El documental que nos hace pensar antes de que las m¨¢quinas piensen por nosotros

El ¨²ltimo culebr¨®n del sector tecnol¨®gico, el despido y readmisi¨®n de Sam Altman como consejero delegado de OpenAI, est¨¢ rodeado de misterio sobre un supuesto avance sensacional hacia la Inteligencia Artificial General logrado en la compa?¨ªa. Esto pondr¨ªa a Altman al nivel de Oppenheimer, el inventor de la bomba at¨®mica: ser¨ªa el impulsor de algo que cambiar¨¢ nuestras vidas y los equilibrios globales. La IAG, la que a?adir¨¢ una G a sus siglas, tambi¨¦n llamada superinteligencia, nos llevar¨ªa la singularidad, el momento en que la creaci¨®n supera a su creador. Casi nadie piensa que eso est¨¦ tan cerca como sugiere la empresa que lanz¨® el a¨²n rudimentario ChatGPT. Pero ?ocurrir¨¢? ?En qu¨¦ plazo?

Mientras eso llega, es atrevido sostener que lo que hacen hoy las m¨¢quinas sea pensar, aunque la IA est¨¦ dando pasos muy r¨¢pidos. Por ahora sigue haciendo falta que pensemos nosotros, lo que algunos hacen con m¨¢s brillantez que otros. La miniserie documental Alter Ego. La inteligencia invisible re¨²ne, en tres cap¨ªtulos, a las mentes humanas que mejor entienden y explican lo que ya est¨¢ aqu¨ª y lo que vendr¨¢ en la pr¨®xima d¨¦cada con la IA. Lo m¨¢s rompedor, para bien o para mal.

00:54

El tr¨¢iler de 'Alter Ego¡¯

Dirigida por Beatriz P¨¦rez de Vargas y estrenada en RTVE Play antes de su pr¨®xima emisi¨®n en La 2, Alter Ego pone a dialogar a dos poderosas corrientes de pensamiento sobre las m¨¢quinas pensantes: la ut¨®pica y la catastrofista. Dos presentadores ahondan por su cuenta en cada tendencia. Almudena Ariza (?cu¨¢ndo habr¨¢ hecho esto, si la vemos a diario en Ucrania, Israel o Palestina?) busca voces que nos tranquilicen y nos ilusionen, porque creen que la IA va a salvarnos del c¨¢ncer y de la crisis clim¨¢tica, nos liberar¨¢ de trabajos aburridos y nos dar¨¢ m¨¢s tiempo libre; mejorar¨¢ nuestras vidas, que ser¨¢n muy largas. Carles Tamayo, por contra, visita a los agoreros: la IA ahondar¨¢ en la vigilancia masiva, extender¨¢ bulos y mentiras, har¨¢ m¨¢s t¨®xico el debate p¨²blico, se usar¨¢ para la guerra y la represi¨®n (hasta aqu¨ª nada que no est¨¦ pasando ya), pero adem¨¢s nos quitar¨¢ los empleos y el poder, y al final los humanos quedaremos en la cuneta, seremos superfluos, salvo esa super¨¦lite que maneje el nuevo tinglado. Cada cap¨ªtulo se sit¨²a en un plano temporal: el primero cuenta lo que est¨¢ pasando ya, los otros dos nos llevan a lo esperable en 2028 y 2033, y cada uno resulta m¨¢s interesante, e inquietante, que el anterior.

La ingeniera e investigadora Nuria Oliver explica muy bien los pecados que ya cometen los algoritmos: la falta de veracidad (los bulos y el deep fake), la falta de diversidad (que Netflix nos recomiende siempre el mismo tipo de series, que Facebook y X nos encierren en burbujas pol¨ªticas), la falta de transparencia (la IA nos da una respuesta, pero no entendemos nunca de d¨®nde sale), y la enorme acumulaci¨®n de poder en un pu?ado de empresas. El debate que ya est¨¢ aqu¨ª es c¨®mo introducir ¨¦tica en las fr¨ªas m¨¢quinas, c¨®mo garantizar que sus criterios responden a nuestros valores. Esto pasa, claro, por la regulaci¨®n, que empieza a dar pasos, m¨¢s decididos en Europa que en EE UU; es m¨¢s dif¨ªcil penetrar en lo que China planee al respecto.

