El coronavirus oblig¨® a aplazar m¨¢s de 50.000 operaciones y casi un mill¨®n de consultas en los hospitales madrile?os entre marzo y abril
La primera ola de covid lleg¨® a reducir la actividad de algunas ¨¢reas hasta en un 97%, seg¨²n datos internos de la Comunidad sobre la actividad de los centros en los dos peores meses de la crisis
M¨¢s de 50.000 operaciones y casi un mill¨®n de consultas se perdieron durante lo m¨¢s crudo de la primera ola de coronavirus en los hospitales madrile?os, que se reconvirtieron a contrarreloj para poder atender la avalancha de enfermos de covid que lleg¨® a sus urgencias, sus plantas y sus UCI. En esa transformaci¨®n se vieron obligados a reducir su actividad habitual el m¨¢ximo posible: no ten¨ªan manos ni espacio ni recursos suficientes para mantener operaciones, consultas y pruebas y al mismo tiempo tratar a los enfermos del virus. Seg¨²n datos internos de la Comunidad a los que ha tenido acceso EL PA?S sobre la actividad hospitalaria de los peores meses de la pandemia, marzo y abril, esa disminuci¨®n lleg¨® a limitar ciertas ¨¢reas casi al total de su actividad habitual, ocurri¨® en aquellas que trataban menos urgencias y patolog¨ªas graves, como las cirug¨ªas ambulatorias programadas.
Los hospitales se vieron obligados a perder casi dos tercios de su actividad quir¨²rgica habitual ¡ªrealizaron el 31,6% respecto a 2019¡ª, debido a la brutal expansi¨®n que sufrieron las unidades de cuidados intensivos, donde se trata a los pacientes m¨¢s graves, que pasan semanas sin poder respirar por s¨ª mismos. Madrid lleg¨® a tener en su pico 1.528 de estos enfermos, cuando la ocupaci¨®n original del sistema sanitario son 500 camas p¨²blicas y 141 privadas. Fue el 2 de abril. Para poder atenderlos, se usaron quir¨®fanos, unidades de reanimaci¨®n postanest¨¦sica, pasillos e incluso gimnasios. Operar todo aquello que no fuese imprescindible fue imposible.
En esos dos meses, y teniendo en cuenta que no fue hasta mediados de marzo cuando comenz¨® realmente el tsunami de pacientes, las cifras de cirug¨ªas, comparadas con los datos del a?o anterior en esos mismos meses, reflejan que se hicieron alrededor de 53.000 intervenciones menos. El ¨¢rea que m¨¢s sufri¨® fue el de las cirug¨ªas ambulatorias, aquellas operaciones m¨¢s leves que no necesitan ingreso: m¨¢s de 33.000 fueron aplazadas. Abril fue el mes m¨¢s dif¨ªcil. Si de media ¡ªseg¨²n los datos del Sistema Madrile?o de Salud¡ª en los ¨²ltimos a?os los hospitales hacen 12.000 operaciones al mes, ese mes de primavera apenas pudieron hacerse 1.500; en las ambulatorias, con una media de 21.700, se redujeron al medio millar, es decir, tuvieron que disminuir la actividad en un 97,7%.
Las cirug¨ªas ambulatorias fueron las que m¨¢s se redujeron en abril: de 21.275 en ese mes de 2019 a 563 este a?o
Esas circunstancias se reflejan tambi¨¦n en las listas de espera, que han bajado en miles de pacientes de febrero a agosto. Marzo, abril y mayo aparecen ya como inh¨¢biles en la base de datos oficial de la Consejer¨ªa de Sanidad, no se contabilizan. As¨ª, entre los pacientes que no acudieron por miedo a la situaci¨®n durante la primavera, a los que se aplaz¨® por no urgir y aquellos que para operar o hacer pruebas hay que volver a ver, las cifras oficiales bajan en 7.996 pacientes entre febrero y agosto (¨²ltimo mes del que hay cifras, ahora hay 70.175) para cirug¨ªas; en 40.569 para pruebas diagn¨®sticas, que tiene actualmente 112.021 pacientes en la lista; y en 190.50 en consultas externas, que acumula 262.557. Pero estas cifras, coinciden los especialistas, no son reales sino el resultado de no haber podido realizar toda la atenci¨®n; y las consecuencias se ir¨¢n viendo a lo largo del tiempo.
