Mireia Vall¨¨s-Colomer, microbi¨®loga: ¡°Sin bacterias, nuestra vida no es posible¡±
La investigadora apuesta por estudiar c¨®mo influyen en las enfermedades mentales los microbios que pueblan el intestino
El microbioma est¨¢ en boca de todos. Literalmente. Hay, de hecho, un mundo de microorganismos que pueblan la cavidad oral, el intestino, la vagina¡ y que cumplen funciones esenciales para el organismo. La comunidad cient¨ªfica sabe que millones de bacterias, virus, hongos o levaduras conviven en armon¨ªa dentro del cuerpo y trabajan por la vida, pero desconocen exactamente c¨®mo lo hacen, o hasta qu¨¦ punto llega su influencia. Falta mucho por descubrir, admite Mireia Vall¨¨s Colomer (33 a?os, Vic, Barcelona), microbi¨®loga e investigadora postdoctoral en el Laboratorio de Metagen¨®mica Computacional de la Universidad de Trento (Italia) y experta en el estudio del impacto del microbioma intestinal en la salud: ¡°Se ha pasado de ignorarlo completamente a que sea la soluci¨®n a todo. Creo que la verdad est¨¢ en el medio: nos puede ayudar con muchas enfermedades, pero por s¨ª solo no va a ser la soluci¨®n¡±, adelanta la investigadora en una entrevista por videoconferencia con EL PA?S, pocos d¨ªas antes de participar en un simposio sobre microbioma organizado por IrsiCaixa en Barcelona.
Vall¨¨s Colomer, que tiene un m¨¢ster en Ciencias Moleculares y un doctorado en Biomedicina, ha visto el fulgurante ascenso del microbioma como objeto de estudio en los ¨²ltimos a?os, c¨®mo los ojos de la comunidad cient¨ªfica se posaban en este ecosistema de microbios para buscar respuesta a decenas de enfermedades. Tambi¨¦n ella lo ha hecho: la investigadora abri¨® un hilo de conexi¨®n entre los problemas de salud mental y el microbioma intestinal al descubrir composiciones bacterianas diferentes entre personas con depresi¨®n y gente sana. Vall¨¨s Colomer tambi¨¦n public¨® el a?o pasado un estudio que revelaba que las bacterias se transmiten entre personas con las interacciones sociales: dos convivientes comparten el 12% de las cepas de sus intestinos y hasta el 32% de su boca.
Pregunta. El estudio del microbioma est¨¢ por todas partes, se menciona en art¨ªculos cient¨ªficos de todo tipo. Pero, normalmente en condicional: podr¨ªa tener un papel en la salud y en la enfermedad. ?Qu¨¦ saben realmente sobre ese ecosistema de microorganismos que puebla el intestino?
Respuesta. En m¨¢s o menos una d¨¦cada, el campo ha crecido much¨ªsimo y hemos aprendido mucho. Nuestro gran problema es que siempre tenemos asociaciones. O sea, son estudios descriptivos: vemos que si comparamos personas con una enfermedad y otras sanas, hay estas diferencias, pero lo que es dif¨ªcil es establecer causalidad. Las alteraciones en el microbioma podr¨ªan ser una causa o una consecuencia de la de la enfermedad. O nada de ello, podr¨ªa ser que las personas con esta enfermedad comen de manera diferente, y que su microbioma cambiar¨ªa a causa de esas diferencias en la dieta.
P. ?C¨®mo media el microbioma en la salud y en la enfermedad?
R. Sabemos, y esta es la evidencia m¨¢s clara, que sin bacterias nuestra vida no es posible. Dentro de nuestros cuerpos, nos ayudan en la digesti¨®n: las fibras son superimportantes para la salud, pero nosotros no podemos digerirlas, las digieren las bacterias que tenemos en el intestino. Tambi¨¦n nos producen vitaminas, muchos micronutrientes esenciales y nos mantienen el sistema inmunitario controlado, lo entrenan y tambi¨¦n, estando ellas all¨ª, nos protegen de pat¨®genos.
P. ?Qu¨¦ sucede cuando aparece la enfermedad? Los expertos hablan de una disbiosis, de un desequilibrio en ese ecosistema, pero ?qu¨¦ significa eso?
