El ¨²ltimo videoclub Blockbuster del mundo o c¨®mo resistir al tsunami digital
Un documental cuenta la historia de la ¨²ltima tienda de alquiler de pel¨ªculas que la cadena mantiene abierta
Como la inexpugnable aldea de Ast¨¦rix, aquel ¨²ltimo basti¨®n a conquistar por los romanos en la Galia, la en otro tiempo mastod¨®ntica cadena de videoclubs Blockbuster sigue teniendo un ¨²ltimo reducto. De los 9.094 locales que lleg¨® a poseer por medio mundo, queda una sola tienda que todav¨ªa no ha cerrado. La marca, que a finales de los ochenta y principios de los noventa lleg¨® a ser un emporio mundial, resiste como un peque?o negocio familiar al que todav¨ªa se puede acudir para alquilar pel¨ªculas. El documental The Last Blockbuster, que estren¨® TCM el pasado domingo, recorre esta historia de supervivencia donde la hero¨ªna es una vecina de los 80.000 habitantes de la poblaci¨®n de Bend (Oreg¨®n, EE UU).
La ca¨ªda de Blockbuster se produjo poco a poco y tras varias malas decisiones (entre ellas, no adquirir Netflix en el a?o 2000, cuando esta todav¨ªa era un videoclub que enviaba sus pel¨ªculas por correo y estaba empezando en el negocio digital con una primera plataforma de alquileres). En 2010 quebr¨® y sus tiendas fueron cerrando (en Espa?a lleg¨® a haber casi un centenar). En 2017 apenas quedaban media docena en EE UU y Australia. Dos cineastas de Bend, el director Taylor Morden y el productor Zeke Kamm, movidos por la curiosidad, se lanzaron a grabar un documental para narrar esta agon¨ªa mezclada con nostalgia [justo mientras se rodaba la suya, pel¨ªculas como Capitana Marvel o Deadpool jugaron con el concepto nost¨¢lgico de estos videoclubs]. Cuando comenzaron el proyecto, ni siquiera sab¨ªan si quedar¨ªa alg¨²n Blockbuster abierto al terminarlo. ¡°Cada gran pel¨ªcula comienza con una pregunta a la que quien cuenta la historia se siente obligado a encontrar la respuesta. Ambos nos pregunt¨¢bamos: ?c¨®mo sigue abierto, ?por qu¨¦?, ?qui¨¦n entrar¨ªa ah¨ª y alquilar¨ªa pel¨ªculas en esta era moribunda? No nos tom¨® mucho tiempo enamorarnos de la magia de lo que ocurre dentro de esa tienda¡±, explica Kamm en una videoconferencia junto a Morden.
Al frente de esta ¨²ltima tienda, que cuenta con unos 4.000 socios y ofrece alrededor de 1.200 t¨ªtulos, se encuentra desde 2004 Sandi Harding, conocida en Bend como la mam¨¢ Blockbuster porque dice haber dado trabajo y cuidado a la mitad de los adolescentes de la ciudad. Ni siquiera la pandemia ha frenado este negocio que sobrevive tambi¨¦n gracias a la m¨ªstica del cine y a la venta de merchandising en su tienda en internet. Morden apela a la tradici¨®n para intentar explicar que el negocio siga en pie: ¡°Sandi lleva el local, su hijo las redes sociales y la tienda en l¨ªnea, es el sentido de mantenerlo vivo, es muy loco pensar que Blockbuster, que era una gigantesca corporaci¨®n, sea la personificaci¨®n de un negocio familiar. Si no fuera por ella, por el amor que le tienen en esta comunidad y por los chavales con los que trabaja, por la sensaci¨®n de familia que tienen en la tienda, habr¨ªa cerrado hace mucho tiempo¡±. ¡°Espero que se quede abierta para siempre. Y si alguna vez tiene que cerrar, que alguien con mucho dinero la pille y la convierta en un monumento nacional, un museo o algo¡±, a?ade el director.
El bofet¨®n de nostalgia lo sintieron Morden y Kamm la primera vez que entraron en el local, en 2017, para comenzar a rodar el documental. Y fue a trav¨¦s del olor. ¡°Sol¨ªa pensar que era solo olor a palomitas hechas en un microondas, y quiz¨¢ el olor a sirope de las golosinas, pero con el tiempo, es como un buen vino, que descubres notas espec¨ªficas, y creo que una buena parte de ese olor es en realidad la tinta que usan para imprimir las car¨¢tulas en la tienda¡±, apunta Kamm sobre esa vuelta al pasado a trav¨¦s del olfato. La sensaci¨®n la refuerza Morden: ¡°Y los pl¨¢sticos. Y la moqueta. Hay algo tambi¨¦n con las luces fluorescentes, y siempre hay televisiones puestas que parece que queman el polvo que tienen detr¨¢s. Es una combinaci¨®n de todas estas cosas, pero es muy espec¨ªfico a las tiendas de Blockbuster. En mi mente lo puedo oler ahora mismo, y es muy diferente si imagino oler un banco o una tienda de [juguetes] Toys ¡®R¡¯ Us o cualquier otro lugar que tuviera un olor caracter¨ªstico¡±. ¡°Esa combinaci¨®n es un perfume ¨²nico¡±, entra de nuevo en la conversaci¨®n Kamm.
La pel¨ªcula cuenta con testimonios de clientes y de figuras del cine y el espect¨¢culo de EE UU. Todos coinciden en un aspecto de la experiencia de los videoclubs, apunta el director: ¡°Cuando entrevistamos a la gente le preguntamos c¨®mo era alquilar pel¨ªculas cuando eran m¨¢s j¨®venes y qu¨¦ pel¨ªculas quer¨ªan alquilar. Las respuestas nunca era sobre los filmes. Siempre nos contaban historias, como que iban con su abuela o sus padres y eleg¨ªan una pel¨ªcula, sus hermanos otra, y al final c¨®mo se peleaban por cu¨¢l ve¨ªan primero. Nunca era por las pel¨ªculas, era por la experiencia de la familia meti¨¦ndose en el coche, conduciendo al lugar, pasear por los pasillos eligi¨¦ndolas, llev¨¢rselas a casa, sentarse en el sof¨¢. Era un ritual que hoy ha desaparecido casi completamente. Ahora hay un mill¨®n de pel¨ªculas accesibles en mi tel¨¦fono y no tengo que ir a ning¨²n lado¡±.
Ir¨®nicamente, el documental ha sido un ¨¦xito en Netflix en EE UU. La desaparici¨®n de Blockbuster no se debi¨® solo al inicio de la aparici¨®n de las plataformas digitales, pero ayud¨®. Un debate que hoy se ha ampliado a toda la industria cinematogr¨¢fica, como apunta Morden: ¡°M¨¢s que matar, el streaming est¨¢ cambiando el cine. Hay salas que est¨¢n peleando por persistir y otras desapareciendo, y eso est¨¢ cambiando la forma en que la gente ve las pel¨ªculas y en c¨®mo se est¨¢n haciendo: est¨¢n encuadrando las secuencias de forma diferente, porque saben que las vas a ver en una pantalla peque?a, as¨ª que se necesitan m¨¢s primeros planos y menos barridos amplios, porque los tiempos est¨¢n cambiando y tienes que subirte a bordo o quitarte de en medio... y aqu¨ª estamos nosotros, agitando el pu?o y diciendo: ¡®Nooooo, ?recuerdas Blockbuster Video? Esos eran los buenos viejos tiempos¡±.
Puedes seguir EL PA?S TELEVISI?N en Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.