Los maestros de M¨¦xico recobran la paz laboral pero su mala fama persiste
La falta de transparencia en el acceso a una plaza fija y las interminables manifestaciones lastran la imagen de los docentes
La llegada de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha tra¨ªdo la paz laboral a los maestros mexicanos, que ven¨ªan de un sexenio de feroces protestas en la calle contra las evaluaciones que la reforma educativa de Enrique Pe?a Nieto estableci¨® a los docentes tanto para acceder a una plaza como para seguir ejerciendo. Algunos, con d¨¦cadas de servicio, optaron por la jubilaci¨®n, otros fueron separados de sus clases. Otros, cesados por negarse a hacer el examen. L¨®pez Obrador les est¨¢ restituyendo en sus puestos y ha anulado aquellas evaluaciones. Ahora toca su reforma: los maestros deber¨¢n pasar una prueba antes de impartir clases o para cubrir una vacante a mitad de curso, pero ser¨¢ distinta. Las manifestaciones de los docentes, algunas con episodios de delincuencia, como el secuestro de autobuses y ch¨®feres, y los continuos cortes de carreteras han ido bajando de intensidad, pero en algunos sectores de la poblaci¨®n cunde la idea de que el nuevo Gobierno ha cedido al chantaje y consentido ciertos "privilegios" del magisterio.
¡°No es verdad que los maestros no vayan a tener evaluaciones, lo dice la ley, pero no ser¨¢ una prueba solo de conocimientos, tambi¨¦n se medir¨¢n aptitudes, formaci¨®n pedag¨®gica, calificaciones, cursos, idiomas, experiencia, entre otras cosas. Adem¨¢s, queremos que sea una evaluaci¨®n por sectores, diferente seg¨²n las etapas escolares, las distintas regiones o si se trata de zonas ind¨ªgenas; no es lo mismo impartir clases en Nuevo Le¨®n que en Chiapas¡±, dice Etelvina Sandoval, presidenta de la Comisi¨®n para la Mejora Continua de la Educaci¨®n (Mejoredu), que fue maestra de escolares, profesora en la Universidad Pedag¨®gica Nacional y responsable de las Escuelas Normales, donde se forman los docentes.
La evaluaci¨®n de los maestros es un asunto que se debate en muchos pa¨ªses. Los ex¨¢menes que se efect¨²an al alumnado permiten la comparaci¨®n entre pa¨ªses y algunos salen malparados. M¨¦xico ocupa la ¨²ltima posici¨®n entre los pertenecientes a la OCDE. Volver la vista hacia los docentes era cuesti¨®n de tiempo. Estas evaluaciones ¡°siguen dictados mercantilistas de organismos internacionales como la OCDE, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, pero no tienen en cuenta variables que condicionan fuertemente el proceso formativo, como las condiciones familiares de los ni?os, la pobreza, el indigenismo o el contexto en que se desarrolla el proceso formativo. Esos organismos est¨¢n empe?ados en medir lo que no puede medirse: la calidad educativa¡±, expone la profesora de la Universidad Pedag¨®gica de M¨¦xico Tatiana Coll. ¡°?Qu¨¦ maestro es m¨¢s exitoso, el que consigue que sus alumnos, de clase media y padres con estudios logren buenas calificaciones o el que se desempe?a en una escuela rural de Chiapas y es capaz de que varios de sus pupilos dejen atr¨¢s la miseria y completen estudios superiores?¡±, pone como ejemplo. Otros se preguntan por qu¨¦ no se eval¨²a a los m¨¦dicos, por ejemplo.
Las evaluaciones de los maestros en M¨¦xico se tomaron como un freno a la corrupci¨®n, dado que algunos de estos docentes acceden a la profesi¨®n pagando por su plaza o incluso la heredan de su padre, un sistema corrupto en el que intervienen funcionarios del Estado y el todopoderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educaci¨®n (SNTE). ¡°Bueno, para bailar un tango se necesitan dos¡±, se r¨ªe la presidenta de Mejoredu. Sandoval se muestra convencida de que esa trama se acabar¨¢ con la nueva ley. ¡°Se anula el sistema que permite al sindicato proponer al 50% de los candidatos, el sistema ser¨¢ transparente y p¨²blico¡±.
L¨®pez Obrador repite a menudo que estas pr¨¢cticas son ya cosa del pasado. ¡°La asignaci¨®n de plazas solo se realizar¨¢ entre las personas que se encuentren en el listado que remita la Secretar¨ªa [ministerio de Educaci¨®n]¡± a los Estados de M¨¦xico¡±, dice la nueva ley. Y ¡°para garantizar la transparencia¡± se publicar¨¢n los resultados y se "invitar¨¢ como observador al sistema anticorrupci¨®n local¡±.
