La lucha contra la brecha de g¨¦nero en el sector tecnol¨®gico en Arabia Saud¨ª
La trabajadora de IBM Nora Alnashwan ense?a a chicas adolescentes a programar y a pensar como emprendedoras
Cuando Nora Alnashwan (Riad, 1993) comenz¨® a estudiar inform¨¢tica en la universidad isl¨¢mica Al-Imam Mohammad Ibn Saud en Arabia Saud¨ª se impart¨ªan 11 clases de programaci¨®n. En cada una de ellas hab¨ªa aproximadamente 25 alumnas. El siguiente a?o solo se impartieron seis. Es decir, el 50% de las mujeres que comenzaron la carrera la abandonaron o se cambiaron a otra disciplina. Ella continu¨® sus estudios, trabaj¨® en el Ministerio de la Administraci¨®n P¨²blica y en Microsoft y en la actualidad es desarrolladora en IBM. Su objetivo ahora es fomentar la vocaci¨®n de las adolescentes en las carreras tecnol¨®gicas y reforzar la confianza que tienen en s¨ª mismas. Para ello, ha creado Code for Girls, una organizaci¨®n que ense?a a programar a las chicas en Arabia Saud¨ª y les anima a solucionar problemas reales a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa.
¡°Cada a?o m¨¢s mujeres estudian carreras relacionadas con la tecnolog¨ªa, pero esto no significa ni de lejos que todas las mujeres que entran en esta industria se grad¨²en¡±, explica la inform¨¢tica, que va vestida con un say¨®n negro que le cubre de la cabeza a los pies. Alnashwan achaca el abandono del sector al modo en el que se ense?a a programar en las universidades: ¡°Est¨¢ pensado para gente que es muy inteligente y como si no todo el mundo pudiera aprenderlo. Pero no es as¨ª, es como cualquier otra ciencia. Todo el mundo puede entenderlo y aplicarlo en su vida, pero es muy importante ense?arlo de forma sencilla¡±.
La trabajadora de IBM puso en marcha en 2018 Code for Girls junto con su amiga Deema Alamer, que tambi¨¦n es desarrolladora, tras cerciorarse de que ¡°muchas chicas quieren aprender a programar pero no cuenta con las herramientas adecuadas para hacerlo de una manera atractiva¡±. Pese al abandono del sector, el n¨²mero de mujeres que trabajan en el ¨¢mbito tecnol¨®gico aument¨® del 7% al 12% de 2017 a 2018, seg¨²n el Ministerio de Comunicaciones y Tecnolog¨ªa de la Informaci¨®n de Arabia Saud¨ª.
El proyecto Code for Girls tiene como objetivo ¡°reducir la brecha de g¨¦nero en la industria, especialmente en el mercado laboral, y construir una comunidad de apoyo entre mujeres¡±. Para ello, organizan talleres en los que ense?an a chicas j¨®venes ¡°a pensar como emprendedoras y usar la programaci¨®n como una herramienta que les ayude a resolver los problemas que ven¡±.
Arabia Saud¨ª hist¨®ricamente ha tratado a las mujeres como ciudadanos de segunda. No tuvieron acceso acceso a la educaci¨®n hasta los a?os 60 del siglo pasado y no han podido trabajar en sectores diferentes al de la educaci¨®n o la sanidad hasta este siglo. A pesar de las reformas anunciadas desde la llegada al poder del rey Salm¨¢n y su hijo Mohamed hace cuatro a?os, a¨²n hoy contin¨²an teniendo muy mermados sus derechos. Como en otros pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana, la legislaci¨®n basada en la ley isl¨¢mica (Shar¨ªa) discrimina a las mujeres. Su testimonio vale la mitad que el de un hombre, s¨®lo reciben la mitad de la herencia que sus hermanos y tienen mucho m¨¢s dif¨ªcil la obtenci¨®n del divorcio y la custodia de los hijos.
Pero es sobre todo el sistema que las hace depender del var¨®n lo que marca la diferencia. Deben obtener la autorizaci¨®n de su padre, su hermano, su marido o cualquier otro tutor var¨®n para realizar acciones vitales de su d¨ªa a d¨ªa como casarse, salir de casa o incluso sobre c¨®mo vestirse. Tambi¨¦n para recibir una educaci¨®n. Adem¨¢s, hasta el a?o pasado no ten¨ªan permitido conducir. Esta prohibici¨®n limitaba su movilidad en el pa¨ªs y dificultaba su incorporaci¨®n al trabajo. La segregaci¨®n de sexos y la mentalidad de las familias tambi¨¦n son obst¨¢culos que tienen que sortear para acceder al mundo laboral.
Solo hay que echar un vistazo a la industria tecnol¨®gica para avistar a una multitud de hombres que ocupan puestos de responsabilidad y a muy pocas mujeres. ¡°Tambi¨¦n hay algunos ejemplos que prueban que nosotras somos muy capaces en el ¨¢mbito tecnol¨®gico. Aprender tecnolog¨ªa puede ayudarnos a conseguir la igualdad de g¨¦nero, encontrar oportunidades laborales y empoderarnos para construir nuestras propias soluciones¡±, afirma la inform¨¢tica a EL PA?S en una entrevista en Estocolmo. Tanto ella como este peri¨®dico fueron invitados por el Instituto Sueco al evento Women in Tech el pasado 8 de marzo.
