Blanca Madurga, ur¨®loga: ¡°Los chicos de las nuevas generaciones tienen, de media, el pene m¨¢s grande¡±
La especialista valenciana publica un libro en el que contrasta los mitos sobre el pene con la literatura cient¨ªfica
Desde las pinturas rupestres hasta los grafittis de todas las ciudades del mundo. Desde el David de Miguel ?ngel al cuaderno de cualquier adolescente. El pene es probablemente el ¨®rgano humano m¨¢s representado a lo largo de la historia. M¨¢s que un ap¨¦ndice, se ha convertido en un icono. El ¨²nico ¨®rgano que se le acerca es el coraz¨®n, cuyo dibujo esquem¨¢tico es la representaci¨®n del amor y el afecto. Quiz¨¢, reflexiona la ur¨®loga Blanca Madurga Patuel (Valencia, 65 a?os), sea porque este ¨®rgano tambi¨¦n es un s¨ªmbolo. Es la se?a de identidad del var¨®n, del macho, de lo viril. No solo sucede en el mundo del arte. Muchas expresiones hacen referencia al ¨®rgano sexual masculino. Muchas conversaciones giran en torno a ¨¦l. Los hombres hablan mucho de su pene, pero no tanto en un contexto m¨¦dico. Mientras que las mujeres van al ginec¨®logo de forma regular desde los 20 a?os y tienen cierta informaci¨®n m¨¦dica respecto a sus genitales, ellos crecen sin ese referente cl¨ªnico. Los hombres no van al andr¨®logo hasta que tienen un problema o al ur¨®logo hasta que pasan los 50. La falta de conocimientos m¨¦dicos se suple r¨¢pidamente en internet, donde la informaci¨®n sesgada o falsa enmara?a a¨²n m¨¢s una conversaci¨®n dif¨ªcil, llena de mitos, tab¨²s y desconocimiento.
Bien lo sabe Madurga, que lleva 30 a?os pasando consulta. Esta ur¨®loga trabaja como titular en el Hospital del Mar, en C¨¢diz, y es profesora asociada en la Universidad de esta misma ciudad. Acaba de publicar Todo lo que necesitas saber sobre el pene y nunca te atreviste a preguntar (Editorial Planeta), un ameno libro sobre esos 10 (s¨ª, la media son 10) cent¨ªmetros de los que todos hablan y pocos saben.
Pregunta. ?Qu¨¦ es lo que deber¨ªamos saber los hombres sobre nuestros penes y no nos atrevemos a preguntar?
Respuesta. Muchas cosas. El hombre solo acude al andr¨®logo cuando tiene un problema extremadamente grave, porque antes tiene que vencer una resistencia cultural, un miedo general, porque alrededor del pene hay mucho mito que lo relaciona con ser un macho, un l¨ªder, un tipo fuerte. La mayor¨ªa de hombres, cuando vienen a la consulta, lo que quieren saber es si es normal lo que les est¨¢ pasando. Si es normal cumplir a?os y que la potencia sexual disminuya. Si es normal que las erecciones no duren lo que tienen que durar. Si es normal el tama?o de su pene o sufrir un gatillazo. Aproximadamente el 52% de los hombres entre 40 y 70 a?os tiene disfunci¨®n er¨¦ctil, en la mayor¨ªa de los casos moderada. As¨ª que s¨ª, es normal. Son dudas simples que generan muchos problemas porque tienen asociado un enorme estigma social. Si lo piensa, incluso el t¨¦rmino impotente tiene una connotaci¨®n muy peyorativa. Odio esa palabra.
P. ?Y qu¨¦ palabra cree que ser¨ªa m¨¢s adecuada?
R. No hace falta catalogar a la persona, sino lo que le pasa. Y lo que le pasa es que tiene una disfunci¨®n er¨¦ctil. Impotencia sugiere que no podemos hacer una cosa y no la vamos a poder hacer nunca. Y la disfunci¨®n er¨¦ctil es un trastorno que puede ser sencillamente transitorio.
