G. Barbero, periodista de M¨¦dicos Sin Fronteras, reflexiona en su reciente libro ¡®Vislumbres de ?frica Oriental¡¯ sobre la vida en el continente hoy, la ayuda humanitaria y las maneras en que los extranjeros se acercan a regiones convulsas
No ser¨ªa osado decir que una de las ONG que goza de mayor confianza de la ciudadan¨ªa, a nivel internacional, es M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF). En esa organizaci¨®n trabaja actualmente el periodista Igor G. Barbero (Bilbao, 1983), autor de un libro recientemente publicado, llamado Vislumbres de ?frica Oriental (editorial UOC, 2021), que es una obra personal pero basada en su experiencia de trabajo para la entidad, en Nairobi (Kenia), durante los ¨²ltimos dos a?os. En esas p¨¢ginas se entremezclan las misiones que le llevaron a Sud¨¢n, Sud¨¢n del Sur, Kenia y Etiop¨ªa con sus apuntes de expatriado en la capital keniana, una ciudad ¡°marchosa, din¨¢mica, exuberante¡± y, a la vez, ¡°una balsa de aceite en una regi¨®n convulsa¡±.
Desde Nairobi, Barbero ¨Cque fue corresponsal de la Agencia EFE en varios pa¨ªses de Asia y ?frica y cofundador de Revista 5W¨C nos relata por escrito su visi¨®n de esa subregi¨®n: ¡°?frica Oriental es fascinante en muchos sentidos. Es el origen de la humanidad, alberga maravillas arquitect¨®nicas, playas paradis¨ªacas y los lagos m¨¢s grandes, las cimas m¨¢s altas y la fauna salvaje m¨¢s impresionante. Las hist¨®ricas iglesias et¨ªopes de Lalibela, el archipi¨¦lago de Zanz¨ªbar, el Lago Victoria, el monte Kilimanjaro o el Mas¨¢i Mara apenas necesitan presentaci¨®n. Este enclave es, adem¨¢s, cuna de la principal lingua franca africana: el suajili¡±.
Pero ?frica Oriental tambi¨¦n afronta, seg¨²n el autor, ¡°m¨²ltiples desaf¨ªos: dictaduras y reg¨ªmenes autoritarios, naciones j¨®venes con dificultades para asomarse al desarrollo, revoluciones inspiradoras a la vez que fr¨¢giles, conflictos brutales que han desplazado y desheredado a millones, o una crisis clim¨¢tica que en pocos lugares tiene tanto impacto como aqu¨ª¡±.
Este libro (del que podemos leer aqu¨ª un fragmento) explica Barbero, ¡°intenta dar forma, estructura y sentido a una serie de vivencias, entrevistas, conversaciones y lecturas¡±. Y acerca de esas razones y sus escritos mantuvimos, v¨ªa correo electr¨®nico, este di¨¢logo:
Pregunta: ?Considera que hay menos bibliograf¨ªa y repercusi¨®n medi¨¢tica sobre lo que pasa en ?frica oriental que de lo que sucede en otras regiones del continente?
Respuesta: La informaci¨®n que llega al lector espa?ol sobre ?frica lo hace a menudo al calor de coletazos de la actualidad medi¨¢tica, a trav¨¦s de peque?as pinceladas asociadas generalmente a acontecimientos negativos como puede ser un golpe de estado en Sud¨¢n, la nueva fase de la guerra civil en Etiop¨ªa o unas graves inundaciones en Sud¨¢n del Sur, o que se extinga el ¨²ltimo rinoceronte blanco del norte en Kenia. Tambi¨¦n puede ser por situaciones pintorescas, que llaman la atenci¨®n por contraste, pero no hay un flujo asiduo que ayude a entender sociedades muy diversas sencillamente porque el ratio de periodistas que cubren un continente de 54 pa¨ªses y 1.200 millones de personas es baj¨ªsimo. Algunos corresponsales espa?oles cubren pr¨¢cticamente el continente entero. La agencia EFE tiene una base en Nairobi que monitorea 40 pa¨ªses.
No pienso que el Cuerno de ?frica est¨¦ peor cubierto, seguramente s¨ª menos que el Magreb, pero esta ¨²ltima es una regi¨®n un tanto estrat¨¦gica para Espa?a, con v¨ªnculos mucho m¨¢s directos. Adem¨¢s, uno puede leer a voces interesantes de ?frica Oriental como los kenianos Wangari Maathai o Ngugi Wa Thiong¡¯o, escritoras m¨¢s j¨®venes como Nanjala Nyabola, o el tanzano Abdulrazak Gurnah, ¨²ltimo Nobel de Literatura, as¨ª como una lista de firmas extranjeras que han puesto sus ojos en la regi¨®n, empezando con el ic¨®nico Kapuscinsky, o el compa?ero de EFE, Javier Triana, que este a?o public¨® Matumbo, sobre Kenia.
P: ?Cu¨¢l es la principal emergencia a la que se enfrenta una organizaci¨®n como MSF en esa regi¨®n?
