C¨®mo investigar los abusos en la Iglesia, seg¨²n los expertos: indagar con paciencia, entrevistas a la carta y cuantificar el fen¨®meno
El Defensor del Pueblo a¨²n no ha aclarado c¨®mo funcionar¨¢ la comisi¨®n que indagar¨¢ en la pederastia eclesial. Tres personas con experiencia en la materia opinan sobre equipos, reparaci¨®n, plazos o metodolog¨ªa
El Congreso de los Diputados aprob¨® el 10 de marzo, con el ¨²nico voto en contra de Vox, encomendar al Defensor del Pueblo que investigue la pederastia en la Iglesia espa?ola. La proposici¨®n no de ley refrendada no explica c¨®mo se debe emprender esta tarea. Requiere al Defensor que constituya una comisi¨®n independiente ¡°con el encargo de elaborar un informe sobre las denuncias por abusos sexuales en el ¨¢mbito de la Iglesia cat¨®lica y el papel de los poderes p¨²blicos¡±. El texto aprobado detalla que el equipo de expertos ¡°tendr¨¢ como objetivo contribuir a la determinaci¨®n de los hechos y responsabilidades, a la reparaci¨®n de las v¨ªctimas y a la planificaci¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas orientadas a la prevenci¨®n¡±. El responsable de este organismo, ?ngel Gabilondo, dio algunos detalles m¨¢s el 18 de marzo: dijo que le gustar¨ªa que la comisi¨®n de expertos est¨¦ compuesta para Semana Santa y con qu¨¦ perfiles le gustar¨ªa contar (psic¨®logos, soci¨®logos, la Fiscal¨ªa, la Abogac¨ªa del Estado, expertos en derecho can¨®nico, crimin¨®logos, representantes de las v¨ªctimas y de la Iglesia...), pero no a?adi¨® nada m¨¢s.
EL PA?S ha pedido a tres expertos en abusos sexuales en la Iglesia que expliquen c¨®mo creen que deber¨ªa funcionar esta comisi¨®n. Son Gema Varona, presidenta de la Sociedad Vasca de Victimolog¨ªa, profesora de Pol¨ªtica Criminal y Victimolog¨ªa en la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) y coautora de una investigaci¨®n universitaria pionera en Espa?a sobre el efecto de los abusos clericales en las v¨ªctimas; Josep Tamarit, coautor del mismo informe y catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC); y Mar¨ªa Teresa Compte, presidenta de Betania, asociaci¨®n de asistencia a v¨ªctimas de abuso sexual en contextos religiosos. Los tres coinciden al se?alar que, con la poca informaci¨®n que ha trascendido, es imposible conocer c¨®mo operar¨¢ la comisi¨®n del Defensor. Estos son sus consejos sobre la mejor forma de hacerlo:
1. No tener prisa en obtener resultados. Varona cree que es ¡°apresurado¡± dar una fecha de cierre para la investigaci¨®n: ¡°No sabemos qu¨¦ nos vamos a encontrar. Lo m¨¢s respetuoso es dejar trabajar con tranquilidad y rigor, sin prisas. Las v¨ªctimas m¨¢s desconfiadas no van a dar el paso el primer d¨ªa¡±. Tamarit piensa que el tiempo empleado depende de ¡°la misi¨®n que asuma la comisi¨®n y la capacidad que tenga para emprenderla¡±. ¡°Si se va a escuchar a v¨ªctimas y se van a investigar los archivos de la Iglesia, no es un trabajo que se pueda hacer en un a?o. En otros pa¨ªses, como en Francia, han tardado unos tres¡±, a?ade el catedr¨¢tico de la UOC y matiza que ¡°hasta ahora¡± no percibe elementos que hagan pensar ¡°que esto va a ir r¨¢pido¡±. ¡°En Australia, las sesiones son peri¨®dicas¡±, a?ade Compte. ¡°La comisi¨®n debe durar lo que sea necesario para escuchar a todas las v¨ªctimas que quieran dar el paso. No puede ser un tema sine die, pero no se puede trabajar de forma apresurada¡±, insiste. Los pol¨ªticos impulsores de la iniciativa prev¨¦n que los trabajos est¨¦n finalizados a finales de a?o y se expongan luego en el Parlamento a comienzos de 2023, pero Gabilondo pide paciencia.
