El cruel escaparate del Brasil que a¨²n celebra la tortura
La escena de un adolescente recibiendo latigazos por robar una barra de chocolate en S?o Paulo no es un caso aislado en un pa¨ªs que maltrata a los j¨®venes negros en la calle y en el sistema penitenciario
Mientras intenta implorarle a su verdugo que deje de azotarle, con gritos amortiguados por una mordaza, el adolescente de 17 a?os, desnudo, es castigado con un l¨¢tigo entre carcajadas e intimidaciones de otro hombre que grababa la escena que se hizo viral este martes. Seg¨²n la denuncia registrada en una comisar¨ªa de la zona sur de?S?o Paulo, el episodio se produjo el mes pasado en las dependencias de un supermercado de la cadena local Ricoy, donde el muchacho fue acusado de haber robado una barra de chocolate. En el v¨ªdeo de menos de un minuto, los dos agresores, que seg¨²n las investigaciones trabajaban como vigilantes de seguridad del establecimiento, tambi¨¦n le amenazan de muerte.
¡°Se trata de una situaci¨®n de tortura, considerado un delito de especial gravedad y, adem¨¢s, cometido con tintes de sadismo¡±, dice Ariel de Castro Alves, miembro del Consejo Estatal de Derechos Humanos (Condepe), que sigue las investigaciones. ¡°Exigiremos un castigo a los responsables de estos actos b¨¢rbaros.¡± El Consejo Tutelar tambi¨¦n se ha manifestado sobre el caso y promete prestarle asistencia psicol¨®gica a la v¨ªctima, mientras que la Secretar¨ªa Municipal de Derechos Humanos y Ciudadan¨ªa lamenta ¡°los sucesos que hieren la dignidad humana y demuestran la intolerancia de nuestra sociedad con las personas que tendr¨ªan que recibir una atenci¨®n civilizatoria y adecuada¡±.
Para el comisario Jos¨¦ Luiz de Souza, encargado del traslado de la denuncia, el delito tiene que tipificarse como tortura. ¡°Es una escena impactante, de extrema violencia, donde la v¨ªctima est¨¢ completamente intimidada¡±, afirma Souza. El adolescente declar¨® que la sesi¨®n de tortura dur¨® alrededor de 40 minutos. Durante la grabaci¨®n, se puede o¨ªr a uno de los agresores dici¨¦ndole ¡°te vas a llevar uno m¨¢s para que no te matemos¡±. La Polic¨ªa pretende incautarse del l¨¢tigo y del tel¨¦fono utilizado para registrar el v¨ªdeo. Los dos vigilantes de seguridad ya han sido identificados. Seg¨²n la cadena Ricoy, ambos est¨¢n apartados de sus funciones en el supermercado. La empresa inform¨® mediante un comunicado que ¡°no aprueba ning¨²n tipo de ilegalidad y colabora con las autoridades competentes que trabajan en la investigaci¨®n del caso para tomar las medidas pertinentes¡±. De ser condenados, los agresores pueden enfrentarse a entre dos y ochos a?os de prisi¨®n.
Aunque este acto evoque tiempos de la esclavitud, la exposici¨®n de un joven negro torturado por justicieros se ha vuelto parte de una rutina dram¨¢tica incentivada por llamamientos que claman por tomarse la justicia por las propias manos. En 2014, un grupo organizado de ajusticiamiento que actuaba en el parque de Aterro do Flamengo, zona sur de R¨ªo de Janeiro, at¨® a un adolescente de 15 a?os en un poste con un candado de una bicicleta y posteriormente le dio una paliza. Los agresores le llegaron a arrancar parte de una oreja. Dos meses despu¨¦s, en el estado de Esp¨ªrito Santo, Alaiton Ferreira, de 17 a?os, muri¨® tras haber sido linchado por decenas personas en Serra, regi¨®n metropolitana de Vit¨®ria, quienes le acusaban de violaci¨®n. No obstante, la Polic¨ªa Civil de la ciudad no registr¨® ninguna denuncia de violencia sexual contra el adolescente.
El mismo a?o, un estudio del Gobierno federal en colaboraci¨®n con UNICEF arroj¨® que el riesgo de muerte de adolescentes negros es 2,88 veces mayor que el de los blancos. El informe sirvi¨® como base para que Brasil recibiese una notificaci¨®n en 2018 de?la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, de la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA), a causa de la epidemia de violencia que sufre la poblaci¨®n joven y negra. Pero los blancos en situaci¨®n de vulnerabilidad social tampoco escapan a la ola de tortura patrocinada por los justicieros.
En 2017, el caso del adolescente de 17 a?os al que le tatuaron ¡°soy un ladr¨®n y un idiota¡± en la frente como forma de castigo por, presuntamente, haber intentado robar una bicicleta en S?o Bernardo do Campo tuvo una gran repercusi¨®n en todo el pa¨ªs. El joven, ingresado en una cl¨ªnica de desintoxicaci¨®n, pas¨® por varias sesiones de l¨¢ser para eliminar el tatuaje que le hicieron a la fuerza. Los dos tatuadores, que grabaron la agresi¨®n, permanecieron ocho meses en prisi¨®n. No obstante, como no se les acus¨® de tortura, pasaron a r¨¦gimen abierto tras ser condenados por lesi¨®n corporal y coacci¨®n.
La pr¨¢ctica de tortura a¨²n es un problema recurrente que sufren los menores internados por actos delictivos. En junio, la Defensor¨ªa P¨²blica de S?o Paulo denunci¨® a la Funda??o Casa por agredir a 22 adolescentes infractores. Cerca de dos decenas de agentes habr¨ªan castigado a los muchachos usando porras y tirachinas en el Complejo Raposo Tavares. En menos de una semana, dos directores de la fundaci¨®n, uno de S?o Jos¨¦ dos Campos y otra de Caraguatatuba, fueron destituidos tras las denuncias de las agresiones. En S?o Jos¨¦, una de las v¨ªctimas perdi¨® el bazo y parte del p¨¢ncreas debido a los golpes sufridos.
En el sistema penitenciario, la din¨¢mica se reproduce de manera end¨¦mica. Expertos en violencia destacan la permanencia de pr¨¢cticas de tortura provenientes de la esclavitud que jam¨¢s han salido de las c¨¢rceles brasile?as, las cuales se ampliaron a objetivos pol¨ªticos enemigos durante la dictadura militar. Los estudiosos tambi¨¦n se?alan que el discurso de desprecio hacia los derechos humanos adoptado por Jair Bolsonaro durante su carrera pol¨ªtica, as¨ª como sus elogios a un militar torturador condenado por la Justicia, son factores preocupantes, pues crean un ambiente te¨®ricamente m¨¢s permisivo a las infracciones.
Un estudio de la Defensor¨ªa P¨²blica del Estado de R¨ªo de Janeiro divulgado a finales de julio revela que, en 10 meses, este organismo ha recibido 931 denuncias de tratamientos inhumanos cometidos contra personas encarceladas ¡ªm¨¢s del 70% de ellas negras¡ª en dicho Estado. En media, tres presos son torturados cada d¨ªa. ¡°Las cifras reflejan la l¨®gica de perpetuaci¨®n de las violaciones de los derechos humanos, principalmente en el momento de la detenci¨®n¡±, explica el abogado de oficio F¨¢bio Amado. ¡°Hay, por desgracia, una naturalizaci¨®n de esta pr¨¢ctica tan grave que es la tortura.¡±
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