Fusiles y chalecos antibalas para proteger las joyas naturales de Costa Rica
El Gobierno compra rifles para que los guardaparques enfrenten las amenazas en ¨¢reas protegidas del pa¨ªs centroamericano, que cubren el 26% del territorio y que son clave en la industria tur¨ªstica
En Corcovado, un parque nacional ubicado al sur de Costa Rica, es f¨¢cil ver dantas en los bosques o tiburones toro en las aguas del Pac¨ªfico que ba?an este reducto salvaje que concentra el 2,5% de la biodiversidad mundial en un territorio m¨¢s peque?o que Andorra. Con mucha suerte se puede captar a un jaguar en plena cacer¨ªa y, con mucha menos, a un miembro de las redes de narcotr¨¢fico que llevan coca¨ªna desde Colombia hasta Estados Unidos y que usan los humedales o los bosques como una suerte de bodegas. Para hacerles frente, el Gobierno tico ha tomado la decisi¨®n de armar a sus guardaparques.
Ah¨ª queda playa Llorona, una zona casi virgen en medio de cascadas y bosque primario, donde en la madrugada del 10 de mayo cay¨® herido un guardaparques que colaboraba con la polic¨ªa en la captura de dos narcotraficantes cuyo barco semisumergible qued¨® encallado con m¨¢s de dos toneladas de coca¨ªna. Lo pudieron sacar por aire al d¨ªa siguiente para que le atendieran tras haber sufrido un disparo en el abdomen. La informaci¨®n aparece f¨¢cil al buscar ¡°playa Llorona¡± en un buscador digital, como si el narcotr¨¢fico fuera una especie m¨¢s.
Los decretos de este pa¨ªs centroamericano que protegen m¨¢s de la cuarta parte de su territorio, una proporci¨®n similar a la de Brasil, el mayor pulm¨®n del planeta, pero con solo un guardaparques por cada 4.000 hect¨¢reas protegidas, al Estado le resulta imposible custodiar sus tesoros naturales sobre los que se edifica tanto su imagen de pa¨ªs conservacionista como la poderosa industria tur¨ªstica, que aporta divisas, el 8% del PIB a una econom¨ªa renqueante y supone una importante inyecci¨®n de recursos para unas arcas p¨²blicas que no pasan sus mejores a?os. ¡°Andan muy mal. La protecci¨®n es p¨¦sima¡±, dice a EL PA?S Mario Boza, uno de los padres del programa de parques nacionales que Costa Rica comenz¨® en la d¨¦cada de los setenta y que desde entonces no ha parado de crecer, hasta llegar a las actuales 143 ¨¢reas protegidas, 13 de ellas bajo administraci¨®n privada. Este a?o, el Ejecutivo de Carlos Alvarado (centroizquierda) cre¨® una reserva alrededor del volc¨¢n Miravalles (noroeste) con solo dos funcionarios y sin presupuesto asignado.
Es una de las luchas del actual ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodr¨ªguez, que lamenta no disponer de recursos m¨ªnimos para atender a bosques que tantos recursos genera. El s¨¢bado se celebr¨® el d¨ªa de los parques nacionales con un anuncio de inversi¨®n de 300.000 d¨®lares en fusiles para los guardaparques y la donaci¨®n estadounidense de chalecos antibalas que podr¨ªan evitar a otros guardaparques recibir un balazo en el abdomen como el que hiri¨® al funcionario en playa Llorona. ¡°Puedo decir que en Costa Rica hacemos un manejo aceptable de las ¨¢reas protegidas y las reservas biol¨®gicas. No es algo que se quede en el papel. Nuestra gran ventaja es que el tema de conservaci¨®n es defendible tambi¨¦n por la v¨ªa del negocio¡±, explica Rodr¨ªguez a este diario. Boza dice, por su parte, que son 23 millones de d¨®lares por a?o lo que se puede atribuir directamente a las ¨¢reas protegidas.
¡°Aqu¨ª son los ciudadanos los que nos traen denuncias de caza, de tala o de destrucci¨®n del bosque o los manglares, de contaminaci¨®n de aguas¡ El pa¨ªs tiene la conciencia de que es m¨¢s rentable el ¨¢rbol en el bosque que un ¨¢rbol talado¡±, rescata el ministro Rodr¨ªguez. Esas denuncias, sin embargo, casi no existen en las zonas m¨¢s despobladas, que suelen coincidir con las m¨¢s ricas en naturaleza. Es lo que ocurre en Corcovado o en el Parque Internacional La Amistad que Costa Rica comparte con Panam¨¢. O lo que pasa en Tortuguero, junto al mar Caribe, cerca de donde en 2013 mataron a un conservacionista llamado Jairo Mora que luchaba contra los saqueadores de huevos de tortuga.
De luchar contra cazadores a hacerlo contra narcotraficantes
¡°Hay ¨¢reas protegidas que son ejemplo de buena gesti¨®n, pero no son todas. El mayor problema es la falta de recursos, a pesar de que los parques generan mucho dinero¡±, agrega el ministro Rodr¨ªguez, que se lamenta de la pol¨ªtica de recortes que rige para todo el Gobierno por la crisis fiscal que vive el pa¨ªs. ¡°Llevamos cinco gobiernos (20 a?os) sin invertir en los parques y cada vez tenemos m¨¢s temas complicados, como el narcotr¨¢fico¡±, agrega. La precaria situaci¨®n ha despertado el malestar en el gremio de los guardacostas, que se ha negado a participar este s¨¢bado en las celebraciones oficiales.
Los guardaparques, vistos como h¨¦roes protectores del tesoro natural, trabajan en desventaja. En otros tiempos luchaban contra un pobre hombre que intentaba cazar un tepezcuintle con una escopeta. Ahora pueden verse solos y rodeados por comandos narcotraficantes que tampoco tienen ninguna sensibilidad ambiental. Si hay que incendiar un bosque para distraer a las autoridades, lo hacen. Si hay que contaminar un manglar con combustible de las lanchas, ning¨²n problema. Si tienen que sobornar o disparar, tampoco. ¡°Aqu¨ª se ha visto de todo y o hemos denunciado¡±, dice sin querer dar su nombre una mujer que trabaja en Corcovado, en uno de los abundantes servicios de hospedaje de peque?a escala.
Boza lo tiene claro: ya no hay marcha atr¨¢s. "Costa Rica ha sido muy exitosa conservando bosques y m¨¢s recientemente los mares. Eso implica una tarea m¨¢s: cuidarlos. Ya no podemos permitirnos retroceder y empezar a recortarle pedazos a las zonas protegidas, como en Brasil", dice. "Por suerte aqu¨ª a¨²n hay conciencia ciudadana, hay desarrollo cient¨ªfico y una industria tur¨ªstica que, en general, ayuda a paliar esa falta de dinero para la protecci¨®n y que hace que este pa¨ªs siga siendo un modelo".
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