Una noche de imprudencias temerarias
La investigaci¨®n destapa un exceso de aforo por la venta de 16.791 entradas, el descontrol en los accesos y la falta de vigilancia en el interior del pabell¨®n
La macrofiesta de Halloween con actuaci¨®n del pinchadiscos Steve Aoki organizada por la empresa Diviertt en el pabell¨®n municipal Madrid Arena entre las 11 de la noche del 31 de octubre y las seis de la ma?ana del 1 de noviembre pasar¨¢ a la historia como ejemplo de imprudencia temeraria con causa de muerte.
Cinco chicas fallecieron tras ser aplastadas entre la multitud al tratar de salir de la pista por un pasillo de tres metros de ancho por el que tambi¨¦n intentaba entrar gente. Un mes despu¨¦s, la investigaci¨®n policial, judicial y pol¨ªtica; las declaraciones en el juzgado de Plaza Castilla que instruye la causa de implicados y t¨¦cnicos municipales; los testimonios de asistentes; y las im¨¢genes de las 124 c¨¢maras de seguridad permiten aclarar las claves de una noche de imprudencias temerarias.
? Dato falso de asistentes. Diviertt alquil¨® el pabell¨®n para celebrar una fiesta de menos de 5.000 personas, y pag¨® la tarifa correspondiente: 18.000 euros, 6.000 euros por adelantado. D¨ªas despu¨¦s de firmar el contrato, indic¨® que ir¨ªan entre 4.000 y 6.000 j¨®venes. El coordinador de Actos P¨²blicos del Ayuntamiento, Francisco de Paula Sacaluga, en su comunicaci¨®n a otras ¨¢reas municipales y a la Delegaci¨®n del Gobierno, se?al¨® que el n¨²mero de asistentes al acto, en base a la informaci¨®n de Diviertt, ser¨ªa de 7.000; elev¨® la cifra para contar con cierto margen de seguridad.
Horas despu¨¦s de la tragedia, el Ayuntamiento pregunt¨® al responsable de Diviertt, Miguel ?ngel Flores, cu¨¢nta gente hab¨ªa ido. Respondi¨® por SMS: ¡°Metimos 9.650 personas pero el aforo m¨¢ximo que nos dais es 12.000¡±. El Ayuntamiento le hab¨ªa indicado un l¨ªmite de 10.620 personas. Flores repiti¨® al juez que hab¨ªan entrado 9.600. Pero las ocho cajas en las que se guardaban las entradas, contadas ante el juez, arrojaban otra cifra: 16.791.
? El mal reparto por plantas. La autorizaci¨®n municipal para la fiesta establec¨ªa que las 10.600 personas que pod¨ªan asistir deber¨ªan repartirse, pr¨¢cticamente a partes iguales, por las tres plantas. Pero las entradas no se?alaban lugar determinado ni prohib¨ªan deambular por todo el pabell¨®n. La mayor¨ªa se concentr¨® en la pista. En uno de los vomitorios se produjeron continuas avalanchas. A las 3.33, se colaps¨®.
? Inseguridad y descontrol. En la comunicaci¨®n del coordinador de Actos P¨²blicos se establece que la seguridad ¡°en el interior¡± del pabell¨®n ¡°est¨¢ a cargo de Kontrol 34 S. L. con 75 operativos¡±, mientras que de la seguridad exterior se ocupar¨ªa Seguriber ¡ªgrupo contratado por el Ayuntamiento para vigilar a diario el recinto¡ª. En su declaraci¨®n ante el juez, el responsable de Kontrol 34 dijo que sus trabajadores no ten¨ªan competencia para controlar el flujo de asistentes. Miguel ?ngel Flores, que contrat¨® a Kontrol 34, tambi¨¦n los exculp¨®, se?alando que la encargada de la seguridad en el interior era Seguriber, y que esta firma hab¨ªa sido impuesta por el Ayuntamiento. Un decreto regional de 2008 establece que la funci¨®n de los controladores (en realidad, porteros de discoteca) es comprobar que los asistentes tengan entrada y no haya menores, dirigir el flujo de personas dentro del recinto y evitar que se supere el aforo. ¡°En ning¨²n caso pueden asumir o ejercer funciones de servicio de seguridad¡±.
