La ardua tarea de reinsertar a un preso yihadista
Trabajadores penitenciarios y expertos de 11 pa¨ªses de la UE ponen en com¨²n en Madrid ideas y experiencias para desradicalizar a reclusos islamistas
?Se puede reinsertar a un preso yihadista? ?E impedir que propague su ideario violento entre otros reclusos? ?Se les debe dispersar como en su d¨ªa se hizo con los internos de ETA en Espa?a o ser¨ªa mejor reagruparlos? ?C¨®mo hay que tratar a las cada vez m¨¢s numerosas presas islamistas radicales? Durante dos d¨ªas, trabajadores penitenciarios y expertos en yihadismo de Espa?a, Francia, Alemania, Portugal, Dinamarca, Grecia, Chipre, Rumania, B¨¦lgica, Reino Unido, Italia y la Comisi¨®n Europea han celebrado en la Casa ?rabe, de Madrid unas jornadas a puerta cerrada organizadas por el sindicato ACAIP-UGT, el mayoritario entre los funcionarios de prisiones espa?oles, para abordar el reto de la desradicalizaci¨®n de los presos yihadistas. El encuentro, al que asisti¨® EL PA?S, ha revelado las dificultades de lo que uno de los asistentes calific¨® de ¡°quimera¡±.
As¨ª opina Wilfried Fonck, representante de UFAP, el sindicato mayoritario entre los funcionarios de prisiones en Francia. Fonck destaca que las c¨¢rceles francesas han pasado de tener 140 reclusos por terrorismo yihadista en 2014 a 580, 72 de ellos mujeres, a comienzos de 2020. ¡°En siete a?os se ha cuadruplicado¡±, recalca para a continuaci¨®n aportar otro dato preocupante: ¡°Adem¨¢s tenemos entre 1.500 y 2.000 presos que entraron por otros delitos y que han abrazado la ideolog¨ªa islamista radical en prisi¨®n¡±. Fonck detalla que entre esos radicalizados hay 10 funcionarios de prisiones que han sido captados por presos yihadistas. Aunque no se opone a los programas de rehabilitaci¨®n, Fonck cree que, tras los tres atentados contra trabajadores penitenciarios registrados en las c¨¢rceles desde 2016, se debe anteponer la seguridad de estos empleados p¨²blicos.
Tampoco es optimista Mark Fairhurst, dirigente del sindicato brit¨¢nico POA. Fairhurst detalla que en el Reino Unido hay 173 presos islamistas y, aunque son clasificados como de alta peligrosidad, se les sigue mezclando con otros reclusos. De ellos, al menos un tercio ha participado de modo voluntario en alguno de los dos programas de desradicalizaci¨®n existentes en las prisiones brit¨¢nicas, aunque el sindicalista muestra dudas sobre su eficacia a la vista de que dos de los ¨²ltimos atentados yihadistas sufridos en el Reino Unido, el 29 de noviembre y el 2 de febrero pasados, fueron perpetrados por yihadistas que acababan de abandonar la prisi¨®n. Por ello, Fairhurst plantea la necesidad de aislar a los m¨¢s peligrosos en centros especiales para evitar el contagio de su ideolog¨ªa. ¡°Cuando un preso de este tipo es trasladado a un centro de aislamiento, los que le rodeaban en la otra c¨¢rcel pasan a tener una visi¨®n menos extremista¡±, constata.
Tambi¨¦n de la influencia de estos reclusos habla Mar¨ªa M. (pide que sus apellidos no sean publicados por motivos de seguridad), responsable del ?rea de Informaci¨®n y Seguridad de los servicios penitenciarios catalanes. Con dos presos por yihadismo y otros 46 internos radicalizados en las c¨¢rceles dependientes de la Generalitat, esta experta se?ala que ¡°la influencia de un preso que ha cometido un delito de terrorismo grave es brutal entre los otros reclusos. Su ideolog¨ªa se expande como una mancha de aceite que solo remite cuando se le traslada a otro centro¡±. Para ella, la desradicalizaci¨®n de estos presos es un objetivo casi ut¨®pico y apunta que habr¨¢ que ¡°conformarse con el desistimiento¡±. Es decir, que abandonen la violencia aunque mantengan el radicalismo.
La excarcelaci¨®n
Con varios programas de detecci¨®n de radicalizaci¨®n extremista ¡ªno solo para presos islamistas¡ª, la representante de la Generalitat nuestra su ¡°preocupaci¨®n¡± por el momento en el que estos presos recuperan la libertad. Fairhurst, el sindicalista brit¨¢nico, tambi¨¦n alerta sobre ese momento y plantea la necesidad de tener vigilados a estos presos cuando son excarcelados: ¡°A los ac¨¦rrimos se les tiene que constre?ir dentro de prisi¨®n y pensar como tenerlos vigilados cuando salgan en libertad porque dudo que se reinserten en la sociedad¡±.
