Los suicidios de los famosos producen un efecto contagio parecido a las infecciones
Un equipo de expertos en brotes infecciosos crea un modelo a partir de la muerte de Robin Williams que ayuda a calcular los incrementos del riesgo de suicidio en un pa¨ªs despu¨¦s de que una celebridad se quite la vida
En los meses posteriores al 4 de agosto de 1962, cuando se conoci¨® la muerte de Marilyn Monroe, probablemente por suicidio, el n¨²mero de personas que trat¨® de quitarse la vida en EE UU creci¨® un 12%. Un fen¨®meno similar se observ¨® poco despu¨¦s del fallecimiento del actor Robin Williams o del chef Anthony Bourdain. Aunque el efecto contagio se ampl¨ªa cuando los protagonistas son famosos, tambi¨¦n existe entre conocidos y algunos an¨¢lisis atribuyen el 5% de los suicidios juveniles a la imitaci¨®n.
Gran parte de los casos de suicidio se consuman durante una breve crisis y porque se tienen a mano herramientas para hacerlo, no porque haya una convicci¨®n sostenida. Y eso se puede aprovechar para desarrollar medidas preventivas. En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, Hungr¨ªa ha reducido su n¨²mero de suicidios a la mitad, mejorando la asistencia psiqui¨¢trica y aumentando el n¨²mero de l¨ªneas telef¨®nicas donde pueden acudir quienes sufren una crisis. Dinamarca tambi¨¦n ha logrado mejoras con medidas aparentemente simples como reducir el n¨²mero de pastillas de paracetamol que se pueden comprar de una vez.
En este esfuerzo para comprender la naturaleza del suicidio y las maneras de prevenirlo, entender los mecanismos de contagio ayuda a reducir la transmisi¨®n, como sucede con las enfermedades infecciosas. Con esa intenci¨®n, hoy, un grupo de investigadores liderados por Jeffrey Shaman, un investigador de la Universidad de Columbia que utiliza modelos matem¨¢ticos para comprender y prevenir la transmisi¨®n de enfermedades como la malaria o el covid, ha presentado en la revista Science Advances un modelo similar para entender el contagio de los pensamientos y los comportamientos suicidas.
Sus resultados, que analizaron la difusi¨®n de estos comportamientos despu¨¦s de la muerte de Robin Williams en 2014 y la de Anthony Bourdain y la dise?adora Kate Spade en 2018, muestran que hubo un incremento significativo en ambos casos, aunque mayor en el del actor, quiz¨¢ porque era m¨¢s conocido y hab¨ªa m¨¢s gente que se pod¨ªa identificar con ¨¦l. En el caso de Williams, estimaron que las probabilidades de que una persona que nunca hab¨ªa tenido ideas suicidas comenzase a tenerlas en los d¨ªas despu¨¦s de conocerse la noticia se multiplic¨® por mil, y el riesgo de que una persona que ya ten¨ªa ideas suicidas las ejecutase se triplic¨®. Tras los decesos de Bourdain y Spade, el efecto fue aproximadamente la mitad. Estas cifras se calcularon a partir de las llamadas a una l¨ªnea de ayuda para prevenir los suicidios y con estad¨ªsticas oficiales de mortalidad. ¡°Adem¨¢s, las personas que ya ten¨ªan ideas suicidas se volvieron m¨¢s contagiosas y ten¨ªan diez veces m¨¢s probabilidades de influir en una persona sin esas ideas para que comenzase a plante¨¢rselas¡±, explica Shaman, que a?ade que ¡°estos cambios fueron temporales, durando solo unas semanas¡±.
Juan Pablo Carrasco, psiquiatra del Hospital Provincial de Castell¨®n, ha estudiado c¨®mo las redes sociales pueden ayudar a contener el contagio o exacerbarlo y recuerda un hallazgo que es importante a la hora de prevenir la propagaci¨®n del problema. ¡°Un 30% de las personas que ven contenido suicida en internet, en redes sociales, no lo buscan, se los pone delante el algoritmo, y eso es algo problem¨¢tico, sobre todo en una persona de riesgo¡±, explica. Igual que en el caso de un brote infeccioso se pueden utilizar mascarillas o se pide la colaboraci¨®n ciudadana para reducir la transmisi¨®n de un pat¨®geno, se deber¨ªa colaborar con las redes sociales para que se evite difundir este tipo de contenido.
Shaman reconoce que a¨²n es necesario mucho m¨¢s trabajo para comprender las variaciones en el efecto contagio de distintos tipos de suicidio, c¨®mo afecta por sexos o por pa¨ªses. Pero este tipo de hallazgos apoyan esfuerzos m¨¢s dirigidos, como anuncios p¨²blicos dirigidos a grupos espec¨ªficos o aumentos en las plantillas de l¨ªneas de atenci¨®n telef¨®nica cuando se suicide alguien especialmente relevante.
Junto a estos esfuerzos, que se podr¨ªan dirigir con modelos que predigan el riesgo de un evento concreto, los expertos llevan a?os probando m¨¦todos para reducir el efecto contrario. ¡°No se trata de obviar el tema del suicidio, sino de tratarlo de la manera correcta¡±, dice Carrasco. Algunas recomendaciones b¨¢sicas incluyen no explayarse en los m¨¦todos de suicidio, ni tratar los casos como sucesos morbosos, e incluir en las noticias formas de contacto con personas que puedan ayudar a quienes tengan ideas suicidas.
Las historias de suicidios famosos pueden impulsar a otros hacia una acci¨®n desesperada, pero tambi¨¦n muestran que lo que nos parece un problema irreversible del que se puede huir saltando por la ventana muy pocas veces lo es. En 1967, Luigi Tenco y Dalida cantaron en el Festival de Sanremo la canci¨®n Ciao amore, ciao. Tras no alcanzar la final del festival, Tenco, autor de la canci¨®n, se suicid¨® en su hotel. En una nota, justificaba su acto: ¡°Hago esto no porque est¨¦ cansado de la vida -todo lo contrario-, sino como acto de protesta contra un p¨²blico que lleva a Io, tu e le rose a la final y a una comisi¨®n que selecciona La rivoluzione. Espero que sirva para aclararle las ideas a alguien¡±. Unas semanas despu¨¦s, Dalida se aloj¨® en la habitaci¨®n de Hotel donde Tenco se quedaba cuando iba a Par¨ªs e intent¨® quitarse la vida. La salv¨® una camarera. Ciao amore, ciao acab¨® siendo un gran ¨¦xito de p¨²blico y hoy nadie se acuerda del tema que gan¨® en San Remo en 1967.
Si necesita ayuda:
- Línea de atención a la conducta suicida del Ministerio de Sanidad: 024
- Teléfono de la Esperanza: 717 003 717
- Programa de prevención, divulgación y formación de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio: www.prevensuic.org
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