Fue Seguriber quien dise?¨® el plan de seguridad para esa noche. Adem¨¢s, se encarg¨® de hacer la requisa en el exterior (evitar que se introdujeran drogas, armas, alcohol, etc¨¦tera) y controlar tres portones de evacuaci¨®n o emergencia del pabell¨®n, y de vigilar en la sala donde llegaba la se?al de las c¨¢maras de seguridad. Las im¨¢genes de estas muestran que el personal que controlaba el interior del edificio eran empleados de Kontrol 34, con petos amarillos. En un momento de la noche, estos trabajadores vallaron una escalera para evitar que los j¨®venes siguieran bajando a la pista.
? Accesos ilegales. A las 2.27, se cierra la entrada principal, que da acceso a la segunda planta. La gente es desviada por un camino cuesta abajo que conduce directamente a la pista, abarrotada, por una salida de emergencia. Entran ¡°2.000 personas en 23 minutos¡±, seg¨²n asegura el Ayuntamiento.
? Avalanchas incontroladas. Pese a que dos c¨¢maras situadas a ambos lados del vomitorio donde ocurri¨® la tragedia grabaron im¨¢genes de alto riesgo desde las 2.00, con avalanchas de j¨®venes que pugnaban por entrar o salir de la pista, ni el empleado de Seguriber que vigilaba la sala (con dos monitores por donde pasan las im¨¢genes de las 124 c¨¢maras) ni los trabajadores de Kontrol 34 alertaron de lo que suced¨ªa o pusieron remedio para evitarlo.
? Servicio m¨¦dico inadecuado. Diviertt apalabr¨® los servicios de Sim¨®n Vi?als, que se llev¨® a su hijo, tambi¨¦n m¨¦dico, a dos auxiliares, y dos ambulancias con t¨¦cnicos. Sin embargo, el testimonio de un t¨¦cnico del Samur que acudi¨® al aviso de emergencia indica que, al llegar a la enfermer¨ªa, encontr¨® solo a una de las v¨ªctimas recibiendo asistencia b¨¢sica. Vi?als dice que dio a las tres j¨®venes que llegaron a la enfermer¨ªa asistencia avanzada, pero el parte oficial del Samur le contradice.
? Improvisaci¨®n del Samur. El Samur no ten¨ªa previsto un servicio preventivo en los alrededores del pabell¨®n, pese a que se iban a concentrar miles de j¨®venes en una fiesta en la que se pod¨ªa consumir alcohol. El director municipal de Emergencias, Alfonso del ?lamo, asegura que no fue avisado a tiempo; el coordinador de Actos P¨²blicos dice que s¨ª fue informado cinco d¨ªas antes. Las numerosas llamadas al 112 desde las 00.09 por intoxicaciones et¨ªlicas forzaron al Samur a enviar dos unidades a los alrededores del pabell¨®n, donde miles de j¨®venes hac¨ªa botell¨®n. Fueron las que luego atendieron a las v¨ªctimas.
? Botell¨®n descontrolado. El due?o de Diviertt intent¨® endosar la culpa de la tragedia al Ayuntamiento por no controlar el botell¨®n multitudinario en los alrededores del pabell¨®n. La Polic¨ªa Municipal admite que no era su prioridad esa noche. Flores dijo al juez que 4.000 de esos j¨®venes se colaron al recinto, provocando las avalanchas, afirmaci¨®n que no est¨¢ acreditada por las c¨¢maras de seguridad o los atestados policiales.
