Normalizar el terrorismo: resistencia y resignaci¨®n
Los investigadores coinciden en que Europa se est¨¢ acostumbrando a sufrir los ataques del yihadismo
La sentencia la lanz¨® Manuel Valls, entonces primer ministro franc¨¦s, apenas un d¨ªa despu¨¦s del atentado de Niza: "Tendremos que vivir con el terrorismo". "Formar¨¢ parte de nuestro d¨ªa a d¨ªa durante mucho tiempo", remach¨®, despu¨¦s de que un yihadista se adentrase con un cami¨®n en el paseo de los Ingleses de la ciudad de la Costa Azul y matase a m¨¢s de 80 personas. Era el en¨¦simo golpe que sufr¨ªa Francia en apenas un a?o y medio ¡ªantes ya se hab¨ªan sucedido, por ejemplo, Charlie Hebdo y Bataclan¡ª y, con esas palabras, abr¨ªa la puerta a una pregunta que se repite tras los ataques de Barcelona y Cambrils. ?La sociedad puede acostumbrarse al terrorismo?
"Lamentablemente, en Europa, estamos acostumbrados a convivir con ¨¦l", respond¨ªa este jueves el consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, tras afirmar que el tr¨¢fico de pasajeros hacia Barcelona no se hab¨ªa visto afectado por los atentados de Catalu?a. "Al final, normalizamos vivir en una sociedad de riesgo", reflexiona Antonio D¨ªaz, profesor de la Universidad de C¨¢diz, especializado en investigaciones sobre servicios de inteligencia y comunicaci¨®n de crisis: "Solo tenemos que ver el tiempo que se tarda en retornar a la normalidad. En unas horas, la zona est¨¢ limpia de restos de lo sucedido, se hacen llamamientos a recuperar la vida cotidiana y las actividades de recuerdo y duelo son cada vez menos y se prolongan menos en el tiempo".
Las cr¨®nicas del d¨ªa despu¨¦s del atropello masivo de Barcelona recog¨ªan que La Rambla "recuper¨® su aspecto normal, atestada de gente" en solo 24 horas. La mayor¨ªa de los comercios levantaron las persianas en la tarde del 18 de agosto y las terrazas se volvieron a llenar. El paso de turistas y locales se mezcl¨® con los homenajes y altares improvisados.? "Normalizar se puede entender de dos maneras. Primero, como resignaci¨®n. Pero tambi¨¦n, como resistencia: es la idea de que no vamos a cambiar nuestro modo de vida", subraya Olivia Mu?oz-Rojas, investigadora y doctora en Sociolog¨ªa por la London School of Economics.
"Es un hecho que la sociedad se ha acostumbrado al terrorismo internacional. Hemos sido, somos y seguiremos siendo objetivo. Por lo tanto, es una realidad. Y nos encontrarnos con una amenaza que, por las caracter¨ªsticas que tiene, es pr¨¢cticamente imposible prevenir y garantizar la seguridad al 100%", contin¨²a Jes¨²s A. N¨²?ez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acci¨®n Humanitaria (IECAH). En esa idea profundiza Jos¨¦ Mar¨ªa Irujo, periodista de EL PA?S especializado en el islamismo radical: "La yihad en Europa se ha convertido en algo cotidiano. Los ataques se van a convertir en cotidianos y van a formar parte del peor de nuestros paisajes, como fue cotidiano y terrible durante casi 40 a?os el tiro en la nuca, las bombas lapas, los secuestros, chantajes y extorsiones de ETA".
La reacci¨®n del continente
Entonces, los investigadores tambi¨¦n se preguntan c¨®mo reacciona Europa a ese fen¨®meno. Primero, si a medida que se suceden los atentados en el continente, la conmoci¨®n disminuye. En ese sentido, Mu?oz-Rojas considera que, hasta ahora, el duelo se ha repetido con cada ataque. Pero subraya que el impacto de algunos, como el de Charlie Hebdo en enero de 2015, fue mayor que otros posteriores, como los de Bruselas o Catalu?a. "Es cierto que influye la ciudad, el n¨²mero de fallecidos, la ¨¦poca del a?o o si el m¨¦todo utilizado es novedoso", se arranca la soci¨®loga, que matiza: "Pero la gente se habit¨²a a vivir con cotas de terror y trata de seguir haciendo su vida".
Y, segundo, si se renuncia a libertades a cambio de la seguridad. Un viejo debate. "Interiorizamos la presencia de polic¨ªa con armas largas, obst¨¢culos en las zonas principales o tener que llegar tres horas antes a un partido o concierto...", cuenta Antonio D¨ªaz, que recuerda la multitud de c¨¢maras que graban a los ciudadanos a diario: "Se basa en la idea del beneficio percibido. S¨¦ que son necesarias estas medidas para estar seguro y, por tanto, normalizo su presencia".
"Pero nos enfrentamos a una amenaza sobredimensionada por parte de nuestros Gobiernos. La califican como la amenaza m¨¢s grave cuando no lo es. Basta con ver las cifras: ni somos el principal objetivo del terrorismo internacional, ni ninguno de nuestros estados va a colapsar por muy duro que sea el golpe", denuncia N¨²?ez Villaverde, que concluye: "Mientras tanto, no se abordan las causas estructurales y no se modifica la pol¨ªtica exterior. Porque, si uno cree que la venta de armas a regimes autoritarios como el saud¨ª no tiene consecuencias, se equivoca".
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