Objetivo, recuperar el colibr¨ª y su polinizaci¨®n
Un proyecto de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico promueve la creaci¨®n de jardines con flores para permitir la supervivencia del colibr¨ª en la capital mexicana
Un?peque?o jard¨ªn emerge en medio de una selva de concreto en Iztapalapa, al sur de Ciudad de M¨¦xico. Entre carreteras y asfalto, un ¨¢rbol solitario da la bienvenida al Instituto de Ense?anza Media Superior de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM).?All¨ª, se asoma el ave m¨¢s peque?a del planeta batiendo sus alas 200 veces por segundo. Se mantiene suspendida en el aire, vuela hacia atr¨¢s como ninguna otra e introduce su largo pico en un mirto rojo [un arbusto con bayas] para extraer el n¨¦ctar que cada d¨ªa le es m¨¢s dif¨ªcil conseguir en la ciudad.
Blanca Prado es profesora de Biolog¨ªa en ese centro. Como la tarea de sensibilizar a los alumnos sobre temas ambientales en una de las zonas m¨¢s salvajemente urbanizadas de la ciudad se le complicaba, decidi¨® crear un jard¨ªn con flores para atraer colibr¨ªes. Un espacio peque?o con un bebedero y unas cuantas jardineras en las que crecen mirtos, lavandas y aretillos.
¡°Hablar de las problem¨¢ticas de una especie no logra que los estudiantes sean conscientes de ellas. Pero cuando tienen cerca al colibr¨ª y este se luce con todos sus colores, los atrapa y no hay otra: los cuidan¡±, cuenta?Prado desde su particular oasis. Desde que lo inici¨® en 2016, otros profesores se han animado a sacar sus clases del aula y ahora tambi¨¦n se imparten all¨ª dibujo y ¡°colibr¨ª-terapia¡±, una iniciativa dirigida a estudiantes con depresi¨®n.
El jard¨ªn es parte de un?proyecto de la doctora en Ecolog¨ªa Mar¨ªa del Coro Arizmendi?para permitir la supervivencia de estas aves en la capital mexicana. ¡°En la Ciudad de M¨¦xico ya le quitamos todo el recurso a los polinizadores, pero si logramos tener un poco de recurso se van a quedar¡±, dice Arizmendi. Hasta ahora ya ha creado una decena de jardines y ha conseguido que m¨¢s de cien personas hagan sus propios refugiosa trav¨¦s de una p¨¢gina web en la que explica qu¨¦ flores prefieren y c¨®mo hacer n¨¦ctar para los bebederos.
La idea surgi¨® hace cinco a?os en Washington, cuando se encontraba en una reuni¨®n de la Iniciativa Norteamericana para la Protecci¨®n de los Polinizadores (NAPPC, por sus siglas en ingl¨¦s). Un compa?ero le habl¨® del jard¨ªn que hab¨ªa creado en la Casa Blanca la entonces primera dama estadounidense, Michelle Obama, para conservar abejas, colibr¨ªes y otros polinizadores.?
¡°Me dijeron: ¡®?Por qu¨¦ no promueves lo mismo en M¨¦xico? Ustedes tienen Los Pinos [antigua casa presidencial]¡¯. Yo me re¨ª y les dije que me iban a tachar de loca, pero decid¨ª empezar proponi¨¦ndolo en la UNAM¡±. Plant¨® unos 25 arbustos en un rinc¨®n de la Universidad y fue todo un ¨¦xito. ¡°Los colibr¨ªes empezaron a llegar, otras facultades se interesaron y la idea empez¨® a crecer¡±.?Su objetivo ahora es crear un corredor de jardines que tambi¨¦n provea de alimento a las especies migratorias que cruzan Ciudad de M¨¦xico en su camino hacia el sur.
El colibr¨ª vive exclusivamente en el continente americano. Solo en M¨¦xico se pueden encontrar 58 especies que ayudan a polinizar m¨¢s de 1.300 especies silvestres, como la pi?a, el frijol o diferentes variedades del pl¨¢tano. ¡°Acabar con los polinizadores nos va a hacer acabar con nosotros mismos¡±, dice.?Y, para evitarlo, Arizmendi tiene una sencilla soluci¨®n: plantar flores.
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