La bajada de la incidencia y el avance de la vacunaci¨®n dibujan una incierta vuelta a la normalidad
A punto de salir del ¡°riesgo alto¡± de transmisi¨®n, las pr¨®ximas semanas ser¨¢n clave para acelerar la desescalada y avanzar a la actividad o seguir echando mano de las limitaciones para frenar nuevos repuntes
El curso (laboral y escolar) ha arrancado en Espa?a con dos fuerzas que tiran cada una hacia un lado de la curva epid¨¦mica. Hacia arriba, la variante delta, mucho m¨¢s contagiosa que las anteriores, y que se ha hecho con el nicho ecol¨®gico este verano hasta producir la pr¨¢ctica totalidad de los casos en Espa?a. Empujando hacia abajo, la vacunaci¨®n, que supera el 73% de la poblaci¨®n, unida a la inmunidad natural de aquellos que han pasado la enfermedad. Septiembre ha comenzado con la incidencia a la baja (este mi¨¦rcoles el pa¨ªs se ha quedado a unas d¨¦cimas de salir del riesgo alto de transmisi¨®n, con 150,3 casos por 100.000 habitantes) y cada vez menos restricciones en muchas comunidades aut¨®nomas. Para seguir levantando limitaciones y continuar ganando espacios de normalidad habr¨¢ que esperar a saber cu¨¢l de las dos fuerzas se impone en las pr¨®ximas semanas: si la curva contin¨²a su descenso o sufre un repunte que obligue a no levantar el pie del freno de las medidas contra la covid.
Con un virus que siempre ha dado sorpresas, los nuevos ingredientes lo hacen todav¨ªa menos previsible. La inmunidad de grupo es ya una quimera que pocos expertos creen posible. Se inclinan a pensar que viviremos con una enfermedad end¨¦mica que seguir¨¢ causando sufrimiento, pero cada vez menos, con el que habr¨¢ que acostumbrarse a convivir m¨¢s tarde o m¨¢s temprano. Pero todav¨ªa queda un camino por recorrer. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, no se ha mostrado partidaria de algo similar a lo que hizo el Reino Unido el pasado 19 de junio, el freedom day, el d¨ªa en el que pr¨¢cticamente todas las restricciones desaparec¨ªan. Prefiere que las medidas se vayan recortando progresivamente hasta su total desaparici¨®n. Tras el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de este mi¨¦rcoles se ha mostrado prudente y ha pedido que contin¨²e la ¡°cultura del cuidado¡± para seguir bajando los niveles de transmisi¨®n y de ocupaci¨®n hospitalaria.
Para saber la velocidad del avance ser¨¢n claves las pr¨®ximas semanas. Habr¨¢ que comprobar entonces si el regreso a los colegios y las oficinas provoca una subida considerable del virus. Y pocos se atreven a predecirlo. Ahora escasean los espejos en los que mirarse; hace unos meses los expertos analizaban lo que suced¨ªa en otros pa¨ªses que iban muy por delante en la vacunaci¨®n para tratar de anticipar lo que pasar¨ªa en Espa?a. Pero ahora que es uno de los que est¨¢ a la vanguardia, son pocos los referentes que puedan anticipar por d¨®nde ir¨¢n los tiros. ¡°No tenemos la bola de cristal, pero por primera vez soy optimista y pienso que en el caso de que haya una sexta ola, ser¨¢ muy leve, m¨¢s parecida a la cuarta, que fue la ¨²nica que conseguimos controlar¡±, explica Elena Vanesa Mart¨ªnez, presidenta de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa desde Le¨®n, donde esta sociedad est¨¢ celebrando su reuni¨®n anual.
La mayor¨ªa de los ojos est¨¢n puestos en las escuelas. El a?o pasado protagonizaron uno de los grandes ¨¦xitos de la gesti¨®n de la crisis sanitaria en Espa?a. Pese a lo que muchos expertos tem¨ªan, no se convirtieron en un foco de contagios, las clases se pudieron llevar adelante sin demasiados contratiempos y la presencialidad fue mayoritaria en los niveles inferiores.
Este a?o el curso comienza con medidas similares, pero la vuelta a las aulas se producir¨¢ con ratios equivalentes a antes de la pandemia, lo que obligar¨¢ a los ni?os a guardar menos distancia de seguridad. A esto se une la variante delta. Algunos epidemi¨®logos conf¨ªan en repetir el ¨¦xito del 2020, mientras otros temen que los nuevos factores propicien, esta vez s¨ª, que los centros escolares se conviertan en el principal reservorio del virus entre una poblaci¨®n que no habr¨¢ recibido la vacuna, ya que todav¨ªa no existe una aprobada para menores de 12 a?os.
En este escenario, las aulas podr¨ªan generar una sexta ola que fuera de abajo arriba, como sucedi¨® con la quinta entre los j¨®venes, pero esta vez de los ni?os a los adultos, que aun vacunados pueden contagiarse, pese a tener muchas menos probabilidades de enfermar gravemente o morir. Salvo que alguna nueva variante escape a las vacunas y d¨¦ sorpresas desagradables (algo que no se puede descartar), la previsi¨®n es que esta nueva onda, de producirse, tendr¨ªa mucha menos repercusi¨®n en los hospitales y los fallecimientos. En la quinta ola, que empez¨® con solo uno de cada cinco espa?oles con la pauta completa, la letalidad fue siete veces menor que en las anteriores. En una sexta, con m¨¢s del 70%, lo normal ser¨ªa que la letalidad fuera inferior.
