M¨¢s participaci¨®n ciudadana ante la crisis global
Necesitamos que la sociedad civil tenga un papel destacado en la construcci¨®n de un mundo en el que primen los derechos humanos y la protecci¨®n del planeta
Vivimos un momento crucial para la humanidad. El secretario general de Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, lo ha advertido: ¡°Estamos al borde de un abismo y avanzamos en la direcci¨®n equivocada¡±. La crisis que afecta a todo el planeta tiene graves consecuencias en la salud de las personas, el clima, las desigualdades, las violencias contra las mujeres. Mientras esas consecuencias crecen y crecen, los pa¨ªses coleccionan firmas de acuerdos internacionales que no cumplen, como sellos ex¨®ticos en una vitrina.
Las crisis son m¨²ltiples y complejas: la llegada de una nueva cepa de la covid-19 nos pilla sin la lecci¨®n aprendida de que la vacuna debe ser accesible para todo el mundo; la Cumbre del Clima ha evidenciado los esfuerzos insuficientes de los pa¨ªses para limitar el calentamiento global 1,5 grados; la cifra de 137 mujeres asesinadas al d¨ªa en el mundo demuestra que los avances contra las violencias machistas son muy fr¨¢giles; la degradaci¨®n democr¨¢tica avanza en el mundo, como hemos visto recientemente en Centroam¨¦rica; m¨¢s de 80 millones de personas se ven expulsadas de sus hogares por los conflictos, el cambio clim¨¢tico, la miseria y la violaci¨®n de derechos humanos; el genocidio de personas ind¨ªgenas y el racismo aumentan en todo el mundo. Y as¨ª podr¨ªamos continuar y continuar.
Siete de cada diez personas viven en Estados autocr¨¢ticos cuyas leyes son contrarias a los valores democr¨¢ticos
En la pr¨®xima d¨¦cada, nos jugamos mucho; necesitamos pa¨ªses comprometidos y responsables. Necesitamos tambi¨¦n que la sociedad civil tenga un papel destacado en la construcci¨®n de un mundo en el que primen los derechos humanos y la protecci¨®n del planeta. El llamado ¡°espacio c¨ªvico y democr¨¢tico¡±, es decir, la capacidad de la ciudadan¨ªa para expresarse, organizarse y actuar de forma pac¨ªfica en la vida democr¨¢tica, es una pieza clave en un contexto muy complejo. No asegurar esa participaci¨®n ciudadana debilita enormemente los derechos m¨¢s b¨¢sicos de las poblaciones y la promoci¨®n de bienes p¨²blicos globales como el clima, la paz o las libertades civiles. Adem¨¢s, pone en riesgo los resultados de la Agenda 2030, con la que se han comprometido los pa¨ªses.
Consecuencias de las restricciones a la ciudadan¨ªa
La fotograf¨ªa mundial sobre la garant¨ªa del espacio c¨ªvico arroja una imagen preocupante. Siete de cada diez personas viven en Estados autocr¨¢ticos cuyas leyes son contrarias a los valores democr¨¢ticos. En muchos lugares, son habituales las detenciones y multas arbitrarias, la censura, los hostigamientos o leyes que restringen derechos humanos. Una realidad que ha empeorado en todo el mundo porque algunos gobiernos han utilizado la pandemia como excusa para restringir o empobrecer la participaci¨®n de la sociedad civil.
Una de las consecuencias m¨¢s graves de esta situaci¨®n son los 331 asesinatos de personas defensoras de derechos humanos en 2020. Pero existen otras muchas cuestiones que deber¨ªan preocuparnos: la detenci¨®n de quienes rescatan a personas en el Mediterr¨¢neo; las multas a quienes se congregan en un espacio de manera espont¨¢nea o despliegan una pancarta; el hostigamiento a mujeres que defienden sus derechos; la persecuci¨®n a periodistas. En Espa?a, la propuesta para derogar la Ley Mordaza ha sido calificada por colectivos sociales como insuficiente, puesto que los derechos a la libertad de expresi¨®n, de reuni¨®n, informaci¨®n y a la intimidad seguir¨¢n siendo socavados. Este desaf¨ªo, por tanto, est¨¢ tambi¨¦n en el tejado de los pa¨ªses que m¨¢s alardean de democracia y compromiso con la Agenda 2030.
Sociedad civil y democracia
La preocupaci¨®n por las limitaciones a la libertad de expresi¨®n, la movilizaci¨®n y la participaci¨®n ciudadana en los asuntos p¨²blicos no es exclusiva de los movimientos sociales y la juventud. En los compromisos clave de la Comisi¨®n Europea para los pr¨®ximos a?os (Agenda Estrat¨¦gica de 2019 a 2024) se recoge de manera destacada su responsabilidad en la defensa y garant¨ªa de los derechos fundamentales y libertades ciudadanas firmados en sus tratados.
El trabajo que los pa¨ªses realizan en materia de cooperaci¨®n y asistencia humanitaria no se libra de esa llamada de alerta. El Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo de la OCDE ha sido claro: el pasado mes de julio aprob¨® una serie de recomendaciones para sus Estados miembro sobre el fortalecimiento de contextos que fortalezcan el espacio c¨ªvico y la participaci¨®n ciudadana en los lugares en los que cooperan. As¨ª lo explicaba recientemente en el Congreso de los y las Diputadas Mayumi Endoh, del Centro de Desarrollo de la OCDE: ¡°La sociedad civil juega un papel central para la Agenda 2030 y la respuesta a la pandemia a trav¨¦s del desarrollo de sus estrategias independientes y en la construcci¨®n de alianzas¡±.
Necesitamos Estados que den ejemplo y fortalezcan la democracia. No hacerlo acrecentar¨¢ a¨²n m¨¢s el abismo del que alerta Ant¨®nio Guterres
La alarma suena en todo el mundo y en distintos espacios. Ciertos gobiernos est¨¢n reaccionando con estrategias espec¨ªficas que garantizan la participaci¨®n de la sociedad civil en el hacer pol¨ªtico. Algunas de las medidas que se est¨¢n tomando pasan por el refuerzo de las consultas ciudadanas, por una mayor garant¨ªa de los derechos humanos, una apuesta por la educaci¨®n en valores de solidaridad y ciudadan¨ªa global. Otras se enfocan en reforzar el acceso a los medios de comunicaci¨®n o el fomento de la transparencia; otras fortalecen las capacidades de una gran pluralidad de organizaciones para promover soluciones e innovar gracias a su acceso a recursos p¨²blicos. Todas estas medidas buscan fortalecer el di¨¢logo con la ciudadan¨ªa, una pieza esencial para garantizar sociedades plenamente democr¨¢ticas. Sin embargo, no son generalizadas; en realidad, predomina la tendencia contraria y eso es muy preocupante.
Vivimos tiempos de enormes retrocesos democr¨¢ticos en todo el planeta. En plena ola autocr¨¢tica, necesitamos pa¨ªses que promuevan espacios para la acci¨®n ciudadana; que garanticen la libertad de expresi¨®n, el derecho de movilizaci¨®n y participaci¨®n colectiva. Pa¨ªses que fomenten la colaboraci¨®n con sociedades civiles de otros lugares ¨Duna de las mejores formas de cooperar frente a retos complejos y globales. Necesitamos Estados que den ejemplo y fortalezcan la democracia. No hacerlo acrecentar¨¢ a¨²n m¨¢s el abismo del que alertaba Ant¨®nio Guterres.
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