?C¨®mo es su relaci¨®n de pareja? ?C¨®mo resuelven los problemas? Dos preguntas del m¨¦dico para detectar la violencia machista
Los centros de salud solo son capaces de advertir un 5% de los casos de violencia machista en el ¨¢mbito sanitario. El resto llegan por las urgencias de los hospitales, cuando ya es muy tarde
El 93% de las mujeres que sufren violencia machista acuden al centro de salud, pero sus m¨¦dicos de primaria solo son capaces de detectar un 5% de los casos que se advierten en el ¨¢mbito sanitario. El 95% restante afloran en urgencias, cuando normalmente ya es muy tarde, seg¨²n datos de la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos de Atenci¨®n Primaria (Semergen), que lo considera un ¡°problema de salud p¨²blica¡±. Para revertir esta situaci¨®n, todo empieza con dos preguntas que deber¨ªan recibir las mujeres mayores de 14 a?os con pareja en los ¨²ltimos 12 meses que acuden a un ambulatorio, aunque no haya sospechas de violencia: ?C¨®mo es su relaci¨®n de pareja? ?C¨®mo resuelven los problemas?
Estas dos preguntas forman parte del cuestionario WAST, recomendado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y cuyo uso en Espa?a fue implantado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en diciembre de 2021. En funci¨®n de las respuestas, que van en una gradaci¨®n, (¡±con mucha tensi¨®n¡±, ¡°alguna¡±, ¡°ninguna¡±) el m¨¦dico deber¨ªa seguir indagando o descartar la violencia. Porque en la mayor¨ªa de las ocasiones no hay signos evidentes, no hay golpes o moratones, seg¨²n Mar¨ªa Blasco, coordinadora del grupo de Atenci¨®n a la Mujer de Semergen, que celebra su congreso anual esta semana en Valencia, y al que EL PA?S ha acudido invitado por la organizaci¨®n.
En Andaluc¨ªa, donde trabaja esta doctora, acaba de arrancar un programa piloto para evaluar el funcionamiento de este protocolo. No hay hasta ahora datos que muestren su implantaci¨®n en toda Espa?a. Los m¨¦dicos que participen estar¨¢n recogiendo informaci¨®n durante octubre y noviembre para poder evaluarla en los meses siguientes.
Se incluye, adem¨¢s, una pregunta m¨¢s expl¨ªcita que las dos anteriores: ?Ha sufrido violencia por parte de su pareja? ¡°No preguntamos solo por violencia f¨ªsica, tambi¨¦n psicol¨®gica, econ¨®mica, o de cualquier tipo¡±, explica Blasco. ¡°Si reconoce que s¨ª y lo confirmamos como positivo, ponemos un parte al juzgado y debemos hacer un parte de lesiones, aunque no sean f¨ªsicas. Muchas veces la mujer tiene secuelas que no se ven, pero no dejan por ello de ser menos importantes. Si tenemos la sospecha porque vemos indicios, pero no est¨¢ confirmado, lo ponemos en conocimiento de la Fiscal¨ªa, que tiene que tomar sus medidas de seguimiento¡±, contin¨²a.
Blasco estuvo el pasado enero presentando las recomendaciones de su sociedad para prevenir la violencia de g¨¦nero en el ¨¢mbito de la Atenci¨®n Primaria en la subcomisi¨®n para la renovaci¨®n y actualizaci¨®n del Pacto de Estado en materia de violencia de g¨¦nero. Pero en estos meses (con elecciones de por medio) no ha habido avances en este documento.
Un problema de salud p¨²blica
Semergen considera la violencia machista como un problema de salud p¨²blica por su magnitud y su impacto en el sistema sanitario. Quienes la sufren presentan muy a menudo lo que se conoce como el s¨ªndrome de la mujer maltratada, con caracter¨ªsticas que se suelen exponer en la consulta. Algunos son acudir con frecuencia al centro de salud con dolencias distintas cada vez, el aumento de peso, ca¨ªda de pelo, depresi¨®n, cefaleas, mareos, desvanecimientos, disfunciones sexuales (como vaginismo o p¨¦rdida de l¨ªbido), m¨¢s posibilidades de sufrir abortos y las infecciones de transmisi¨®n sexual.
Estos signos se producen, entre otras circunstancias, porque la violencia es un estresor constante, explica Ana Rosa Jurado, predecesora de Blasco en el cargo en el grupo de trabajo. ¡°Supone una respuesta fisiol¨®gica que altera la homeostasis. El cuerpo es sabio y genera una serie de sustancias que buscan el equilibrio y la adaptaci¨®n a las circunstancias. Eso se llama alostasis. Si se vuelve cr¨®nica, genera una carga por s¨ª sola, algo que se ha identificado para definir mecanismos como el dolor cr¨®nico. Nuestro cuerpo lucha tanto por adaptarse que al final supone por s¨ª misma una patolog¨ªa¡±, resume.