2. Que la integren personas independientes y que tenga un equipo de trabajo a tiempo completo. La presidenta de Betania repite varias veces el mismo concepto ante la pregunta sobre qu¨¦ personas deben componer la comisi¨®n: ¡°Independencia¡±. ¡°Deben ser profesionales expertos sin v¨ªnculos partidistas, que no est¨¦n controlados y que sus resultados se conozcan al final del proceso, no durante. Es important¨ªsimo que tengan un prestigio reconocido, que conozcan los procesos de victimizaci¨®n en contextos religiosos¡±, a?ade. Destaca la formaci¨®n en victimolog¨ªa como un elemento central para los profesionales que interact¨²en con v¨ªctimas, apunte en el que coincide con Varona: ¡°Es necesaria una formaci¨®n espec¨ªfica para escuchar esos testimonios, entender por qu¨¦ tienen problemas para recordar, c¨®mo no culpabilizar¡±, indica la profesora de la UPV, que apuesta por contar con crimin¨®logos, psic¨®logos o trabajadores sociales en la fase de escucha, pero no, por ejemplo, con juristas. ¡°Pueden participar cuando haya que hablar de reparaci¨®n, pero no creo que sean necesarios en la atenci¨®n a v¨ªctimas¡±.
Varona diferencia dos equipos: uno de reconocidos expertos que defina las pautas de la investigaci¨®n y otro que se dedique ¡°a tiempo completo¡± a la escucha y comunicaci¨®n con las v¨ªctimas. En ese primer nivel, los expertos consultados coinciden al se?alar a juristas, crimin¨®logos, trabajadores sociales o psic¨®logos, en l¨ªnea con lo anunciado por Gabilondo, pero difieren en su opini¨®n sobre la participaci¨®n de la Iglesia y de las v¨ªctimas. ¡°Creo que no deben estar dentro de la comisi¨®n, de la misma forma que en un proceso judicial no juzgan ni el acusado ni el acusador¡±, se?ala Tamarit. Cree que hay que ¡°escuchar¡± tanto a las v¨ªctimas como a la Iglesia, pero que no participen como miembros es ¡°clave¡± para garantizar la independencia de la comisi¨®n. La profesora de la UPV s¨ª contempla la participaci¨®n de ¡°alg¨²n miembro de la Iglesia que se haya significado a favor de la investigaci¨®n, que no despierte rechazo¡±, y de las asociaciones de v¨ªctimas: ¡°No tenemos que echar por la borda el trabajo que han hecho, tienen ganada la confianza de much¨ªsimas v¨ªctimas. Saben m¨¢s que un fiscal o alguien del Defensor que no ha tocado este tema¡±.
¡°Lo primero¡±, contin¨²a Varona, ¡°es llegar a las v¨ªctimas, y para ganarnos su confianza tenemos que contar con las asociaciones. El colectivo de v¨ªctimas m¨¢s grande es el de personas que no est¨¢n asociadas. Sabemos que a las que m¨¢s cuesta llegar es justo a las que m¨¢s han sufrido, que est¨¢n ocultas y se preguntar¨¢n, leg¨ªtimamente, si esto es un parip¨¦ o si va a servir para algo. No debemos desaprovechar el asesoramiento de las v¨ªctimas que s¨ª han dado el paso¡±. Los tres expertos insisten en la importancia de dotar con un presupuesto suficiente a esta comisi¨®n.
3. Promocionar la comisi¨®n para llegar a todas las v¨ªctimas posibles. ¡°La visibilidad de esta comisi¨®n es muy importante. Hay que dar garant¨ªas a las v¨ªctimas de que lo que se va a hacer va en serio, que el testimonio que aporten suma. Se deben usar todas las v¨ªas posibles para llegar al m¨¢ximo n¨²mero de personas¡±, considera Tamarit. Varona propone que la comisi¨®n tenga una web propia, que haya enlaces a ella en el portal de la Fiscal¨ªa u otras instancias p¨²blicas y recurrir a las v¨ªctimas que se han manifestado p¨²blicamente para animar a las que no: ¡°Debe haber anuncios en los que se transmita confianza. Por ejemplo, con una v¨ªctima explicando c¨®mo va a funcionar, qu¨¦ se pretende y por qu¨¦ colabora con la comisi¨®n. Cuando hay v¨ªctimas que se han sentido bien tratadas y se transmite, otras se deciden a dar el paso. Es fundamental que sepan qu¨¦ va a pasar cuando se pongan en contacto con la comisi¨®n, cada parte del proceso¡±.
4. Escuchar a las v¨ªctimas de la forma que ellas prefieran. A Varona le consta la queja de varias v¨ªctimas por c¨®mo funciona la recogida de testimonios del despacho de abogados Cremades & Calvo Sotelo, que est¨¢ haciendo una auditor¨ªa de los abusos por encargo de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE). ¡°Me han explicado que al mandar el correo al buz¨®n que han habilitado, reciben un formulario en el que no se les identifica como v¨ªctimas, sino como afectados. Ah¨ª escriben su historia. Algunas me han dicho que parece que est¨¢n apunt¨¢ndose a la tarjeta de El Corte Ingl¨¦s¡±, comenta Varona. Ve en este m¨¦todo el paradigma de c¨®mo no encontrar la voz de las v¨ªctimas. ¡°Estamos tocando un punto muy importante. Conozco las reticencias al proceso de auditor¨ªa de Cremades. Creo que no han elegido una buena manera de acercarse a las v¨ªctimas¡±, coincide Tamarit.
