El negocio a cualquier precio: en las oficinas del Grupo Salinas en plena pandemia
Trabajadores del poderoso emporio empresarial mexicano acuden a sus oficinas por orden de su due?o pese al llamamiento de las autoridades a quedarse en casa
Un carrito con dulces y aperitivos se atasca en las puertas del ascensor, los dos empleados que lo manejan batallan con ¨¦l hasta que consiguen introducirlo. Dentro, seis personas m¨¢s esperan la maniobra, hombro con hombro, cabeza agachada y manos en el celular. Ni guantes ni cubrebocas. Son las 12.30 en las oficinas de Total Play, la divisi¨®n de telefon¨ªa e Internet del imperio empresarial de Ricardo Salinas Pliego. El segundo hombre m¨¢s rico de M¨¦xico ha decidido que su negocio no se detenga ni en mitad de la pandemia. Sus 70.000 trabajadores acuden a sus puestos de trabajo como si fuera de ah¨ª el mundo no estuviera en pausa. Seis de ellos cuentan an¨®nimamente c¨®mo se arriesgan cada d¨ªa a contagiar a su familia, al resto del pa¨ªs. Solo el miedo a quedarse sin trabajo en estos tiempos es lo que los empuja a ese elevador.
Un d¨ªa despu¨¦s de que M¨¦xico decretara la emergencia sanitaria a finales de marzo e hiciera un llamamiento masivo a la poblaci¨®n y a todos los sectores productivos a quedarse en casa, los trabajadores del Grupo Salinas recibieron un mensaje que sonaba a advertencia en su bandeja de entrada: ¡°M¨¦xico nos necesita¡±, se le¨ªa en el comunicado firmado por el presidente de la compa?¨ªa. Un mensaje con trampa que fing¨ªa animar a sus empleados a trabajar con normalidad, pese a que el resto del pa¨ªs comenzaba a prepararse para el teletrabajo. Aquel d¨ªa M¨¦xico avanz¨® en la paralizaci¨®n de la econom¨ªa, pese a que no hab¨ªa sanciones para quienes incumpl¨ªan el llamamiento, muchas empresas acataron la petici¨®n del Ejecutivo.
Este martes, el Gobierno ha anunciado que el pa¨ªs entra en la fase m¨¢s cr¨ªtica de la pandemia, sin embargo, ninguna autoridad ha aclarado qu¨¦ implicaciones tendr¨¢ en la vida cotidiana de los habitantes y las empresas. De momento, no hay multas contra los que se salten la orden de quedarse en casa. L¨®pez Obrador solo ha advertido de que expondr¨¢ p¨²blicamente a las compa?¨ªas que no acaten el aislamiento. Nada m¨¢s.
El conglomerado empresarial de negocios financieros, comerciales y de comunicaci¨®n, de servicios de seguridad y energ¨ªa se escudaba en que sus actividades hab¨ªan sido catalogadas de ¡°esenciales¡± por las autoridades. Pero adem¨¢s de quienes atienden en las tiendas de Elektra (de electrodom¨¦sticos y cr¨¦ditos r¨¢pidos) o en las sucursales del Banco Azteca (una opci¨®n bancaria para millones de pobres en M¨¦xico), hay miles que realizan trabajos corporativos que no requieren su presencia en la oficina. Pese a ello, la norma se aplicaba a todos por igual.
En las oficinas de Total Play de Ciudad de M¨¦xico, la cantidad de personal que convive cada d¨ªa roza las 1.800 personas. En la cuarta planta, un grupo de unos 10 est¨¢n reunidos alrededor de una pantalla de televisi¨®n, ninguno lleva mascarilla y est¨¢n pegados. A un lado, decenas de trabajadores se amontonan en mesas ovaladas sin distancia de seguridad, tambi¨¦n sin cubrebocas ni guantes. En varios puntos, dos empleados est¨¢n viendo algo en el ordenador de un compa?ero recarg¨¢ndose pr¨¢cticamente encima de ¨¦l. La ¨²nica medida de seguridad visible contra la pandemia es un bote de gel antibacterial en el ascensor. El ambiente en estos pisos es el habitual de hace tres meses en el resto del mundo. Inimaginable para muchos estos d¨ªas.
