¡°Con la pandemia ca¨ª en picado an¨ªmicamente. Volv¨ª a beber y al juego¡±
La crisis sanitaria ha agudizado los problemas de salud mental. Los psiquiatras alertan de una ¡°explosi¨®n¡± de casos graves en menores, sobre todo en trastornos alimentarios y tentativas de suicidio
Aquel d¨ªa de abril, Laura Gomis tom¨® conciencia, por primera vez, de lo que significaba esa pandemia mundial que azotaba al mundo. Ver la autopista de entrada a Barcelona completamente vac¨ªa, sin apenas coches circulando por ella, fue ¡°un mazazo¡±, relata. Un punto de inflexi¨®n en su estado de salud. ¡°Sufro patolog¨ªa dual, es decir, una adicci¨®n y otro trastorno mental. Antes de la pandemia estaba perfectamente estable. Pero despu¨¦s de ese momento en la autopista, ca¨ª en picado an¨ªmicamente: de la cama al sof¨¢. Al no levantarme, romp¨ª la rutina de tomarme la medicaci¨®n. Y tambi¨¦n volv¨ª a beber y al juego¡±, explica la mujer, de 50 a?os, que, adem¨¢s de las adicciones, padece ansiedad, depresi¨®n y un trastorno afectivo y de la personalidad. Laura es una de tantas personas que, con la crisis sanitaria, ha visto agudizados sus problemas de salud mental. Los psiquiatras alertan de que, durante la pandemia, han llegado menos casos a las consultas y ahora afloran cuadros cl¨ªnicos m¨¢s severos. Sobre todo, en los menores: las tentativas de suicidio y los trastornos alimentarios se han disparado.
La pandemia par¨® la atenci¨®n a la salud mental. Seg¨²n una encuesta realizada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en 130 pa¨ªses, un 60% de los Estados consultados tuvo que interrumpir, en mayor o menor medida, los servicios de psicoterapia. Espa?a tambi¨¦n. ¡°En la primera ola, se redujeron los ingresos un 60%. Todos los recursos estaban destinados a la covid y hubo una ca¨ªda importante de las hospitalizaciones¡±, resume Celso Arango, presidente de la Sociedad Espa?ola de Psiquiatr¨ªa.
Con los hospitales volcados en la pandemia y la atenci¨®n primaria desbordada por los cuadros respiratorios leves, el acceso al sistema sanitario se complic¨®. ¡°La pandemia se carg¨® los puentes. La atenci¨®n primaria estaba bloqueada y dej¨® de mandar pacientes. Las primeras visitas en Catalu?a cayeron un 40%. Eso significa un 40% menos de nuevos diagn¨®sticos en un momento en el que, por la situaci¨®n de crisis, deber¨ªan estar aumentando¡±, apunta V¨ªctor P¨¦rez, jefe de Psiquiatr¨ªa del Hospital del Mar de Barcelona.
Laura se encerr¨® en casa y en s¨ª misma. El servicio de rehabilitaci¨®n comunitaria en el que participaba tuvo que suspender sus actividades, pero tampoco a ella le apetec¨ªa participar en los encuentros virtuales de los grupos de ayuda mutua. El equipo del centro de rehabilitaci¨®n intentaba mantener el contacto telef¨®nico e incluso la educadora ¡°llamaba todos los d¨ªas¡± para que se levantara de la cama, recuerda. ¡°Cuando volvieron a reactivar la rehabilitaci¨®n, mejor¨¦ un poco. Pero un d¨ªa que ten¨ªa una hora libre entre las actividades, los bares estaban cerrados y acab¨¦ en un bingo. Iba para una hora y estuve 12. Me ofrecieron una copa, dije que no, pero luego me la compr¨¦ yo¡±, lamenta.
Tampoco ayud¨® ese escenario de constantes restricciones que se ha perpetuado durante meses. ¡°La Navidad me la pas¨¦ sola y me permit¨ª una botella de vino para comer. Ahora estoy empezando a volver a la medicaci¨®n, pero s¨¦ que estoy siendo permisiva con cosas que no deber¨ªa: el otro d¨ªa fui a comer y me ped¨ª un vino¡±, admite.
