La escuela francesa se atasca como motor de ascensor social
Las aulas evidencian las fracturas pese al modelo de laicidad
?D¨®nde empieza la tensi¨®n identitaria, y d¨®nde la de una clase? Que nunca nada es tan simple como parece, Laaldja Mahamdi, directora de una escuela p¨²blica en el distrito XIX de Par¨ªs, lo comprob¨® el d¨ªa que la madre de un alumno se dirigi¨® a ella para justificar por qu¨¦ su hijo y su hija hab¨ªan dejado de comer en la cantina. La madre justific¨® la decisi¨®n por motivos religiosos. Aleg¨® que, siendo musulmanes, deb¨ªan alimentarse con carne halal, procedente de animales sacrificados seg¨²n los ritos prescritos por el Cor¨¢n. Parec¨ªa otro caso evidente de lo que en Francia se llama comunitarismo: el rechazo, por parte de miembros de una minor¨ªa religiosa, a aceptar las normas de la Rep¨²blica y la tendencia a encerrarse en guetos, territorios que escapan a los valores comunes.
La directora Mahamdi entendi¨® que se trataba de un pretexto. ¡°Hay mucho pudor y dignidad¡±, dice en una entrevista telef¨®nica. ¡°Hay personas, como esta madre, que no se atreven a decir: ¡®No tengo dinero para pagar la cantina¡¯. Y us¨® el argumento que le parec¨ªa que justificaba su elecci¨®n y que no le cuestionar¨ªamos¡±. Y precisa: ¡°Existen los caso de familias que no meten a sus hijos en la cantina porque no es halal, pero no son la mayor¨ªa de padres¡±.
?La escuela, en Francia, es el espejo donde la sociedad y la clase pol¨ªtica proyectan sus obsesiones, los miedos m¨¢s profundos y las esperanzas. Cada tiempo tiene las suyas. En la Francia de Emmanuel Macron, que en 2017 lleg¨® a a la presidencia con un programa reformista y con acentos liberales, la educaci¨®n p¨²blica es el campo donde se libra la batalla de la desigualdad de oportunidades: el motor atascado del ascensor social. Pero tambi¨¦n donde se hace visible otra factura, la de la identidad.
?En los meses anteriores, el Gobierno Macron tambi¨¦n ha puesto en marcha medidas para clarificar y asegurar el respeto de los principios de laicidad. En este inicio de curso, la medida estrella ha sido la reducci¨®n a la mitad del n¨²mero de alumnos de primaria en 4.700 clases de zonas con dificultades, que se suman a las 2.200 reducidas ya el a?o pasado. ¡°?La educaci¨®n no alcanza a compensar desigualdades que existen. Deber¨ªa compensarlas y no lo hace bien ahora¡±, admit¨ªa hace unos meses el ministro de la Educaci¨®n Nacional, Jean-Michel Blanquer, en una entrevista con EL PA?S. Y a?adi¨®: ¡°Y a veces, las ampl¨ªa¡±.
Macron ha puesto en marcha medidas para? asegurar? los principios de laicidad
?En Francia, Jules Ferry, fundador de la escuela laica en 1882, tiene estatus de padre de la patria. La ley de 1905 sobre la separaci¨®n entre el Estado y las confesiones garantiz¨® la libertad de conciencia y el respeto a los cultos y, a la vez, la neutralidad del Estado. La historia de la escuela es en parte la historia de la interpretaci¨®n de esta ley, hasta 2004, cuando Francia prohibi¨® a los alumnos hacer ostentaci¨®n de signos religiosos: velos isl¨¢micos, cruces cristianas o kip¨¢s jud¨ªas.
Concebida como una f¨¢brica de buenos ciudadanos, un ¡°santuario abierto¡± ¡ªcomo dice Blanquer¡ª y el templo donde se transmiten los preceptos laicos y republicanos, la escuela vive bajo tensi¨®n. Porque tambi¨¦n es el espacio donde todos estos principios ¡ªla libertad, la igualdad, la fraternidad y sobre todo la laicidad¡ª est¨¢ cuestionados.
