Carlsen contra el alfil de Putin
El noruego, n¨²mero uno desde 2010, defiende su corona frente a Niep¨®mniachi, cuya misi¨®n es recuperarla para Rusia
Han pasado 14 a?os desde que un ruso, Vlad¨ªmir Kr¨¢mnik, perdi¨® el t¨ªtulo mundial de ajedrez. Y siete desde que Vlad¨ªmir Putin se?al¨® en p¨²blico que recuperarlo era una prioridad deportiva para el pa¨ªs que lo hered¨® de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, propietaria desde 1948 hasta su extinci¨®n, en 1991 (con la excepci¨®n del estadounidense Bobby Fischer, de 1972 a 1975). El agresivo e inestable Ian Niep¨®mniachi, de 31 a?os, lo intentar¨¢ desde el viernes al mejor de 14 partidas en la Expo Universal de Dub¨¢i (Emiratos ?rabes Unidos), con dos millones de euros en premios. El campe¨®n, el noruego Magnus Carlsen, de 30, es un genio y uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Kr¨¢mnik, verdugo de Gari Kasp¨¢rov en 2000, cay¨® en 2007 ante el indio Viswanathan Anand, doblegado en 2013 por Carlsen, quien volvi¨® a derrotarlo en 2014 en Sochi (Rusia). Fue all¨ª, en la clausura, donde Putin subray¨® por primera vez lo importante que es para Rusia recuperar el trono del ajedrez. No hay ayudas especiales, directas y transparentes, del Gobierno para ello, tal vez para que otros deportes no se sientan discriminados. Pero s¨ª donaciones y patrocinios de empresas y millonarios pr¨®ximos a Putin, como Andr¨¦i Fil¨¢tov, presidente de la Federaci¨®n Rusa de Ajedrez. Niep¨®mniachi no podr¨¢ jugar con la bandera de su pa¨ªs, sancionado por la implicaci¨®n del Gobierno en el dopaje masivo de sus deportistas.
Carlsen ya era el n¨²mero uno desde 2010 y lo ha sido hasta hoy (excepto en las listas de noviembre de 2010, y marzo y mayo de 2011). Estos ¨²ltimos datos son muy importantes porque, si aguanta ahora la embestida de Niep¨®mniachi, el escandinavo podr¨ªa empezar a plantearse como algo razonable lo que hasta ahora parec¨ªa ut¨®pico: batir la marca rayana en lo inhumano de Kasp¨¢rov, quien lider¨® la lista mundial durante 20 a?os consecutivos, desde 1985 hasta su retirada, en 2005.
Ciertamente, Carlsen podr¨ªa seguir luchando por ese objetivo aunque Niep¨®mniachi lo destronase, como hizo Kasp¨¢rov cuando se estrell¨® ante Kr¨¢mnik. Pero debe tenerse muy en cuenta lo que su padre y representante, Henrik, dijo hace unos a?os a EL PA?S: ¡°Mi gran dificultad es mantener motivado a Magnus. ?l ve que por encima del n¨²mero uno no hay nada; y yo le digo que por debajo hace mucho fr¨ªo¡±. No est¨¢ claro que Carlsen posea la herc¨²lea fuerza de voluntad de Kasp¨¢rov para reponerse tras dejar de ser el rey.
Como ocurr¨ªa en 2016 y 2018 con el ruso Sergu¨¦i Kariakin y el estadounidense Fabiano Caruana, respectivamente, cuando ambos retaron al campe¨®n, Niep¨®mniachi no es un genio si nos atenemos a la definici¨®n de la RAE: ¡°Capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables¡±. Aunque s¨ª es un jugador fort¨ªsimo, un portento: ¡°Persona admirable por alguna condici¨®n¡±. Es verdad que el ruso es el ¨²nico en la ¨¦lite con un balance favorable frente a Carlsen (cuatro victorias, una derrota y ocho empates, sin contar las partidas r¨¢pidas) pero, de las cuatro ¨²ltimas (desde 2017), el campe¨®n gan¨® una y tres quedaron en tablas.
Por tanto, Carlsen es el favorito si ambos juegan a su m¨¢ximo nivel. Pero el ajedrez no es una ciencia exacta, y menos a¨²n en la final del Campeonato del Mundo, cuando los rivales se despiertan y se acuestan cada d¨ªa pensando en el otro desde meses antes y durante el duelo. Adem¨¢s, el ruso brilla en las grandes complicaciones y siempre ha exhibido un estilo agresivo, propicio al riesgo. Jugar as¨ª es probablemente la mejor manera de luchar contra el escandinavo, poco menos que invencible en las posiciones de apariencia sencilla, muy t¨¦cnicas. Enti¨¦ndase bien: Carlsen tiene un estilo universal y tambi¨¦n brilla cuando le obligan a calcular con precisi¨®n, pero es m¨¢s probable que se equivoque cuando el tablero se convierte en un l¨ªo tremendo y parece que ambos est¨¢n perdidos.