En la planta baja, el comedor se prepara para recibir a cientos de empleados que en media hora llenar¨¢n sus mesas. Un grupo de cuatro personas est¨¢ ya comiendo filetes de carne con arroz y un refresco. Uno de ellos lleva una mascarilla a la altura de la barbilla. A unos metros de ah¨ª, un par de compa?eros salen con bolsas de patatas de un OXXO ¡ªcadena de alimentaci¨®n 24 horas¡ª privado para el edificio.
Un trabajador del corporativo de Banco Azteca, a unos kil¨®metros de ah¨ª, donde trabajan unas 3.500 personas, llama desde un n¨²mero que no es el suyo. No dice su nombre, ni su puesto, aunque este peri¨®dico ha podido comprobar que forma parte de la compa?¨ªa. Tiene miedo a cualquier represalia del Grupo. Otro compa?ero con un puesto de responsabilidad, con quien ha hablado este diario, denuncia que fue despedido recientemente por publicar en redes sociales que lo que hac¨ªan en la empresa era ¡°inaceptable e inhumano. ¡°Est¨¢n m¨¢s preocupados por el tema de no perder el negocio que de la salud de sus trabajadores. ?De qu¨¦ sirve que mis hijos no vayan a la escuela si yo soy un riesgo para ellos?¡±, se?ala el empleado desde el otro lado del tel¨¦fono.
El ambiente, describen los seis consultados, es muy tenso. Ni siquiera muchos directores de ¨¢rea est¨¢n de acuerdo con esta medida. E incluso algunos de ellos le propusieron a su equipo saltarse la orden y que la mitad hiciera home office cuando se decret¨® la emergencia sanitaria. ¡°?Y sabe lo que pas¨®? Que vinieron los de Recursos Humanos y nos dijeron que eso ser¨ªan faltas injustificadas y que habr¨ªa consecuencias. Es absurdo, le digo que todo lo que hacemos aqu¨ª lo podr¨ªamos hacer desde casa¡±, insiste otro empleado del corporativo de Banco Azteca. ¡°Mi jefe literalmente nos hizo una invitaci¨®n a que si no estamos a gusto, renunciemos. ¡°Ni siquiera se quejen¡±, nos dijo¡±, cuenta una compa?era de Elektra.
¡°No entendemos por qu¨¦ nos hacen venir si las autoridades est¨¢n ordenando lo contrario. Sabemos que otras bancas est¨¢n trabajando desde casa¡±, explica el empleado de Banco Azteca. Y a?ade: ¡°Yo me lavo las manos, intento comer fuera, no saludar de mano, mantener la distancia¡ Pero a pesar de todo eso, tengo que tomar el metro cada d¨ªa, con 50 o 60 personas en cada vag¨®n y en la oficina, a mi alrededor hay m¨ªnimo 30 personas en un espacio reducido y el inmobiliario tiene alfombra. No soy experto, pero s¨¦ que es un material que no se limpia tan f¨¢cil¡±.
La ¨²nica justificaci¨®n para faltar al trabajo es que el empleado haya dado positivo por la covid-19, seg¨²n lo que les han comunicado a estos trabajadores desde Recursos Humanos. Para que en M¨¦xico se realice una prueba en un centro p¨²blico de salud, seg¨²n las normas de las autoridades sanitarias, se requiere la presentaci¨®n de s¨ªntomas. Algo que han desmentido desde la comunidad cient¨ªfica, pues al menos la mitad de los contagios en el mundo se ha producido desde personas asintom¨¢ticas. Un compa?ero del Grupo sigue yendo a trabajar pese a que su pareja, con la que vive, ha dado positivo. Como ¨¦l no tiene s¨ªntomas, no le han realizado la prueba, y no puede faltar. Un riesgo para miles de compa?eros m¨¢s.
