La Palma que no tiembla por el volc¨¢n
El norte de la isla, la zona m¨¢s despoblada y envejecida, acoge a evacuados y tambi¨¦n a palmeros que, aunque no hayan perdido sus casas, quieren escapar del rugido y la ceniza del cr¨¢ter
La zona m¨¢s despoblada de La Palma, el norte de la isla, tiene problemas muy parecidos a los de cualquier otro territorio con poca densidad de poblaci¨®n: sinuosas carreteras en mal estado, poblaci¨®n muy envejecida, pocos ni?os en los colegios, escasa actividad econ¨®mica y, hasta hace poco, internet a trompicones. Sin embargo, en las ¨²ltimas semanas est¨¢ ganando habitantes porque es el territorio m¨¢s protegido de las embestidas del volc¨¢n. Apenas se sienten los terremotos, solo los de magnitud en torno a 5 y los perciben con menos fuerza que en el resto de la isla. Tampoco se escucha el bramido de la monta?a de fuego ni las calles est¨¢n cubiertas de ceniza. Solo algunos golpes de viento traen el rumor del cr¨¢ter o un poco de arena gris. ¡°Somos un peque?o refugio¡±, dice Yeray Rodr¨ªguez, el alcalde (PSOE) de Garaf¨ªa, uno de los dos municipios m¨¢s al norte, La Palma vac¨ªa.
¡°Calculamos que podemos tener unas 400 personas m¨¢s viviendo en Garaf¨ªa por culpa del volc¨¢n¡±, explica el alcalde. Es una cifra alt¨ªsima, teniendo en cuenta que la estad¨ªstica oficial reconoce 1.730 habitantes. Est¨¢ entre los municipios con la edad media m¨¢s alta de Canarias, 49,3 a?os, frente a los 42,1 del conjunto del archipi¨¦lago. Ocupa el 14% de la superficie de La Palma y solo acoge al 2% de la poblaci¨®n. ¡°Por primera vez hay tr¨¢fico en la zona. Ahora me cuesta aparcar cuando vengo al Ayuntamiento¡±, dice Rodr¨ªguez tomando un caf¨¦ en un bar de Las Tricias, uno de los 14 n¨²cleos que componen Garaf¨ªa. La plaza principal es un mirador con vistas al mar, coronado por un molino antiguo. No se ve la columna de humo. Al contrario que en Los Llanos de Aridane, a pie de volc¨¢n, los camareros no entregan dos posavasos a los clientes que se sientan en una terraza: uno para dejar el vaso y otro para impedir que le caiga ceniza a la bebida.
No todos los nuevos habitantes de Garaf¨ªa, temporales o permanentes, afrontan las mismas circunstancias. Algunos son evacuados que viv¨ªan en ¨¢reas arrasadas por la lava o en la zona de exclusi¨®n. Es el caso de Javier ?lvarez (52 a?os), que vend¨ªa productos de artesan¨ªa en el paseo mar¨ªtimo de Puerto Naos, la zona m¨¢s tur¨ªstica de la isla y ahora sepultada por la ceniza. ¡°Me trasladaron a Los Llanos, pero no pod¨ªa estar ah¨ª. Tanto ruido del volc¨¢n, tanta ceniza... No dorm¨ªa ni un minuto¡±. Entonces se puso en contacto con el Ayuntamiento de Garaf¨ªa: le explicaron que pod¨ªan acogerle en un albergue municipal en El Tablado, una aldea entre pinos, dragos y barrancos. Es s¨¢bado por la tarde y el ¨²nico bar est¨¢ cerrado. ¡°Estoy encantado. Vuelvo a dormir¡±, dice ?lvarez, mientras muestra los instrumentos artesanales que ahora no puede vender en Puerto Naos. El Ayuntamiento da cobijo en instalaciones municipales a otras 15 personas.
Otro perfil de nuevo habitante de Garaf¨ªa es el de los hijos retornados. ¡°Aqu¨ª viven sobre todo personas mayores, ganaderos y agricultores ya jubilados. La gran mayor¨ªa de sus hijos emigraron a otras zonas de la isla, como Los Llanos¡±, explica el alcalde. Algunos de ellos han vuelto al pueblo en el que se criaron para escapar del volc¨¢n. ¡°No pod¨ªa aguantar all¨¢. Estaba muy cansada, as¨ª que he venido unos d¨ªas con mi madre¡±, explica Mar¨ªa, de 38 a?os, que el s¨¢bado por la tarde paseaba por Santo Domingo, el principal n¨²cleo de Garaf¨ªa. No ha perdido su vivienda ni su lugar de trabajo, pero teniendo la posibilidad de huir del volc¨¢n no la ha desaprovechado.
Las circunstancias de Mar¨ªa son muy comunes: lo normal es que los habitantes del norte tengan familiares en Los Llanos, el motor productivo de la isla gracias a las plataneras, y que sufran los efectos de la crisis en primera persona. Hacia all¨ª quiere ir Ana Torres (40 a?os), que hace autostop en una carretera de la zona. ¡°Voy para ayudar a mi familia a quitar ceniza de los tejados en la zona de exclusi¨®n¡±, explica al subir al coche. ¡°El volc¨¢n explot¨® el d¨ªa de mi cumplea?os, el 19 de septiembre. Estaba celebr¨¢ndolo en la playa del Callejoncito; ni nos enteramos. Me siento mucho m¨¢s segura en mi casa, en el norte. Si no fuera por mi familia, no ir¨ªa a Los Llanos¡±. Jos¨¦ Otilio (65) y On¨¦sima P¨¦rez (61) han perdido por culpa del volc¨¢n su vivienda, dos parcelas, dos estanques, vi?edos, frutales, un garaje... ¡°Estamos durmiendo en una bodeguita que tenemos en Garaf¨ªa, una herencia familiar. Llega algo de ceniza y ruido, pero es muy diferente. Cada uno va donde puede¡±, cuenta P¨¦rez.
