Galicia y Madrid escuchan a las familias para escolarizar a mellizos y gemelos
Algunos gobiernos auton¨®micos, por presi¨®n de los padres, comienzan a impedir que los colegios separen a los m¨²ltiples
El bum de los partos m¨²ltiples en Espa?a (en 2015, el ¨²ltimo dato disponible del INE, se registraron un 110% m¨¢s que dos d¨¦cadas antes) est¨¢ llenando las aulas de mellizos que al escolarizarse se topan, ante la ausencia de normativa, con la decisi¨®n de muchos centros de separarlos por sistema, apelando al supuesto fortalecimiento de sus respectivas identidades. Frente a esta decisi¨®n, cada vez son m¨¢s las familias que reclaman que se les escuche y acuden a la v¨ªa judicial o a la reclamaci¨®n administrativa. La batalla de los progenitores ya ha torcido el brazo a algunos centros, a los que los gobiernos auton¨®micos delegan esta decisi¨®n. Presionada por una familia lucense, la Xunta ha enviado este curso una recomendaci¨®n a los colegios para que cuenten con los padres; una decisi¨®n que comparten una parte de los docentes, pedagogos y educadores sociales pero que cuestiona la Asociaci¨®n Profesional de Pedagogos y Psicopedagogos de Galicia (APEGA), que cree que el Ejecutivo gallego se ¡°ha doblado¡± ante el ¡°deseo exagerado de protecci¨®n¡± de los progenitores.
Espoleada por la Valedora do Pobo (Defensora del Pueblo) a quien recurri¨® Lidia Feal, madre de unas gemelas de Viveiro (Lugo), el Gobierno gallego ha instado este curso a los centros a que decidan en consenso con las familias si deben separar o no a los hermanos de partos m¨²ltiples, como ya ocurre en Madrid. La Conseller¨ªa de Educaci¨®n explica que en tanto ¡°no se establezca una regulaci¨®n o exista una evidencia cient¨ªfica concluyente¡±, la decisi¨®n ¡°no se debe basar a priori en las normas de organizaci¨®n y funcionamiento de los centros¡± sino que deber¨¢ ser adoptada ¡°en cada caso particular de una forma flexible y abierta, con car¨¢cter revisable, con un consenso entre progenitores, docentes y servicios de orientaci¨®n, basado en el inter¨¦s superior de los menores¡±.
De esta forma, las gemelas de Feal han conseguido compartir aula por primera vez este curso, ya en Primaria. ¡°Est¨¢n encantadas, muy gratamente sorprendidas de poder hacer juntas los deberes¡±, afirma su madre, feliz por haber ganado una batalla que le cost¨® ¡°cinco a?os de duras gestiones¡±, para las que cont¨® con el apoyo y asesoramiento de la Cofederaci¨®n de Asociaci¨®n de Nais e Pais (ANPAS) Galegas, que la anim¨® a acudir a la Valedora do Pobo antes que al juzgado. Tras a?os de tira y afloja, la Xunta acab¨® cediendo a la petici¨®n de la valedora.
La demanda de la familia lucense cont¨® con el apoyo del Colexio de Educadoras e Educadores Sociais de Galicia (Ceesg), que emiti¨® un informe en el que destaca que ¡°compartir aula no evitar¨¢ que los hermanos desarrollen una personalidad propia¡± y que, a la hora de escolarizarlos, ¡°debe valorarse cada caso en particular, respetar la decisi¨®n de las familias y observar la evoluci¨®n de los ni?os¡± para valorar ¡°si supone un beneficio o un perjuicio¡±.
Frente a ello, los psicopedagogos de APEGA creen que ¡°es un error¡± mantener juntos a los m¨²ltiples a partir de los cuatro a?os. El presidente del colectivo, Jos¨¦ Manuel Su¨¢rez, entiende que a los tres a?os da igual que compartan aula porque ¡° los ni?os a¨²n no tienen conciencia de su propia identidad y, para ellos, todos son hermanos: se relacionan con todos por igual¡±. Y afirma que la insistencia de los padres en mantenerlos juntos obedece a un ¡°deseo exagerado de proteger a los ni?os¡± que, sostiene, ¡°no es ya que sean un bien escaso, sino de lujo¡±.