¡°Cualquiera con formaci¨®n en victimolog¨ªa¡±, contin¨²a Varona, ¡°sabe que contar tu historia es revivirla, abre una caja de Pandora. Encima pides que lo hagan por escrito, lo que puede que prefieran algunas v¨ªctimas, pero deben poder elegir. Cada v¨ªctima es un mundo: tienen que poder hacerlo cara a cara, con una persona formada junto a ellos¡±. La profesora de la UPV considera fundamental que miembros del equipo puedan desplazarse para escuchar a las v¨ªctimas donde quieran. ¡°Otras preferir¨¢n hacerlo por tel¨¦fono o por correo, pero depende de ellas. Lo importante es asegurarles la no exposici¨®n, el anonimato y una serie de preguntas validadas que sepamos que no causar¨¢n da?o¡±, finaliza. Compte hace la misma reflexi¨®n: ¡°?C¨®mo recogemos los testimonios? Depende del consentimiento. Hay que facilitar que lo hagan de la forma que les resulte menos revictimizante. Deben saber muy bien qu¨¦ se van a encontrar, que no haya nada sorpresivo¡±.
Varona apuesta por que el modelo aplicado a la Iglesia, si funciona, se traslade a otros contextos en los que se han producido abusos, como el deporte: ¡°Australia lo ha hecho as¨ª. Es importante, adem¨¢s, si de verdad se quiere conocer la verdad, dejar la puerta entreabierta para que las v¨ªctimas hablen cuando se sientan preparadas, sea cuando sea. Es normal que las v¨ªctimas sean personas desconfiadas. No debemos generarles falsas expectativas¡±.
5. Definir c¨®mo se reparar¨¢ a las v¨ªctimas y adaptarse a cada una: Igual que la v¨ªa para contar su historia depende de la v¨ªctima, tambi¨¦n difiere qu¨¦ reparaci¨®n espera conseguir. ¡°Es la cuesti¨®n de fondo. Lo econ¨®mico es solo una parte. Tenemos que escuchar a las v¨ªctimas. Cuando lo hayamos hecho sabremos cu¨¢les son sus necesidades y sobre ellas debe pivotar la reparaci¨®n¡±, opina Compte. Hay muchos tipos de reparaci¨®n, dice Varona: ¡°Algunas v¨ªctimas quieren ir al colegio en el que sufrieron los abusos a explicar por lo que pasaron, otras que se retire el cuadro de su abusador de un pasillo o de la web, otras que se asegure que no vuelva a tener contacto con ni?os, otros un perd¨®n de la instituci¨®n de forma personal, otras una indemnizaci¨®n econ¨®mica por el coste de los abusos en tratamientos psicol¨®gicos o en su desempe?o laboral. Piden cosas muy razonables, de car¨¢cter simb¨®lico¡±. Tamarit aprecia el modelo belga de indemnizaciones econ¨®micas: ¡°Se pact¨® un procedimiento en el que hab¨ªa unos baremos con horquillas de m¨ªnimos y m¨¢ximos seg¨²n la gravedad de lo ocurrido¡±. Los expertos acent¨²an la importancia de que la comisi¨®n audite el cumplimiento de la reparaci¨®n a las v¨ªctimas.
6. Cuantificar y cualificar la magnitud del problema. El catedr¨¢tico de la UOC valora muy ¡°positivamente¡± la encuesta que se hizo en Francia para conocer la prevalencia de los abusos sexuales en la Iglesia: ¡°Hicieron una encuesta entre la poblaci¨®n general con una muestra representativa y as¨ª pudieron conocer la dimensi¨®n del problema. Fue muy valioso, es algo que habr¨ªa que hacer¡±. El estudio aflor¨® la cifra de al menos 216.000 franceses v¨ªctimas de la pederastia clerical desde mediados del siglo pasado. ¡°Hay que usar todos los m¨¦todos cient¨ªficos a nuestro alcance, como las proyecciones estad¨ªsticas, para aproximarnos lo m¨¢ximo posible a la magnitud del problema¡±, apostilla Compte. Varona cree que la verdad cuantitativa ¡°es importante¡±, pero lo es a¨²n m¨¢s la ¡°cualitativa¡±, ¡°que las entrevistas en profundidad nos permitan conocer cu¨¢l debe ser el proceso de recuperaci¨®n, aprender de lo que pas¨®, qu¨¦ condiciones favorecieron los abusos y c¨®mo prevenir que vuelvan a suceder¡±.