Bo Sorensen, presidente del sindicato dan¨¦s de funcionarios de prisiones, destaca que en su pa¨ªs toda la pol¨ªtica penitenciaria cambi¨®, precisamente, despu¨¦s de que un recluso por delitos comunes, Omar El Hussein, cometiera un atentado a las dos semanas de salir en libertad en 2015. Sorensen se?ala que aquel atentado fue un jarro de agua fr¨ªa para el sistema penitenciario del pa¨ªs escandinavo, hasta entonces volcado en la reinserci¨®n. ¡°Hemos vuelto al sistema de anta?o, en el que prima la seguridad sobre la reeducaci¨®n. El contacto con los presos se ha reducido y ya no sabemos qui¨¦n est¨¢ radicalizado y qui¨¦n no¡±. En B¨¦lgica, donde el n¨²mero de presos yihadistas ha pasado de 56 en 2015 a los 183 de la actualidad con un pico en 2018 de 230, la psic¨®loga penitenciaria Isabelle Resimont considera prioritario ¡°controlar el fen¨®meno de radicalizaci¨®n dentro de las c¨¢rceles¡± a la vez que se alienta a los presos yihadistas a iniciar lo que denomina ¡°proceso de retirada¡± de su ideario violento. La clave, admite, es saber c¨®mo.
En Espa?a, en cuyas c¨¢rceles dependientes del Ministerio del Interior hay 136 condenados por yihadismo m¨¢s otros 132 que entraron por delitos comunes y se han radicalizado, la duda sigue siendo si mantener la pol¨ªtica de dispersi¨®n ¡ªactualmente est¨¢n repartidos en 27 prisiones¡ª o agruparlos. Francisco Macero, del sindicato ACAIP-UGT, plantea estudiar esta segunda opci¨®n: ¡°Por el n¨²mero de presos que tenemos actualmente, lejos de las cifras de Francia, a¨²n tenemos la posibilidad de reagruparlos y trabajar con ellos de una manera centralizada¡±, apunta. El holand¨¦s Maarten van de Donk, experto de la Red de Concienciaci¨®n de la Radicalizaci¨®n (RAN en sus siglas en ingl¨¦s), dependiente de la Comisi¨®n Europea, rechaza ese reagrupamiento: ¡°No es posible que un preso yihadista se reinserte si est¨¢ en una c¨¢rcel solo rodeado por gente que piensa como ¨¦l¡±.
Sin embargo, las dudas sobre los actuales programas de desradicalizaci¨®n utilizados en las c¨¢rceles europeas son numerosas. Para Macero, los existentes en Espa?a son buenos, pero se lamenta de que no haya los medios ni suficiente personal formado para aplicarlos. Nina K?sehage, investigadora de la Universidad alemana de Rostock y autora de numerosos informes sobre yihadismo, es mucho m¨¢s cr¨ªtica y los considera, en muchos casos, ineficaces. ¡°Son herramientas con elevados grados de subjetividad que solo se pueden utilizar con gente que lleve mucho tiempo en la c¨¢rcel¡±.
Tambi¨¦n es una queja com¨²n la inexistencia de programas de desradicalizaci¨®n espec¨ªficos para mujeres y j¨®venes. Inmaculada Yuste, investigadora de la Universidad de Granada, destaca que esto ocurre pese a que entre 2014 y 2016 ya han sido condenadas en Espa?a 23 mujeres por actividades yihadistas. Tambi¨¦n alerta de que, aunque el riesgo de que perpetren un atentado cuando salgan en libertad es bajo ¡ªinsiste en que el yihadismo les reserva un papel secundario¡ª siguen siendo ¡°peligrosas¡±. En la misma l¨ªnea, la representante de la Generalitat critica que el sistema penitenciario a¨²n ¡°infantilice¡±, como a todas las reclusas, a las presas islamistas y no les d¨¦ ¡°la importancia que tienen¡±.
Una base europea de reclusos radicalizados
La mayor¨ªa de los expertos insisten en la necesidad de reforzar la colaboraci¨®n entre los trabajadores penitenciarios y las polic¨ªas y los servicios de inteligencia de sus pa¨ªses. Para el representante de ACAIP-UGT, en Espa?a hay una grave carencia en este sentido. ¡°La informaci¨®n solo fluye de nosotros hacia ellos y no al rev¨¦s", denuncia en referencia a la labor de sus 201 compa?eros de los llamados Grupos de Control dedicados a vigilar, entre otros, a los reclusos yihadistas. Fonck describe un panorama similar en Francia. Por el contrario, Fairhurst asegura que en el Reino Unido la colaboraci¨®n es estrecha y sin cortapisas. La representante de la Generalitat va un paso m¨¢s all¨¢ y reclama que esa colaboraci¨®n se materialice tambi¨¦n entre servicios penitenciarios de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea: ¡°Ser¨ªa conveniente crear un grupo para intercambiar informaci¨®n que nos permitiera saber si un recluso yihadista ha estado antes en las c¨¢rceles de otros pa¨ªses, c¨®mo se ha trabajado con ¨¦l y qu¨¦ resultados se han obtenido¡±.
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