Jos¨¦ Mart¨ªnez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud P¨²blica, desear¨ªa que se hubieran mantenido las ratios reducidas en las clases, al menos unos meses. A pesar de todo, cree que se puede aprovechar la experiencia del a?o pasado: aislamiento de las aulas, mascarillas, ventilaci¨®n y lavado de manos. ¡°Esta estrategia probablemente nos vuelva a dar buen resultado¡±, subraya.
La vuelta a las oficinas le preocupa menos. Tanto ¨¦l como otros expertos en salud p¨²blica consultados creen que tendr¨¢ un impacto menor en la evoluci¨®n de la epidemia. ¡°No creo que haya que hacer nada especial¡±, dice Alberto Infante, profesor de la Escuela Nacional de Salud, ¡°m¨¢s all¨¢ de insistir en la ventilaci¨®n, la higiene, las medidas de control personal, el uso de la mascarilla y el lavado de manos¡±. El mayor problema, en su opini¨®n, ser¨¢ la poblaci¨®n joven de menos de 30 a?os ¡°por las fiestas ilegales y los botellones¡±.
Muchas empresas que han mantenido hasta ahora el teletrabajo comenzar¨¢n a pedir a sus trabajadores que regresen a la oficina a lo largo de las siguientes semanas, aunque actualmente apenas el 10% de los empleados espa?oles contin¨²a trabajando desde casa, cuando el a?o pasado lo hac¨ªan el 25%, seg¨²n dec¨ªa Carlos Guti¨¦rrez, secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de CC OO, en un reportaje del suplemento Negocios de EL PA?S.
Para ir calibrando la vuelta a la normalidad habr¨¢ que seguir atentos a la incidencia acumulada, aunque es un indicador que ya no se puede leer como antes de las vacunas, ya que un mismo n¨²mero de infectados causan muchas menos hospitalizaciones y muertes, y la mayor¨ªa, gracias a los pinchazos, cursan de forma muy leve o asintom¨¢tica. Fernando Rodr¨ªguez Artalejo, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, cree que ¡°probablemente no tenga sentido¡± seguir hablando de incidencias de 25 o 50 casos por 100.000 habitantes en 14 d¨ªas para volver a la normalidad. En opini¨®n de Artalejo, por debajo de 100 ¡°ya se podr¨ªa abrir mucho¡±.
Entre media docena de expertos consultados, Artalejo es el m¨¢s proclive a eliminar restricciones. ¡°Lo l¨®gico es que la tendencia positiva se mantenga porque sobre todo obedece al aumento de la vacunaci¨®n y a una mayor inmunidad de j¨®venes por tanta exposici¨®n. Aunque siempre puede haber sorpresas¡±, subraya. Por esta raz¨®n, es partidario de volver a la presencialidad total en las universidades, ¡°donde no tiene sentido que las restricciones sean iguales que las del a?o pasado¡±. Y, en poco tiempo, si todo sigue mejorando, ir pensando en volver a hacer m¨¢s actividades, incluso sin mascarilla en espacios cerrados. Ve m¨¢s lejana la vuelta del ocio nocturno por la naturaleza de esta actividad, pero ¡°en uno o dos meses¡± la retomar¨ªa si los casos siguen bajando y las tasas de vacunaci¨®n de los j¨®venes contin¨²an aumentando.
Las inc¨®gnitas de la vacunaci¨®n
En el horizonte del medio plazo quedan varios asuntos por resolver que tienen que ver con la vacunaci¨®n. El primero es la tercera dosis. En Espa?a, de momento, se administrar¨¢ solo a alrededor de 100.000 personas con grave inmunosupresi¨®n. Mientras los datos muestren que los pinchazos siguen siendo protectores, las autoridades sanitarias no se plantean aumentarlo al resto de la poblaci¨®n. As¨ª lo ha aconsejado esta semana el Centro de Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en ingl¨¦s), que ha abierto la puerta tambi¨¦n a personas mayores internadas en residencias. Las ¨²ltimas evidencias cient¨ªficas muestran que entre los primeros vacunados los contagios est¨¢n creciendo, pero que la protecci¨®n sigue siendo robusta para evitar hospitalizaciones y muertes, que es en definitiva lo que ha causado la crisis sanitaria. Sin ellas, el virus no es peor que un resfriado com¨²n.
El segundo asunto que se dilucidar¨¢ en los pr¨®ximos meses es la vacunaci¨®n de los menores de 12 a?os. Se prev¨¦ que en el ¨²ltimo trimestre las farmac¨¦uticas completen sus ensayos para obtener una vacuna para ellos. A partir de ah¨ª, las autoridades sanitarias de los pa¨ªses tendr¨¢n que decidir si la emplean en una poblaci¨®n que corre un riesgo m¨ªnimo de complicaciones por la covid. Es todo un debate ¨¦tico que habr¨¢ que afrontar, ya que suponen el 11% de la poblaci¨®n, sin ellos el tope de vacunados estar¨¢ en el 89%, que en realidad probablemente estar¨¢ m¨¢s bien alrededor del 80% si se descuentan antivacunas, reacios y personas dif¨ªciles de localizar.
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