P. Me habla de tama?os, pero no me ha dado una cifra.
R. En este tema hay que tener en cuenta varias cosas. Lo primero es que la media que se considera normal del tama?o de un pene se consigue contando las medidas de toda la poblaci¨®n, de todos los sujetos. L¨®gicamente en esas medidas, pues habr¨¢ uno que tenga un pene de 30 cent¨ªmetros y otro que lo tenga de seis cent¨ªmetros. Y son normales los dos. Pero la media son aproximadamente diez cent¨ªmetros en erecci¨®n. Siempre se mide el pene en erecci¨®n, porque el pene relajado no se sabe hasta cu¨¢nto va a multiplicar su tama?o. Hay penes muy grandes en reposo que no crecen y penes peque?os que duplican su tama?o. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que esta media se hace en todo el mundo y en los pa¨ªses del ?frica subsahariana tienen uno o dos cent¨ªmetros m¨¢s de media. O sea que ese mito de que los varones de raza negra tienen unos penes gigantes no es cierto. Hay diferencias, pero son peque?as. Mucha gente habla de micropene cuando estos, que son aquellos inferiores a los seis cent¨ªmetros en erecci¨®n, son rar¨ªsimos. Y por desgracia suelen ir asociados a s¨ªndromes.
P. En los ¨²ltimos 30 a?os las nuevas generaciones han crecido gracias a la alimentaci¨®n. Esto es algo que se sabe y se comenta. Sorprende m¨¢s saber, como explica en su libro, que les ha crecido tambi¨¦n el pene¡
R. Claro. El pene crece en consonancia con el cuerpo. Al fin y al cabo, est¨¢ compuesto por tejido vascular, sobre todo vasos sangu¨ªneos y recubierto por piel, que se genera con las prote¨ªnas. Cuando tienes una alimentaci¨®n basada m¨¢s en prote¨ªnas, como la actual, los cuerpos se desarrollan m¨¢s. Somos m¨¢s altos que la generaci¨®n anterior. Las ni?as tienen la menstruaci¨®n antes, hay un desarrollo m¨¢s precoz. Y los chicos de las nuevas generaciones tienen, de media, penes m¨¢s grandes.
En el libro, Marduga se basa en el metaan¨¢lisis Worldwide Temporal Trends in Penile Length, publicado en 2023. En este se analizaron 75 estudios realizados desde 1942 hasta 2021, incluyendo datos de 55.000 hombres. ¡°La longitud en erecci¨®n aument¨® significativamente con el tiempo en varias regiones del mundo y en todos los grupos de edad¡±, se explica en sus conclusiones. ¡°Tras ajustar por regi¨®n geogr¨¢fica, edad y poblaci¨®n, la longitud del pene erecto aument¨® un 24% en los ¨²ltimos 29 a?os¡±. En un gr¨¢fico se aprecia que la media pas¨® de superar por poco los 12 cent¨ªmetros, en 1990, a sobrepasar los 15,5 en 2021.
P. Pero eso no significa que tengan menos complejos, ?C¨®mo ha cambiado el f¨¢cil acceso al porno nuestra percepci¨®n del propio pene?
R. Mucho. Respecto al tama?o y al rendimiento. Llevo 35 a?os trabajando en esto y ha habido un aumento de las consultas, sobre todo en pacientes muy j¨®venes. Nunca van a llegar a unas expectativas que son completamente falsas, porque el porno no es la vida real. Los j¨®venes tienen acceso a mucha informaci¨®n sobre sexo, pero eso no garantiza que est¨¦n bien informados. M¨¢s del 90% de la informaci¨®n sobre el pene que hay en internet es enga?osa o directamente falsa. Hice un trabajo al respecto, rastre¨¦ cerca de 300 p¨¢ginas y vi dos, de dos ur¨®logos de prestigio, hablando con seriedad sobre el tama?o del pene. El resto eran falsas, exageradas, con la ¨²nica finalidad de vender productos milagros. Hay una industria impresionante detr¨¢s, todos estos complejos mueven mucho dinero. El sexo vende, sobre todo si se apoya en mentiras. Y el problema es que la mayor¨ªa de hombres que tiene un problema se queda ah¨ª, apenas una minor¨ªa viene despu¨¦s a una consulta. El resto se queda con esa informaci¨®n falsa. Internet es la antesala del andr¨®logo.
