Una sentencia hist¨®rica en Ecuador devuelve a los siekopai la propiedad de su tierra ancestral

Los siekopai podr¨¢n por fin regresar a su ¡°hogar ancestral¡±, a P?'k?ya, una tierra en Ecuador, en la frontera con Per¨², donde este pueblo amaz¨®nico vivi¨® durante siglos hasta que fue expulsado en 1941 por la guerra entre los dos pa¨ªses. Seg¨²n una sentencia emitida el pasado viernes, y a la que ha tenido acceso este peri¨®dico, el Estado ecuatoriano les concede la titularidad de un pedazo de esta selva, un total de 42.360 hect¨¢reas, tambi¨¦n conocida como Lagartococha. La decisi¨®n judicial, tomada en segunda instancia ¡ªla primera les reconoci¨® solo la cesi¨®n del espacio¡ª, es ¡°hist¨®rica¡± porque Ecuador reconoce por primera vez a los pobladores originarios el derecho a la ¡°posesi¨®n de un territorio declarado ¨¢rea protegida¡±, lo que puede servir de precedente a otras comunidades ind¨ªgenas que intentan recuperar el control de su tierra, explica en conversaci¨®n telef¨®nica con este diario Justino Piaguage, jefe de la Naci¨®n Siekopai.

La Constituci¨®n de Ecuador de 2008 reconoce el derecho de ¡°las comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades ind¨ªgenas a mantener la posesi¨®n de las tierras y territorios ancestrales y obtener su adjudicaci¨®n gratuita¡±. Pero hab¨ªa una excepci¨®n: los espacios incluidos en el Sistema Nacional de ?reas Protegidas, para los que la normativa contemplaba la cesi¨®n, pero no la propiedad. En 2017, la aprobaci¨®n de la Ley Org¨¢nica de Tierras Rurales y Territorios Ancestrales abri¨® la puerta a que los espacios protegidos tambi¨¦n regresaran a manos de sus due?os originales, algo que acaba de ocurrir con la devoluci¨®n de P?'k?ya a los siekopai, una comunidad de unas 720 personas en Ecuador ¡ªm¨¢s de 1.000, con los miembros que viven en Per¨²¡ª. El tribunal obliga, adem¨¢s, al Ministerio de Ambiente, Agua y Transici¨®n Ecol¨®gica de Ecuador a pedir disculpas p¨²blicas a los siekopai, en una ceremonia que se organizar¨¢ en su territorio, porque con ¡°sus acciones y omisiones incumpli¨® sus obligaciones de garant¨ªa de los derechos de la Naci¨®n Siekopai¡±.

Este pedazo de tierra es el que nos va a permitir seguir existiendo como pueblo milenario

Justino Piaguage, jefe de la Naci¨®n Siekopai

La recuperaci¨®n de Lagartococha era la ¡°clave¡±, seg¨²n Piaguage, para evitar la desaparici¨®n de un pueblo que lleva m¨¢s de 80 a?os batallando por regresar a casa y que estaba abocado a la ¡°desaparici¨®n¡±. ¡°Este pedazo de tierra es el que nos va a permitir seguir existiendo como pueblo milenario, como un pueblo que hemos demostrado que somos amaz¨®nicos, con una cultura diferente, una sabidur¨ªa diferente y una lengua diferente, el paikoka¡±, explica el jefe de los siekopai.

La conexi¨®n de este pueblo con su tierra y su pasado es intr¨ªnseca a su esencia y a su raz¨®n de ser. ¡°Muchos creen que queremos volver por bonito, no es as¨ª. Ah¨ª estuvo mi abuelo, tomando yag¨¦ [ayahuasca], ah¨ª est¨¢ el ombligo de mis abuelos, por eso seguimos sintiendo y queremos regresar. No es un problema de tierras, es un tema de esp¨ªritu, de no sufrir m¨¢s¡±, afirm¨® Maruja Payaguage ante los tres jueces de la Corte Provincial de Justicia de Sucumb¨ªos (Ecuador) que han tenido que dirimir si otorgaban a los siekopai la propiedad de Lagartococha, seg¨²n recoge la sentencia que este lunes Piaguage ha compartido en una asamblea con su pueblo. El texto reconoce en varios puntos este sufrimiento que menciona Payaguage y que experimentaron otros ¡°abuelos siekopai¡±, por no poder retornar con garant¨ªas a su territorio. ¡°Cesario Piaguage Payaguage, a sus 112 a?os, deseaba poder morir all¨¢, poder cumplir con su ciclo ritual. Como ¨¦l, se manifest¨® que otros muchos abuelos fallecieron sin poder estar en paz espiritualmente¡±, se?ala el documento. ¡°Cesario muri¨® el pasado 5 de abril sin ver cumplido su sue?o¡±, recuerda Piaguage.