R: ?frica Oriental es una zona donde hay pa¨ªses con altos niveles de inestabilidad pol¨ªtica. Surgen con frecuencia conflictos nuevos y otros viejos se cronifican. Y tambi¨¦n hay un fuerte impacto de los desastres naturales. Durante 2021, la crisis en la regi¨®n de Tigray, en el norte de Etiop¨ªa, ocup¨® una parte importante de los esfuerzos de los equipos de emergencia de MSF. Desgraciadamente, a finales de junio, tres compa?eros fueron asesinados y poco despu¨¦s nos vimos obligados a retirar nuestros equipos mientras busc¨¢bamos aclarar las circunstancias en las que se produjeron sus muertes. Tampoco han resultado f¨¢ciles las cosas a nivel administrativo con las autoridades et¨ªopes. El acceso humanitario se ha complicado, a pesar de que las necesidades de la poblaci¨®n son alt¨ªsimas. Otras situaciones de los ¨²ltimos meses han sido, por ejemplo, la respuesta a la llegada de refugiados et¨ªopes a Sud¨¢n o las inundaciones que est¨¢n golpeando a cientos de miles de personas en Sud¨¢n del Sur (un pa¨ªs donde, adem¨¢s, todav¨ªa hay una gran parte de la poblaci¨®n fuera de sus hogares a pesar de los avances de los ¨²ltimos a?os en el proceso de paz). Tampoco hay que olvidar las consecuencias de conflictos cr¨®nicos como el de Somalia, un pa¨ªs que lleva tres d¨¦cadas de inestabilidad pol¨ªtica, o el de Darfur, en Sud¨¢n, donde a menudo estallan picos de violencia.
P: ?Cu¨¢les son los aciertos y los errores de la intervenci¨®n europea en aquellos pa¨ªses azotados por la corrupci¨®n, la injusticia econ¨®mica y la violencia?
R: Est¨¢ claro que la huella del colonialismo es muy alargada. La mayor¨ªa de los pa¨ªses en ?frica est¨¢n cumpliendo seis d¨¦cadas de independencia, pero el colonialismo no se acab¨® en el momento en que esas naciones obtuvieron su libertad. Los primeros pasos que dieron tuvieron lugar en un contexto de Guerra Fr¨ªa y el poscolonialismo estuvo marcado por muchas injerencias. Ha habido tambi¨¦n una evoluci¨®n en las injerencias externas sobre ?frica. Europa sigue teniendo un peso importante, sobre todo, algunos pa¨ªses como Francia en la parte occidental del continente, pero han aparecido (o resurgido) otras potencias regionales y mundiales con una agenda africana, en la que se mezclan intereses econ¨®micos y geopol¨ªticos: China, Rusia, pa¨ªses del Golfo¡ adem¨¢s de EE UU.
Huir del paternalismo es importante. Hay una frase de la Nobel de la Paz keniana Maathai que me parece clave: ¡°?frica es como una persona que se ha ca¨ªdo en un hoyo. Alguien le est¨¢ diciendo: ¡®Te arrojar¨¦ una cuerda para que puedas salir¡¯. Pero la cuerda que se le proporciona nunca es lo suficientemente larga para que ella la agarre. Es lo suficientemente larga para que tenga la esperanza de alcanzarla¡±. Hay muchos ejemplos de esto, quiz¨¢ el m¨¢s sangrante hoy en d¨ªa es el nacionalismo de las vacunas y la no liberalizaci¨®n de las patentes. Otra queja habitual es que una parte de la ayuda al desarrollo se hace sin consultar con la poblaci¨®n destinataria, lo que para algunas voces significa que, lo que no se hace con alguien, se hace contra alguien. Quiz¨¢ es algo maniqueo, pero sin duda tiene mucho de cierto.
Las interferencias externas para solucionar problemas internos no son bien recibidas en casi ning¨²n pa¨ªs del mundo. Las soluciones militares aplicadas por Occidente en algunos de los principales conflictos del siglo XXI han tra¨ªdo consecuencias desastrosas. Y muchos programas de ayuda o desarrollo no estaban adaptados a los tiempos de la sociedad a la que iban destinados: tenemos muchas sociedades paralelas que discurren a velocidades dispares. Los cambios que suelen perdurar son los que surgen de manera genuina dentro de las sociedades.
Al mismo tiempo hay un evidente problema de liderazgo en muchos pa¨ªses africanos, con l¨ªderes que se perpet¨²an en el poder. El continente ha registrado varios golpes de Estado en los ¨²ltimos meses y supera cada a?o el n¨²mero de restricciones de bloqueos de internet a la poblaci¨®n, un punto clave hoy en d¨ªa en la merma de libertades y de acceso a informaci¨®n. Pienso que la diplomacia es extremadamente importante, pero se trata de acompa?ar e intentar influir, m¨¢s que de imponer. Se trata de transferir y compartir conocimiento, sin olvidarnos de que todos podemos aprender de todos.
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