En la Comisi¨®n de Sanidad de la Asamblea, el pasado martes, aquella situaci¨®n, que est¨¢ volviendo a ocurrir, sali¨® a colaci¨®n. M¨®nica Garc¨ªa, diputada de M¨¢s Madrid, pregunt¨® al gerente de Atenci¨®n Primaria Jes¨²s V¨¢zquez, ¡°cu¨¢l es la situaci¨®n real, cu¨¢ntas agendas se han recortado, cu¨¢ntos quir¨®fanos se han cerrado¡±. V¨¢zquez no respondi¨® a esas cifras, pero s¨ª aludi¨® a que ¡°el covid no es el de la primera ola, los pacientes est¨¢n mejor y se dan m¨¢s prealtas a hoteles sanitarizados o bien a salas donde no est¨¢n ocupando hospitalizaci¨®n¡±, e inform¨® de que se estaban ¡°habilitando ya nuevos quir¨®fanos¡±.
La ¡°elasticidad¡± de los hospitales
Esa reconversi¨®n de espacios adquiri¨® el nombre de ¡°elasticidad¡± la pasada primavera, y ese es el nombre de los protocolos que los centros redactaron de cara a esta segunda ola y que recoge las decisiones que hubo que tomar en la primera para lograr hacer frente al virus, entre ellas el trasvase de especialistas entre ¨¢reas dependiendo de la situaci¨®n de cada momento, las consultas no presenciales de forma extensiva o el aplazamiento de lo programado no urgente, como cirug¨ªas o pruebas. El virus ha afectado ya de forma directa a 265.448 personas en Madrid, 2.265 nuevos contagiados en las ¨²ltimas 24 horas; de ellos, 3.365 est¨¢n hospitalizados en este momento, 478 de ellos en una unidad de cr¨ªticos. Pero tambi¨¦n lo hace de forma indirecta desde que lleg¨® a finales de febrero con el resto de enfermos de otras patolog¨ªas.
¡°?Qu¨¦ pasa con la patolog¨ªa no covid, hay seguimiento de estos pacientes?¡±, interpel¨® Garc¨ªa a V¨¢zquez tambi¨¦n en aquella Comisi¨®n del martes. Quienes no pudieron acudir a consulta esos dos meses, por ejemplo, bajaron en m¨¢s de 900.000 personas, en comparaci¨®n con datos de a?os anteriores; si los hospitales hacen una media de algo m¨¢s de un mill¨®n de consultas entre primeras citas y sucesivas al mes, este marzo y abril (dos meses) hicieron algo m¨¢s de 1,2 millones.
Con las pruebas y las t¨¦cnicas sucedi¨® lo mismo. Esc¨¢neres, radiograf¨ªas, ecograf¨ªas¡ Menguaron tambi¨¦n hasta lo urgente y lo no aplazable. Entre otras, se hicieron alrededor de 100.000 ecograf¨ªas menos que en 2019 y los pacientes en rehabilitaci¨®n, con los que se realizan alrededor de 205.000 sesiones mensuales, fueron algunos de los m¨¢s castigados por esa primera ola del virus: vieron reducidos sus tratamientos casi en su totalidad, porque los lugares donde se les atiende, los gimnasios, pronto los ocuparon camas, respiradores y tubos.
A esto, V¨¢zquez contest¨®: ¡°Una vez que pas¨® la primera ola, evidentemente, la situaci¨®n de los hospitales y la atenci¨®n primaria fue recuperar la normalidad. Se est¨¢ volviendo a normalizar la atenci¨®n de quir¨®fano, nunca se ha dejado lo urgente ni lo oncol¨®gico¡±, respondi¨® ¨¦l. Esa vuelta a la ¡°normalidad¡± dur¨® apenas un mes en verano. A mediados de julio la curva de contagios volvi¨® a comenzar su ascenso y a mediados de agosto los hospitales, con muchos de sus profesionales de vacaciones tras meses de trabajo sin descanso, empezaron a verse de nuevo ocupados por el virus. Este octubre ya hay centros con un tercio de sus plantas de agudos para enfermos de covid y operando por encima del 100% ¡ªes decir, ocupando de nuevo quir¨®fanos y otros espacios¡ª en sus UCI, como el de Getafe o el Infanta Sof¨ªa.