? Fallos del Madrid Arena. El pabell¨®n presenta deficiencias de seguridad, seg¨²n un informe de los t¨¦cnicos de Urbanismo, elaborado en 2010 con vistas a su posible venta. Esas irregularidades en materia de protecci¨®n contra incendios y evacuaci¨®n no han sido subsanadas, aunque no est¨¢ probado que, de haberse hecho, hubieran evitado la tragedia. Dado que la posible responsabilidad del organizador por vender demasiadas entradas; de los controladores por distribuir de forma deficiente a los asistentes; y de los vigilantes de seguridad por supuesta negligencia est¨¢ siendo investigada por el juez, la comisi¨®n creada en el Ayuntamiento para dirimir culpas pol¨ªticas se ha centrado en esta supuesta irregularidad.
? Un contrato bajo sospecha. Tambi¨¦n se ha analizado el trato preferente otorgado a Diviertt por los gestores del pabell¨®n, Jos¨¦ Rivero y Jorge Rodrigo, que han sido destituidos por la alcaldesa, Ana Botella (PP). Su responsable pol¨ªtico, el concejal Pedro Calvo, ha sido imputado por el juez. Est¨¢ en cuesti¨®n adem¨¢s que firmaran el contrato pese a que la empresa ten¨ªa deudas con la Seguridad Social y con el Ayuntamiento.
? Responsabilidades y penas. La Ley regional de Espect¨¢culos considera infracci¨®n muy grave ¡°la superaci¨®n del aforo m¨¢ximo cuando comporte un grave riesgo para personas y bienes¡± y la castiga con multas de 30.000 a 300.000 euros. Ese tope coincide con la cantidad aproximada que pudo facturar el promotor con la venta de 16.791 entradas.
El C¨®digo Penal establece: ¡°El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, ser¨¢ castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisi¨®n de uno a cuatro a?os¡±.
La tormenta pol¨ªtica golpea a Botella
M¨¢s all¨¢ de las posibles responsabilidades penales que investiga el juez, la tormenta pol¨ªtica por la tragedia del Madrid Arena ha zarandeado, con mayor o menor motivo, a los principales responsables del Gobierno municipal (PP). La alcaldesa, Ana Botella, ha sido censurada por viajar a un balneario de Portugal el fin de semana posterior.
¡°All¨¢ la conciencia de cada uno, pero yo no me hubiera ido¡±, se?al¨® el l¨ªder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, que junto al portavoz de UPyD, David Ortega, ha llevado el peso de la comisi¨®n para depurar responsabilidades pol¨ªticas. De hecho, fue Lissavetzky quien la convoc¨®. IU se retir¨®, denunciando el veto del PP a comparecencias clave. ¡°Usted es un problema para Madrid¡±, espet¨® Lissavetzky a Botella, a tenor de lo que va desvelando la comisi¨®n.
Del vicealcalde, Miguel ?ngel Villanueva, se critica su primera rueda de prensa, en la que comunic¨® la cifra de asistentes aportada por el organizador sin ponerla en cuesti¨®n. Adem¨¢s, se ha publicado una imagen en una fiesta en la que posaba con este junto a otras personas, aunque no existe prueba o indicio alguno de trato de favor.
El edil Pedro Calvo dimiti¨® tras ser imputado como responsable pol¨ªtico desde hace ocho meses de la empresa que gestiona el pabell¨®n. ¡°Las responsabilidades no pueden acabar en Calvo¡±, se?al¨® Lissavetzky.
El juez tambi¨¦n ha imputado al organizador, Miguel ?ngel Flores, y al responsable de la empresa que vigilaba el aforo, Kontrol 34. El fiscal ha pedido adem¨¢s la imputaci¨®n del socio y hermano de Flores; de tres altos cargos de la empresa municipal que gestiona el pabell¨®n; y de tres responsables de la firma de seguridad Seguriber.
Las familias de las v¨ªctimas han pedido la imputaci¨®n del delegado municipal de Seguridad, Antonio de Guindos, que el fiscal considera ¡°prematura¡±.
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