Espa?a, incapaz de frenar el desperdicio alimenticio: tira al a?o 1.300 millones de kilos a la basura
En espera de una ley espec¨ªfica, el problema agrava las consecuencias del cambio clim¨¢tico
Espa?a se comprometi¨® a reducir el desperdicio de alimentos a la mitad en 2030. Lo hizo cuando adopt¨® los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en septiembre de 2015. Pero no va por el buen camino. Los hogares espa?oles tiraron a la basura 1.339 millones de kilos/litros de comida y bebida en 2018, es un 8,9% m¨¢s que el a?o anterior. Se rompe as¨ª la tendencia a la baja que se hab¨ªa producido en los dos ejercicios anteriores. La explicaci¨®n del incremento est¨¢, seg¨²n el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n (MAPA), en las altas temperaturas que se registraron durante la primavera y el verano, pues fue en esos meses cuando se produjo la mayor subida de desperdicio (10,5%).
Seg¨²n el argumento del ministerio, la subida de los term¨®metros provoca mayor desperdicio de alimentos. Y viceversa. As¨ª lo ha alertado el ¨²ltimo informe especial sobre cambio clim¨¢tico y tierra del IPCC, el panel internacional de expertos que asesoran a la ONU. La p¨¦rdida o derroche de alimentos ¡ªentre un 25 y un 30% del total que se produce en el mundo¡ª es responsable de entre el 8 y el 10% de todas las emisiones de efecto invernadero que genera el ser humano, remarca el documento. Por eso, los expertos reclaman atajar tambi¨¦n este problema para luchar contra la crisis clim¨¢tica, adem¨¢s de modificar la dieta y un cambio del modelo energ¨¦tico.
Para combatir el derroche de alimentos, Espa?a cuenta con la Estrategia nacional m¨¢s alimento, menos desperdicio (2017-2020) que pone especial ¨¦nfasis en la responsabilidad del consumidor. De hecho, este plan solo mide el despilfarro dom¨¦stico, no as¨ª el de los otros eslabones de la cadena agroalimentaria. Seg¨²n los datos disponibles, en las casas la mayor¨ªa de la comida se tira sin haber pasado por la sart¨¦n. Un 84,2% de los productos que acaban en la basura va directamente de la nevera al cubo, sobre todo frutas, hortalizas y l¨¢cteos. El otro 15,8% acab¨® en el vertedero despu¨¦s de cocinado.
Adem¨¢s de campa?as de sensibilizaci¨®n, otras actuaciones que contempla esta segunda fase de la estrategia son generar m¨¢s conocimiento sobre el problema, fomentar buenas pr¨¢cticas en la cadena de producci¨®n y "establecer marcos estables de colaboraci¨®n con ONG, bancos de alimentos, asociaciones de consumidores y otras entidades ben¨¦ficas".
Colectivos organizados contra este problema reclaman que se d¨¦ un paso m¨¢s y se apruebe una ley contra el desperdicio alimentario en todos los niveles de la cadena de producci¨®n y consumo. La Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU) comenz¨® una recogida de firmas con tal prop¨®sito en 2017. Casi 20.000 personas apoyaron su petici¨®n de una regulaci¨®n que, en su opini¨®n, tendr¨ªa que contemplar medidas para que todos los agentes implicados en la producci¨®n, distribuci¨®n y comercializaci¨®n puedan donar los excedentes o descartes a bancos de alimentos, para alimentaci¨®n animal o abonos, en ese orden. Tambi¨¦n prohibir pr¨¢cticas que impliquen estropear los alimentos haci¨¦ndolos inservibles para su consumo, exigir fechas de consumo preferente y caducidad acordes a criterios de calidad y seguridad alimentaria, no en funci¨®n de intereses econ¨®micos particulares, y fomentar la reutilizaci¨®n y el reciclado.
"Los partidos pol¨ªticos se implicaron y el asunto se afront¨® en el Congreso", celebran desde la OCU. El a?o pasado, el Senado espa?ol propuso crear un observatorio del desperdicio alimentario que reuniera a todos los actores involucrados en la cadena alimentaria. Sugiri¨® tambi¨¦n una serie de medidas para hacer frente al problema, desde campa?as educativas al t¨¢per en los restaurantes, pero la iniciativa no ha arrancado. Entre 2016 y 2017 se presentaron diversas proposiciones no de ley para instar al Gobierno a tomar medidas contra el despilfarro. La ¨²ltima fue aprobada, pero no se ha materializado en una ley como la que piden organizaciones de la sociedad civil involucradas en el asunto. Y ninguno de los cuatro principales partidos mencionaba en sus programas electorales a las generales del pasado abril propuesta alguna contra este problema concreto.
