Los chicos del centro de menores m¨¢s pol¨¦mico de Valencia
En pleno aumento del n¨²mero de adolescentes extranjeros no acompa?ados, la residencia de Bu?ol lleva dos a?os siendo objeto de controversias. Un documental ofrece ahora otra mirada sobre 14 de sus residentes
El centro de menores de Bu?ol, con capacidad para 40 adolescentes, se ha convertido ya en un elemento recurrente de la batalla pol¨ªtica valenciana. En los ¨²ltimos meses, con el aumento de las llegadas de j¨®venes extranjeros no acompa?ados como tel¨®n de fondo, las denuncias sobre masificaci¨®n, detenciones por supuestos robos y abusos sexuales, y las noticias sobre peleas con j¨®venes del pueblo se han sucedido a un ritmo que los responsables de la Generalitat consideran exagerado y, en algunos casos, falso. Ahora, un documental rodado en el interior del centro muestra a un grupo de 14 chavales que residen en la instalaci¨®n: menores que dejaron atr¨¢s la pobreza, se jugaron la vida para entrar en Espa?a y sue?an con tener papeles, trabajar y volver a visitar sus pueblos en vacaciones.
El centro de Bu?ol, localidad situada a 40 kil¨®metros al oeste de Valencia, era una instalaci¨®n de acogida. Eso significa que sus hu¨¦spedes viv¨ªan de forma estable. Pero en 2017 fue transformado provisionalmente en un centro de recepci¨®n. En ellos, los adolescentes de 12 a 17 a?os deben pasar un m¨¢ximo de 45 d¨ªas, que con frecuencia se supera, antes de ser derivados a otras residencias.
El cambio se produjo a ra¨ªz de la decisi¨®n de la Generalitat de cerrar el centro que ten¨ªa en el barrio de Monteolivete de Valencia, cuyas viejas instalaciones no daban m¨¢s de s¨ª, registraba problemas de orden p¨²blico similares a los denunciados en Bu?ol y otros peores: la polic¨ªa detect¨® que, desde hac¨ªa al menos una d¨¦cada, en torno al lugar se hab¨ªa galvanizado un sistema m¨¢s o menos estable de prostituci¨®n de menores.
El cambio de funci¨®n del centro de Bu?ol, de acogida a recepci¨®n, se anunci¨® como provisional, mientras se constru¨ªa uno nuevo en Ll¨ªria. Pero la llegada de los menores situ¨® la residencia en el centro del escrutinio medi¨¢tico y de las redes sociales. Cada incidente, como los que se producen habitualmente en otros centros de menores ¡ªen la Comunidad Valenciana hay 106¡ª adquir¨ªa en el caso del de Bu?ol la categor¨ªa de noticia.
La oposici¨®n, especialmente la ahora candidata del PP al Ayuntamiento de Valencia, Mar¨ªa Jos¨¦ Catal¨¢, censur¨® la gesti¨®n de los centros de menores por parte de M¨®nica Oltra que, adem¨¢s de vicepresidenta y portavoz de la Generalitat, es consejera de Igualdad y Pol¨ªticas Sociales. La l¨ªder de Comprom¨ªs respondi¨® que 20 a?os de gobierno del Partido Popular hab¨ªan dejado el sistema de protecci¨®n de la infancia "desmantelado y privatizado" y que su reconstrucci¨®n requer¨ªa tiempo.
Y en medio de ese proceso entr¨® como un hurac¨¢n otro factor: "El fen¨®meno migratorio ha hecho que tengamos que adaptar a marchas forzadas las pol¨ªticas de infancia que est¨¢bamos llevando adelante, teniendo en cuenta inicialmente el n¨²mero de ni?os y ni?as que hab¨ªa en el sistema. En 2015 llegaron a la Comunidad Valenciana 45 chicos extranjeros no acompa?ados y en 2018 fueron 945, 21 veces m¨¢s".
4.200 menores tutelados
La Generalitat tiene 4.200 menores tutelados. La mayor¨ªa vive en acogimiento familiar y 1.400 lo hacen en residencias, que el Gobierno valenciano ha ido transformando en peque?as instalaciones de seis o siete plazas. Tambi¨¦n ha ampliado un 65% la plantilla de educadores, con 400 profesionales m¨¢s. En un centro como el de Bu?ol, los chavales reciben formaci¨®n en castellano y nociones de oficios como jardiner¨ªa y restauraci¨®n, se les imparten talleres de igualdad y se les invita a participar en actividades culturales, como el curso de teatro que el a?o pasado ofreci¨® la compa?¨ªa Pont Flotant y grab¨® Ra¨²l Riebenbauer, autor del documental Ahir/Dem¨¤ (Ayer/Ma?ana) que se ha estrenado en el Festival de Documentales de Tesal¨®nica.
A bordo del coche el que cada ma?ana se dirig¨ªa a Bu?ol desde Valencia, Jes¨²s Mu?oz, uno de los actores de Pont Flotant, cuenta en la primera escena del documental que el primer d¨ªa lleg¨® a la residencia con miedo. "No sab¨ªa lo que me iba a encontrar, ni cu¨¢l iba a ser su respuesta. Y si yo, con 41 a?os y a 40 kil¨®metros de mi casa, ten¨ªa miedo, me imagino lo que pod¨ªan sentir ellos".
Abrazos
Los protagonistas del documental son 14 chavales, todos chicos, de 16 y 17 a?os, procedentes de Marruecos, casi todos de peque?os pueblos del centro del pa¨ªs, a los que en el taller estuvo traduciendo una int¨¦rprete del centro. La c¨¢mara los graba haciendo el espejo por parejas, simulando una pelea a c¨¢mara lenta y abraz¨¢ndose muy despacio. Como si fueran dos amigos que llevan una semana sin verse, y luego un a?o sin verse, 15 a?os sin verse, y al final tanto tiempo sin verse que uno de los dos no se acuerda del otro.
En adolescentes que han dejado hace poco sus vidas atr¨¢s, ejercicios actorales b¨¢sicos como estos serv¨ªan, adem¨¢s de para desinhibir el cuerpo y la voz, "como v¨ªa de escape para las emociones acumuladas", dice Mu?oz.
Lhacen, Houssen, Mehdi, Abdessamed y el resto de chavales hablan en improvisaciones de las hermanas, padres y amigos a los que echan de menos, y de lo que les gustar¨ªa ser: algunos m¨¦dicos o cantantes, con m¨¢s frecuencia camareros, cocineros y mec¨¢nicos. Los actores les dijeron que el taller usar¨ªa como materia prima las experiencias que ellos quisieran contar.
"El primer d¨ªa sacaron el tema de las pateras, pero luego durante casi dos meses nadie habl¨® de ello. Y pasado ese tiempo, cuando se hab¨ªa creado un clima de confianza, empezaron a hablar del tr¨¢nsito". "Viaj¨¦ desde T¨¢nger en los bajos de un cami¨®n. Temblaba, me asust¨¦". "Pas¨¦ tres d¨ªas en una patera, con fr¨ªo y lluvia, sufrimos mucho". "Vine en moto acu¨¢tica. Nos ca¨ªmos al mar, hac¨ªa fr¨ªo, tuve mucho miedo, pens¨¦ que ¨ªbamos a morir", van contando ante la c¨¢mara.
Riebenbauer cree que su documental, que le gustar¨ªa que se mostrara en los institutos, "permite al espectador ver que tambi¨¦n eso es un centro de recepci¨®n de menores; que los chavales no son delincuentes, ni seres de otro planeta, sino unos chicos que podr¨ªan ser ellos o sus hijos".
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