Si a ello se a?ade que el eslavo es m¨¢s fuerte que Kariakin y Caruana en las partidas r¨¢pidas de un eventual desempate (que el noruego gan¨® con claridad en esos dos duelos) cabe pronosticar que este Mundial (retrasado un a?o por la pandemia) ser¨¢ mucho m¨¢s atractivo para el aficionado medio que los dos anteriores, cuando Carlsen fue muy conservador, sus rivales tambi¨¦n y hubo desempate, ahora harto improbable. Sobre todo, si la versi¨®n de Carlsen no es la de 2016 y 2018, con frecuencia sopor¨ªfera (las 12 partidas frente a Caruana, ahora ampliadas a 14, terminaron en tablas), sino la del cambio radical que adopt¨® desde enero de 2019 cuando, muy influido por el estilo del revolucionario programa AlphaZero, el mejor ajedrecista no humano nunca visto, empez¨® a arriesgar mucho, con sacrificios de material a largo plazo a cambio de compensaciones tan et¨¦reas como la iniciativa, la actividad o la armon¨ªa de sus piezas. Es decir, cabe la posibilidad de que veamos un choque de trenes, una pelea cuerpo a cuerpo desde el primer asalto.
Pero el an¨¢lisis quedar¨ªa incompleto si no se a?ade un ¨¢mbito fundamental en el que ambos han cojeado durante a?os: la estabilidad psicol¨®gica. Nada m¨¢s batir a Kariakin en el desempate de 2016, Carlsen dijo a EL PA?S en Nueva York: ¡°Mi punto m¨¢s d¨¦bil es el control de las emociones. Voy a trabajar en ello¡±. Pero no lo hizo, porque su padre es un negacionista de la utilidad de los psic¨®logos especializados en el deporte de alto rendimiento, a pesar de que la mayor¨ªa de las estrellas de todas las dem¨¢s disciplinas trabajan con ellos. Saber si ahora lo ha hecho roza lo imposible, porque los finalistas de un Mundial esconden con celo ese tipo de informaci¨®n. El sentido com¨²n indica que si est¨¢ fuerte mentalmente es muy probable que acepte el alto riesgo, como hace desde enero de 2019, aunque lo que est¨¦ en juego ahora sea la corona.
Ahora bien, si medimos el riesgo de inestabilidad emocional de ambos, Niep¨®mniachi siempre se ha mostrado m¨¢s d¨¦bil que Carlsen en ese ¨¢mbito. Capaz de arrasar a rivales de ¨¦lite varios d¨ªas seguidos, tambi¨¦n se ha hundido en varias ocasiones tras un rev¨¦s. Y su triunfo en el Torneo de Candidatos de Yekaterimburgo (Rusia), que le dio el derecho de retar al campe¨®n, no es un argumento que cambie ese an¨¢lisis, por un matiz esencial: el ruso era el 2? del torneo al final de su primera vuelta, en marzo de 2019, cuando tuvo que suspenderse porque Putin decret¨® el cierre inmediato del espacio a¨¦reo por la pandemia. Niep¨®mniachi tuvo un a?o entero hasta su reanudaci¨®n para preparar la segunda vuelta. Dado que la preparaci¨®n psicol¨®gica sofisticada siempre ha sido habitual entre los deportistas rusos, es probable que ¨¦l s¨ª haya cuidado mucho ese aspecto, pero no hay constancia de ello.
Hay un elemento adicional de particular inter¨¦s. Ambos se conocen muy bien, y no solo porque son de la misma edad (el ruso es cuatro meses mayor) y han coincidido en muchos torneos desde su ¨¦poca juvenil. Niep¨®mniachi ha trabajado para Carlsen como analista varias veces en campeonatos del mundo. Quiz¨¢ m¨¢s que nunca, en este duelo el control de las emociones puede ser m¨¢s decisivo que el talento y la preparaci¨®n t¨¦cnica y f¨ªsica. Y eso incluye el peso del honor nacional: Carlsen es un ¨ªdolo nacional en Noruega, y Niep¨®mniachi lleva el estandarte de un pa¨ªs donde el ajedrez fue muy popular e importante desde el siglo XIX, y sobre todo en el XX.
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