Sociedad "sobreprotectora en exceso"
¡°Vivimos en una sociedad sobreprotectora en exceso en la que los padres helic¨®ptero [los que controlan constantemente a sus hijos], cr¨ªan seres dependientes¡±, afirma el presidente de los pedagogos gallegos. ¡°Pues claro que en pareja uno se siente m¨¢s protegido y complementado que en solitario, pero en la vida real estos ni?os no van a tener a su hermano a su lado decidiendo o ejecutando por ellos; hay que prepararlos para afrontar sus propias vidas¡±, a?ade, convencido de que las familias est¨¢n ¡°ejerciendo un acoso¡± sobre las Administraciones que ¡°se acaban doblando¡±.
No obstante, no todos los colegios separan a estos hermanos, aunque escuchan poco a los padres. En el uso de esa misma potestad que les da la Administraci¨®n, algunos tienen en cuenta la opini¨®n de los padres. En el caso de Galicia, el an¨¢lisis que realiz¨® la Valedora do Pobo refleja que la mayor parte de estos hermanos acuden a la misma aula: un 62 % de los casos frente al 38 % en que estaban en unidades distintas, aunque en un 30% se deba a que en los centros solo hay una clase por curso. El informe refleja, no obstante, que los colegios gallegos tienen en cuenta el criterio de los progenitores en un 36% de los casos.
La sentencia de Badajoz
La recomendaci¨®n de la Xunta de contar con las familias no es la primera que se ha producido en Espa?a. En 2017, un juez de Badajoz dict¨®?una sentencia en la que se obligaba a un colegio extreme?o, que insist¨ªa en separarlos, a escolarizar juntos a unos mellizos. El magistrado dio la raz¨®n a la familia bas¨¢ndose en un informe de un psic¨®logo, una psicopedagoga y una trabajadora social, que concluyen que lo mejor es que ¡°vayan juntos¡±.
La sentencia recoge que un centro ¡°no puede separar a unos mellizos solo por serlo¡±. La resoluci¨®n, pionera en Espa?a, dejaba claro que los colegios ¡°deben ser flexibles¡±. Ese mismo a?o, la Comunidad de Madrid se convirti¨® en la primera en dar libertad de elecci¨®n a los progenitores. Remiti¨® una instrucci¨®n a los colegios en la que los instaba a escuchar y atender el criterio de las familias, aunque matizaba que su opini¨®n no era vinculante. Sin embargo, esta directriz, recogida tambi¨¦n por escrito en las instrucciones de comienzo de curso, se top¨® con la autonom¨ªa organizativa de los centros y muchos de ellos apelaron a sus normas internas para incumplirla. Este curso, la consejer¨ªa madrile?a ha reiterado su recomendaci¨®n, pero con mayor contundencia, al eliminar la frase de que la opini¨®n de los padres no es vinculante.
Meritxell Palou, una terapeuta y madre de mellizas propulsora del movimiento M¨²ltiples Juntos en la Escuela, asegura que recibe numerosas quejas de la vulneraci¨®n de esa instrucci¨®n y apela a la aprobaci¨®n de una normativa general para evitar estas situaciones y agravios comparativos. En su p¨¢gina de Facebook, Palou incluye testimonios de progenitores que siguen luchando para que se tenga en cuenta su opci¨®n de no separar a sus hijos. Es el caso de la familia Cucalon que recoge firmas en Change.org para que el centro Miguel Delibes de San Sebasti¨¢n de los Reyes (Madrid) les escuche, como recomienda el Gobierno auton¨®mico. No es la ¨²nica que ha recurrido a la recogida de firmas como medida de presi¨®n.
Otras afectadas exponen sus dificultades en la misma p¨¢gina de Facebook de Palou. ¡°Ayer tuve la cuarta reuni¨®n con la directora del colegio, esta vez con tutoras y otra maestra. Me han vuelto a denegar la petici¨®n de que me los junten aunque uno de mis ni?os lo est¨¢ pasando muy mal. Ya no s¨¦ qu¨¦ hacer, me siento derrotada y totalmente in¨²til por no conseguirlo¡±, comenta una madre.
