C de de comercio justo (y de colaboraci¨®n, compromiso y cambio)

En un mundo en continua transformaci¨®n, cada vez m¨¢s interconectado y en el que la poblaci¨®n ronda ya los 7.800 millones de personas, la cooperaci¨®n tiene un impacto m¨²ltiple. No hay respuestas aisladas en un planeta globalizado; los retos se resuelven colaborando.

El pasado 2 de julio se celebr¨® el D¨ªa Internacional de las Cooperativas, un instrumento esencial para fomentar el desarrollo econ¨®mico sostenible gracias a su compromiso con las comunidades y su apuesta por los principios de igualdad y participaci¨®n democr¨¢tica. Las cooperativas son el motor del comercio justo y la piedra angular del sello Fairtrade, organizaci¨®n que dirijo y que representa a m¨¢s de 1,9 millones de agricultores y trabajadores en 71 pa¨ªses de todo el mundo.

Una revisi¨®n independiente de 151 estudios muestra que la certificaci¨®n Fairtrade tiene un impacto positivo en los ingresos, el bienestar y la resiliencia de las y los productores, ya que en las cooperativas certificadas las personas trabajadoras tienen mejores espacios f¨ªsicos, contratos m¨¢s fuertes, horas extras pagadas, descansos adecuados, protecci¨®n a la salud y seguridad, as¨ª como mecanismos de negociaci¨®n y representaci¨®n para la toma de decisiones democr¨¢tica. Todo ello juega un papel crucial a la hora de incrementar su dignidad y confianza.

En las cooperativas Fairtrade los trabajadores tienen mejores espacios f¨ªsicos, contratos m¨¢s fuertes, horas extras pagadas, descansos adecuados, protecci¨®n a la salud y seguridad

Alvaro Goicoechea, director de Fairtrade Ib¨¦rica

Los principios que rigen el trabajo en las cooperativas certificadas Fairtrade persiguen un objetivo claro: el empoderamiento de las y los trabajadores en la toma de decisiones. Todos sus miembros participan de manera activa en sus organizaciones, tienen voz y capacidad de voto en los procesos de toma de decisiones, un elemento fundamental para construir relaciones comerciales m¨¢s s¨®lidas. As¨ª, los datos muestran que las organizaciones de productores Fairtrade tienen una mejor gesti¨®n, mejores sistemas y capacidad financiera que quienes no est¨¢n certificados.

De esta manera, los miembros de estas cooperativas deciden de forma colectiva c¨®mo usar la prima Fairtrade, una cantidad adicional de dinero que se paga por encima del precio de venta acordado. Esto les permite invertir en acciones destinadas a mejoras en sus negocios y comunidades que satisfagan sus necesidades y aumenten sus ingresos y productividad. Aproximadamente, la mitad de esa prima se destina a gastos en beneficio de las y los agricultores (fertilizantes, materiales, primas en efectivo, etc¨¦tera). El 40% se emplea para fortalecer la propia cooperativa (inversiones en productividad e infraestructura, gastos de organizaci¨®n) y un 10% se invierte en infraestructura y otros gastos para la comunidad (educaci¨®n, instalaciones m¨¦dicas).

Asimismo, la investigaci¨®n expone que gran parte de las organizaciones de productores certificadas utilizan beneficios financieros como esta prima para adaptarse al cambio clim¨¢tico. Los est¨¢ndares Fairtrade promueven la mejora de la conservaci¨®n del planeta y la biodiversidad, y contribuyen a las pr¨¢cticas agr¨ªcolas respetuosas con el medioambiente, como el uso de fertilizantes naturales. Adem¨¢s, una parte importante de productores Fairtrade est¨¢n certificados org¨¢nicamente.

Los est¨¢ndares Fairtrade, que combinan criterios econ¨®micos, medioambientales y sociales auditados de forma independiente, est¨¢n presentes en toda la cadena de suministro. Adem¨¢s de fomentar la democracia interna de las cooperativas certificadas, Fairtrade trabaja para que estas organizaciones tengan voz y poder en las cadenas de suministro globales, donde a menudo obtienen la menor parte del valor de los productos. En este sentido, 270 organizaciones certificadas Fairtrade de Am¨¦rica Latina y ?frica han pedido a la Uni¨®n Europea en una carta abierta una legislaci¨®n que incluya sus voces y necesidades.

Para mejorar el acceso de peque?os productores a los mercados, este a?o la organizaci¨®n que dirijo ha puesto en marcha la Escuela de Caf¨¦ Fairtrade, un punto de encuentro para el aprendizaje de productores de caf¨¦ certificado Fairtrade de todo el mundo, desde Colombia hasta Etiop¨ªa o Vietnam. La educaci¨®n digital es clave para apoyar a los peque?os agricultores en un contexto como el actual, marcado por la volatilidad del mercado de precios. La escuela les proporciona herramientas para vender m¨¢s caf¨¦, a mejores precios y en t¨¦rminos m¨¢s justos: desde la mejora de su propuesta de valor hasta la digitalizaci¨®n del negocio.

Un impulso al liderazgo femenino

La contribuci¨®n de las mujeres a la sociedad es fundamental para resolver muchos de los desaf¨ªos a los que nos enfrentamos. La Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura estima que cerrar la brecha de g¨¦nero en la agricultura reducir¨ªa el n¨²mero de personas desnutridas hasta en 150 millones y podr¨ªa aumentar la producci¨®n agr¨ªcola en los pa¨ªses en desarrollo hasta en un 4%. Sin embargo, las mujeres a menudo trabajan la tierra, pero no la poseen; est¨¢n excluidas de la direcci¨®n de las organizaciones, del acceso al cr¨¦dito y de muchos otros servicios, y dependen financieramente de sus maridos.

Fairtrade intenta cambiar esta realidad con proyectos como Angelique¡¯s Finest. En esta iniciativa, cerca de 3.000 mujeres miembros de cooperativas desaf¨ªan los estereotipos de g¨¦nero, cultivando y exportando su propio caf¨¦ en la regi¨®n monta?osa de Huye, en el sur de Ruanda. Es fundamental garantizar que las mujeres obtengan m¨¢s oportunidades para cosechar los beneficios econ¨®micos de esta industria, que mueve m¨¢s de 90.000 millones de euros.

Para aumentar la participaci¨®n de las mujeres en las cooperativas, los est¨¢ndares Fairtrade incluyen requisitos en materia de igualdad de g¨¦nero para incentivar que sean cada vez m¨¢s las mujeres y ni?as que accedan a sus beneficios. Asimismo, las Escuelas de Liderazgo de Mujeres ense?an habilidades comerciales, de negociaci¨®n y financieras, y a asumir roles de liderazgo y comit¨¦ dentro de cooperativas y comunidades.

El movimiento cooperativo es el coraz¨®n que ha mantenido activo el comercio justo a lo largo de todos estos a?os. Porque la C de cooperativa tambi¨¦n es una C de comunidad, colaboraci¨®n, compromiso y cambio. Instituciones, gobiernos, empresas, consumidores y sociedad civil debemos aprender de ellas para trabajar juntos por un mundo m¨¢s justo, social, econ¨®mica y medioambientalmente en todos los rincones del planeta, en el que el respeto y la responsabilidad sean la base de nuestras acciones cotidianas.

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