El crecimiento del comercio electr¨®nico pone en jaque a las grandes ciudades
El aumento de la compra por Internet, a la que se suma el uso de la voz, obliga a desarrollar nuevos modelos de distribuci¨®n sostenibles y que eviten el colapso de espacios urbanos
El comercio electr¨®nico contin¨²a imparable. A los canales ya convencionales de esta categor¨ªa (m¨®vil y computadoras), que registran crecimientos del 27,2% interanual, seg¨²n datos de la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), se suman nuevas f¨®rmulas, como la compra por voz (voice commerce) gracias a los asistentes de buscadores y plataformas de compra. Pero este auge tiene un precio urban¨ªstico. Las necesidades de centros log¨ªsticos y de reparto crecen al mismo ritmo que aumentan las compras por Internet. El pasado a?o se contrataron solo en Madrid 935.000 metros cuadrados para esta actividad. En Sevilla ya han comenzado las obras de Amazon sobre una parcela de 35.324 metros cuadrados junto a otro gran centro de Decathlon. El reparto en la ¨²ltima milla (los ¨²ltimos 1.500 metros) est¨¢ alterando el tr¨¢fico en las ciudades. Los expertos advierten de que en un futuro pr¨®ximos ser¨¢n necesarias medidas y una regulaci¨®n para evitar el colapso.
La adquisici¨®n de espacios de almacenamiento y reparto en las grandes ciudades bati¨® el pasado a?o un nuevo r¨¦cord tras registrar un crecimiento del 2% en relaci¨®n con el ejercicio anterior. Se busca espacio para un negocio de 21.800 millones y que investiga nuevas formas para mantener el alza. "Si el crecimiento de las compras en l¨ªnea sigue el ritmo de los ¨²ltimos a?os, llegaremos a un punto en que no habr¨¢ suficiente espacio urbano y se producir¨¢ un colapso", advierte el profesor de los Estudios de Econom¨ªa y Empresa de la UOC Josep Maria Catal¨¤.
¡°El principal problema es el ¨²ltimo tramo. Queremos que nuestra experiencia de compra sea inmediata y eso implica disponer del material lo m¨¢s cerca posible de los principales n¨²cleos de poblaci¨®n y de sus clientes que, adem¨¢s, cada d¨ªa utilizan m¨¢s dispositivos, reclaman tambi¨¦n productos perecederos (como la comida) y rechazan las entregas con retraso o despu¨¦s de un tercer intento¡±, explica el economista.
"La celeridad es un factor clave en las actuales cadenas de suministro", a?ade su compa?ero Xavier Budet, quien advierte de la poca disponibilidad de naves industriales en los lugares donde la demanda es m¨¢s elevada, como Barcelona y Madrid. El resultado de la ecuaci¨®n es, adem¨¢s de m¨¢s lugares de almacenamiento, m¨¢s tr¨¢fico, con una mayor congesti¨®n de los lugares de carga y descarga as¨ª como de las calles de la ciudad, y un incremento del impacto ambiental.
La soluci¨®n es tecnol¨®gica y urban¨ªstica. Catal¨¤ apunta que es necesaria la concentraci¨®n y especializaci¨®n de los puntos de distribuci¨®n, m¨¢s peque?os y que, con la ayuda de la inteligencia artificial, permitan la alta rotaci¨®n de productos. ¡°Los macrodatos (big data) podr¨ªa ser una soluci¨®n a la falta de espacio log¨ªstico al permitir conocer con antelaci¨®n las necesidades de los usuarios y la especializaci¨®n de los almacenes seg¨²n el barrio donde est¨¦n y factores como la renta per c¨¢pita, el volumen comprado, el tiempo de reposici¨®n o los productos m¨¢s demandados por zona, horas y tipo de comprador". "Podr¨ªan ofrecerse descuentos en los productos con menos rotaci¨®n o bien podr¨ªan trasladarse a las naves de fuera de la ciudad para priorizar el almacenamiento de los productos m¨¢s vendidos", explica Catal¨¤.
A la complicaci¨®n del reparto se suman las restricciones que las ciudades empiezan a imponer al acceso en veh¨ªculos contaminantes. Sin embargo, los dos economistas coinciden en que las limitaciones en los centros urbanos y la congesti¨®n del tr¨¢fico obligan a aumentar los puntos de recogida. ?Habr¨¢ que buscar alternativas m¨¢s respetuosas con el medio ambiente¡±, afirman los economistas que se?alan la posibilidad de usar veh¨ªculos menos contaminantes, como los el¨¦ctricos, o que no ocupen las v¨ªas, como los drones.
Amazon ya prueba en los alrededores de Seattle un peque?o robot el¨¦ctrico llamado Scout del tama?o de una "peque?a nevera". Circula de lunes a viernes, por ahora acompa?ado por una persona, utiliza las aceras y se mueve a la velocidad de un hombre caminando y "esquivando animales, peatones o lo que haya en su camino", seg¨²n ha explicado en el blog de la empresa Sean Scott, responsable del proyecto. El gigante tambi¨¦n trabaja con drones.
Tambi¨¦n existen f¨®rmulas para compartir espacios. ¡°Cada vez veremos m¨¢s colaboraciones entre distintas empresas para consolidar y compartir infraestructuras y veh¨ªculos para formalizar las entregas¡±, asegura Budet. Muchas compa?¨ªas empezar¨¢n a utilizar los dark stores ¡ªlocales en centros urbanos no abiertos al p¨²blico para preparar y expedir los pedidos¡ª, los centros temporales (pop-up) o las entregas colaborativas, en las que ser¨¢n los particulares quienes terminar¨¢n entregando el producto al cliente.
Las taquillas de recogida tambi¨¦n se consolidan como alternativa. ¡°Es la soluci¨®n que conviene a todo el mundo, ya que mientras que las empresas optimizan los costes y las rutas y los usuarios no tienen que estar pendientes del momento en que se les entregar¨¢ el producto, pues podr¨¢n recogerlo cuando mejor les conviene¡±, explica Catal¨¢.
Mientras se encuentran las soluciones, las compa?¨ªas comercializadoras contin¨²an su carrera por llegar al cliente y facilitarles su iniciativa de compra. Las plataformas del sector ya poseen chatbots compatibles con el lenguaje natural y el reconocimiento de voz. Otras compa?¨ªas ya est¨¢n incorporando asistentes de compras que utilizan inteligencia emocional para llevar a cabo conversaciones entre robots y consumidores en tiendas f¨ªsicas para ofrecer informaci¨®n detallada de los productos, recomendaciones, consultas e incluso servicio posventa al cliente, seg¨²n destaca el ICEMD, el Instituto de la econom¨ªa digital de ESIC.
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