Si en algo coinciden los psiquiatras consultados es que los pacientes que llegan ahora presentan cuadros cl¨ªnicos m¨¢s graves. ¡°Todo el esfuerzo de prevenci¨®n y detecci¨®n precoz se ha ido al garete. El paciente solo llega por urgencias cuando explota y esto nos da mucho miedo: cuanto m¨¢s tarde llegan, m¨¢s complicado es tratar la situaci¨®n¡±, explica Arango.
Llegan pacientes adultos con depresi¨®n y ansiedad que se descompensan, personas con s¨ªndromes obsesivos que se agudizan o reca¨ªdas de consumo abusivo de alcohol. Pero lo que m¨¢s preocupa a los profesionales es el auge de cuadros cl¨ªnicos graves en menores. ¡°Ha habido una explosi¨®n de casos en adolescentes. Llegan ahora trastornos de la conducta alimentaria muy graves, con ¨ªndices de masa corporal tan bajos, que se van directamente a la UCI. Y vemos tentativas de suicidios grav¨ªsimos, a los 11, 12 o 13 a?os, cuando eso era algo excepcional¡±, se?ala Arango, que es jefe del Instituto de Psiquiatr¨ªa y Salud Mental del hospital Gregorio Mara?¨®n.
3.500 suicidios al a?o
En Espa?a mueren por suicidio unas 3.500 personas al a?o, 77 de ellas menores de 20 a?os, seg¨²n el ¨²ltimo informe de 2018 del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. No hay datos de 2020, aunque los expertos coinciden en que todav¨ªa no se ha detectado un incremento global de los suicidios. Arango acota el auge a las tentativas en los m¨¢s j¨®venes. Coincide Jordi Blanch, director del Plan de Salud Mental de Catalu?a: ¡°De hecho, hemos visto una reducci¨®n de tentativas desde el inicio del estado de alarma porque la gente no iba a urgencias¡±.
Pero con el suicidio los psiquiatras no bajan la guardia. ¡°Cuando hay una crisis como esta, las cifras de conducta suicida en la parte inmediata se suelen reducir e incluso empieza a haber menos suicidios consumados. Pero las proyecciones para este a?o, cuando toquemos fondo en la crisis econ¨®mica, es que habr¨¢ un aumento¡±, tercia P¨¦rez. Un estudio en Jap¨®n revel¨® que en varios meses de 2020, las tasas de suicidio crecieron con respecto a los mismos meses de los cuatro a?os anteriores: entre los hombres, las tasas de suicidio aumentaron en octubre y noviembre, mientras que en las mujeres, el incremento significativo se vio de julio a noviembre. ¡°La situaci¨®n actual es de riesgo. Hay que estar preparados para prevenirlo¡±, concuerda Antoni Ramos Quiroga, jefe de Psiquiatr¨ªa del hospital Vall d¡¯Hebron.
Sobre los trastornos alimentarios, un estudio realizado en el hospital de Bellvitge con 32 pacientes adultos y publicado en la Revista Europea de Trastornos Alimentarios se?alaba ya en abril que, tras dos semanas de confinamiento, el 38% present¨® un empeoramiento de la sintomatolog¨ªa y el 56% report¨® un aumento de la ansiedad. El patr¨®n se repite entre los pacientes menores. ¡°Ha habido un drama en patolog¨ªa en gente joven. Con los trastornos alimentarios ha sido como una epidemia. Hay enfermos en lista de espera para ingresar en muchos centros¡±, coincide P¨¦rez.
Precisamente, Arango describe que en su hospital hay 70 camas de psiquiatr¨ªa, 50 de adultos y 20 de menores, pero el aumento de demanda infantil ha obligado a reorganizar las plazas. ¡°Ahora tenemos 25 adultos y 45 adolescentes. No hay camas para adolescentes en la Comunidad de Madrid. Ahora mismo hay siete chavales esperando una cama. Es ins¨®lito¡±, relata. En el hospital Ni?o Jes¨²s de Madrid, los ingresos por trastornos de la conducta alimentaria han aumentado un 20% durante el 2020. Detr¨¢s de todo: el confinamiento, la falta de socializaci¨®n, el exceso de pantallas y redes sociales, el cambio de rutinas y la vida sedentaria.