Colectivos organizados contra el derroche de comida reclaman que se apruebe una ley contra el desperdicio alimentario en todos los niveles de la cadena de producci¨®n y consumo
La UE tampoco cuenta con una normativa espec¨ªfica que ataje el desperdicio de alimentos ¡ªni con datos actualizados¡ª, m¨¢s all¨¢ de comprometerse a cumplir con los objetivos de la ONU y exigir en la directiva sobre residuos que los Estados miembros establezcan ¡°medidas espec¨ªficas¡± e incentivos para luchar contra el despilfarro y compartan sus avances en este ¨¢mbito. Bruselas ha mostrado en repetidas ocasiones su preocupaci¨®n por la gran cantidad de comestibles que se producen y no se consumen: 46,5 millones de toneladas al a?o solo en los hogares. Un documento del Consejo de la UE de 2016 destacaba que la p¨¦rdida y desperdicio de comestibles acaparan una cuarta parte del agua usada con fines agr¨ªcolas, adem¨¢s de destruir biodiversidad y costar a la econom¨ªa mundial unos 990.000 millones de d¨®lares al a?o. Por otro lado, conclu¨ªa que disminuir el derroche reducir¨ªa ¡°la presi¨®n sobre el clima, el agua y la tierra¡± y tendr¨ªa un impacto positivo en t¨¦rminos econ¨®micos y de seguridad alimentaria.
La ausencia de normas comunitarias espec¨ªficas no impide sin embargo que cada pa¨ªs implemente sus propias leyes. Es el caso de Francia, que en 2015 tom¨® una decisi¨®n pionera a trav¨¦s de una enmienda a su ley de Transici¨®n Energ¨¦tica: prohibir que?los supermercados con una superficie superior a los 400 metros?tiren productos perecederos. En su lugar, est¨¢n obligados a donarlos o a destinarlos a compostaje. Pero la apuesta del pa¨ªs galo por la econom¨ªa circular no se qued¨® ah¨ª. Hace dos meses, Par¨ªs anunci¨® que a partir de 2023 ampliar¨¢ esta medida a otros productos, desde la ropa a los electrodom¨¦sticos, para evitar que se tiren o acaben destruy¨¦ndose.
"En Espa?a har¨ªa falta una ley similar o incluso mejor que la francesa, pero una directiva potente ser¨ªa lo mejor; es una gran asignatura pendiente ", comenta Julio Barea, responsable de campa?as de consumo y biodiversidad en Greenpeace Espa?a. Barea recuerda que la producci¨®n y transporte de alimentos implican un enorme uso de energ¨ªa, sin contar con los residuos que se generan y que no se gestionan de manera eficiente. "La directiva europea [sobre gesti¨®n de residuos] dice que la materia org¨¢nica no tiene que acabar en los vertederos; de ella se podr¨ªa extraer metano para producir biog¨¢s y con lo que sobra hacer biocompost, pero en Espa?a no tenemos ni plantas para hacerlo ni un sistema de recogida", lamenta. ¡°No es solo una cuesti¨®n de los Estados, tambi¨¦n hay que planificar mucho mejor lo que vamos a consumir¡±, concluye.
A falta de normas que proh¨ªban pr¨¢cticas que favorecen el desperdicio de alimentos e incentiven las que lo reducen, las iniciativas privadas contra este problema se han multiplicado en el pa¨ªs. La asociaci¨®n de fabricantes y distribuidores Aecoc, que agrupa a 30.000 empresas, lanz¨® en 2012 un proyecto contra este problema al que se han adherido 500 compa?¨ªas que, seg¨²n sus datos, han reducido "notablemente" sus porcentajes de desperdicio en este tiempo de un 1,71% del total producido a un 0,7%. No se muestra a favor, sin embargo, de una legislaci¨®n. "Por imposici¨®n legal,? sin sensibilizaci¨®n, no se va a conseguir el objetivo", opina Nuria de Pedraza, responsable de relaciones institucionales. Pero de aprobarse una norma, la entidad prefiere que sea nacional. "Y no 17, una en cada comunidad aut¨®noma, lo que nos complica las operativas de trabajo", a?ade. "Dentro de los modelos que ya se han puesto en marcha en Europa, consideramos que es mejor uno de incentivos, como el italiano", apostilla.