Uno de los bares m¨¢s concurridos de Santo Domingo es el Plaza, que regenta Petra Dvorakova, una checa de 38 a?os residente en la isla desde hace 10. ¡°Se nota much¨ªsimo que hay m¨¢s gente en la zona, sobre todo los fines de semana. Son personas que quieren descansar del volc¨¢n, poder dormir al menos dos d¨ªas. El domingo tengo el doble de gente en el bar¡±, dice con el cepillo en la mano. Sin embargo, asegura que esto apenas repercute positivamente en su negocio: ¡°S¨ª, han venido estas personas, pero hemos perdido turismo. Los hoteles est¨¢n llenos de evacuados y todo el que viene va a ver el volc¨¢n¡±. Una de las paredes de su bar est¨¢ adornada con un cuadro del puente de Carlos de Praga y con fotograf¨ªas antiguas de Garaf¨ªa: procesiones multitudinarias, bailes en la plaza del pueblo, un hombre sonriente montado en burro... ¡°Entonces [los a?os cincuenta] viv¨ªan 5.000 personas en el pueblo¡±. Ahora son unas 3.000 menos.
Hay dos carreteras que conectan Garaf¨ªa con el otro municipio situado m¨¢s al norte. Muchos turistas optan por la antigua, la que se adentra entre t¨²neles sin iluminaci¨®n, bosques espesos y desfiladeros que cuentan la historia geol¨®gica de la isla, capa sobre capa de lava apagada. La v¨ªa est¨¢ llena de piedras que se desprenden de paredes verticales. Al otro lado se encuentra Barlovento, que registra una situaci¨®n similar a la de Garaf¨ªa. ¡°Creo que somos una v¨¢lvula de escape para muchos afectados por el volc¨¢n¡±, opina el alcalde del municipio, Jacob Qadri (PP). Lo est¨¢ viviendo de forma personal: sus suegros, evacuados, ahora viven en su casa.
El relato se repite, se pregunte donde se pregunte en Barlovento. ¡°Tengo un cliente que no ha sido evacuado, viene todos los d¨ªas a dormir aqu¨ª y se va al sur a trabajar. A la zona de Mazo¡±, explica Mar¨ªa Jes¨²s Cabrera (39 a?os) en su peque?o supermercado. Villa de Mazo est¨¢ en la cara de la isla contraria al volc¨¢n (como la capital, Santa Cruz de La Palma), pero la sismicidad es muy alta.
¡°Hay personas de Los Llanos que han inscrito a sus hijos en el colegio de aqu¨ª. La gente te dice que vienen para, al menos, respirar. Algunos han venido en autocaravanas¡±, dice Montserrat P¨¦rez, en la farmacia 24 horas. Asegura que est¨¢ vendiendo muchos m¨¢s ansiol¨ªticos y antidepresivos que de costumbre: ¡°Aunque aqu¨ª no se noten apenas los terremotos o no se vea el volc¨¢n, tambi¨¦n lo estamos pasando muy mal. Vivimos en una isla muy peque?a y los afectados son nuestros familiares, nuestros amigos... Aunque no lo estemos viendo cada d¨ªa, nos afecta much¨ªsimo¡±.
?Por qu¨¦ el norte sufre menos?
En el norte de La Palma se encuentra El Roque de los Muchachos, el punto m¨¢s alto de la isla (2.426 metros). Forma parte del parque nacional de la Caldera de Taburiente. ¡°Es una frontera natural. Impide que, normalmente, se vea la columna de humo en los pueblos de la zona o que pase mucha ceniza¡±, explica el vulcan¨®logo e investigador del Instituto Geogr¨¢fico Nacional Stavros Meletlidis, al frente de la red de alerta en la isla. Todo el norte est¨¢ a m¨¢s altitud que el centro y el sur, donde se concentra la sismicidad. Es la zona m¨¢s vieja de La Palma, de unos dos millones de a?os de antig¨¹edad: es un conjunto geol¨®gico distinto. Stavros confirma que es ¡°menos probable¡± que en el norte se produzcan erupciones. ¡°En los ¨²ltimos 125.000 a?os toda la actividad volc¨¢nica se est¨¢ desarrollando en la zona de Cumbre Vieja. El norte lo formaron los primeros volcanes de La Palma¡±, a?ade el vulcan¨®lgo.
Desde el Roque se puede observar la columna de humo rompiendo el manto de nubes. ¡°Es uno de nuestros principales atractivos tur¨ªsticos. Lo que m¨¢s buscan los que vienen a visitarnos es practicar senderismo en nuestras zonas naturales¡±, a?ade el alcalde de Garaf¨ªa. Una de las mejores pruebas de esta vocaci¨®n monta?era es la carrera Transvulcania, una ultramarat¨®n que atraviesa el techo de La Palma.
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