Adaptarse a los cambios
Como un efecto domin¨®, un mal h¨¢bito desemboca en una cascada de mala salud. ¡°Para los trastornos del neurodesarrollo, como el autismo o el d¨¦ficit de atenci¨®n e hiperactividad, adaptarse a los cambios constantes de no ir a clase y el confinamiento, es complejo. El 60% de los pacientes con autismo tienen alteraciones del sue?o y el no ir a clase y tener horarios claros, lo ha alterado m¨¢s. Tambi¨¦n hay un incremento de las pantallas y videojuegos, que es un elemento disruptivo con la familia, y les provoca m¨¢s irritabilidad y alteraciones de la conducta. As¨ª, cuantas m¨¢s horas de pantalla, menos duermen y m¨¢s peso cogen, lo que hace que aumente la obesidad en estos pacientes¡±, sostiene Ramos Quiroga.
Los psiquiatras temen todo lo que est¨¢ por venir: los pacientes que se descompensan, los que no llegaron a entrar en el sistema y los que acabar¨¢n en el circuito de salud mental a causa de la pandemia. ¡°En el Mara?¨®n hemos hecho un estudio con 300 familiares de fallecidos por covid en los primeros d¨ªas de la pandemia. La incidencia de duelo patol¨®gico es del 25%, cuando lo normal es el 2%. La gente no pudo despedirse, no hizo rituales, y eso afectar¨¢¡±, alerta Arango.
Un metaan¨¢lisis canadiense de 55 estudios revel¨® que, durante la primera ola, la prevalencia del trastorno por estr¨¦s postraum¨¢tico, la ansiedad y la depresi¨®n fueron, respectivamente, cinco, cuatro y tres veces m¨¢s frecuentes en comparaci¨®n con lo que habitualmente reporta la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Los expertos asumen que el gran tsunami que se acerca, m¨¢s grande que cualquier ola de covid, es el del da?o en la salud mental.
Los l¨ªmites de la telemedicina en salud mental
Con los hospitales cerrados a cal y canto durante la primera ola, los psiquiatras tiraron de visitas telem¨¢ticas para sortear la falta de consultas presenciales. Intentaron hacer el seguimiento telef¨®nico y mantener las terapias grupales a trav¨¦s de reuniones virtuales, pero admiten que la telemedicina en salud mental tiene sus limitaciones. "Nuestra capacidad de estar cerca de los enfermos se ha reducido. El 40% de las visitas es online, pero la deriva masiva es que cada vez se hagan m¨¢s visitas presenciales", valora el psiquiatra V¨ªctor P¨¦rez.
Los pacientes acusan la falta de accesibilidad al sistema y las limitaciones de la visita telem¨¢tica. "Antes, cuando estabas mal y ten¨ªas una crisis, pod¨ªas irte a urgencias o al centro de salud mental. Con la pandemia, no te pod¨ªan atender y eso hace m¨¢s dif¨ªcil salir luego del bache", explica Rosa Garc¨ªa, una paciente que, tras el confinamiento, cre¨® la asociaci¨®n TrebolMente para desplegar espacios virtuales de encuentro entre pacientes. Admite que la falta de visitas presenciales ha pasado factura. "Afecta mucho. Con el m¨¦dico hablas de cosas muy ¨ªntimas y hacerlo por tel¨¦fono no es lo mismo. Te aleja mucho si no conoces a los profesionales, se pierde la relaci¨®n de confianza con ellos", apunta.
Tampoco para los m¨¦dicos es f¨¢cil. "La visita online se puede hacer francamente bien, pero no siempre. Las exploraciones neuropsicol¨®gicas a ni?os con autismo, por ejemplo, no se pueden hacer telem¨¢ticamente", agrega el psiquiatra Antoni Ramos Quiroga. El facultativo admite que, en algunos casos, las trabas de la telemedicina pueden generar "dificultades en la adherencia al tratamiento". "A veces cuesta que la persona est¨¦ disponible, la se?al se corta y a veces, las condiciones que tienes para tratar con las personas en privado son complejas, porque viven en casas peque?as, hay gente cerca y no pueden hablar con libertad. Algunos han tenido que bajar a la calle para hablar", se?ala Ramos Quiroga.
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