En su opini¨®n, los m¨¦dicos deber¨ªan tener el conocimiento te¨®rico y las habilidades para poder intervenir e informar a la poblaci¨®n, pero la identificaci¨®n no es sencilla: requiere formaci¨®n y recursos. ¡°Cuando sufren violencia de g¨¦nero, las mujeres manejan miedo, culpa y verg¨¹enza. Porque algunas parten de la base de sentirse inferiores, pero otras no. Hay juezas, m¨¦dicas... Sienten verg¨¹enza: ¡®yo no puedo decir eso¡¯. Considero que [las pacientes] est¨¢n en pleno proceso de curaci¨®n cuando son capaces de relatarle a alguien que son v¨ªctimas¡±, resume Jurado.
Y pone un ejemplo: ¡°Recientemente, he visto un caso de una mujer que ha sufrido una violencia brutal durante 36 a?os y no era consciente, aunque estaba totalmente destruida¡±. No es sencillo identificar la violencia de g¨¦nero, ni siquiera para quien la sufre, si no se percibe como una v¨ªctima. El hecho de que ¡°la mujer no vaya con un ojo morado¡± no significa que no haya maltrato, indica Jurado, ¡°sobre todo cuando te cuentan [en consulta] ¡®ha matado a mi gato, trata mal a mis hijos...pero es que tiene mucho genio¡±.
Otro cap¨ªtulo son las violencias sexuales dentro de la pareja, que esta doctora (que es tambi¨¦n presidenta en el Instituto Europeo de Sexolog¨ªa) califica como muy frecuentes. Pueden ser agresiones con violencia f¨ªsica, pero tambi¨¦n otras formas: cuando el agresor obliga a la mujer a mantener contacto sexual mediante la intimidaci¨®n, el chantaje o la amenaza, que en ocasiones son sutiles. Seg¨²n Jurado, esto se puede identificar en ocasiones en las que las mujeres no son capaces de disfrutar del sexo, por lo que se produce una falta de deseo. ¡°Mantienen relaciones sexuales como si no estuvieran en su cuerpo. Les pasa a much¨ªsimas que no sufren otra violencia distinta. Tengo la consulta llena de mujeres que sufren esto. No tenemos que consentir tener sexo, tenemos que desearlo¡±, sostiene.
El centro de salud debe ser, en palabras de Jurado, un ¡°punto violeta¡± al que las mujeres acudan sabiendo que van a recibir ayuda. La detecci¨®n temprana servir¨ªa para evitar que las mujeres llegasen a urgencias, o fueran asesinadas, en el peor de los casos. Es un tema que sali¨® en el ¨²ltimo comit¨¦ de crisis, que cada mes que hay m¨¢s de cuatro asesinatos machistas re¨²ne a los ministerios de Interior, Justicia, Igualdad, la fiscal de violencia sobre la mujer, y las unidades de violencia sobre la mujer de las comunidades aut¨®nomas. La secretaria de Estado de Igualdad, ?ngela Rodr¨ªguez, asegur¨® que entre las v¨ªctimas de este pasado septiembre hab¨ªa mujeres ¡°que llevaban d¨¦cadas acudiendo a servicios de atenci¨®n primaria o de salud mental¡±. Y expres¨® que el hecho de que en todos estos a?os no se lograra detectar la situaci¨®n de violencia, significa que algo ¡°est¨¢ fallando ah¨ª¡±, informa Isabel Vald¨¦s.
Hasta este 19 de octubre, el n¨²mero de mujeres asesinadas por violencia machista en Espa?a asciende a 51 en 2023 y a 1.236 desde 2003, cuando comenz¨® la estad¨ªstica oficial. El n¨²mero de menores hu¨¦rfanos por violencia de g¨¦nero es de 51 en 2023, y 428 desde 2013.
El tel¨¦fono 016 atiende a las v¨ªctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o, en 53 idiomas diferentes. El n¨²mero no queda registrado en la factura telef¨®nica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. Tambi¨¦n se puede contactar a trav¨¦s del correo electr¨®nico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el n¨²mero 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al tel¨¦fono de la Fundaci¨®n ANAR 900 20 20 10. Si es una situaci¨®n de emergencia, se puede llamar al 112 o a los tel¨¦fonos de la Polic¨ªa Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicaci¨®n ALERTCOPS, desde la que se env¨ªa una se?al de alerta a la Polic¨ªa con geolocalizaci¨®n.
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