La discusi¨®n hoy versa sobre la proporci¨®n del desaf¨ªo a la laicidad. El libro colectivo Los territorios perdidos de la Rep¨²blica, publicado en 2002, represent¨® el paroxismo de la visi¨®n apocal¨ªptica. El libro recog¨ªa los testimonios de profesores en escuelas de barrios y ciudades de clase trabajadora en Par¨ªs y sus alrededores. Contaba, por ejemplo, c¨®mo al abordar en clase la historia de la shoa, el exterminio de millones de jud¨ªos europeos por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, alumnos de origen magreb¨ª y cultura musulmana cuestionaban al profesor.
?¡°Ya no pasa un d¨ªa sin que se asista a un incidente antisemita en un establecimiento escolar por lo menos¡±, escrib¨ªa en el pr¨®logo el editor del libro, Emmanuel Brenner, pseud¨®nimo del historiador Georges Bensoussan. La conclusi¨®n era que muchas escuelas eran hoy territorios perdidos, lugares donde los valores, y a veces las leyes republicanas, estaban en peligro o incluso hab¨ªan dejado de estar en vigor.
La discusi¨®n es si el problema? es la identidad o la falta de oportunidades
La sombra de los atentados
Los atentados de 2015, perpetrados por franceses, entre otras nacionalidades, aparecieron como una confirmaci¨®n del tenebroso diagn¨®stico.¡°Fue el momento en que todo el mundo mir¨® a la escuela. Hab¨ªa una especie de acusaci¨®n latente. Y la pregunta: ?qu¨¦ podemos hacer? ?hemos trabajado lo suficiente en la educaci¨®n c¨ªvica? ?hemos reflexionado lo suficiente sobre los problemas de la laicidad?¡±, dice el historiador de la educaci¨®n Beno?t Falaize.
?El problema de libros como Los territorios perdidos de la Rep¨²blica era leerlos como una descripci¨®n de un mal generalizado que supusiese una enmienda a la totalidad de la educaci¨®n nacional, y no como una antolog¨ªa de testimonios. Los testimonios y el problema que describ¨ªa eran reales. Lo que est¨¢ en discusi¨®n es si eran representativos. Un libro reci¨¦n publicado, Los territorios vivos de la Rep¨²blica, editado por Falaize y en el que participa Mahamdi, plantea una visi¨®n menos tremendista. ¡°No quer¨ªamos hacer un libro diciendo que todo es maravilloso en los barrios perif¨¦ricos y en los barrios populares¡±, dice Falaize. ¡°Quer¨ªamos reequilibrar el discurso sobre la escuela y los j¨®venes¡±.
?La discusi¨®n de fondo es si el problema de la escuela francesa es la identidad o la falta de oportunidades de los alumnos procedentes de familias y barrios desfavorecidos. Un informe de la Fundaci¨®n Jean Jaur¨¨s, pr¨®xima al Partido Socialista, no invita al optimismo. Los autores, el experto en demoscopia J¨¦r?me Fourquet y el profesor de Historia y Geograf¨ªa en una escuela ¡ªy coautor de Los territorios perdidos de la Rep¨²blica¡ª Iannis Roder, ven en la escuela un reflejo de lo que llaman ¡°la secesi¨®n de las ¨¦lites¡±.
?En ning¨²n pa¨ªs de la OCDE hay una relaci¨®n tan directa entre el nivel socioecon¨®mico de los padres y los resultados escolares de los hijos. La fractura es territorial y, aunque la palabra es tab¨² en la Francia laica, tambi¨¦n ¨¦tnica: los hijos de extranjeros van a las mismas escuelas, en los mismos barrios, y sacan peores resultados. La ¡°guetizaci¨®n¡±, seg¨²n los autores, se ha convertido en ¡°una amenaza para el pacto republicano.
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