Escuchamos ideas muy novedosas. Quiz¨¢s la capacitaci¨®n t¨¦cnica no importar¨¢ tanto en el futuro pr¨®ximo: todo lo t¨¦cnico lo har¨¢n las m¨¢quinas, y lo que m¨¢s necesitar¨¢n los humanos es pensamiento cr¨ªtico. Una persona sin mucha formaci¨®n ser¨¢ capaz de hacer tareas hoy reservadas a cient¨ªficos. Pero hay miedos que a¨²n no ten¨ªamos y aparecen aqu¨ª: ?y si cualquiera pudiera fabricar una bomba nuclear en su jard¨ªn? El futuro del empleo es otro de los grandes debates: unos ven venir un exterminio masivo de puestos de trabajo; otros vaticinan un tiempo con m¨¢s equilibrio entre trabajo y ocio, lo que nos dejar¨¢ m¨¢s espacio para interactuar entre humanos, eso que ya empieza a escasear.

Claro que hasta la utop¨ªa puede tornar en pesadilla. Varios de los expertos especulan sobre lo que ser¨¢ la Inteligencia Artificial General. Quiz¨¢s entonces nos rindamos y le demos el poder pol¨ªtico, convencidos de que lo har¨¢ mejor que nuestras mejorables autoridades. Atenci¨®n: habr¨ªamos acabado con la democracia, esto s¨ª que ser¨ªa una tecnocracia de verdad. Para Antonio Torralba, investigador del MIT, no hace falta llegar a tanto: quiz¨¢ las inteligencias artificiales no sean buenas dirigentes pol¨ªticas, dice, pero ser¨¢n excelentes consejeras. Tambi¨¦n hay quien cree que no hay que temer ese ¨²ltimo paso, de asesorar a dirigir. Que iremos delegando decisiones en la IAG y ella nos convencer¨¢ de que lo hace mejor hasta que las tome todas. Podr¨ªa pasar que algunos pa¨ªses lo hagan antes (los autoritarios lo tienen m¨¢s f¨¢cil), y su ¨¦xito arrastre a los dem¨¢s.

Jos¨¦ Ignacio Latorre, f¨ªsico cu¨¢ntico que trabaja en redes neuronales, prefiere imaginar que habr¨¢ diversas superinteligencias, no una ¨²nica todopoderosa. Pero a¨²n as¨ª se crear¨¢n relaciones de dependencia a¨²n mayores de las actuales entre los pa¨ªses m¨¢s avanzados y los dem¨¢s. ¡°Cuando los humanos descubrieron la anestesia, nadie quer¨ªa volver al siglo XII a tener un dolor de muelas de verdad. Cuando la IA haga tu vida m¨¢s f¨¢cil, no querr¨¢s desprenderte de ella. No ver¨¢s el peligro que encierra¡±, dice. Una sentencia que desasosiega: ¡°He visto c¨®mo todo lo que pensaba ha sido superado¡±.

No todo lo que o¨ªmos entra en esas categor¨ªas de ut¨®picos y apocal¨ªpticos. Entre tantos anuncios de futuros casi de ciencia ficci¨®n, suena sensata la tercera v¨ªa, la de los pragm¨¢ticos. Son los que creen que habr¨¢ importantes avances, s¨ª, pero m¨¢s nos vale fijarnos hoy en los abusos que ya se est¨¢n cometiendo. La matem¨¢tica Cathy O¡¯Neil es de las m¨¢s l¨²cidas: ¡°El error es pensar que la IA tiene autoconciencia, cuando siempre fue creada y usada por humanos contra otros humanos. La singularidad es un t¨¦rmino de marketing para que los due?os de esta tecnolog¨ªa no asuman su responsabilidad. Esa teor¨ªa de la conspiraci¨®n nos distrae de los problemas reales¡±.

Quiz¨¢s Sam Altman est¨¦ generando expectativas desmesuradas que excitan a sus inversores. Incluso si es as¨ª, esto no significa que no vayan a pasar cosas extraordinarias. La inteligencia artificial ser¨¢ tan invasiva, estar¨¢ en todos los niveles de la burocracia y de nuestras actividades, que no podremos resistirnos a ella. El ¨²ltimo juguete ser¨¢, as¨ª, un salto adelante del tecnocapitalismo o capitalismo de vigilancia, ese modelo basado en la extracci¨®n masiva de nuestros datos para hacer negocio con ellos, es decir, con nosotros. Llevamos ya unas d¨¦cadas en eso. Se va a acelerar. Abr¨®chense los cinturones.

Puedes seguir EL PA?S Televisi¨®n en X o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.