"El 15% de las alumnas de esta Escuela Normal est¨¢n embarazadas o tienen hijos", asegura un profesor
Sobre el papel parece claro, pero todo ello puede burlarse con las mismas ma?as con que se vulneran otras garant¨ªas en M¨¦xico¡ uno quiere bailar un tango y otro se presta como pareja. Eso es lo que teme David Calder¨®n, de la organizaci¨®n civil Mexicanos Primero, vinculada al empresario Claudio X. Gonz¨¢lez, que vapulea al presidente L¨®pez Obrador en las redes sociales. "Puede que veamos algunos efectos positivos en el apartado social, becas, ayudas a las escuelas por parte este gobierno¡±, asegura Calder¨®n. "Pero¡±, advierte el experto, ¡°ser¨¢ a costa de desinflar otras ruedas que ya estaban hinchadas", dice Calder¨®n en referencia a las evaluaciones de Pe?a Nieto.
El influyente sindicato que est¨¢ en boca de todos cuando hablan de corrupci¨®n en el magisterio, el SNTE, recibe grandes sumas del Gobierno, que antes de pagar la n¨®mina de los maestros detrae un 1% de su sueldo como pago por la sindicaci¨®n. Este matrimonio an¨®malo para tiempos democr¨¢ticos tiene su origen en el siglo pasado. En tiempos del presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas, en los a?os treinta, se despleg¨® toda una estrategia educativa por el pa¨ªs y se organiz¨® un sindicato fuerte que no se arrugara ante el empresariado. Como ocurri¨® con otras fuerzas sindicales poderosas en este pa¨ªs, la simbiosis entre el poder pol¨ªtico y el sindical nunca se abandon¨®: ambos miden sus fuerzas constantemente. Colaboran, se atacan y se benefician mutuamente. Ya a mediados del siglo, los maestros sindicados conformaron una red que alcanzaba hasta las aldeas m¨¢s rec¨®nditas del pa¨ªs, algo que los pol¨ªticos no pod¨ªan desperdiciar si quer¨ªan ganar sus elecciones. Esa red fue tomando un cariz caciquil que empeor¨® d¨¦cada con d¨¦cada.
En una sala forrada de madera y mesa y sillas de cuero impecable, el secretario general del SNTE, Alfonso Cepeda, menciona sus 2,2 millones de afiliados de un total de 2,5 millones de maestros mexicanos. Niega la afiliaci¨®n obligatoria, la relaci¨®n de los maestros con el SNTE responde m¨¢s bien a "una m¨ªstica, casi una religi¨®n", sostiene. El maestro Cepeda dice que su organizaci¨®n ha emprendido recientemente un procedimiento para que sus afiliados puedan declarar que su v¨ªnculo sindical es ¡°voluntario¡±. ¡°Si no quieren firmar el documento no lo firmar¨¢n; esos papeles se est¨¢n enviando ya¡±, asegura. Cepeda tambi¨¦n rechaza la criticada venta de plazas docentes.
El jefe del gran sindicato docente afirma que los maestros pueden ya declarar que su afiliaci¨®n es voluntaria
El poder alcanzado por el sindicato ha lastrado la imagen de los docentes. En esa mala fama de los maestros ha tenido m¨¢s que ver este sistema an¨®malo de obtenci¨®n de plazas y algunas manifestaciones violentas que dejan a los ni?os sin clases por meses, que la capacitaci¨®n docente que obtienen en las Escuelas Normales. Aunque esta, tambi¨¦n es muy mejorable. De ello se duele Juan Manuel Rend¨®n, que fue director de una de estas escuelas en Ciudad de M¨¦xico, la Benem¨¦rita, que ocupa un edificio de 1936 al que no estorbar¨ªa una buena mano de pintura. Rend¨®n lleva vinculado a esta instituci¨®n 52 a?os, ahora como profesor, y no disimula cierta desaz¨®n con la formaci¨®n que reciben los futuros maestros, m¨¢s relacionada, dice, con el ¨¦xito individual, con los beneficios econ¨®micos -¡°como el resto de los estudiantes¡±- que con un proyecto colectivo que confiera calidad, identidad y orgullo al cuerpo estatal de maestros.
El veterano acusa a los anteriores gobiernos de haber denigrado machaconamente la imagen de los normalistas hasta sembrar en la poblaci¨®n la idea de que son profesionales rudimentarios. Es cierto que su procedencia humilde probablemente no les proporcione un cimiento intelectual del que s¨ª gozan algunos universitarios. Tampoco la instituci¨®n ni el proyecto did¨¢ctico mitigan sus carencias: ¡°?Quiere creer que en esta escuela no hay wifi?¡±. Se?ala tambi¨¦n el maestro que el 15% de las matriculadas son madres o van a serlo, sin que nadie les ayude para compatibilizar ambas condiciones.
