El voto de Buika y Liu Yang
La primera generaci¨®n de espa?oles hijos de inmigrantes vota preocupada por el auge de la xenofobia
Armando Buika ha sido durante muchos a?os el primero y el ¨²nico. Fue el ¨²nico amigo negro, el primer novio negro, el ¨²nico cadete de la mili negro... Sus padres, exiliados pol¨ªticos de Guinea Ecuatorial, temerosos de ser se?alados, lo educaron para no destacar y ¨¦l pas¨® una vida detestando su color de piel. Sin referentes y contando chistes de negros cuando llegaba a los sitios para desmontar la guardia de quien lo recib¨ªa arqueando una ceja. "He tardado 48 a?os en darme cuenta de que Espa?a es mi pa¨ªs y que tiene que aceptarme como soy. Ha sido un proceso largo y doloroso". Buika, actor nacido en Palma de Mallorca en 1970, es parte de una heterog¨¦nea generaci¨®n de espa?oles de padres inmigrantes que ir¨¢ a las urnas este 28 de abril. Votan como aut¨®nomos, abogados o artistas, preocupados por las pensiones y el desempleo, pero tambi¨¦n frustrados por no ver sus rasgos representados en la pol¨ªtica, en el cine o en el consultorio m¨¦dico. Atra¨ªdos por unos o por otros, votar¨¢n tambi¨¦n para frenar del avance de discursos xen¨®fobos.
Ser espa?oles no les libra del prejuicio y de la xenofobia. Buika, que ha creado una asociaci¨®n llamada The Black View, volcada en ganar espacios a afrodescendientes en el mundo art¨ªstico, recibi¨® una llamada hace unas semanas. "Necesito varios actores negros", escuch¨® al otro lado de la l¨ªnea. Al indagar sobre qu¨¦ caracter¨ªsticas o en qu¨¦ idioma ser¨ªa la prueba, la directora de casting le dej¨® helado: "Da igual, con que tenga acento de negro, vale". Los actores deb¨ªan representar la llegada de una patera en una serie de televisi¨®n. "No podemos permitir esto en pleno siglo XXI", denuncia. "Ya s¨¦ que en Espa?a se tiende a estereotipar a otros, que si el vasco es el bruto o el andaluz el tonto, pero hay que parar con los estereotipos. Ninguno de tus ciudadanos debe sentirse agredido por ellos". Su voto tendr¨¢ en cuenta esto y las veces que la polic¨ªa le ha parado por la calle. Tambi¨¦n los CIE y la "deshumanizaci¨®n" que ve ante la llegada de pateras a las costas andaluzas. "Votar¨¦ primero por el miedo de que entre la ultraderecha en el Parlamento y segundo, por la defensa de la cultura", afirma Buika.
Espa?a, un pa¨ªs de emigrantes transformado en destino de inmigrantes, est¨¢ lejos de la diversidad de los socios de su entorno que ya cuentan con terceras y cuartas generaciones de hijos de extranjeros. "En Par¨ªs o Londres ves m¨¦dicos, profesores, conductores de autob¨²s, dependientes negros, mientras que aqu¨ª, por ejemplo, es incre¨ªble que haya grandes almacenes que no tienen un solo empleado que no sea blanco. Estamos invisibilizados", ilustra Buika. No es posible saber el n¨²mero de espa?oles con padres extranjeros que hay en Espa?a, pero los 1,04 millones de beb¨¦s nacidos desde 2008 con al menos un progenitor inmigrante dan una idea de la transformaci¨®n que experimenta la sociedad espa?ola.
Generaciones distantes
Antonio Liu Yang naci¨® en Pek¨ªn hace 39 a?os, pero vive en la Comunidad Valenciana desde los 10. Hoy es espa?ol, abogado y trabaja para una agencia de representaci¨®n de futbolistas con la mirada puesta en China. La historia de muchos hijos de inmigrantes est¨¢ marcada por la brecha generacional y cultural que les separa de sus padres. Liu la entendi¨® a los 14 a?os, cuando el castellano desplaz¨® al mandar¨ªn. Desde entonces no es capaz de hablar de lo que siente con su familia. "Con mi padre hablo de f¨²tbol porque lleg¨® un momento en el que no era capaz de expresar sentimientos profundos en chino. Es duro tener esa incomunicaci¨®n con quien te ha visto crecer". El abogado se dice desenga?ado con la pol¨ªtica. "Hubo una ¨¦poca en mi vida en la que busqu¨¦ un partido para militar con el que compartiese todos sus principios y en el que pudiese tambi¨¦n ser su cara extranjera, pero no lo he encontrado", mantiene. Simpatizante de Ciudadanos hace unos a?os, se aproxima ahora a Pacma. "Creo que fue Tierno Galv¨¢n quien dijo que las promesas electorales est¨¢n para incumplirlas. Me sumo a esa frase y este a?o decidir¨¦ en el ¨²ltimo momento a qui¨¦n votar. S¨ª s¨¦ que no me representan los extremos", asegura.
A Jennifer Ajdari no le gusta el jam¨®n y cada vez que lo comenta fuera de su entorno escucha un "ah, claro, por tu religi¨®n". Ajdari, de 32 a?os, no es musulmana, se ha criado como cualquier otra ni?a de hijos espa?oles y su voto no lo marcar¨¢ su origen iran¨ª. Su padre, due?o de un restaurante persa en el centro de Madrid, apenas inculc¨® su cultura a sus dos hijos, que fueron educados en un colegio con un crucifijo y una foto de los Reyes en la pared. Ajdari ha tenido que cerrar su centro de belleza tras convertirse en madre y busca trabajos que la ayuden a conciliar. Su voto ser¨¢ para quien garantice ayudas a los aut¨®nomos. "Ha sido un a?o muy duro porque he cerrado y me he ido con una mano delante y otra detr¨¢s. No tengo derecho a nada", lamenta.
Safia Elaaddam busca en Twitter alguien que vote por ella. Hija de padres marroqu¨ªes, naci¨® en Tarragona hace 23 a?os, pero no tiene derecho a ir a las urnas. Lleva m¨¢s de cinco a?os enfrentando la burocracia para obtener la nacionalidad y tres elecciones generales qued¨¢ndose en casa. "Cuando eres hija de inmigrantes no te la dan autom¨¢ticamente. Mis padres no estaban informados y no la pidieron. Fue al cumplir los 18 a?os que me di cuenta de la diferencia de derechos que hay entre ser extranjero y espa?ol", relata al tel¨¦fono. Las exigencias para tener la nacionalidad se han endurecido desde entonces y Elaaddam tiene ahora que hacer un examen para demostrar su grado de integraci¨®n en la sociedad espa?ola. Se niega y ha pedido una dispensa. "No quiero ser part¨ªcipe de esa injusticia y seguir¨¦ luchando para que los hijos de inmigrantes tengan la nacionalidad de forma inmediata". Bajo los lemas #dejadnosvotar o #c¨¦denostuvoto, su campa?a en las redes busca abstencionistas que asuman el voto de espa?oles sin nacionalidad. Ella no tiene dudas del sentido de su papeleta. "Votar¨ªa a un partido que apueste por la igualdad de las personas, que no crea en ciudadanos de primera y de segunda".
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