Defender las ci¨¦nagas de Colombia a pesar de las amenazas
Los miembros de la Federaci¨®n de Pescadores Artesanales, Ambientalistas y Tur¨ªsticos del Departamento de Santander denuncian la corrupci¨®n que permite la contaminaci¨®n del medio ambiente. Como represalia, son diana de un sinf¨ªn de ataques y robos
Los r¨ªos y las ci¨¦nagas siempre han sido muy importantes para m¨ª. Son una fuente de sustento y de bienestar econ¨®mico y emocional para muchas comunidades en el departamento de Santander y en otras ¨¢reas de Colombia. Frente la crisis clim¨¢tica que vivimos, adquieren una importancia a¨²n m¨¢s vital para el mundo entero. Pero defender nuestros r¨ªos y ci¨¦nagas y el medio ambiente ante la corrupci¨®n y la contaminaci¨®n significa arriesgar nuestras vidas.
Crec¨ª en una familia grande donde sobraba amor. Vivimos frente a Barrancabermeja, a la orilla del R¨ªo Magdalena, en una casa vieja de madera con l¨¢minas de zinc. En el a?o 1990 mis abuelos me ense?aron a cuidar el agua, ya que depend¨ªamos del r¨ªo para beber agua y para capturar pescado para comer. Pod¨ªa ver de cerca peces grandes que eran tres veces mi estatura, como bagres y blanquillos, adem¨¢s de cangrejos, peces doradas, arencas, barbudos y coroncoros.
De ni?a, ayudaba a vender el pescado en poncheras a los vecinos, para contribuir a cubrir nuestros gastos. Fue una infancia feliz donde la tristeza se quitaba ba?¨¢ndonos en el r¨ªo, donde todos aprendimos a nadar y a remar la canoa. Pero la violencia nunca estaba lejos en esa ¨¦poca. En 1999 mi hermano de cinco a?os muri¨® por una bala perdida de las guerrillas. Dos a?os despu¨¦s, los paramilitares asesinaron a mi padrastro.
En 2003, siendo apenas una adolescente, form¨¦ un hogar. Me fui a vivir al otro pueblo donde depend¨ªamos de la pesca, tambi¨¦n a la orilla del R¨ªo Magdalena, ya con mis dos hijos. Pero no vi futuro para ellos, as¨ª que volv¨ª a Barrancabermeja para estudiar Ingenier¨ªa Ambiental. Despu¨¦s de graduarme en 2014, un gran amigo me pidi¨® ayudar a un grupo de pescadores que buscaba una l¨ªder para apoyarles, ya que la pesca disminu¨ªa y la contaminaci¨®n avanzaba, acabando con lo poco que ten¨ªan para sustento. Por cari?o, acept¨¦ trabajar con ellos sin sueldo y fundamos la asociaci¨®n de pescadores Guardianes de los Espejos de Agua, Flora y Fauna (Asogeaff), conformada por 39 hombres adultos y yo, la ¨²nica mujer.
El 20 de enero de 2021, unos desconocidos se acercaron a mi casa y realizaron disparos. Mis hijos y yo nos escondimos mientras llam¨¢bamos a la polic¨ªa
Era muy triste ver sus caras ante la alta contaminaci¨®n y la inseguridad en la zona. Dise?amos estrategias para llamar la atenci¨®n a las autoridades locales, pero era una p¨¦rdida de tiempo. No les interesaba escuchar los problemas y las necesidades de los pescadores.
En 2017, empezamos a trabajar en equipo con las dem¨¢s organizaciones de pescadores y naci¨® la idea de formar la Federaci¨®n de Pescadores Artesanales, Ambientalistas y Tur¨ªsticos del Departamento de Santander (Fedesepan), para buscar soluciones a nuestros problemas de forma colectiva. Detectamos corrupci¨®n en los contratos de las empresas que contaminaban nuestros r¨ªos, pero no sab¨ªamos c¨®mo y con qui¨¦n abordarlo jur¨ªdicamente. Hicimos denuncias ante los medios de comunicaci¨®n, pero nadie se hizo eco. Por eso, en 2019 contrat¨¦ a un abogado para que me ense?ara a dar seguimiento a los contratos.
Hemos hecho denuncias p¨²blicas, paros y protestas ante todos los hechos de corrupci¨®n y contaminaci¨®n, y hemos conocido la crueldad y el poco sentido de pertenencia de las instituciones del Estado. Como represalia por defender nuestras ci¨¦nagas y r¨ªos, la fauna y el medio ambiente, mis compa?eros y yo hemos sufrido un sinf¨ªn de ataques, amenazas y el robo de nuestras herramientas como motores y canoas. El 20 de enero de 2021, unos desconocidos se acercaron a mi casa y realizaron disparos. Mis hijos y yo nos escondimos mientras llam¨¢bamos a la polic¨ªa, pero nuestros agresores se marcharon antes de que llegaran los agentes.
Hemos logrado ser reconocidos como guardianes de nuestras fuentes h¨ªdricas y se ha revivido la fuerza de las comunidades anfibias de Colombia
Las amenazas de muerte suelen venir firmadas por los grupos armados que operan en la zona. Sabemos que no son amenazas vac¨ªas; Colombia es el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo para quienes protegemos la tierra, el territorio y el medioambiente, con al menos 60 asesinatos tan solo el a?o pasado.
Nuestra labor no es nada f¨¢cil, pero gracias a la Corporaci¨®n Regional Para la Defensa de los Derechos Humanos (Credhos) y a las organizaciones internacionales que nos acompa?an en el campo y visibilizan nuestro trabajo, ya no estamos solos. Hemos logrado ser reconocidos como guardianes de nuestras fuentes h¨ªdricas y revivir la fuerza de las comunidades anfibias de Colombia.
Nuestro trabajo no se ha acabado. So?amos con r¨ªos y ci¨¦nagas protegidas para seguir garantizando alimentos y un medio ambiente sano para futuras generaciones. El Gobierno de Colombia tiene una oportunidad hist¨®rica para asegurar que podemos hacer nuestra defensa sin miedo y para liderar un cambio en la regi¨®n m¨¢s peligrosa para defender el medio ambiente. Los gobiernos deben escuchar y tomar en cuenta las demandas de los defensores del medio ambiente, tenemos mucho que aportar para abordar la crisis clim¨¢tica. La COP28 es una buena oportunidad para demostrar que los Estados reconocen realmente nuestra labor.
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