De las 100.000 hect¨¢reas que originalmente conformaban Lagartococha, y en las que ahora viven otros pueblos ind¨ªgenas, los siekopai han recuperado algo m¨¢s del 40%

La Corte ecuatoriana pone tambi¨¦n en valor, a la hora de restituir su tierra a los siekopai, el testimonio de ¡°ni?os, adolescentes y mujeres respecto de c¨®mo el conocimiento sobre el nombre, ubicaci¨®n y uso de plantas, pr¨¢cticas de pesca o cacer¨ªa, orfebrer¨ªa e incluso pr¨¢cticas rituales relativas al paso a la adultez, la gestaci¨®n o la crianza y la explicaci¨®n de su origen como naci¨®n solo es posible conocerlas y vivenciarlas en la zona de P?'k?ya¡±.

De las 100.000 hect¨¢reas que originalmente conformaban Lagartococha, y en las que ahora viven otros pueblos ind¨ªgenas, los siekopai han recuperado algo m¨¢s del 40%, un total de 42.360 hect¨¢reas. ¡°Afortunadamente, contienen la mayor cantidad de lugares sagrados para nosotros, donde est¨¢ nuestro v¨ªnculo con las lagunas y los esp¨ªritus de la selva¡±, cuenta Piaguage. Entre esos lugares, el jefe de la Naci¨®n Siekopai menciona ¡°?a?okomasira¡±, donde los antiguos sabios de su comunidad ¡°llegaron a un acuerdo con los seres mitol¨®gicos del agua¡± para zanjar una guerra. Tambi¨¦n el r¨ªo sagrado Emu?a. O Kwi?ajaira, ¡°un sitio hist¨®rico donde nuestros abuelos encontraron las plantas medicinales para defenderse de las enfermedades¡±, relata. Fue all¨ª, precisamente, donde los siekopai elaboraron un kwaraw?ko (jarabe en lengua paikoka), que usaron durante la pandemia de covid-19 y que, aseguran, les funcion¨® mucho mejor que la ¡°medicina moderna¡±.

Una larga batalla

Esta lucha, seg¨²n Piaguage, la comenz¨® su abuelo Cecilio Piaguage cuando concluy¨® la guerra peruano-ecuatoriana, en 1942. ¡°Despu¨¦s del conflicto, que separ¨® a familias siekopai entre Ecuador y Per¨², quer¨ªa regresar a su territorio, y empez¨® a buscar la forma de reunificar a su gente, pero nunca lo logr¨® por el hostigamiento¡±.

La propia sentencia reconoce esta persecuci¨®n: ¡°Este pueblo amaz¨®nico tuvo que salir de P?'k?ya por causas ajenas a su voluntad derivadas de la guerra entre Ecuador y Per¨² de 1941 y por otras condiciones de despojo y a la que ha intentado volver desde entonces de forma permanente pese a las amenazas, hostigamientos y obst¨¢culos que han existido, derivados de la militarizaci¨®n de la frontera y la posterior creaci¨®n de la Reserva Faun¨ªstica de Cuyabeno¡±.

Para recuperar la tierra, era necesario demostrar que eran la naci¨®n originaria, lo que en una cultura de tradici¨®n oral les dejaba apenas sin recursos. Sin embargo, varios documentos jesuitas, entre ellos un manuscrito an¨®nimo de 1753, permiti¨® demostrar que los siekopai llevaban siglos viviendo en Lagartococha. El texto, conservado en la Biblioteca P¨²blica de Nueva York, conten¨ªa unas 1.200 palabras en paikoka. ¡°La tradici¨®n oral de los siekopai es muy precisa, pero en este documento la intelecci¨®n [entre la palabra en paikoka y en espa?ol] es casi total¡±, afirm¨® el pasado mayo en entrevista telef¨®nica con este diario la investigadora y antrop¨®loga argentina Mar¨ªa Susana Cipolletti, que ha participado en el proceso judicial como testigo.

Tambi¨¦n para que ¡°exista el derecho a la restituci¨®n¡± es indispensable que ¡°el pueblo ind¨ªgena mantenga el contacto o la relaci¨®n con estos territorios ancestrales de una u otra manera¡±, seg¨²n los jueces ecuatorianos. Esta condici¨®n, de acuerdo con la sentencia, est¨¢ acreditada: ¡°Queda demostrado que la Nacionalidad Siekopai es propietaria ancestral del territorio de P?'k?ya, con la cual ha mantenido relaci¨®n hist¨®rica, espiritual, cultural y material que ha sido esencial en la creaci¨®n y desarrollo de su identidad cultural y cosmovisi¨®n y que es indispensable para su supervivencia f¨ªsica y cultural¡±.

¡°Por fin siento una paz interna, por haber exigido el respeto de los derechos de los siekopai y haber garantizado este espacio territorial para la actual y las futuras generaciones¡±, celebra Piaguage. El resultado le permitir¨¢ a su pueblo, seg¨²n est¨¢ convencido, ¡°evitar la extinci¨®n¡±.

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