No est¨¢n mejor las escuelas de primaria. A media ma?ana, el griter¨ªo de cerca de 400 ni?os ensordece el patio del colegio Centauro del Norte, en la alcald¨ªa de Iztapalapa, al sur de la Ciudad M¨¦xico. Por la tarde, otros 460 alumnos de seis a 12 a?os ocupar¨¢n los humildes pupitres que dejaron los anteriores. Este centro dirigido por Pedro Hern¨¢ndez es un prodigio de carteler¨ªa y mensajes con valores universales. Las madres venden fruta en el recreo para conseguir algunos pesos para la escuela y en el despacho del director se acumulan problemas de diversa ¨ªndole: las goteras, los sanitarios (no todas las escuelas tienen) o la ni?a que ya ha manifestado peligrosas inclinaciones porque no se siente querida. Hoy la familia no vino a buscarla y algunas profesoras tratan de resolver el asunto sin que la muchacha sienta de nuevo que su corta vida no merece mucho la pena. ¡°Los padres trabajan, muchos alumnos vuelven solos a casa y no es un camino tranquilo¡±, admite acongojado el director ante la delincuencia que campa en algunos barrios de la ciudad.
Pedro Hern¨¢ndez es uno de los portavoces de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Ense?anza (la CNTE), una escisi¨®n del sindicato SNTE, que tiene su mayor representaci¨®n en algunos de los Estados m¨¢s pobres y un proyecto educativo alternativo. Hicieron mucho ruido en el anterior sexenio para echar abajo las evaluaciones de los maestros. Criticaban que no eran unas pruebas educativas, sino una reconversi¨®n laboral. Seg¨²n sus datos, unos 6.000 maestros tuvieron que abandonar sus clases. Algunos jam¨¢s se enfrentaron a un ordenador. No es raro, a¨²n hay muchas escuelas que tan siquiera tienen sanitarios. La Constituci¨®n, reci¨¦n reformada por el Gobierno, establece 15 a?os de educaci¨®n obligatoria (de 0 a 15) , pero los alumnos apenas pasan nueve a?os de promedio en la escuela. Entre 3 y 7 a?os hay algo m¨¢s de cuatro millones de ni?os que no asisten y 161.000 de 3 a 11 sin matricular siquiera, entre otras cosas porque faltan escuelas, seg¨²n datos de la UNAM para un ensayo sobre la educaci¨®n en M¨¦xico.
¡°Hace falta dinero, seguro, pero tambi¨¦n trasladar a los maestros el apoyo de la sociedad. Ya est¨¢n cansados de que se les diga qu¨¦ tienen que hacer. Hemos de acompa?arles en sus proyectos¡±, zanja Etelvina Sandoval.
Sirvan unos datos de una en cuesta de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) para una colecci¨®n de libros publicados en 2015: la Constituci¨®n, reci¨¦n reformada por el Gobierno, establece 15 a?os de educaci¨®n obligatoria (de 0 a 15) , pero los alumnos apenas pasan 9 a?os de promedio en la escuela. Entre 3 y 7 a?os hay algo m¨¢s de cuatro millones de chiquillos que no asisten y 161.000 de 3 a 11 sin matricular siquiera, entre otras cosas porque faltan escuelas
Maestros: una cuesti¨®n de Estado
Para acabar de entender las peculiaridades de la carrera docente en M¨¦xico hay que hacer un poco de historia. El Magisterio es una profesi¨®n de Estado desde mediados del siglo pasado. Quiere esto decir que el Estado los forma y? les otorga su plaza fija al acabar sin m¨¢s requisito que haber superado los estudios, un procedimiento autom¨¢tico muy criticado que se viene matizando desde hace unos a?os con endebles pruebas de acceso a la profesi¨®n, critican los especialistas. Las Escuelas Normales no forman parte del sistema universitario, se asemejan m¨¢s bien a la carrera militar donde las academias van formando a los aspirantes que acaban siendo militares sin pasar por unas oposiciones. Se supone que el Estado regula todo el sistema: los maestros que se necesitan, su formaci¨®n y su acceso al trabajo. Ya hace m¨¢s de una d¨¦cada que las plazas no se logran de forma autom¨¢tica tras el paso por las Escuelas Normales, sino que se requiere el examen mencionado. Pero la corrupci¨®n que irriga todo el pa¨ªs no ha pasado de largo por el sistema educativo y la percepci¨®n que tiene la gente, muchas veces cierta, es que no media prueba alguna para obtener una plaza fija, sino que basta una mano que agarre el dinero.
Las Escuelas Normales tienen fama de semillero de activistas, inc¨®modas moscas contra el poder, modos delictivos¡ Pero lo que siempre fueron y a¨²n siguen siendo es un vivero donde las clases m¨¢s humildes encontraron las condiciones para su crecimiento social y econ¨®mico. Muchos se hicieron maestros en estas aulas, hace d¨¦cadas, cuando se entraba con 15 a?os, sin estudios medios, que ahora s¨ª son obligatorios. De una de esas escuelas salieron un d¨ªa de septiembre 43 estudiantes de magisterio a los que a¨²n buscan sus familiares. Cinco a?os despu¨¦s, el caso de Ayotzinapa a¨²n conmociona al pa¨ªs, en cuyas avenidas y recintos escolares cuelgan las fotos de los desaparecidos mientras siguen sucedi¨¦ndose los homenajes y las protestas populares. ¡°Vivos salieron, con vida los queremos¡±, rezan las pancartas por doquier.
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