7. Aprender de las experiencias internacionales. ¡°Lo bueno de llegar los ¨²ltimos (casi todos los pa¨ªses del entorno de Espa?a ya han investigado la pederastia en la Iglesia) es que podemos saber qu¨¦ ha funcionado y qu¨¦ ha fallado en otros pa¨ªses. De 2002 en Estado Unidos hasta 2021 en Francia, tenemos muchos estudios en los que fijarnos¡±, indica Compte. ¡°Aqu¨ª s¨ª va a pasar algo que no ha sucedido en otros pa¨ªses, y es que va a haber dos investigaciones simult¨¢neas, la de Cremades y la del Defensor. Se van a poder comparar los resultados¡±, a?ade Varona.
Los ejemplos alem¨¢n y portugu¨¦s
Todos los países que han investigado o están investigando la pederastia en la Iglesia se han tenido que preguntar cómo hacerlo. En Alemania se ha optado por dos modelos: grandes archidiócesis como las de Colonia o Múnich han encargado trabajos a despachos de abogados (uno de ellos colabora con la auditoría de Cremades), mientras que otros distritos eclesiásticos, como la diócesis de Münster, han encomendado informes a grupos de expertos formados por académicos de distintas universidades. El historiador Thomas Großbölting, director del estudio de Münster, explica que este tipo de encargos en general requieren mucho tiempo y que depende de cuánto se quiera abarcar. En el caso de España, asegura, habría que indagar en distintas diócesis y archivos: “Se necesita o mucho tiempo o un equipo muy numeroso”. Su trabajo, del que por ahora solo se conocen resultados preliminares, ha exigido la dedicación completa de cuatro investigadores posdoctorales durante dos años y medio.
El equipo de Großbölting no se puso en contacto directamente con las víctimas, sino que hizo un anuncio público invitando a presentarse a quien quisiera hablar con ellos. Se hicieron 70 entrevistas presenciales, explica: “Fueron muy útiles para conducirnos a otras víctimas y para destapar casos de abusos sexuales”. Además de hacer entrevistas personales, el equipo ofreció ayuda terapéutica y derivó algunos casos a instituciones profesionales.
El trabajo de Münster no entra en la cuestión de indemnizaciones económicas, pero el profesor de la Universidad de Hamburgo asegura que el dinero no es lo más importante. “La mayoría de las víctimas lo que piden es ser escuchadas y que sus experiencias sean reconocidas públicamente”, asegura. A la hora de identificar un número de casos, en su estudio no solo han tenido en cuenta a las víctimas que se presentaron, sino que han calculado mediante proyecciones estadísticas el número de personas que pudieron verse afectadas.
En su opinión, el enfoque legal es importante y es útil, porque permite buscar a perpetradores que todavía pueden ser procesados hoy en día. Pero hay un segundo paso, en el que se ha centrado su investigación, que consiste en analizar el contexto estructural y las razones para el abuso sexual: “Se trata de discernir qué características de la cultura institucional hicieron posible los abusos y ayudaron a los obispos a encubrir los hechos”.
Por otro lado, en Portugal, la Conferencia Episcopal pidió a Pedro Strecht, un psiquiatra especializado en infancia y adolescencia, que había atendido a los menores abusados en el gran escándalo de la Casa Pía hace años, que asumiese la investigación sobre la pederastia en la Iglesia lusa. Strecht exigió tener manos libres y formó un equipo paritario y reducido con especialistas en distintos ámbitos: un jurista, un psiquiatra de adultos, una socióloga, una terapeuta familiar y una cineasta. No hay representación religiosa ni de asociaciones de víctimas. El plazo para recabar datos y presentar el informe es de un año.
“Cada uno de nosotros tenemos ideas sobre política y religión, pero estamos en esa comisión como profesionales y no como gente mandatada por el Gobierno o la Iglesia. Puede ser muy importante para las víctimas reforzar la idea de confianza en las personas que las escuchan. Hacerlo de una forma muy politizada puede tener sus riesgos porque las víctimas siempre pueden pensar si se identifican o no con el representante de un partido o de la Iglesia y dificultar mucho que las personas se sientan libres para hablar”, señalaba en una entrevista con este diario Strecht.
La comisión busca activamente casos y ha desplegado una campaña en los 300 municipios portugueses, así como en entidades y asociaciones, para tratar de llegar a las víctimas de lugares menos urbanos y poco conectadas a lo digital. “Habíamos notado que la mayoría de contactos que teníamos eran online, lo que nos llevó a preguntarnos quiénes podían tener acceso online y a reflexionar sobre las personas que no lo utilizan”, explicaba Strecht.
Las víctimas pueden relatar su testimonio a través de un cuestionario por internet, por teléfono o de forma presencial. La comisión dispone de un piso alquilado en Lisboa, cuya dirección se mantiene en secreto, a donde pueden acudir las víctimas para prestar su testimonio, siempre ante dos miembros de la comisión.
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