¡°?Vamos a hacer un Hong Kong!¡±
La protesta, principalmente de j¨®venes, fue espont¨¢nea y err¨¢tica en Barcelona, con permisividad policial, hasta que lleg¨® el llamamiento organizado a tomar el aeropuerto
Los helic¨®pteros sobrevolaban Barcelona desde primera hora, y para la mayor parte de la gente fue la ¨²nica se?al durante buena parte del d¨ªa de que algo estaba pasando. Luego empezaron los problemas de tr¨¢fico y, por la tarde, el l¨ªo en el aeropuerto; pero por la ma?ana realmente llamaba la atenci¨®n que para cortar las calles centrales bast¨® poca gente, grupitos de medio centenar de personas en muchos casos. Alrededor la vida segu¨ªa con total normalidad, ni una tienda cerrada, miles de ciudadanos a lo suyo, r¨ªos de turistas, restaurantes llenos. En el Hard Rock Caf¨¦ de plaza de Catalu?a, punto de cita de excursiones y autobuses tur¨ªsticos, se agolpaban a las 9.30 cientos de extranjeros. ¡°Hoy ser¨¢ un d¨ªa un poco dif¨ªcil, pero haremos todo en modo seguro¡±, explicaban los gu¨ªas. Preguntaban que por qu¨¦ y les dec¨ªan: ¡°Protestas pol¨ªticas¡±.
Al conocerse la sentencia sali¨® a la calle, en gran medida, la Barcelona que se lo pod¨ªa permitir: sobre todo much¨ªsima gente joven, estudiantes, universitarios y tambi¨¦n de institutos, jubilados, funcionarios de la Generalitat. En la hora fatal tampoco llegaron los grandes sacrificios, salvo los impuestos. Las primeras protestas comenzaron precisamente frente a las oficinas oficiales: Departamento de Ordenaci¨®n Territorial, Instituto Catal¨¢n de Salud¡ A las diez de la ma?ana un grupo de 40 o 50 personas, no m¨¢s, sin pancarta ni nada, se bastaron para cortar la Gran V¨ªa con paseo de Gracia, una intersecci¨®n central. La Polic¨ªa Municipal se limitaba a desviar el tr¨¢fico unas calles antes. Lo mismo fue pasando a lo largo de la Gran V¨ªa, una de las arterias de la ciudad, con grupos de parecidas dimensiones. Con eso bast¨® para interrumpir la circulaci¨®n por el centro de Barcelona. La consigna policial parec¨ªa ser dejar hacer, que se desahogaran. Que era lo que muchos manifestantes quer¨ªan, se respiraba cierta resignaci¨®n. ¡°Siento indignaci¨®n e impotencia, solo nos queda protestar¡±, dec¨ªa una se?ora, Rosa, que no quer¨ªa dar su apellido. M¨¢s llamativa era la negativa pr¨¢cticamente general de los j¨®venes consultados: ¡°No queremos hablar con EL PA?S¡±. Salieron a la calle los m¨¢s militantes: ¡°Pon que esto es una dictadura, a ver si lo pones¡±. Pero tambi¨¦n muchos simplemente entusiasmados de vivir el momento rebelde subversivo de su vida, haci¨¦ndose selfis.
Hacia las once, sin coches, sin c¨¢nticos, reinaba el silencio, como si despu¨¦s de estar parado en un cruce todos se hicieran la pregunta del d¨ªa, y de los d¨ªas siguientes: ?Y ahora qu¨¦? ¡°Seguiremos protestando, cada uno cuando pueda, unos por la ma?ana y otros por la tarde¡±, dec¨ªa Eva, que junto a su hijo Adri¨¢, cort¨® a las 9.30 la esquina de Consell de Cent con paseo de Gracia. Pusieron unos contenedores y unas vallas y ?hala! All¨ª segu¨ªan a las tres de la tarde, sin comer, junto a cinco personas. ?Cu¨¢ndo os ir¨¦is? ¡°Cuando venga la polic¨ªa a echarnos, no vamos a ofrecer resistencia¡±, pero no apareci¨® nadie en todo el d¨ªa. ¡°Nos esper¨¢bamos esta sentencia, claro, pero queremos protestar, por lo menos expresar nuestra opini¨®n¡±. Enfrente, estaba parado, vac¨ªo, el autob¨²s n¨²mero 6207 para Badalona. El conductor llevaba desde la una, empez¨® su turno a esa hora con el autocar ya inm¨®vil y dio el relevo a su compa?ero. ¡°A esperar, no hay otra¡±, se encog¨ªa de hombros. Todo el mundo contaba con una jornada dif¨ªcil. Un par¨¦ntesis ya calculado y concedido. La ciudad lo acept¨®, vive con ello desde hace a?os. La pregunta es si tolerar¨¢ dosis de m¨¢s de un d¨ªa y m¨¢s si son tan indigestas.