R. La disbiosis es una alteraci¨®n del microbioma respecto a la composici¨®n normal, aunque la composici¨®n normal es tambi¨¦n una definici¨®n muy grande porque dos personas sanas tienen composiciones diferentes. Muchas veces lo que pasa es que hay un bucle: tienes un microbioma con muchas enfermedades, menos diversa, menos resiliente a est¨ªmulos externos, y esto ya contiene menos el nivel de inflamaci¨®n: se crea m¨¢s inflamaci¨®n, por el sistema inmunitario o, en muchos casos, porque llega un pat¨®geno. Y todo esto cambia la composici¨®n del microbioma y hace que especies pat¨®genas, que muchas veces ya est¨¢n all¨ª, pero en niveles superbajos y que no nos hacen nada, tengan las condiciones que favorecen m¨¢s su supervivencia.
P. En 2019, usted particip¨® en un estudio en el que identificaron dos g¨¦neros de bacterias, los Coprococcus y las Dialister, que escaseaban en personas con depresi¨®n. ?Esto qu¨¦ significa?
R. Esto es una asociaci¨®n: vemos que esas personas tienen niveles m¨¢s bajos que el resto de la poblaci¨®n. Vamos a ver es cu¨¢les son las propiedades de estas bacterias y encontramos que muchas de ellas son productoras de butirato, que es la principal fuente de energ¨ªa para los colonocitos, las c¨¦lulas del intestino, y que tambi¨¦n bajan los niveles de inflamaci¨®n. Seguramente, lo que est¨¢ pasando es que estas personas tienen un microbioma m¨¢s proinflamatorio. Dentro de un g¨¦nero de bacterias puede haber cepas que son muy diferentes entre ellas y es por esto que ahora estamos desarrollando m¨¦todos de m¨¢s precisi¨®n, porque quiz¨¢s el problema no es todo un g¨¦nero de bacterias, sino solo algunas cepas.
P. ?C¨®mo funciona el eje intestino-cerebro? ?C¨®mo dialogan?
R. Es importante y vamos viendo varios mecanismos que se relacionan. Una parte es a trav¨¦s de v¨ªas nerviosas, o sea el nervio vago: neuronas que se dan en el intestino y llegan hasta el cerebro. Otro mecanismo es la inflamaci¨®n, que tambi¨¦n est¨¢ relacionado con el cortisol, que es la hormona del estr¨¦s. Y el tercero es la producci¨®n directa de muchos neurotransmisores en el intestino: una parte muy grande de serotonina, dopamina y gaba de nuestros cuerpos se produce en el intestino, no en el cerebro, y hay una parte que puede viajar a la circulaci¨®n general y desde all¨ª al cerebro. Pero hay mol¨¦culas que no lo hacen y aun as¨ª, pueden tener una funci¨®n.
P. ?Se estaba enfocando al lugar equivocado al centrar, hist¨®ricamente, la atenci¨®n en el cerebro para tratar los problemas de salud mental? ?Se deber¨ªa mirar un poco m¨¢s abajo, en el intestino?
R. No dir¨ªa que es equivocado o que solo hay que bajar la vista, sino ampliar el zoom y estudiar todo el cuerpo, no centrarnos solo en el cerebro. Sabemos que el problema principal quiz¨¢s est¨¢ all¨ª, pero no es solo all¨ª. Y eso est¨¢ relacionado con que los tratamientos para la depresi¨®n no funcionan bien y quiz¨¢s lo que podr¨ªamos hacer es desarrollar terapias para mejorar la composici¨®n del microbioma. Al final, lo que necesitamos es una medicina m¨¢s global.
P. ?Cu¨¢nto influye el microbioma en la salud mental? ?Cu¨¢l es el nivel de intensidad de esa relaci¨®n y a qu¨¦ patolog¨ªas afecta?
R. La intensidad es muy clara y, en realidad, no hace falta que sea a nivel cient¨ªfico. Sabes que todas las personas, cuando tienen momentos de ansiedad, tienen tambi¨¦n problemas gastrointestinales. Y cuando se come peor por cualquier motivo, los niveles de estr¨¦s sobresalen. Lo que estamos intentando entender es el mecanismo.
P. ?Las hip¨®tesis que plantean en depresi¨®n se ampl¨ªan a otros problemas de salud mental o neurol¨®gicos, como el autismo?
R. En el caso espec¨ªfico del autismo, lo que vemos es que hay muchos art¨ªculos publicados, pero con resultados diferentes. Y hay un nuevo art¨ªculo del a?o pasado en autismo que lo que hace es analizar mejor los patrones de alimentaci¨®n de los ni?os y ven que, en realidad, muchas de estas alteraciones se pueden explicar por los comportamientos de alimentaci¨®n. O sea, que quiz¨¢s las diferencias que vemos en el microbioma no son solo de la enfermedad, sino que los ni?os comen de modo diferente. En otras enfermedades, como p¨¢rkinson o alzh¨¦imer, s¨ª que hay patrones claros. Casi por cada enfermedad que se nos ocurra, te encuentras alg¨²n art¨ªculo que te muestra que hay diferencias en el microbioma; pero la parte importante es ver si son realmente se?ales de la enfermedad, o del tratamiento, o si son patrones de alimentaci¨®n u otra cosa.