P. Hay mucho mito en torno al pene, pero la ciencia ha demostrado la veracidad de alguno, como el que relaciona su tama?o con el de la nariz¡
R. Siempre hab¨ªa sido considerada una leyenda urbana, hasta que un grupo japon¨¦s hizo un estudio demostrando esa similitud. [El estudio, publicado en 2023, analiz¨® a 1.100 varones y demostr¨® que el tama?o de la nariz ¡°es un predictor significativo del tama?o del pene, confirmando la veracidad de un antiguo mito¡±]. Las longitudes tendr¨ªan que ver con los niveles de testosterona a los que est¨¢ expuesto el feto durante la gestaci¨®n. Pero no existe esa misma relaci¨®n con otras partes del cuerpo.
P. Es interesante saber que esta obsesi¨®n por el pene grande es cultural. Son modas¡
R. Efectivamente, hubo una ¨¦poca durante el Renacimiento donde se consideraba obsceno el sexo. Y entonces el tener un miembro muy grande era algo de mal gusto, no estaba de moda. Ahora se ha popularizado la idea de que tener un miembro grande simboliza ser m¨¢s hombre, ser el macho alfa, el jefe de la tribu. Pero en esa ¨¦poca, cuanto m¨¢s peque?o fuese el pene, era mejor. Hay muchos ejemplos de este ideal de belleza en el arte, por ejemplo, en el David de Miguel ?ngel, que tiene un pene muy peque?o en comparaci¨®n con ese cuerpo musculoso y enorme. Pero qui¨¦n sabe, igual vuelve otra vez la moda del pene peque?o. Y todos los que lo tienen grande se gastar¨¢n dinero en adaptarse y reduc¨ªrselo [risas].
P. Sobre los test¨ªculos, ?cu¨¢l es la duda m¨¢s recurrente?
R. Muchos preguntan si es normal que uno cuelgue m¨¢s que el otro. Y esto, en realidad, tiene una explicaci¨®n anat¨®mica. Normalmente, el test¨ªculo izquierdo cuelga m¨¢s que el derecho, no porque pese m¨¢s, sino porque los vasos que lleva el cord¨®n del test¨ªculo, son m¨¢s largos en el lado izquierdo.
P. Las operaciones de fimosis en Espa?a han pasado de 5.000 a 29.000 en los ¨²ltimos cinco a?os. ?Por qu¨¦ este auge?
R. S¨ª, es algo que vemos cada vez m¨¢s en las consultas y es una buena costumbre. Primero, porque favorece la higiene del pene, el no tener prepucio hace que el glande est¨¦ al aire, y que no se segregue tanto esmegma. Esto previene el c¨¢ncer de pene. Y tambi¨¦n reduce las infecciones en las mujeres, hay estudios que se?alan que las mujeres ¨¢rabes y jud¨ªas [donde la circuncisi¨®n se hace por motivos religiosos a todos los ni?os] tienen menos incidencia en c¨¢ncer de cuello de ¨²tero. Normalmente, los occidentales solemos intervenir el prepucio cuando es necesario, cuando da problemas. Por ejemplo, cuando un paciente es diab¨¦tico. En estos casos, al tener la orina una mayor cantidad de az¨²car, eso facilita las infecciones con g¨¦rmenes y bacterias, es un caldo de cultivo perfecto. Y se pueden dar infecciones recurrentes. Con el aumento de la obesidad y la diabetes en los pa¨ªses del primer mundo es normal que tengamos m¨¢s pacientes mayores que se quieren operar de fimosis.
P. En su libro no solo se centra en la gente joven, habla mucho de hombres mayores y de sexualidad en la tercera edad.
R. Somos animales. S¨ª, somos inteligentes. S¨ª, hemos evolucionado. Pero no dejamos de ser animales que nacemos, crecemos, nos multiplicamos y morimos. Llega un momento en que bueno, ya no nos multiplicamos por una limitaci¨®n biol¨®gica. Pero, ?por qu¨¦ no seguir practicando sexo? A m¨ª me vienen se?ores de 70 a?os que me dicen que quieren m¨¢s capacidad, poder practicar m¨¢s sexo, y me parece genial. Una sexualidad activa mejora la calidad de vida. Se ha visto que en las residencias de mayores, quienes practican sexo suelen vivir m¨¢s tiempo. El sexo es vida. Y querr¨ªa subrayar tambi¨¦n el caso del colectivo LGTBI. Gente mayor que en su d¨ªa no pudo mostrar su afecto. Sigue habiendo estereotipos negativos sobre la vida sexual de los mayores, pero especialmente en este colectivo, que han sufrido tanto y se han tenido que esconder, que no lo hagan ahora. No tienen que esconderse de nada.
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