Una mara?a de cuchillas blinda el lado marroqu¨ª
Rabat endurece las medidas para reducir las entradas a Espa?a
Mohamed ya hab¨ªa coronado la valla cuando un proyectil casi lo tumba. Ah¨ª, encaramado en lo m¨¢s alto de la barrera que separa Nador, en Marruecos, de Melilla, en Espa?a, una c¨¢nula de gas disparada por las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes apostadas en el per¨ªmetro le revent¨® la nariz. Ya en el lado espa?ol, el joven maliense de 26 a?os muestra la foto de la tarjeta que le identifica como residente del Centro de Estancia Temporal (CET) de Melilla, con los ap¨®sitos bajo los que cicatriza la herida. "Son m¨¢s peligrosos los marroqu¨ªes que las concertinas", concede.
La de la nariz no es la ¨²nica marca que le ha quedado a Mohamed. En su primer intento de acceder a territorio espa?ol se cort¨® en manos y pies cuando cruzaba sobre el nuevo enjambre de concertinas del lado marroqu¨ª. "Un hermano se hiri¨® en la pierna", dice se?al¨¢ndose la espinilla, "se abri¨® la piel hacia los lados". Marruecos ha sembrado su lado del per¨ªmetro en torno a Melilla con kil¨®metros de alambre de cuchillas de m¨¢s de un metro de altura. En Ceuta ha hecho lo mismo. La iniciativa de Rabat convierte en un mero gesto la retirada de las cuchillas que rematan la alambrada exterior de la valla melillense por parte del Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez y que busca eliminar los medios m¨¢s "cruentos" con que se pretende detener a los migrantes que intentan acceder a la ciudad aut¨®noma.
"La valla esa da miedo de verdad", confiesa Abdulwatir Ninie, burkin¨¦s de 19 a?os. Como Mohamed, entr¨® en Melilla el pasado 19 de julio en el ¨²ltimo salto colectivo, en el que participaron hasta 250 personas. "Es muy peligrosa y cansa mucho", comenta. "Hay mucha gente que llega, la ve, y se da la vuelta", prosigue Mohamed. Ambos hablan desde la perspectiva de quien afronta el salto al otro lado, en Marruecos, donde lo primero que encuentra cualquiera que vaya a cruzar es una mara?a de cuchillas seguida de un foso a modo de trinchera. Es lo m¨¢s temido: "El alambre y el agujero". Despu¨¦s hay que hacer frente a las fuerzas marroqu¨ªes. "Te tiran piedras, te dan con palos y lanzan botes de gas", cuenta Ninie, a quien una pedrada casi le deja sin un ojo.
La Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos ha denunciado el endurecimiento de las medidas de seguridad en el per¨ªmetro marroqu¨ª como parte de la estrategia para reducir la entrada de migrantes en Espa?a, por la que la Uni¨®n Europea traspasar¨¢ a Marruecos hasta 140 millones de euros. "Las fronteras son como cada pa¨ªs las conforma", coment¨® en marzo, durante una visita a Melilla, el ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, en referencia al blindaje en el lado marroqu¨ª.
"En ese momento, ni lo ves", sentencia Ninie mientras inspecciona las yemas de sus dedos, "te agarras y escalas". "Desde peque?os ya conocemos la valla y crecemos para cruzarla", replica Mohamed. "Yo solo pensaba en la libertad", a?ade.
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