¡°Sabemos que estamos dejando de lado la patolog¨ªa no covid, y estamos preocupados por qu¨¦ ha pasado con todos esos pacientes, los vulnerables, los cr¨®nicos¡ Hay mucha patolog¨ªa que se queda fuera¡±, apunta M¨®nica Garc¨ªa, la diputada y anestesi¨®loga en el 12 de Octubre. Explica que la ¨²nica fuente para orientarse hacia las consecuencias del virus es el MoMo, el Sistema de Monitorizaci¨®n de la Mortalidad diaria, dependiente del Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa.
En su ¨²ltimo informe, del 14 de septiembre, reflejaba tres ¡°periodos de exceso¡± de mortalidad este a?o. El que corresponde a la primera ola (del 10 de marzo al 9 de mayo), con 43.068 v¨ªctimas m¨¢s de las esperadas; entre el 27 de julio y el 29 de agosto, cuando hubo 3.466 muertes en Espa?a m¨¢s de las esperadas; y el de la semana pasada (del 8 al 13 de septiembre), cuando se registraron otras 533 en exceso. Ese exceso, en Madrid del 1 al 13 de ese mes, fue del 29,3%, mientras que en el resto de Espa?a fue del 9,1%.
¡°?Y ahora? ?Hay alg¨²n plan para recuperar las consultas, pruebas y cirug¨ªas de la primera ola?¡±, se pregunta Garc¨ªa, como tambi¨¦n pregunt¨® en la Comisi¨®n. Pero tampoco obtuvo una respuesta concreta.
Raquel Carrillo, m¨¦dica internista: ¡°Es muy dif¨ªcil que alg¨²n d¨ªa sepamos cu¨¢nto ha dejado la covid¡±
Raquel Carrillo, m¨¦dica internista especialista en enfermedades infecciosas, cuenta que muchos d¨ªas pasa a la consulta y se echa ¡°las manos a la cabeza¡±: ¡°Cu¨¢ntas revisiones en consultas, cu¨¢ntos cambios de tratamiento, cu¨¢ntas vigilancias de medicaci¨®n, cu¨¢ntas pruebas aplazadas, cu¨¢ntas rehabilitaciones se han dejado de hacer¡¡±. Es una pregunta para la que ning¨²n especialista tiene respuesta. Para ella, ¡°es muy dif¨ªcil que alg¨²n d¨ªa sepamos cu¨¢nto ha dejado la covid¡±. Pone un ejemplo de algo muy com¨²n: una persona de alrededor de 50 a?os que sufre un ictus. ¡°En circunstancias normales, sale de la fase aguda y se procede a la rehabilitaci¨®n, en abril era imposible, ?cu¨¢ntos de esos pacientes son recuperables y cu¨¢ntos van a tener secuelas?¡±.
La m¨¦dica asegura que ¡°se dice que la situaci¨®n ahora no es como en marzo¡±: ¡°Pero es que marzo fue una cat¨¢strofe sanitaria y humanitaria. Mucha patolog¨ªa m¨¦dica y procesos quir¨²rgicos quedaron sin resolver, lleg¨® el verano y las vacaciones, que no se suplieron, y lleg¨® la segunda ola. Se est¨¢ tomando como normal lo que no es normal ni deber¨ªa parec¨¦rselo a nadie¡±. Dice que est¨¢n teniendo una segunda ola de covid ¡°y de todo lo dem¨¢s¡±.
La pasada primavera, la soluci¨®n en consulta fue para ella usar su d¨ªa libre para llamar paciente por paciente, pero eso, afirma ¡°no es telemedicina ni puede ser la soluci¨®n tambi¨¦n ahora¡±: ¡°Eso es una llamada de tel¨¦fono a la desesperada para intentar no abandonar a ni un paciente, pero no resuelve a largo plazo. Necesitas buenos sistemas de datos y buenos 'softwares' para atender de forma correcta¡±. Sin embargo, concluye, ahora la sensaci¨®n que tiene la mayor parte del tiempo es de ¡°impotencia¡±: ¡°La primera ola nos la comimos, pero a principios de julio, cuando las cifras dieron un respiro, era el momento de juntar filas y de armar el batall¨®n que hac¨ªa falta en vigilancia epidemiol¨®gica: atenci¨®n primaria y salud p¨²blica. Y no se hizo nada¡±.
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