Como en principio se pretend¨ªa una movilizaci¨®n espont¨¢nea de las masas, los que salieron andaban despistados, porque masa no hab¨ªa. Tampoco hab¨ªa directrices claras y cada uno hac¨ªa lo que le parec¨ªa. La espontaneidad no daba ¨¦pica a la altura del momento hist¨®rico. En la plaza de Sant Jaume, frente a la Generalitat y el Ayuntamiento, hubo un momento surrealista a las doce en punto. Una manifestaci¨®n de 40 j¨®venes grit¨® consignas unos minutos (¡°Vosotros, fascistas, sois los terroristas¡±) y se fue por una calle. Al momento apareci¨® otra de 30 personas por otra esquina, mediana edad, con una pancarta en ingl¨¦s: ¡°Free political prisoners and exiles¡±. Desaparecieron por otra calle. Eran micromanifestaciones err¨¢ticas. Diez minutos m¨¢s tarde ya hubo algo concreto, un breve acto en la plaza del Rey al que asisti¨® toda la plana mayor independentista: Quim Torra, Roger Torrent, Artur Mas¡ Se daban palmadas en el antebrazo como en un funeral. No hubo declaraciones, solo una pieza de violonchelo: El cant dels ocells (El canto de los p¨¢jaros), "una nana tradicional que Pau Casal tocaba en el exilio", explic¨® la int¨¦rprete, Eulalia Subir¨¢. Luego se corri¨® la voz: todos a plaza de Catalunya. Ah¨ª s¨ª hubo ya una gran muchedumbre, 25.000 personas seg¨²n la Guardia Urbana.
Inmensa mayor¨ªa de adolescentes y j¨®venes. Con esteladas colocadas como una capa. Sentados en corrillos comiendo con bolsas de papel de McDonalds. Calor pegajoso. Las calles sin tr¨¢fico daban una sensaci¨®n irreal de vacaciones. Pasaba mucha gente en moto, bicicleta y patinete, que elud¨ªan los piquetes. Pero a mediod¨ªa, algo cambi¨®. Se empez¨® a intuir m¨¢s organizaci¨®n al ver que aparec¨ªan pancartas y pegatinas con el lema que acababa de lanzar Jordi Cuixart desde prisi¨®n en Twitter: ¡°Contra la sentencia, reincidencia¡±. Pero a¨²n m¨¢s a la una, cuando Tsunami Democr¨¤tic lanz¨® su primer llamamiento preciso: todos al aeropuerto. En ese instante comenzaron a aparecer en la plaza de Catalunya pancartas con ese lema, y en unos minutos ya estaban pegadas en las m¨¢quinas expendedoras del metro. El gent¨ªo comenz¨® a moverse. ¡°Uy, yo al aeropuerto no voy, que tengo 77 a?os¡±, dijo una mujer. Pero casi todos los dem¨¢s debieron de ir, porque la plaza se vaci¨® en una hora. ¡°?Vamos a hacer un Hong Kong!¡±, clamaba exaltado un grupo de j¨®venes, en referencia a las movilizaciones de la regi¨®n china de estatuto especial, que tuvieron su gran momento con la invasi¨®n del aeropuerto.
Les cost¨® llegar, porque al rato los Mossos ordenaron cortar las l¨ªneas de tren y metro al aeropuerto. Pero llegaron, era el gran desaf¨ªo del d¨ªa y por fin la masa ten¨ªa un prop¨®sito claro en una jornada de incertidumbre. Llegaron incluso andando, bajo la lluvia. Tambi¨¦n porque a ratos se fueron restableciendo las conexiones, pues el par¨®n tambi¨¦n afectaba a los viajeros, que comenzaban a correr desesperados por los andenes con las maletas.
En el aeropuerto la protesta amorfa y deslavazada, ya con direcci¨®n e intenci¨®n, por fin tom¨® forma explosiva. Hace solo unos a?os, sin redes sociales, no hubiera sido posible. Hubo tensi¨®n y cargas de los Mossos. Las im¨¢genes que saldr¨ªan en los informativos. En el tren que lleg¨® por fin a las 18.40 al aeropuerto, tras un par¨®n de 20 minutos, la mitad eran viajeros y la mitad manifestantes. A estos ¨²ltimos se les reconoc¨ªa porque iban sin maleta y no estaban preocupados. Y muchos iban de negro. Un chino se puso a charlar en ingl¨¦s con una de las pasajeras sobre la situaci¨®n pol¨ªtica. ¡°En mi opini¨®n lo de Hong Kong es peor y m¨¢s complicado¡±, dijo el hombre, ri¨¦ndose. ¡°Y a m¨ª me aburre bastante¡±. Todo el vag¨®n escuchaba en silencio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Proc¨¦s Independentista Catal¨¢n
- Tsunami Democr¨¤tic
- Sentencia Proc¨¦s
- Juicio al Proc¨¦s
- Tribunal Supremo
- Barcelona
- Tribunales
- Refer¨¦ndum 1 de Octubre
- Autodeterminaci¨®n
- Casos judiciales
- Poder judicial
- Sentencias
- Generalitat Catalu?a
- Catalu?a
- Refer¨¦ndum
- Elecciones
- Gobierno auton¨®mico
- Conflictos pol¨ªticos
- Comunidades aut¨®nomas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Juicios
- Proceso judicial
- Espa?a
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pol¨ªtica