A las nueve de la ma?ana, en las puertas de las torres de Banco Azteca y Elektra al sur de la capital, una decena de puestos ambulantes de comida hace el agosto estos d¨ªas. Con todos los restaurantes cerrados a su alrededor, son la ¨²nica alternativa para los 3.500 empleados de estas oficinas. Tortas de salchicha, milanesa de pollo, jam¨®n y queso, jugos de naranja y chocolates. Solo en media hora, han ingresado al corporativo 150 personas y el goteo de empleados, algunos con cubrebocas y la mayor¨ªa sin ellos, contin¨²a hasta el medio d¨ªa.
Todo el aparato empresarial del Grupo Salinas parece obstinado en contribuir a que en M¨¦xico no se detenga nada, amparado en la ausencia de restricciones m¨¢s duras por parte del Gobierno. Desde la cadena de televisi¨®n del Grupo, Tv Azteca ¡ªcon una audiencia de 92 millones de espectadores al mes, seg¨²n sus propias cuentas¡ª el presentador de noticias Javier Alatorre inst¨® en prime time el viernes a no seguir a las recomendaciones del Gobierno. ¡°Ya no le hagan caso a L¨®pez-Gatell. Sus cifras se volvieron irrelevantes¡±, se?al¨® en el noticiero sobre las ruedas de prensa del subsecretario de Salud, que ejerce de portavoz del Gobierno ante el coronavirus. Tras la pol¨¦mica por las declaraciones, y sin desdecirse de ellas, este lunes Alatorre entrevist¨® para su programa de la noche a L¨®pez-Gatell, en un cuando menos sorprendentente cambio de tono, que no proporcion¨® ninguna explicaci¨®n ni del presentador ni de la cadena.
Los v¨ªdeos de los comedores repletos de trabajadores ¡ªalrededor de 800 personas desde la una de la tarde a las tres¡ª y los rumores en los grupos de Whatsapp de la empresa sobre posibles compa?eros contagiados o fallecidos, alimentan el temor de quienes cada d¨ªa no tienen otra opci¨®n que acudir a su puesto de trabajo. Los seis empleados con los que ha hablado este diario est¨¢n actualizando su curr¨ªculum y buscando empleo en otra parte. ¡°Sinceramente, me encantar¨ªa encontrar trabajo en otro sitio. Lo que nos est¨¢n haciendo aqu¨ª es inhumano. Sientes que no le importas a la empresa, que solo eres un n¨²mero m¨¢s. Que su visi¨®n es solo monetaria¡±, cuenta la trabajadora de Elektra.
En la cabeza de los empleados revolotea una premisa, que comprendieron desde que llegaron a trabajar y les hicieron firmar contratos con empresas temporales cotizando lo m¨ªnimo, y que ahora recobra todav¨ªa m¨¢s sentido: ¡°Esta empresa no se construy¨® siendo amable y cuidando a los trabajadores. Esto se construy¨® as¨ª y por eso estamos en uno de los negocios con m¨¢s rentabilidad del pa¨ªs¡±, cuenta una de las empleadas del corporativo de Elektra.
Mientras la econom¨ªa mexicana se despe?a ¡ªel FMI proyecta una ca¨ªda de hasta el 6,6% del PIB¡ª, Salinas Pliego acumula concesiones tanto del Gobierno Federal como del Ejecutivo de Ciudad de M¨¦xico, ambos en manos del partido Movimiento de Regeneraci¨®n Nacional (Morena), que aup¨® a la presidencia a L¨®pez Obrador. Las m¨¢s recientes han sido de su compa?¨ªa de seguros, que gan¨® la licitaci¨®n para cubrir los accidentes de los polic¨ªas y funcionarios de la capital ¡ªcasi tres millones de d¨®lares¡ª y para cubrir ¡°todos los bienes muebles e inmuebles¡± de la secretar¨ªa de Educaci¨®n por m¨¢s de 42 millones de d¨®lares.
Este empresario, miembro de una poderosa saga familiar de Monterrey (el coraz¨®n industrial del pa¨ªs), cercano a L¨®pez Obrador, que celebr¨® con ¨¦l su victoria en julio de 2018 y forma parte de su consejo empresarial, parece decidido a seguir fortaleciendo su imperio a cualquier precio.
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