¡®The Underground Railroad¡¯: Barry Jenkins viaja a las profundidades de la esclavitud

En la obertura de The Underground Railroad (El ferrocarril subterr¨¢neo), adaptaci¨®n del cineasta Barry Jenkins de la novela que le vali¨® el primero de sus dos pulitzers al escritor Colson Whitehead, una imponente mujer negra reci¨¦n parida entierra su placenta, un esclavo huye marcha atr¨¢s, el espectro de otro desaparece entre una bruma de cenizas, la figura de un viejo hombre blanco se detiene con desconsolada tristeza, una ni?a de pelo afro camina entre llamas y otra cae al vac¨ªo mientras se oye a un beb¨¦ llorar. Al director de Moonlight le bastan unos minutos para introducirnos en el rosario de dolor, misterio y cautivadora belleza de su epopeya de m¨¢s de 10 horas, en 10 cap¨ªtulos, sobre uno de los peores fantasmas de su pa¨ªs. Una panor¨¢mica escalofriante sostenida sobre una fantas¨ªa infantil: un ferrocarril subterr¨¢neo que jam¨¢s existi¨®, un cuento para ni?os que funciona como met¨¢fora de la red clandestina de abolicionistas que ayud¨® a liberar a miles de esclavos.

El ferrocarril subterr¨¢neo, estrenada en Amazon Prime Video, recoge la azarosa y atroz aventura de Cora, una esclava fugitiva que busca a su madre y la libertad y la de un cazador de esclavos, Arnold Ridgeway, que huye de su padre antiesclavista para abrazar el infierno. Entre los anhelos, cicatrices y demonios de estos dos fascinantes personajes, Jenkins construye una serie, tan bella y on¨ªrica como cruda, sobre el trauma de la esclavitud, con una plasticidad (el blanco-verde-amarillo meridional, el marr¨®n-gris-azul septentrional, la tierra quemada de Tennessee¡­), que permite al espectador emprender un viaje de mil capas, entre luces y sombras, entre el Norte y el Sur, entre el pasado y el presente, entre los vivos y los muertos.

Colson Whitehead: ¡°EEUU no ha asumido a¨²n el episodio de la esclavitud¡±

Cora es la joven esclava protagonista del libro de Whitehead y tambi¨¦n es el centro de la serie. Interpretada por la actriz Thuso Mbedu, que est¨¢ maravillosa, como el resto del reparto, se trata de una m¨¢rtir rebelde que, en el mismo arranque de la serie y con el semblante doloroso y desafiante que mantendr¨¢ durante toda su huida, maldice a su madre por haberla abandonado: ¡°Lo primero y lo ¨²ltimo que me pidi¨® fueron disculpas¡±, dice. La madre, Mabel, es un s¨ªmbolo de libertad en la plantaci¨®n. La ¨²nica esclava que se escurri¨® de las garras del cazador que interpreta un impresionante Joel Edgerton, un personaje oscuro que viaja en su carreta acompa?ado por un emperifollado ni?o negro, Homer, su fiel e inquietante asistente.

Al padre del cazador lo interpreta el brit¨¢nico Peter Mullan en un cap¨ªtulo (el cuarto) que ¡ªjunto al brev¨ªsimo s¨¦ptimo o el d¨¦cimo¡ª se sit¨²a en la cima de esta ficci¨®n televisiva. A lomos de un personaje de fuerza prof¨¦tica, Mullan representa al Gran Esp¨ªritu, ¡°ese que nos conecta a todos¡±, para gravitar con su poderosa presencia por toda la historia. Jenkins dirige tan bien a sus int¨¦rpretes que calan hondo, por epis¨®dicos que sean sus papeles. Frente a sus, a veces, excesos de ret¨®rica visual, el cineasta siempre encuentra el contrapeso de la verdad actoral.

The Underground Railroad es una serie de ambici¨®n ¨¦pica cuya sabidur¨ªa narrativa convierte la huida de una esclava y su encarnizada persecuci¨®n por un mesi¨¢nico cazarrecompensas en un ajuste de cuentas entre padres e hijos. Tambi¨¦n del propio director con el padre fundacional del lenguaje del cine estadounidense, D. W. Griffith, y el racismo de su El nacimiento de una naci¨®n. Una vuelta a los or¨ªgenes que obliga a mirar a la infancia, territorio en el que Jenkins se mueve con tanta naturalidad y compromiso que su elenco de ni?os (el peque?o Mack, Fanny Briggs, el demoniaco Homer, la propia Cora¡­) conforma un cuerpo ¨²nico en el que la tragedia y la esperanza se dan la mano.

Y por ¨²ltimo, y m¨¢s all¨¢ de la musicalidad que envuelve toda la serie, est¨¢n las canciones que cierran cada episodio. Juegan a un anacronismo que a estas alturas no es muy original si no fuera por el buen gusto que destilan y que aqu¨ª, de alguna manera, evocan al alegato antirracista Love Is The Message, The Message Is Death, pieza magistral del artista Arthur Jafa compuesta por un cruento mosaico de im¨¢genes de archivo al comp¨¢s del rezo del Ultralight Beam de Kanye West.

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