P. ?Qu¨¦ se entiende por un microbioma sano si cada persona sana tiene un microbioma diferente?
R. La alta diversidad. Puede ser que las bacterias que est¨¦n ah¨ª sean diferentes entre dos personas, pero las dos personas van a tener una alta diversidad de microbios.
P. En uno de sus estudios revelaba que las interacciones sociales, de alguna manera, dan forma a nuestro microbioma. ?Eso quiere decir que todo se pega, hasta nuestras bacterias?
R. S¨ª, hasta cierto punto, s¨ª. Cuando el beb¨¦ nace, nace casi est¨¦ril y recibe todas sus bacterias de su madre. Pero lo que vemos nosotros es que en beb¨¦s faltan muchas de las bacterias t¨ªpicas de los adultos, o sea que tenemos que adquirirlas m¨¢s tarde o m¨¢s temprano. La parte nueva del art¨ªculo de este a?o es que en adultos tambi¨¦n hay mucho intercambio y esto no es una cosa mala. ?Tengo que ser m¨¢s higi¨¦nico? Para nosotros, no. Un microbioma m¨¢s diverso es una cosa positiva. M¨¢s interacci¨®n con m¨¢s personas es una cosa que va a enriquecer tu microbioma.
P. ?C¨®mo se hace ese traspaso de microbios? ?Influye igual vivir con una persona que irte de fiesta con 200?
R. Para el microbioma intestinal es importante que la interacci¨®n sea prolongada. Si te cruzas con una persona en el supermercado, o con muchas en la discoteca, quiz¨¢s no vayas a intercambiar nada. Hacen falta interacciones sociales de calidad.
Sabemos que el trasplante de heces es una soluci¨®n de emergencia, no definitiva¡±
P. Si nos enriquecemos con los microorganismos de los dem¨¢s, ?tambi¨¦n se puede contagiar una disbiosis y, por tanto, enfermedades no transmisibles puedan llegar a serlo?
R. Esta es una hip¨®tesis que nos planteamos: podr¨ªa ser que enfermedades no transmisibles se convierten en transmisibles a trav¨¦s de microbioma. Pero esto es una hip¨®tesis. El primer estudio lo hicimos en personas sanas y vimos que hay mucha transmisi¨®n. Pensamos que, como hay diversidad en personas sanas, estas bacterias van a ganar a una comunidad disbi¨®tica con menos bacterias y menos resistencia a la colonizaci¨®n. No pensamos que sea un problema vivir con personas con disbiosis, sino al rev¨¦s: va a ser positivo. Pero todo esto es una hip¨®tesis porque todav¨ªa no tenemos estudios de transmisi¨®n microbiana en personas con enfermedades.
P. El microbioma se estudia mucho, pero no hay grandes tratamientos efectivos. Parece que no es f¨¢cil manipularlo o cambiarlo.
R. No, no es f¨¢cil. Creemos que tenemos que seguir una perspectiva de medicina personalizada: no podemos dar cualquier probi¨®tico para cualquier alteraci¨®n del microbioma. Y en el mercado, casi todas las formulaciones son muy parecidas. Para los probi¨®ticos, la soluci¨®n va a ser algo mucho m¨¢s personalizado y complejo. Y el trasplante de heces est¨¢ aprobado para infecci¨®n por Clostridioides Difficile, pero tampoco creemos que esto sea la soluci¨®n definitiva: si encuentras una formulaci¨®n de bacterias que funciona, va a ser algo mucho m¨¢s preciso que dar las heces de una persona sana. Se est¨¢ estudiando el trasplante de heces para m¨¢s enfermedades, hay pruebas para depresi¨®n, pero todav¨ªa estamos intentando entender qu¨¦ es lo que hace un buen donante, hay todav¨ªa muchas preguntas y sabemos que es una soluci¨®n de emergencia, no definitiva.
P. ?Qu¨¦ deber¨ªa saber la poblacion para cuidar su microbioma?
R. La parte m¨¢s f¨¢cil es claramente la alimentaci¨®n, comer m¨¢s sano: aqu¨ª hay muchas modas, pero, al final, comer m¨¢s fibra y menos alimentos procesados nos va a ayudar much¨ªsimo, junto con el estilo de vida activo. Y relacionarte con m¨¢s personas tambi¨¦n est¨¢ asociado a mayor calidad de vida, mayor salud mental.
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