Francia tom¨® en 2015 una decisi¨®n pionera a trav¨¦s de una enmienda a su ley de Transici¨®n Energ¨¦tica: prohibir que los supermercados con una superficie superior a los 400 metros tiren productos perecederos
"Vemos cada vez m¨¢s implicaci¨®n a nivel institucional", asegura Jonathan Zarzalejo, un "guerrero contra el desperdicio" y miembro del movimiento Too Good To Go. Esta iniciativa pone en contacto a establecimientos de restauraci¨®n y venta de comida con personas que quieren salvar a los alimentos de acabar en el vertedero. A trav¨¦s de una aplicaci¨®n, las empresas ofertan lotes de lo que no hayan vendido durante el d¨ªa a muy bajo precio. El usuario puede adquirirlo ¡ªsin saber qu¨¦ contiene la bolsa¡ª antes de que cierre el comercio. "La acogida en Espa?a ha sido muy buena; en solo 11 meses tenemos 450.000 personas registradas en 14 provincias", afirma Zarzalejo.
Francisco de La Mata, de 26 a?os, es uno de los usuarios de la aplicaci¨®n. "La conoc¨ª porque una amiga concienciada con el problema del desperdicio alimentario me habl¨® de ella". Eso fue hace tres meses y el joven, reci¨¦n independizado, no solo encuentra ¨²til la iniciativa para ahorrar en gastos ¡ªun men¨² de entre 10 y 15 euros en el mercado cuesta por esta v¨ªa menos de cinco¡ª, sino que adem¨¢s ha ampliado sus conocimientos sobre la relaci¨®n entre la comida y el medio ambiente. "La aplicaci¨®n te dice cu¨¢nto CO2 le ahorras a la atm¨®sfera salvando tu pack de comida", pone de ejemplo. "Te hace conocer m¨¢s esta cuesti¨®n. Me siento part¨ªcipe de una iniciativa bonita y sencilla para reducir el despilfarro". Ahora, es ¨¦l quien cuenta a sus colegas los beneficios para el planeta y el bolsillo de este tipo de herramientas.
Como Too Good To Go, hay infinidad de aplicaciones y proyectos ciudadanos contra el desperdicio. Para compartir comida, salvarla, organizar mejor el frigor¨ªfico, compartir recetas de reciclaje de alimentos... "Cada vez se habla m¨¢s de esto, pero todav¨ªa hace falta una mayor concienciaci¨®n del consumidor", apunta Zarzalejo.
Gu¨ªa para no derrochar
Estos son algunos de los consejos que aporta el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n (MAPA) en la Estrategia m¨¢s alimento, menos desperdicio para que los espa?oles dejen de derrochar:
En el hogar:
Gesti¨®n de la compra y la nevera: realizar men¨²s semanales, adquirir justo lo necesario y controlar el estado de lo que hay dentro de la despensa, el frigor¨ªfico y el congelador.
Aprender a leer las etiquetas (y hacerlo): recuerda el MAPA que "la fecha de caducidad indica la fecha a partir de la cual no se puede consumir un alimento, mientras que a partir de la fecha de consumo preferente puede disminuir su calidad pero sigue siendo comestible".
Aprovechar las sobras "con recetas imaginativas" y reciclar la comida. Para quien carezca del poder de la invenci¨®n culinaria, el Ministerio facilita una herramienta en Internet para crear recetas.
Procesar alimentos ¡ªdeshidratar o elaborar comportas¡ª y congelarlos ¡ªtodas las verduras pueden pasar por este proceso¡ª para lograr una mayor durabilidad.
En el restaurante:
Pedir las sobras para llevar. Algunos establecimientos ya lo ofrecen sin necesidad de que el cliente sienta verg¨¹enza por solicitar este tipo de servicio. Es el caso de los restaurantes de Paradores, que ha puesto en marcha desde este agosto "esta medida proactiva para llegar al desperdicio cero" en sus locales.
A los responsables de los establecimientos, el MAPA les sugiere tambi¨¦n un mejor control del stock.
Y otra idea: "Recompensar a los clientes que no dejen nada en el plato, por ejemplo, con descuentos en su pr¨®xima consumici¨®n".
Estas y otras estrategias para reducir el desperdicio alimentario en los restaurantes est¨¢n recogidas en una gu¨ªa espec¨ªfica dirigida a estos comercios publicada en 2017.
Productores y transformadores:
A este grupo, el MAPA les sugiere, sobre todo, m¨¢s innovaci¨®n, transparencia con el consumidor, auditor¨ªas para detectar las causas de las p¨¦rdidas y as¨ª poder subsanarlas, reciclar y donar productos.
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