"Hay ni?os que sufren retrocesos"
Separarlos contra su criterio supone ¡°penalizar la afectividad¡±, protesta Lidia Feal, lo que suscribe la psic¨®loga infantil holandesa Coks Feenstra, autora del Gran libro de los gemelos, que trabaja con estos ni?os nacidos de partos m¨²ltiples desde hace dos d¨¦cadas en Valencia. Feenstra tiene claro que no hay una regla general respecto a la conveniencia de agrupar o no a estos hermanos y alerta de que separarlos en la escuela a una edad temprana ¡°es da?ino y se basa en mitos¡±.
¡°Los estudios demuestran que los ni?os lo pasan mal y yo veo en mi consulta que muchos sufren retrocesos, ansiedad, retraimiento y peores resultados acad¨¦micos. Si separas a un ni?o que no est¨¢ preparado para ello, creas a¨²n m¨¢s dependencia respecto a su hermano¡±, sostiene la psic¨®loga, que recomienda la separaci¨®n partir de los cuatro a?os ¡°solo en el caso de que uno sea muy dominante y arrastre al otro¡±. Feenstra cree que es necesario valorar de nuevo la situaci¨®n a partir de los seis a?os.
La especialista alude a las investigaciones realizadas por Nancy Segal, psic¨®loga evolutiva y genetista del comportamiento de la Universidad Estatal de California, que explica que los ni?os de partos m¨²ltiples suelen buscarse con la mirada en clase para sentirse seguros. Feenstra cita tambi¨¦n el estudio m¨¢s reciente, realizado en 2014 por Lynn M. Gordon, profesora del Departamento de Educaci¨®n de la Universidad Estatal de California (Northridge), sobre las creencias de directores respecto a la ubicaci¨®n de gemelos en clase al inicio de su etapa escolar, a los cuatro o cinco a?os en EE UU.
La investigaci¨®n revela que el 71% de los directores estaba a favor de la separaci¨®n y un 84% opinaba que ello favorec¨ªa el desarrollo de la individualidad de los gemelos mientras que un 62% de los padres prefer¨ªa, al inicio de la etapa escolar, tener a sus gemelos en una misma clase, aunque el 58% estaban separados. El 27% de los directores reconoc¨ªa que impon¨ªa esta medida contra la voluntad de los padres.
Joan Gamero, vocal de Pedagog¨ªa del Col.legi de Pedagogs de Catalunya y director y jefe del Departamento de Mediaci¨®n en la escuela L¡¯Oreig de Pallej¨¤, apuesta por los matices en una cuesti¨®n en la que, se?ala, ¡°ni todo es blanco ni todo es negro¡±. Gamero se basa en su experiencia personal (12 cursos como director y 20 como docente) en su centro, en donde los m¨²ltiples no tienen m¨¢s opci¨®n que compartir aula porque hay una sola l¨ªnea de Infantil, para se?alar que ¡°no les perjudica en absoluto¡±. A pesar de ello considera que tampoco tiene por qu¨¦ ser negativo separarlos de clase si les va bien, ¡°aunque no as¨ª de colegio¡±.
En cualquier caso, entiende el especialista que esta ¡°no es una cuesti¨®n en la que haya que estar a favor o en contra¡±. Basta, sostiene, con ¡°escuchar a los padres¡± que deben ¡°ejercer su libertad de elecci¨®n¡±. En su opini¨®n ¡°tiene todo el sentido¡± que estos hermanos compartan clase, ¡°salvo en la adolescencia, en donde s¨ª necesitan reforzar su propia identidad¡±, ya que si los ni?os quieren estar juntos, se buscar¨¢n en los recreos. ¡°?Por qu¨¦ separarlos cinco horas si el resto del d¨ªa est¨¢n bien juntos?¡±. Y en el caso de que surjan problemas cuando comparten aula ¡°tendr¨¢ que intervenir el departamento de psicopedagog¨ªa del centro, porque ser¨¢ s¨ªntoma de que algo no va bien¡±, afirma. La educaci¨®n, sostiene Gamero, ¡°es una balanza en la que lo conceptual y lo emocional deben estar al 50%¡±.
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