Alnashwan se niega a hacer declaraciones pol¨ªticas, pero afirma que el pa¨ªs ¡°ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os y va a cambiar m¨¢s¡±. Los cambios son reales. M¨¢s all¨¢ del muy celebrado levantamiento de la prohibici¨®n de conducir, la monarqu¨ªa ha restringido las actividades de la polic¨ªa religiosa ¡ªcuyos desmanes afectaban desproporcionadamente a las mujeres¡ª, ha relajado la segregaci¨®n por sexo y dictado la primera ley contra el acoso sexual. Este ¨²ltimo problema afectaba al 80% de las mujeres entre 18 y 48 a?os, seg¨²n un estudio de 2014. Tambi¨¦n se han eliminado trabas para el acceso de las saud¨ªes al trabajo, e incluso se les han abierto las puertas de eventos deportivos y conciertos. Sin embargo, el mayor productor y exportador de petr¨®leo del mundo ocupa el puesto 141 entre 149 pa¨ªses en el ¨²ltimo Informe sobre Disparidad de G¨¦nero del Foro Econ¨®mico Mundial.
¡°El empoderamiento de las mujeres ha sido el objetivo de muchas organizaciones recientemente. Eso nos da una esperanza de que no tendremos que volver a enfrentarnos a las dificultades que tuvimos en el pasado¡±, explica. Ahora el reto est¨¢ en garantizar que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades y acabar con una brecha en el conjunto de habilidades: ¡°No queremos que contraten a mujeres porque son mujeres, sino porque est¨¢n cualificadas para ese trabajo¡±.
Pocas mujeres referentes
Alnashwan destaca que muchas mujeres abandonan el sector tecnol¨®gico poco despu¨¦s de empezar a trabajar en diferentes compa?¨ªas. ¡°Puede ser porque no acaban de encontrarse a s¨ª mismas en ese ¨¢mbito o por la dificultad para obtener la confianza de otros en un sector en el que no tenemos suficientes mujeres¡±: ¡°No es f¨¢cil para todas las personas luchar y demostrar sus capacidades y a veces prefieren irse a la zona de confort¡±. Esa falta de mujeres referentes provoca, seg¨²n se?ala, una falta de confianza que les afecta a largo plazo: ¡°A veces se plantean si ser¨¢n capaces de desarrollar el trabajo o si las despedir¨¢n¡±.
Alnashwan se siente afortunada de haber recibido una buena educaci¨®n y asegura que siempre ha contado con el apoyo de su familia para progresar. Su pasi¨®n por la tecnolog¨ªa le ha llevado a participar en eventos de diferentes partes del mundo. Mientras que estudiaba, viaj¨® a Corea del Sur con su universidad y particip¨® en una competici¨®n de programaci¨®n en Dubai. ¡°Nunca he sido una chica de dieces, pero pon¨ªa mucha pasi¨®n en lo que hac¨ªa y eso me abri¨® diferentes oportunidades¡±, afirma. Tambi¨¦n fue una de las ponentes del foro internacional Misk Global Forum, dedicado a ¡°construir un futuro dirigido por los j¨®venes¡±.
Ahora busca a chicas que, aunque no cuenten con conocimientos ni experiencia en el sector, tengan esa motivaci¨®n y ganas de desarrollar un proyecto. En los bootcamps de Code for Girls ense?an a chicas de 13 a 28 a?os a desarrollar una web y a mayores de 16 a programar con Phyton. Pr¨®ximamente tambi¨¦n ofrecer¨¢n talleres de data science. En los cursos, que duran unas 20 horas, lo primero que les ense?an a las chicas es ¡°a pensar como emprendedoras y hacer propuestas de valor y a vender sus propias ideas¡±: ¡°No solo es importante crear una web, tambi¨¦n tiene que tener sentido. Es decir, ?por qu¨¦ la est¨¢s construyendo? ?qu¨¦ es lo que la hace ¨²nica?¡±.
¡°Hemos visto a estudiantes aplicar los conceptos tecnol¨®gicos para buscar soluciones en los problemas que ven en sus ciudades¡±. Pone como ejemplo el caso de dos estudiantes interesadas en el arte que se toparon con un problema a la hora de comprar el material para realizar sus obras: ¡°Usaban las herramientas una vez y no volv¨ªan a utilizarlas¡±. Para solventarlo, han construido una web que conecta a artistas que tienen material que ya no usan m¨¢s con otras personas que desean alquilarlo o comprarlo porque no se pueden permitir hacerse con nuevas herramientas. Por el momento, solo se han impartido dos bootcamps. Pero, seg¨²n afirma, han recibido decenas de solicitudes de mujeres interesadas. Por ello, est¨¢n planeando nuevos talleres y pensando si contactar con m¨¢s voluntarias que tambi¨¦n quieran transmitir sus conocimientos y su pasi¨®n por la tecnolog¨ªa a chicas de Arabia Saud¨ª.
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