Cuando la solidaridad en el mar puede acabar entre rejas
Un bombero malague?o se enfrenta a 20 a?os de prisi¨®n por participar en una misi¨®n de rescate en el Mediterr¨¢neo
Hay una escena que no abandona a Miguel Rold¨¢n. Es junio de 2017 y lleva 18 horas trabajando en un barco de rescate de inmigrantes en aguas del Mediterr¨¢neo. Una llamada alerta del naufragio de otra patera. Pasan las 22.00 y la oscuridad es total. Junto a dos compa?eros se lanza a buscarlos en un peque?o bote. Navegan 200 metros, apagan motores y se gu¨ªan por los gritos de auxilio. En menos de 10 minutos los encuentran, pero desde el Centro de Control de Rescate y B¨²squeda de Roma no les dan permiso para el rescate. Estaban en aguas libias y hab¨ªa que negociar con el pa¨ªs africano. El permiso lleg¨® 15 minutos despu¨¦s, pero un cuarto de hora es una eternidad en esas condiciones. ¡°Solo pudimos rescatar a la mitad de los tripulantes, muchas personas se ahogaron¡±, recuerda este malague?o de 32 a?os que desde 2013 forma parte de la unidad subacu¨¢tica de los? Bomberos del Ayuntamiento de Sevilla. Esa acci¨®n solidaria, junto con otras similares de ese verano, puede llegar a acarrearle una condena de hasta 20 a?os de prisi¨®n por una supuesta cooperaci¨®n con tr¨¢fico de personas.
Con experiencia previa en rescates en el mar Egeo, junto a la isla de Lesbos, Rold¨¢n pas¨® 20 d¨ªas de sus vacaciones de verano de 2017 a bordo del barco Iuventa, un viejo pesquero reconvertido en barco de rescate por la ONG alemana Jugend Rettet. El equipo parti¨® desde el puerto de La Valeta (Malta) hasta situarse a 17 millas n¨¢uticas de la costa de Libia, en aguas internacionales. En esas tres semanas rescataron a 5.000 personas. Cuando ¨¦l volvi¨® a Sevilla, el buque continu¨® con nuevas misiones en el Mediterr¨¢neo central, donde los rescates aumentaron en las siguientes semanas hasta las 14.000 personas. Su labor qued¨® truncada el 2 de agosto, cuando las autoridades italianas inmovilizaron el barco y comenzaron una investigaci¨®n por supuesto tr¨¢fico de personas. Como resultado, un juzgado de Trapani, en Sicilia, les acusa de cooperaci¨®n con el tr¨¢fico de personas.
La justicia italiana ha acusado a 10 tripulantes del barco: siete de nacionalidad alemana, una chica escocesa, un chico escoc¨¦s y el propio Rold¨¢n. Se han autodenominado Grupo Iuventa10. ¡°Es algo incre¨ªble. Respetamos las normas de tal manera que vimos morir gente por la burocracia. La acusaci¨®n es un enorme jarro de agua fr¨ªa¡±, explica el bombero. Seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones (OIM), en 2017 murieron 3.116 personas intentando cruzar el Mediterr¨¢neo. La mayor¨ªa, 2.832, en la ruta central, en la que fue voluntario Rold¨¢n.
¡°Desde el inicio de la operaci¨®n tuvimos una cooperaci¨®n directa y total con las autoridades italianas¡±, insiste el alem¨¢n Sascha Girke, uno de los fundadores de Jugend Rettet y jefe de la misi¨®n en la que particip¨® Rold¨¢n, al que describe como ¡°alguien de buen coraz¨®n, comprometido, serio y experimentado¡±. Seg¨²n explica, el objetivo principal de Iuventa era desplegar el barco en ¨¢reas donde las personas migrantes se encontraban en peligro ¡ªhab¨ªa entre 250 y 300 kil¨®metros de distancia a la isla de Lampedusa y Malta¡ª, buscarlas activamente y rescatarlas. M¨¢s tarde, trasladaban a las personas salvadas a buques de entidades como M¨¦dicos sin Fronteras o Save the Children.
La situaci¨®n de Rold¨¢n es similar a la que vivieron otros tres bomberos de Sevilla miembros de la ONG Proem-aid, aunque fueron absueltos. ¡°La gran diferencia entre los casos es que nosotros lidiamos con la justicia griega, pero a ¨¦l es Italia quien le acusa. Un pa¨ªs que tiene una pol¨ªtica de acoso y derribo contras las ONG, especialmente desde que lleg¨® Matteo Salvini como ministro de Interior¡±, subraya Onio Reina, presidente de la Proem-Aid.
Seg¨²n la informaci¨®n facilitada por los responsables de Jugend Rettet, la fase de investigaci¨®n acabar¨¢ durante el verano. Y si finalmente hay juicio, este podr¨ªa comenzar a finales de a?o. El bombero malague?o conf¨ªa, eso s¨ª, en que ni siquiera llegue a celebrarse. ¡°Solo un minuto en la c¨¢rcel por salvar vidas ya ser¨ªa demasiado¡±, sentencia Miguel Rold¨¢n.
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